25 feb 2018

Tate No Yuusha Vol 03 Cap 10

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord


Editor: Lord




10 La Tercera Ola

Terminé de hacer los nuevos accesorios de Raphtalia y Firo justo a tiempo.

"Mira, los accesorios que pidieron. Raphtalia, tú primero."

Hice una pulsera de jade para Raphtalia. Se lo di a ella.

"Gracias."

“El efecto al equipar es Incremento de Magia (medio). Tu armadura usa un poco de poder mágico para tu defensa mágica. Esto debería equilibrar eso. Gracias a ti, pude hacer algo bueno”.


Hace poco tiempo atrás, Raphtalia y Firo pudieron ahorrar un montón de dinero en ese pueblo de manantiales termales que habíamos visitado a fondo. Por eso pude comprar buenos materiales que antes estaban fuera de mi alcance. Eso fue lo que me permitió hacer estos buenos accesorios.

"Lo atesoraré".

"¿Estás segura de que eso es lo que realmente quieres? Podría hacer uno un poco más a la moda".

"¿Qué está diciendo? ¿Cree que somos lo suficientemente poderosos para centrarnos en la moda?"

Bueno, bueno. Si eso es lo que dijo, entonces no tenía otra opción que creerle.

"Ok Firo, tú sigues".

Le di una horquilla ámbar. Me había centrado en los detalles cuando la hice, para que se viera bien en ella incluso cuando esté en su forma de pájaro. Cuando se le abrían las plumas hacia abajo, se desplegaban y parecían un adorno de pelo con plumas.

"El efecto al equipar es Incremento de Agilidad (medio)."

"¡Gracias, Amo!"

“Es lo mejor que pude hacer con los materiales que teníamos a mano. Tal vez pueda hacer mejores luego, pero es lo mejor que puedo hacer por ahora.”

"No es ningún problema. Sólo espero poder hacer un buen uso de este accesorio".

"¡Sí! ¡Yo también haré mi mejor esfuerzo!"

"Sé que lo harán."

Habíamos terminado la reunión de planificación con los soldados de apoyo también, así que supongo que estábamos tan preparados como podríamos estar.

Al principio, Firo había mostrado cierta vacilación, sin tener ni idea de qué esperar, ni siquiera de lo que era la ola. Pero la convencí de que todo lo que podíamos hacer era abordar los problemas cuando se presentaban, y ella lo entendió.

Teníamos mucha medicina. En cuanto al carruaje... El nuevo no estaba listo, así que Firo tiraba de un carruaje de equipaje.

Eso estaba bien. A diferencia de los otros héroes, yo pasaría la mayor parte del tiempo en aldeas cercanas protegiendo a la gente de allí. No estoy seguro de que mi participación fuera necesaria, pero sólo podría imaginar lo que la gente diría de mí si tratara de no participar en esta batalla.

00:05

Quedaban cinco minutos. Una vez que fuéramos transportados a la ola, tendría que averiguar dónde estaba y encontrar alguna forma de decírselo a los soldados.

Cambié mi Escudo Víbora Quimera...

00:00

¡Había llegado el momento! El mundo entero se llenó de un sonido haciendo eco, como un cristal rompiéndose.

En el segundo siguiente, nuestro entorno cambió completamente. Estudiamos tranquilamente nuestro nuevo entorno.

"¿Dónde estamos?"

Sí, estábamos cerca del pueblo donde estaba la anciana enferma. Se necesitaría un día y medio, como mínimo, para llegar aquí desde la Ciudad del Castillo.

Miré al cielo y, como la última vez, estaba rojo vino y cubierto de grietas como una concha de tortuga.

"¡Héroe del Escudo!"

Los soldados habían sido transportados con nosotros y corrían en nuestra dirección. Entonces vi a los otros tres héroes y...

"¡Firo! ¿Ves a esos tipos corriendo hacia las grietas? Patea a Lanza y tira a los otros. ¡No exageres!"

"¡Okaaaaay!"

Justo como le pedí, Firo se quitó las garras y corrió hacia los héroes. Rápidamente alcanzó a Espada, Arco y Lanza.

"¡¿Qué...?!"

Lanza se giró para verla, y justo cuando Firo le dio una patada, voló hacia los demás, derribándolos.

“¡AAAAAHHHHH!”

Todos se cayeron como bolos, dándonos tiempo para alcanzarlos. Después de ver a Perra volar por el aire, estaba de buen humor.

Firo realmente se había contenido, como le pedí, y nadie había sufrido ningún daño serio por su patada.

"¡¿Qué estás haciendo?!"

Lanza estaba tambaleándose, gritándonos a todos. Lo ignoré y disparé una fría mirada a Espada y Arco.

"¡Eso es lo que quiero preguntarles, idiotas!"

"¡¿Qué quieres?!"

"¡Sí! ¡Tenemos que destruir a los monstruos que surgen de la grieta!"

Yo estaba más allá de estar enojado con estos estúpidos héroes. Estaba simplemente molesto.

"Primero tienen que escuchar. Podemos eliminar a los enemigos luego".

Ordené a mis soldados de apoyo que se dirigieran al pueblo cercano. Asintieron y siguieron mis órdenes, corriendo hacia el pueblo.

"¡Te estás interponiendo en el camino de nuestra misión!"

"¡No, no lo estoy!"

Itsuki saltó hacia atrás cuando le ladré, conmocionado. Parpadeó.

"Cálmense todos. Pensémoslo bien. No recibí ninguna financiación, así que no estaré luchando contra la ola directamente. Lo mejor que puedo hacer es proteger la aldea vecina, así que ése es mi trabajo. ¿Todos entienden esto?"

"Sí."

"Eso te descalifica como Héroe".

El grupo de héroes me miraba fijamente, pero los ignoré y seguí hablando.

“De acuerdo, Ren, Itsuki, Motoyasu, su trabajo es eliminar los monstruos que vienen de la grieta. Pueden eliminar a los principales enemigos para hacerlo, o quizás tengan que atacar la grieta directamente, no lo he hecho, así que no lo sé”.

"¡La grieta está vinculada al jefe!"

Vinculada. Eso era una charla de jugadores. Itsuki no se lo estaba tomando tan en serio como debería, pero da igual.

"Pero entienden que mi trabajo también es muy importante, ¿verdad?"

"¿Qué?"

Ren no parecía entenderlo. Pero oye, este mundo era básicamente lo mismo que un juego que él conocía, ¿verdad? Debería entenderlo todo.

"¿Y dónde están los caballeros?"

Los tres héroes cerraron los ojos cuando grité.

"Vendrán más tarde".

Quizás era para ayudarles a encontrarnos, pero había un faro mágico de algún tipo brillando sobre nosotros en el cielo. Probablemente pondrían la mira en eso.

"Estamos a un día y medio de la Ciudad del Castillo. ¡Nunca llegarán a tiempo, idiotas!"

"¡¿Entonces qué quieres que hagamos al respecto?!"

“¿Me lo preguntas a mí? ¡Pensé que lo sabías todo!”

Señalé a los soldados que habían venido conmigo que ahora corrían hacia la aldea.

"Hablando de eso, ¿cómo hiciste que esos soldados se teletransportaran aquí contigo?"

“¿Realmente me preguntas eso? ¿No sabes de las funciones de formación de batalla?”

“¿Te refieres a miembros del equipo? ¿Cómo engañaste a todos ellos para que se unieran a ti?”

“Eso no es todo. Ustedes pueden designar a alguien como líder y luego hacer que su equipo con esa persona esté sujeto al liderazgo de ustedes. Si lo hacen, todos serán transportados con ustedes.”

¿Podría ser? ¿Había cosas que ellos no sabían de las oleadas?

Los soldados habían dicho que ninguno de sus superiores había enviado órdenes de unirse a ninguno de los equipos de los héroes, pero ¿podría ser porque los héroes no sabían de la capacidad de hacerlo? Me quedé aturdido en silencio. Eso explicaría por qué no había caballeros aquí.

"Bueno, revisemos por adelantado. ¿Quién ha mirado sus menús de ayuda para aprender a luchar en la oleada?"

Nadie levantó la mano.

"Supongo que si ya saben todo lo que hay que saber sobre este lugar, no necesitan leer los menús de ayuda o tutoriales, ¿o sí?".

"Sí, ya lo sabemos todo."

"Exactamente. ¿Podemos concentrarnos en combatir la ola ahora?"

"Bien entonces. ¿Qué otros juegos llaman a estas batallas contra las oleadas?"

"¿Eh?"

"¿Qué estás preguntando?"

"¡Cállate ya, tenemos que irnos!"

Itsuki ignoró mi pregunta, se giró, y empezó a correr.

"Motoyasu, puedes ver a dónde quiero llegar. ¿No puedes?"

"Uh... seguro... ¿una mazmorra instantánea?"

"No es eso, era una Ola de Ataque Temporal".

Ren... Eso tampoco es todo. Dije: ‘Otros juegos’, ¿no? El juego que él conocía se llamaba Brave Star Online, ¿no?

"¡Guerras gremiales, batallas de equipo, eso o batallas a gran escala!"

En el juego que solía jugar, había eventos importantes cada semana más o menos, donde los jugadores luchaban entre sí. Si usaras el sistema de tropas de apoyo, entonces el juego se aseguraría de que aparecieran más enemigos de los que podrías manejar por ti mismo. Así que durante la última ola, si los caballeros no hubieran llegado a tiempo, no estoy seguro de que hubiéramos sido capaces de mantener el daño al nivel al que lo hicimos.

"Miren, incluso si todos tienen experiencia con el sistema de juego, no tienen ninguna experiencia manejando un gremio grande, ¿verdad?"

En las batallas a gran escala, había que priorizar la cooperación.

Aunque, por supuesto, los jugadores ases, los héroes, liderarían la carga. Pero para mantener la destrucción al mínimo, íbamos a necesitar la cooperación de los lugareños.

Si ellos no podían entender algo tan simple, entonces eran idiotas.

"He dirigido un equipo antes".

Motoyasu habló, pero mantuvo sus ojos en Firo en su forma de pájaro. Probablemente no quería que lo patearan.

"¿Entonces por qué no lo entiendes?"

"No es necesario".

"¡¿Qué?!"

"Se resolverá solo".

Rayos... y pensé que estos tipo no podrían ser más odiosos, más irresponsables.

Perra, ese es tu trabajo. Esa estúpida princesa podrida, como si fuera lo suficientemente inteligente para asumir esa responsabilidad.

"Nunca tuve ningún interés en ese tipo de cosas."

Ren, el idiota. Pero conocía bien a su tipo. Siempre había uno o dos de ellos antes de una guerra gremial, y nunca me gustaba tratar de hablar con ellos.

Si alguien así se suponía que iba a ser un maestro de gremios, en realidad no se me ocurre ninguna posibilidad. ¿Cómo funcionaría el gremio?

“De todos modos, sólo podemos trabajar con lo que tenemos esta vez. Pero la próxima vez asegúrense de conectarse con los caballeros”.

Los inste a irse con las manos, moviéndolos para que salieran corriendo hacia la ola. Ren y Motoyasu no hicieron ningún esfuerzo por ocultar su molestia conmigo cuando corrieron.

"Muy bien chicos, vamos al pueblo. Raphtalia, Firo... ¡Están con nosotros!"

"¡Okaaaaay!"

"¡Entendido!"

Saltamos en el carruaje y nos dirigimos al pueblo tan rápido como pudimos. Los soldados que estaban con nosotros tenían su propio carruaje y se las arreglaron para seguirnos.

***

Para cuando llegamos al pueblo, ya estaba lleno de monstruos de la ola.

Había monstruos parecidos a cóndores negros, lobos negros, goblins y hombres lagartos.

Pero el hombre lagarto no parecía un semi-humano, no del todo. Parecía más... siniestro.

Cuando me acerqué pude ver sus nombres: Cóndor Oscuro, Lobo Negro Sombrío, Goblin de Asalto Sombrío, Hombre Lagarto Sombrío. Al lado de todos sus nombres, sin lugar a dudas, estaban la palabra: ínterdimensional.

Como los semi-humanos, estos monstruos sombríos desaparecían como fantasmas cuando los derrotabas.

Eran un montón de matones espeluznantes. Y los monstruos eran completamente diferentes a los de la última ola. ¿No había reglas que gobiernan este tipo de cosas?

Como sea, simplemente déjaselo a los héroes. Ellos se encargarán de todo. ¿Y aun así? ¡Ahí!

"¡Hiyaaaa!"

El grito de batalla que había llegado de la escena venía de la anciana a la que le había dado medicina cuando estaba viajando por aquí.

Balanceaba una azada con una mano y luchaba con todas sus fuerzas. Los soldados estaban aturdidos.

"¡Ah! ¡Gran Santo! ¡Usted fue de gran ayuda! ¡Hiyyaa!"

Gritó una frase de agradecimiento para mí cuando un grupo de monstruos surgió de la ola. Balanceó su azada hacia ellos.

Ella era bastante fuerte en realidad, y sus alrededores estaban llenos de cuerpos de monstruos.

"¡Oye, tú también dale las gracias!"

El hijo de la señora rápidamente se inclinó ante mí, como si tuviera que hacerlo todo el tiempo.

"Más y más monstruos salen de las olas, será mejor que evacuen."

Los soldados conmigo estaban ayudando a evacuar a los aldeanos. Entre el caos, estábamos luchando y matando monstruos, pero ellos seguían viniendo. Iba a ser una lucha dura, y teníamos que centrarnos en matar monstruos.

"¡Hiyaa!"

La anciana estaba eliminando enemigos a diestra y siniestra. Era difícil de creer que, hace sólo un mes, estaba enferma en la cama, al borde de la muerte.

"¡He recuperado mi vieja fuerza, gracias a ti, Gran Santo! ¡Hiyaa!"

Busqué a su hijo y lo vi al otro lado de la calle, luchando contra monstruos con todo su poderío... pero no era tan fuerte como su madre. Algunos soldados se le unieron, y juntos lograron detener al enemigo. No era para nada tan fuerte como su madre.

"Puede que parezca vieja, pero en aquellos días era muy famosa como aventurera. ¡Mi nivel y mi edad son casi iguales! ¡Hiyaaaa!"

"¡No exagere, señora!"

No iría tan lejos como para llamarla una guerrera incomparable o algo así, pero ella era definitivamente una de las luchadoras más fuertes que había visto.

Detuve los ataques del enemigo mientras Firo les daba una patada. Cayeron rápido.

Parecía que podía contar con la señora en batalla, pero tenía miedo de que se desplomara una vez terminada la batalla.

"¿Qué medicina te di, de todos modos?"

"¿Quién sabe?"

Raphtalia miraba fijamente a la anciana, boquiabierta. Tendríamos que obtener la historia completa de su hijo más tarde.

Sin embargo, necesitábamos centrarnos en el tratamiento de los heridos.

"¡Que todos los heridos se acerquen al carruaje! ¡Manténganlos a salvo y lejos del frente!"

Daba órdenes y trataba a la gente cada vez que tenía un segundo libre.

"¡Hiyaa! ¡Gran Santo! ¡Hay algunos raros apareciendo!"

Miré en la dirección que ella señalaba. Había una enorme muchedumbre de Hombres Lagartos Sombríos Ínterdimensionales, pero yo podía distinguir algo más entre ellos... algo grande. Parecía ser al menos el doble del tamaño de cualquier otro.

"¡Voy!"

El líder de mi equipo de soldados corrió en dirección al gran monstruo.

"¡Idiota! ¡Alto!"

El gigantesco lagarto se volvió hacia el soldado que corría y trató de aplastarlo con su espada gigante.

Él esquivó y trató de recuperar su línea defensiva, ¡pero no hubo tiempo!

Pero entonces, sin previo aviso, el collar del soldado comenzó a brillar, activando algún tipo de efecto instantáneo antes de romperse. Entonces la espada del lagarto gigante saltó hacia atrás, choqueada por el golpe.

"¿Qué?"

"¿Qué estás haciendo? ¡Retírate!"

"De... ¡De acuerdo!"

Maldita sea. La responsabilidad sobre las tropas voluntarias era demasiado. Un ataque destrozó su collar de defensa. El gigante debe tener una enorme capacidad de ataque. Tendría que usar mi escudo para detener su espada y contar con el apoyo para destruir al monstruo.

"Raphtalia, Firo. Vengan conmigo, vamos a derribar esa cosa".

"¡Ok!"

"¡Okaaaaaaay!"

Los tres corrimos hacia el monstruo gigante.

El Hombre Lagarto Sombrío Ínterdimensional blandió su gran espada negra hacia nosotros.

Corrí delante de las chicas y preparé mi escudo. Hubo un fuerte estruendo, y llovieron chispas a mi alrededor.

El Colmillo Serpiente Venenoso (medio) se activó y envenenó al enemigo. Pero no fue muy efectivo.

Supongo que tenía sentido que el veneno fuera débil contra estos monstruos reptiles. Pero nunca fue mi plan envenenar esa cosa.

"¡Hiyyyyaaaaaahhhh!"

Raphtalia clavó su espada en el vientre del lagarto y lo detuvo en su camino.

“¡AAAAHHHRRRH!”

El pie con garras de Firo voló en un arco estrecho, conectando con la cara del lagarto. Una parte de su cabeza estaba girando por el aire.

El gigante cayó hacia adelante y golpeó el suelo con un choque ensordecedor.

"Whoa..."

Los soldados murmuraron asombrados.

"¡Gracias! Si no nos hubieras dado esos objetos, Héroe del Escudo, ya estaríamos muertos".

"Bueno, saliste con vida."

Si me las arreglé para salvar una vida, entonces todo el tiempo que pasé aprendiendo a hacer objetos no había sido un desperdicio.

Me sentí animado.

"¡Muy bien! Corran al próximo pueblo y hagan lo que puedan para protegerlo".

Deberíamos ser capaces de proteger la aldea en la que estábamos ahora con seis soldados, esa anciana y los aventureros que estaban en la ciudad cuando llegó la ola.

Pero había otro pueblo cerca. Si no nos apurábamos, ¿quién iba a saber qué pasaría?

“Les dejo algo de medicina a todos ustedes. Esto no será un viaje tranquilo, pero vamos al próximo pueblo”.

Los soldados se subieron al carro al que yo señalaba.

"¡Vamos!"

"¡Hiya!"

Firo agarró las cuerdas y corrió a toda velocidad.

Para cuando llegamos a la siguiente aldea, los soldados se tambaleaban fuera del carro, después de que el movimiento los mareara en el camino. No tenía tiempo de consolarlos.

Había casas incendiadas y aldeanos heridos. Este pueblo parecía estar peor que el anterior.

"¡Deprisa y ayuden a esos aldeanos!"

"S... ¡Sí, señor!"

Matábamos monstruos a diestra y siniestra, y esperábamos a que la ola terminara.

***

"¡Demasiado tiempo!"

Habían pasado tres horas.

En ese tiempo habíamos logrado asegurar la seguridad de la mayoría de los aldeanos, y ahora estábamos concentrando nuestras energías en cortar a través de las hordas de monstruos que continuaban descendiendo en el pueblo.

La mayoría de los aldeanos habían sido evacuados, y mantuvimos las bajas relativamente pocas. Pero no sabía cuánto tiempo podríamos mantener su refugio a salvo de las hordas. Seguimos luchando.

Pero esto llevaba demasiado tiempo. ¿Qué estaban tramando esos estúpidos héroes?

"Héroe, ¿por qué no nos deja este pueblo a nosotros? Deberías encontrar a los otros Héroes y ayudarlos".

Fue el joven soldado quien se me acercó originalmente el que me dijo eso.

"No creo que pueda hacer mucho para ayudarlos."

Era su trabajo luchar contra la ola directamente, y estoy seguro de que se quejarían si me presentara.

"Pero, Señor..."

Él no se veía muy bien. Su cara estaba pálida.

Llevaba tres horas luchando contra monstruos. Su resistencia iba a ceder pronto.

Yo también estaba exhausto. Me di cuenta de que Raphtalia y Firo también estaban desgastadas.

"¡Hiya! ¡Toma eso!"

Firo pateó un Goblin de Asalto Sombrío Ínterdimensional, y este cayó al suelo. Ella todavía tenía suficiente energía para seguir adelante.

Sí, Firo estaría bien. La chica era como una bola gigante de resistencia.

"¿Puedes manejarlo?"

"¡Déjamelo a mí!"

Supongo que tenían suficiente energía para seguir adelante.

"Muy bien. Entonces voy a ver qué está pasando. Les dejo el pueblo a ustedes".

"¡Sí, Señor!"

"¡Raphtalia, Firo, vamos!"

"Entendido".

"¡Okaaaaay!"

Dejamos el pueblo para los soldados y aventureros, subimos a la espalda de Firo y corrimos hacia la ola.


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