7 ago 2018

Tate No Yuusha Vol 08 Cap 15

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord


Editor: Lord




15 La Elección de la Katana

Intentaré resumir la historia de Raphtalia.

Raphtalia, Cristal, L'Arc y Therese se encontraban en tierras enemigas. Fueron arrojados a una prisión que les impidió utilizar el poder de sus niveles. Era incluso peor que el lugar donde Kizuna y yo habíamos estado encerrados.


La prisión mantenía constantemente hechizos mágicos que limitaban las habilidades de sus prisioneros y luego les daba la misma cantidad de poder a los guardias de la prisión. Pero al menos su prisión era teóricamente eludible, a diferencia del laberinto en el que estuvimos nosotros atrapados.

De todos modos, cooperando con Cristal y L'Arc, Raphtalia pudo escapar usando su magia de ilusión. Incluso si su poder estaba restringido, el portador de la katana de las armas vasallas no iba a perder tan fácilmente.

Habíamos confiado tanto en Raph-chan para encontrarla que ignoramos completamente la información disponible para el público en los gremios. Si Raphtalia y Cristal habían escapado de la cárcel y todo el país las estaba persiguiendo, habría salido en todas las noticias.

¿Por qué no viajaron en secreto, como nosotros?

"¿Cómo conseguiste la katana? ¿No te acabas de poner una diana en la espalda?"

"Si nuestras acciones salían a la luz, le daría al enemigo una excusa para atacar a nuestro país. Queríamos evitarlo, así que intentamos manipular las noticias, pero nos salió el tiro por la culata" ‒ explicó Cristal.

Eso explicaría por qué no habíamos sido inundados con noticias sobre la fuga.

Tuvieron que evitarlo por razones políticas. No se vería bien poner carteles de los héroes que supuestamente están protegiendo al mundo. La katana era un símbolo de la fuerza nacional aquí, por lo que obviamente querían deshacerse en secreto de quien la tuviera y volver a jactarse de controlar un arma vasalla no asignada.

Esas armas realmente complicaban las cosas. Cualquiera que las tuviera en sus manos se convertiría en un símbolo instantáneo de poder.

Los héroes santos que fueron convocados no tenían ese problema, porque los poderes estaban limitados a la persona que los tenía. No había competencia.

La reina de Melromarc dijo que ciertas herramientas y objetos eran necesarios para convocar a los héroes, pero conseguir y gestionar esos objetos debe haber sido mucho más fácil que tratar con las armas vasallas.

De vuelta en el mundo del que vengo, era fácil comprobar si las personas que tenían las armas vasallas estaban vivas o muertas, lo que debe haber simplificado algo la diplomacia internacional.

"Ok, por eso eres tan difícil de encontrar. ¿Qué pasó después de eso?"

"Bueno, después de escapar de la prisión..."

Decidieron que tenían que salir del país, así que ocultaron sus identidades y viajaron a la capital, con la esperanza de usar el reloj de arena del dragón para escapar. Eran muy poderosos, así que planearon forzar su camino al reloj de arena si era necesario. Era básicamente el mismo plan que Kizuna y yo habíamos decidido.

Cristal y Raphtalia subieron de nivel camino a la capital.

"Esta chica era muy pequeña, ¿sabes? Parecía como si tuviera diez años" ‒ explicó L’Arc.

"Pensé que su crecimiento podría haberse restablecido. Supongo que tenía razón".

Al menos no se había convertido en otra cosa, ¡como Firo!

Tal vez hubiera estado bien, si ella pudiera transformarse como Raph-chan, pero dudo que Raphtalia se hubiera entusiasmado por eso.

"Lástima que haya crecido tan rápido, ¿eh, chiquillo? ¡Probablemente querías verla de niña!"

"La he visto así antes... Aun así, si hubiera tenido la oportunidad otra vez, habría estado bien".

¿Y con un traje de miko? ¡Eso le habría quedado tan bien! Habría sido tan linda.

Será mejor que tenga cuidado. Me estaba emocionando demasiado con esta ropa de miko.

Como sea. Sólo tendría que apreciar los recuerdos que ya tenía de la infancia de Raphtalia. Hice una nota mental para pedirle detalles a L’Arc más tarde.

"¡Sr. Naofumi!" ‒ Gritó Raphtalia con su cara roja de ira.


"No fue fácil, sabes. Crecer de nuevo. Tuve que pasar por todos esos dolores de crecimiento otra vez."

"No son sólo dolores de crecimiento, ¿verdad?"

"¿Qué quieres decir?"

"Cuando eras pequeña, comías tanto como Firo."

"¡Estaba creciendo!"

Eso era verdad. Así era como crecían los semi-humanos.

"Ok, ¿entonces por qué tienes la katana?"

"Cuando llegamos a la capital, estaban exhibiendo la katana en la plaza del pueblo. Mucha gente había llegado para competir por la nominación".

"Incluso si estábamos en tierras enemigas, nos dimos cuenta de que podía aparecer otro poseedor de un arma vasalla, así que nos separamos y nos mezclamos con la multitud para observar el evento" ‒ murmuró Cristal en voz baja. Parecía disgustada. Supongo que la historia no terminó bien.

Estaban en tierras enemigas, pero aún así querían ver qué tipo de persona estaba usando el arma vasalla allí. Considerando lo loco que está el hombre con el libro de las armas vasallas podía entender por qué. Por otro lado, si el poseedor del arma de esta tierra era razonable, podría haber sido útil.

"¡Sí, y luego todos ustedes se fueron corriendo! El país estaba a punto de confiarme la katana, pero tú tenías que aparecer" ‒ interrumpió el genio científico.

Ugh. Estaba a punto de perder la cabeza con este tipo.

¿No le importaba evitar la guerra entre las naciones? Si todo lo que le importaba era su propio país, ¿qué pensaba de las olas?

"Entonces este tipo vino con un grupo de oficiales de alto rango y se paró ante la multitud. Con todos mirando, intentó remover la espada..."

Traté de imaginar la escena en mi mente. El odioso hombre que teníamos ante nosotros miró a la katana donde estaba puesta, sumergida profundamente en el corazón de una roca. La gente en la multitud estaba en el borde de sus asientos, pensando que estaban a punto de presenciar el nacimiento de un nuevo héroe. Los guardias estaban haciendo todo lo que podían para mantener a la multitud bajo control.

El tipo caminó hacia adelante lentamente, un paso a la vez. Alcanzó la empuñadura...

Pero justo antes de que pudiera tocarla, la espada destelló con una luz cegadora y... ¡salió volando de la piedra y se disparó a la multitud como una flecha, sólo para aterrizar en la mano extendida de Raphtalia!

"Y así fue como la katana llegó a elegirme para blandirla."

"Debí predecirlo. Después de todo, ella fue capaz de cruzar mundos conmigo y con L’Arc. Nosotros sólo podemos hacerlo porque tenemos el abanico y la guadaña de las armas vasallas" ‒ explicó Cristal.

Raphtalia era muy poderosa.

Ella no era una heroína, pero había pasado muchos momentos duros conmigo. Se me ocurren muchos puntos difíciles que no podría haber sobrevivido sin ella.

"¿Y?"

"A este tipo no le gustó que me eligieran, así que me declaró ladrona. Luego sacó a estas bestias viciosas para que nos persiguieran. Corrimos durante mucho tiempo, pero nunca pararon".

“¡Se suponía que esa katana era mía! ¡Así que exijo su retorno!” ‒ El genio nos gritó de nuevo.

Miré hacia Raphtalia, en silencio.

Honestamente, no podía ver por qué un arma vasalla del mundo de Cristal había elegido a Raphtalia para blandirla. ¿No se supone que la gente con las armas vasallas cruzan a otros mundos y matan a los cuatro héroes sagrados en dicho mundo? ¿No significaría eso que Raphtalia era ahora mi enemiga?

¿Y por qué eligió a alguien de otro mundo?

No tenía sentido.

Pero de nuevo, me habían convocado de otro mundo para ser el Héroe del Escudo. Supongo que eso tampoco tenía sentido.

"Le pedí a Therese y a Cristal que le dijeran a la katana que había elegido incorrectamente. Se los pedí varias veces, pero la katana no me suelta" ‒ dijo Raphtalia.

"¿No puedes soltarla? Si pudiera soltar este escudo, lo habría soltado hace mucho tiempo".

¿Qué era eso de hablar con las armas? Si hablaras con ellas, ¿te dejarían en paz? Desearía poder deshacerme del escudo. Estar atrapado sin ningún tipo de ofensa no era sencillo.

Claro, me las había arreglado para hacer un buen uso del escudo, pero me imagino que deberías ser capaz de proteger a la gente y también de hacer otras cosas.

Bien.

"Escudo, ¿me escuchas? Vete de aquí."

"¡No digas eso! ¡Podrías perderlo todo!"

"¡Debo matarte para reclamar el lugar que me corresponde como verdadero dueño de la katana!" ‒ gritó el hombre. El tigre que tenía detrás rugió con él.

"¡Oh, por favor! ¡¿Quieres callarte un segundo?!" ‒ le grité.

Me estaba cansando de escucharlo quejarse. Era como un niño pequeño que no se salió con la suya. Me recordó a los otros tres héroes… idiotas, todos ellos.

"De acuerdo, creo que lo entiendo. Básicamente, a este tipo no le gusta a quién eligió la katana, así que ha movilizado a todo el país para cazarte".

"Sí, eso es todo. Hemos sido capaces de valernos por nosotros mismos durante mucho tiempo, pero ellos siguen viniendo. Escapamos de la capital hace poco, y ahora nos hemos encontrado con Kizuna y Naofumi".

"Kizuna, chiquillo, ya ven en qué aprieto estamos. ¿Creen que pueden ayudarnos?" ‒ preguntó L’Arc.

¡¿Como si yo fuera una especie de héroe?! No es que seamos de mucha utilidad, ninguno de nosotros podía luchar bien contra otras personas.

Además, una vez que derrotáramos a esta gente, el país seguiría enviando más y más gente contra nosotros. Si no lo hiciera, entonces el gobierno parecería ineficaz y perdería prestigio. No podía dejar que eso pasara, así que nos perseguiría con todo lo que tenía.

"¿Por qué no les muestras lo que tienes? Son todos muy fuertes, ¿no?"

"No retrocederán. Estos tipos también son de alto nivel".

"Heh. Puede que tengan armas vasallas, pero nadie de su país podría esperar vencernos en batalla. ¿Qué tan tontos son?"

"¡Tú eres el tonto! ¡Parloteando sin cesar sólo porque no conseguiste lo que querías!"

"¡¿Cómo dijiste?!"

Las armas vasallas eran como las armas sagradas, ¿no? ¿No existían para proteger al mundo? Si las armas eran necesarias para proteger al mundo, ¿cómo podría este tipo vivir consigo mismo? ¡Mataría a un héroe sólo porque no le agradaban!

Sólo eso debería explicar por qué la katana no lo eligió a él.

“...”

Mirando más de cerca, pude ver que Raphtalia, Cristal, L'Arc y Therese mostraban signos de agotamiento. Su viaje debe haber sido más duro que el nuestro.

Suspiré y miré a Kizuna. Ella asintió.

"Bien. Podemos unirnos por un tiempo. Quiero hacer que Basura #2 pague por pelear con Raphtalia".

"¡¿Basura #2?!

"Sí, ese es tu nombre ahora. Conozco un pedazo de basura como tú en el mundo del que vengo".

"Usted no ha cambiado nada, Sr. Naofumi" ‒ comentó Raphtalia.

"Tu sensibilidad para apodos es notable" ‒ dijo Basura #2.

"Cállate. ¡El punto es que estoy harto de pedazos de basura como tú!"

Me acerqué a Raphtalia para protegerla.

El enemigo... Basura #2.... devolvió mi mirada con condescendencia. Levantó la mano.

... Y dos tigres más aparecieron detrás de él.

¿Qué estaba pasando con estos monstruos? ¿Eran ellos la razón por la que no pude usar Escudo Portal?

"Rafu!" ‒ Raph-chan ladró, saltando sobre mi hombro.

"Gracias por la ayuda, pero será mejor que te quedes atrás. Estos tipos van en serio" ‒ dije.

Raph-chan no era lo suficientemente fuerte para unirse a la batalla. Ella hizo lo que le dije y corrió a sentarse junto a los pies de Raphtalia.

"¿Qué es esta cosita?"

"Es un familiar, aquí los llaman shikigami. La hicieron con una ceremonia para nosotros. Ella nos guió hacia ti."

"¡Rafu!"

"Oh... ¿Ah, sí? ¿Por qué...? ¿Por qué suena como si dijera mi nombre?"

“...”

"¿No me lo dirás?"

Oh cielos.... ¡Pero no fue mi culpa! Tuve que usar algo que nos ayudara a encontrar a Raphtalia.

"Verás... ¿Recuerdas cuando eras pequeña y te corté el pelo? Todavía tenía algo de pelo guardado en el escudo, así que lo usamos como medio para hacerla".

"Oh, es cierto... Usaste el escudo para limpiar todo el pelo... ¡Cómo te atreves!"

"¡No es culpa mía! Dijeron que teníamos que usar algo tuyo para que funcionara".

"¡Rafu!"

Raph-chan saltó arriba y abajo y nos hablaba a los dos. Era como si quisiera que detuviéramos la pelea.

"Oh bien. Entiendo."

"Rafu..." ‒ Raph-chan saltó sobre los hombros de Raphtalia y presionó su frente contra la de Raphtalia.

"¿Hm? Qué es..."

"¿Qué pasa?"

“Oh. Algo acaba de aparecer diciendo que el shikigami ha sido registrado a mi nombre.”

Hm.... Oh, es cierto. Debe haber sido como Cristal y Kizuna hicieron ese pingüino juntas.

"Um, ¿Naofumi? Nos estamos preparando para la batalla. ¿Puedes concentrarte, por favor?"

Los tigres continuaban dando pasos lentos hacia nosotros.

"¿Qué son estas cosas?"

"El Tigre Blanco es una de las bestias sagradas de nuestro mundo. Esto parece ser una réplica. Es como si alguien hubiera hecho una réplica de la Tortuga Espiritual en tu mundo, chiquillo".

"¡¿Qué?!"

¿Esta cosa era una de las bestias protectoras del mundo de Cristal?

¿Qué estaba haciendo eso aquí? ¿No se suponía que debían ser suprimidos por ahora, no es eso lo que indicaba el reloj de arena azul?

"El Tigre Blanco fue derrotado en el pasado, pero hicieron una réplica para usarla en batalla. Se les considera un arma de guerra poderosa en este país. Kizuna, será mejor que tengas cuidado".

"¿Una bestia protectora? ¿Te refieres a los de las leyendas? Cristal y yo hemos oído algo sobre este país usándolos. Ya hemos luchado contra ellos, ¿no?"

"Sí, y eran más grandes. No son muy poderosos, pero con tantos de ellos, puede que tengamos problemas".

¡Incluso Kizuna sabía de ellos, lo que significaba que yo era el único en la oscuridad!

"Si saben todo sobre ellos, ¿me lo dirán ya?"

"No parecías estar interesado."

Supongo que ella tenía razón en eso. Estaba realmente concentrado en tratar de encontrar a Raphtalia. Y si hubiéramos tenido tiempo para sentarnos a charlar, lo habría usado para subir de nivel.

"Fueh... Vamos a pelear ahora, ¿verdad?"

"Oh sí. Las cosas podrían ponerse duras. Se supone que estas cosas son muy fuertes".

Sería grandioso si ella despertara su verdadero poder, como lo que había pasado en la batalla contra Kyo. Pero no podía contar con que eso pasara, y ella estaría en peligro mientras tanto. Mejor me aseguro de que entienda la situación.

"Rishia, estoy seguro de que lo entiendes, pero la gente con la que vamos a pelear está tratando de matar a Raphtalia y Cristal. No te contengas."

"Oh... ¡Ok!" ‒ Sacó su arma y la preparó.

Ella no me llenó exactamente de confianza.

No iba a apostar por ella. Tendría que hacer lo que pudiera para asegurarme de que no la mataran.

"¡Yo daré mi mejor esfuerzo!" ‒ Dijo Firo, convirtiéndose en forma humana con una bocanada de humo. Se preparó para lanzar un hechizo de apoyo. Parecía que su estilo de lucha había cambiado sustancialmente cuando cruzamos entre mundos. No es que me estuviera quejando.

"No te olvides de nosotros" ‒ dijo Cristal.

"Sí" ‒ dijo Therese. Ambas se prepararon para la batalla.

Será mejor que elijamos nuestro objetivo.

"Parece que esas copias de Tigre Blanco me impiden usar Escudo Portal. Si podemos deshacernos de ellos, puedo teletransportarnos fuera de aquí. Hagámoslo."

"¡Está bien!"

"¡Hya!"

Había mucha gente en la pelea, así que teníamos que tratar de mantenernos organizados.

"Muy bien entonces. ¡Puede que tengas el arma vasalla, pero te mostraré cómo es el verdadero poder!" ‒ Gritó Basura #2, sacando una katana de su cintura.

Él estaba rodeado de mujeres y tigres.

"Naofumi, sabes que no puedo atacar a la gente, ¿verdad? ¿Puedo dejar a las mujeres en tus manos?"

"Lo tengo. Kizuna, concéntrate en los tigres".

"No hay problema. Son mi especialidad".

Los tigres rugieron, y la batalla comenzó.


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