Traductor: Lord
Editor: Lord
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Niño Perdido
Nell
Julius Elrod partió de la Real Academia de Spada con nerviosismo y
determinación rivalizando con la primera vez que fue a una misión como
aventurera.
En
realidad, no llevaba su uniforme normal de tipo blazer, sino una ropa blanca de
sacerdotisa sintoísta hecha para uso en combate, se parecía mucho a la de un
sacerdote.
Además,
tenía una lonchera llena de sándwiches de huevo que había aprendido a dominar,
para dárselos a Kurono si tenía hambre después del combate.
Hoy
era una sanadora perfecta que no se avergonzaría de ir a ningún Coliseo, o era
una confianza infundada que crecía dentro de ella.
“¡Sólo
espera Kurono-kun, pronto iré!”
Nell
se llenó de espíritu y salió por la entrada principal.
El
‘Carnaval de Maldiciones’ comienza en la noche. Así llegaría allí teniendo más
que suficiente tiempo de sobra.
A
pesar de que Kurono, como contendiente, había llegado al lugar, el ‘Gran
Coliseo’ mucho más rápido.
Nell
era muy dura en el sentido de que no tenía habilidades de dirección, así que
este método de reunirse en un lugar no era bueno, pero aun así era ese famoso ‘Gran
Coliseo’ del que hablábamos. Hasta ella conocía el camino hasta allí.
Después
de todo, uno llegaría de forma natural caminando recto por la avenida más grande
de Spada, no hay nada como rutas. Incluso los turistas que vienen a Spada por
primera vez no se perderían.
Pero
Nell sabía que no tenía sentido de la orientación, así que pensó en caminar con
precaución. Al menos hace cinco años, ella pensaba así.
Ufufu, es algo
agradable, ser una Sanadora para mi amigo
Tan
pronto como empezó a moverse hacia su destino, ese tipo de pensamientos
inconstantes llenaron su mente.
Por
supuesto, ella le había dado a Kurono un amuleto especial al mediodía, pero era
demasiado cautelosa para no dejar que se enfrentase a ningún peligro mortal, y
se estaba poniendo ansiosa pensando en el peor de los casos.
Aunque
Nell tenía un carácter modesto, tenía la confianza en sí misma de poseer una
muy rara protección divina de la magia sanadora.
Ese
[Aria Guard Feather / Pluma Protectora de Aria] fue usado por ella de joven con
su protección divina, pero aun así, fue creado con la cooperación de más de una
docena de magos imperiales y varios ingredientes valiosos. Hecho a mano, o mejor
dicho, era un perfecto artículo mágico de alta calidad hecho a medida.
Pero
entonces, el producto terminado está en la condición en la que utilizó sólo una
pluma de las alas de Nell, por lo que las personas no relacionadas en su
fabricación no serían capaces de entender la cantidad de artículos y el trabajo
que se necesita para hacerlo.
Si
se evalúa correctamente, su costo seguramente estaría por encima de los diez
millones de klanes.
Nell
no le informó nada de esa información en el momento de regalársela debido a dos
sentimientos, uno de los cuales era que ella quería que Kurono llevara el
regalo sin dudarlo, mientras que el otro era que ella quería que Kurono llevara
un objeto creado por su pluma sólo para él.
Como
resultado, Kurono se equipó con esa [Aria Guard Feather / Pluma Protectora de
Aria] reduciendo así enormemente la preocupación de Nell, por lo que el
sentimiento de felicidad de ayudar a un amigo estaba ganando contra otros
sentimientos.
Por
otra parte, la composición de un gladiador masculino encantador que tiene una mujer
hermosa como sanadora era una situación que la mayoría de las chicas en el
continente de Pandora anhelaban.
Incluso
la Princesa de Avalon no era una excepción a eso, después de todo ella también
era una doncella con la sensibilidad adecuada.
Las
historias de amor de Gladiador y Sanador eran muchas si se contaba desde la Era
Antigua, pero la ‘última historia’ de ella sería el actual Rey Spada, Leonhard
y la Primera Reina.
En
el mayor torneo de combate de espada en Spada, que se inicia una vez cada
cuatro años, ‘Batalla de Olympia’, el joven Leonhart participó mientras
ocultaba su estatus.
Había
una recompensa especial en el que el Rey cumpliría cualquier deseo del vencedor,
de ahí que Leonhart ganara durante todo el cruel torneo y le pidiera al Rey, su
verdadero padre, que permitiera su matrimonio con la Sacerdotisa que era la
Sanadora en ese torneo.
Nell
había escuchado esa historia dramática directamente de la boca de la persona,
así que era natural que ella tuviera un anhelo aún más fuerte.
Si Kurono quiere
casarse conmigo entonces... No, eso n-no es Kurono-kun, ¡kyaaaah!
Si
él ganaba la competición sólo obtendría el dinero de la pelea y el Arma Maldita
nada más, además ni siquiera era un torneo por lo que la victoria general era
inexistente. Naturalmente, cosas como que el rey cumpliría cualquier deseo, y
así sucesivamente no estaba en la más mínima relación.
Era
una perfecta ilusión completamente ajena a la voluntad de Kurono, pero no había
forma de responder por ello.
Así
caminaba Nell con pasos peligrosos mientras desplegaba un dulce delirio de
vainilla con el hombre que le preocupaba, como una doncella de su edad, pero...
“¡Uwaaann,
Onii-chaaaaaann!”
“¡I-Idiota!
No grites...”
De
repente, la voz de un niño pequeño llegó a sus oídos, haciendo que Nell
despertara de sus delirios y le prestara atención.
Había
dos humanos de menos de diez años, uno más joven y otro mayor, probablemente
hermanos.
El
hermano estaba consolando a la llorona hermanita, pero la cara del hermano
tenía una ansiedad incluso mayor que el hecho de que su hermana menor había
empezado a llorar.
Los
peatones los miraban fijamente, pero al no ver ningún acto criminal seguían
pasando sin prestarle mucha atención.
Después
de todo sus padres estarían cerca, todo el mundo pensaría así.
Sin
embargo, Nell se detuvo y siguió buscando, pero no había señales de que los
padres vinieran.
“¿Son
niños perdidos?…”
Si
un niño pequeño estuviera ansioso dentro de la ciudad, cualquiera lo pensaría
así.
No puedo ignorarlo, cualquier persona de buen
corazón pensaría así y empezaría a ayudar.
Y
Nell tenía buen corazón como para ser llamada la representante de esa gente de
buen corazón. Al menos todos los que la conocían pensaban así.
Añadiendo
la relación de hermano mayor y hermana menor directamente igualó la suya
propia.
En
la infancia ella también se movía mientras sostenía la mano de su hermano.
Ella
había ido por muchos lugares, en el Castillo Real de Avalon que era como un
laberinto en el interior, un jardín hermosamente mantenido, el amistoso Spada,
su villa de vacaciones en la Cordillera Asbel.
Y
el hermano mayor, aunque bribón, siempre salía a escondidas a jugar,
independientemente del lugar al que salieran, junto con su torpe, tonta y linda
hermana menor.
Sus
recuerdos con su hermano aparecerían incesantemente si cerrara los ojos y
pensara en ello.
No,
eso no era nada del pasado en este momento. Incluso ahora, después de venir a
estudiar a Spada, su hermano siempre la tomaba de la mano y se movían.
El
hermoso amor fraternal, eso no era algo sólo para ellos dos, sino que existía
de manera similar entre los dos hermanos pequeños frente a ella.
No
importa lo que pase, hay que salvar a esos dos pequeños hermanos, no dejarlos
llorar de ansiedad, queriendo hacer de hoy una página de recuerdo divertido
dentro de los dos.
El
corazón de Nell enfatizó en seguir adelante sin dudarlo.
Sin
dudarlo, su cuerpo se movió y en ese momento...
⸀“Gracias
Nell, ayúdame si algo pasa”⸥
...
La figura de su amigo diciéndole esas palabras de confianza apareció en su
cabeza.
Su
amigo insustituible, que pronto lucharía en una batalla de vida o muerte, y que
también necesitaría su ayuda.
“Q-Qué
debo hacer... Kurono-kun...”
Si
ella ayudaba a los niños perdidos, no llegaría al lugar para el momento de la
apertura del ‘Carnaval de Maldiciones’.
Aunque
tendría más que suficiente tiempo de sobra si caminara recta como ahora, no
tenía tiempo de sobra para dar un rodeo.
Si
ella hubiera prometido jugar, no habría problema para explicar la situación más
tarde, sin embargo, esta vez estaba relacionado con una peligrosa batalla de
espadas.
Si
llegaba tarde como la Sanadora, si ocurría algo irreversible... simplemente
pensando eso su pie a punto de dar un paso adelante se detuvo como si estuviera
petrificado.
“Qué,
debo hacer...”
Aunque
el peligroso ‘Carnaval de Maldiciones’, si fuera su hermano como contendiente
en lugar de Kurono, ella definitivamente ayudaría a los niños perdidos sin
dudarlo.
Ella
confiaba mucho en la habilidad de su hermano.
No
podía pensar que algo malo pudiera ocurrir sólo por su tardanza, después de
todo su hermano era superior en todo, en los estudios, en la preparación
física, en la magia e incluso estaba dotado de suerte celestial.
Su
hermano mayor era demasiado superior, lo que la hacía sentir impotente.
Lo
más probable es que pensara en eso no sólo cuando pensaba en su hermano, sino
en todos los miembros de su equipo [Wing Road].
La
Tercera Princesa de Spada, y su mejor amiga, Charlotte Tristan Spada. El enviado
del cielo hijo de la espada Kai Est Galbraith. La Nigromante pródigo que tiene
los ‘Ojos del Demonio’, Safiel Maya Hydra.
Esos
tres eran superiores a todos, tenían talentos como si fueran amados por los
Dioses Negros del Continente Pandora.
Hasta
el punto de que ella no puede equipararse a ellos con la súper rara protección
divina de ‘La Princesa Imperial Que Calma el Cielo: Aria’.
En
resumen, no importa si se queda o se va.
El
equipo con el nombre [Wing / Ala] que viene de las alas blancas que crecían de su
espalda, no tenía ninguna necesidad de esa persona misma, qué hazmerreir era
eso.
“Pero,
Kurono-kun es...”
Pero
Kurono era diferente.
No
era un humano perfecto como su hermano, hasta el punto de que incluso ella
podía enseñarle magia.
Por
el contrario, señaló que su comida estaba podrida hasta la médula sin dudarlo,
e incluso le enseñó la forma correcta de cocinar.
Esa
relación de llenar los defectos unos de otros era perfectamente la amistad que
Nell se había imaginado.
Ahora
para ella era una reunión realmente destinada, o simplemente que Nell no sabía,
pero esta era la forma en que muchos amigos se encontraban por primera vez en
todo el mundo.
En
cualquier caso, Nell quería usar su poder para su amigo que la necesitaba.
“’Waaaaan,
ooooodioooo eeeestoooo! ¡¡¡Papá!!! ¡¡¡Mamá!!! ¿¡¡Dónde están!!?”
La
voz de la hermanita se elevó y trajo a Nell de vuelta del centro del tornado de
pensamientos.
¡Lo siento
Kurono-kun, no puedo ignorar a estos niños perdidos!
Estaba
preocupada por Kurono, sin duda.
Pero
no podía elegir la opción de dejar solo al niño pequeño que tenía delante.
Y
finalmente, Nell empezó a moverse.
Para
salvar a los lastimeros hermano y hermana.