24 feb 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 02

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



02 Enviando un Mensaje de Nuestra Visita

“¡Estamos de vuuuueeeeltaaaa!”

“¡Ey, es Firo!”

Todos los esclavos vinieron a recibir a Firo cuando llegamos al pueblo.

“¿Eh? ¿Volviste con el Hermano del Escudo?” ‒ preguntó uno de los esclavos.

“¡Siiiip, nos encontramos con el Amo mientras estábamos fuera!” ‒ Contestó Firo.

“Ya veo” ‒ contestó el esclavo.

“Bienvenido de vuelta, Sr. Naofumi. Veo que Firo está con usted por alguna razón” ‒ dijo Raphtalia.

“Sí, apareció justo cuando estábamos a punto de regresar, así que la traje con nosotros” ‒ le contesté.


“Ya veo…” ‒ murmuró dudosa.

“Aparte, ella regresó mucho más fuerte que cuando se fue” ‒ le dije.

Le conté a Raphtalia todo lo que había pasado unos momentos antes.

“Llegaremos a Siltvelt mañana en algún momento. Que alguien me traiga a Sadina. Tenemos que pensar en qué tipo de problemas podríamos acabar enfrentándonos allí. Además, si tenemos a Firo tirando de un carruaje, todos podremos entrar al país juntos” ‒ continué.

“¡Kwa, kwa, kwa!”

Gaelion empezó a quejarse. Estoy seguro de que se quejaba de que yo iba a llevar a Firo.

“Gaelion, es genial que puedas volar con un pequeño grupo de personas. Pero cuando se trata de grupos grandes de personas, Firo tiene la ventaja de que puede tirar de un carruaje. Tendrás que aceptarlo” ‒ le dije.

“¡Kwa! ¡Kwa!”

“Umm, dice que él también puede tirar de un carruaje” ‒ dijo Wyndia.

“¡Nooooo! ¡Tirar de los carruajes es miiiii trabajo!” ‒ Gritó Firo.

“He estado cabalgando sobre tu espalda durante los últimos dos días, así que no te quejes de no participar en ésta” ‒ le dije a Gaelion.

“Kwaaaa…”

Sus ojos de cachorro no iban a hacerme cambiar de opinión. También era importante aprender a contenerse. Y además, no era como si lo hubiera perdonado completamente por todos los problemas que había causado recientemente, aunque tenía que darle crédito por hacer todo lo posible para compensarlo.

“Te guste o no, ahora le toca a Firo. No puedo llevar un carruaje usando mi portal, así que tendremos que conseguir uno barato allí. ¿Te parece bien, Firo?” ‒ Le pregunté.

“¡Síp!”

“Una vez que nos acerquemos a Siltvelt, es probable que recibamos el tipo de bienvenida que preferiría evitar. Si eso sucede, cuantos más de nosotros seamos, mejor” ‒ continué.

Montar a Gaelion no era una mala forma de moverse, pero preferiría tener más gente conmigo si tuviera que tratar con toda una nación. Además tenía que tener cuidado con Siltvelt. El país adoraba al Héroe del Escudo. Pero no podía estar seguro de que no hubiera elementos extremistas que no fueran tan diferentes de Melromarc. No podía bajar la guardia.

“Oooh, ooooh, Aaaamoooo, ¿puede Mel-chan venir también?” ‒ Firo suplicó.

“Probablemente sea mejor que Melty no venga. Nunca adivinarías que es una princesa por lo obstinada que es, pero sigue siendo de la realeza” ‒ le contesté.

“¡¿Qué has dicho?!” ‒ Melty gritó.

“¿Quieres ir, entonces?” ‒ Le pregunté a ella.

“…”

Estábamos hablando de un país que podría ser peligroso para la reina visitar por negocios diplomáticos. De todos modos, necesitábamos hablar con la reina primero. No es como si en realidad tuviéramos negocios con el país en sí.

“De acuerdo, realmente no quiero, pero iré a hablar con mamá. Vamos, Firo” ‒ dijo Melty.

“¡Ok~!” ‒ Contestó Firo.

Melty se subió a la espalda de Firo después de cambiar a su forma firorial y luego Firo salió corriendo hacia la distancia. No había tiempo para descansar para esas dos. Pero se llevaban muy bien.

“¡Sr. Naofumi!” ‒ gritó Atlas.

Vino deambulando con Fohl a remolque.

“Bienvenido de vuelta” ‒ dijo ella.

“Gracias. Llegaremos a Siltvelt mañana o pasado mañana. Nos iremos todos juntos una vez que Firo regrese” ‒ le dije.

Miré a Fohl.

“Así que Fohl, dijiste que conocías a algunas personas en Siltvelt, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Una de las personas que nos cuidaba regresó a Siltvelt. Eso es todo lo que sé. Tendremos que encontrarlo” ‒ dijo.

“¿Podemos confiar en esta persona?” ‒ Le pregunté.

Fohl se cruzó de brazos y se quedó allí pensando por un momento.

“Honestamente, no lo sé. Yo era sólo un niño en ese momento, y nuestros padres nunca nos hablaron de nuestros abuelos en primer lugar” ‒ dijo.

“Ya veo”.

Los hakuko eran una raza de sangre caliente que había ido a la guerra contra Basura. Por lo que había oído, Basura los había arrinconado y finalmente había causado su caída del poder. Hablando con realismo, llevar a los hermanos podría ser peligroso. Aun así…

“Como mínimo, me gustaría mostrarle a Atlas la casa en la que crecimos” ‒ dijo Fohl en voz baja.

“¿Eso está en Siltvelt?” ‒ Le pregunté.

“No”.

Fohl me pidió que le mostrara un mapa y luego empezó a buscar la ubicación. Señaló un lugar cerca del área en la que habíamos parado esa noche, justo a las afueras de Siltvelt. Hacer una parada allí no estaría fuera de discusión.

“Por cierto, he estado pensando en algo, Fohl” ‒ dije.

“¿Qué?” ‒ preguntó.

“¿Puedes hablar el idioma de Siltvelt?”

Raphtalia, Ren, Itsuki y yo teníamos armas que nos traducían. Pero los otros no podrían comunicarse si no conocieran el idioma. Rishia era lo suficientemente inteligente como para aprender un idioma extranjero en cuestión de días, pero no todo el mundo era tan talentoso como ella.

“Bueno, sí… Aprendí a hablar varios idiomas durante el tiempo que estuvimos a la deriva, antes de que termináramos en Zeltoble” ‒ dijo.

“Yo también lo hice. Después de todo, conversar era lo único que podía esperar cuando estaba enferma. Hice que mi hermano me enseñara varios idiomas durante ese tiempo” ‒ agregó Atlas.

“¿Oh?”

Era una habilidad que no esperaba que tuvieran. En otras palabras, podían hablar no sólo el idioma de Siltvelt, sino también otros idiomas de las áreas circundantes. Eso podría ser útil cuando decidiera ampliar nuestras rutas comerciales.

“El pequeño Fohl sigue cometiendo un buen número de errores al hablar el idioma oficial de Melromarc” ‒ dijo Sadina.

“Sí” ‒ contestó Fohl, asintiendo.

Me miró con una mirada curiosa en su cara.

“¿Cómo funciona eso? Me pregunto qué idioma… escuchas… cuando hablo” ‒ dijo.

Se detuvo al azar varias veces mientras hablaba. Probablemente cambiaba de idioma cada vez.

“Hermano, deja de burlarte del Sr. Naofumi hablando en varios idiomas” ‒ dijo Atlas.

Ella le dio un rápido golpe en la espalda y él gimió de dolor. Fue tan rápida como siempre.

“Ugh… Sólo lo estaba probando, eso es todo, Atlas. Quiero ver lo que escuchó, especialmente la última parte” ‒ dijo Fohl.

Aparentemente, ‘Me pregunto qué idioma’ había sido el de Siltvelt, ‘escuchas’ había sido el de Melromarc, y ‘cuando hablo’ había sido un idioma diferente con un acento realmente fuerte. Atlas dijo que ni siquiera ella pudo entender la última parte.

“Fue ‘cuando hablo’. ¿No es cierto, Sr. Naofumi?” ‒ preguntó Raphtalia.

Asentí con la cabeza.

“Las conversaciones son traducidas por las armas de los héroes. Supongo que eso también se aplica a los idiomas más minoritarios” ‒ dije.

Supongo que el hecho de que las armas no pudieran traducir el discurso de un monstruo podría haber sido considerado un defecto. ¿O era más bien una gracia salvadora? Ni siquiera podía imaginar el dolor de cabeza que habría sido si pudiera comunicarme con monstruos normales. Era mucho más feliz dejando ese tipo de cosas a Firo, Rat y Wyndia.

“Esa sí que es una habilidad conveniente” ‒ dijo Fohl.

“¿Cuál fue el último idioma?” ‒ Le pregunté.

“Es un pequeño dialecto usado en las afueras de Siltvelt. Uno de nuestros sirvientes me lo enseñó hace mucho tiempo” ‒ contestó.

Así que las armas incluso traducían dialectos de manera impecable. Asombroso. Si ser un héroe no fuera un trabajo en sí mismo, tal vez podría haberme ganado la vida como intérprete.

“Hasta el territorio de Saeto tiene su propio dialecto” ‒ dijo Sadina.

“Aun así, Fohl y Atlas son multilingües, es una ventaja” ‒ respondí.

Keel y los otros esclavos de Lurolona generalmente sólo podían hablar la lengua oficial de Melromarc. Me preguntaba cuántos idiomas sabían los padres de Raphtalia.

“Ey, Sadina. ¿Qué idioma hablan en Q'ten Lo?” ‒ Le pregunté.

“Hay algunas pequeñas diferencias, pero es básicamente la misma que la lengua hablada en Siltvelt. Lo mismo ocurre con Shieldfreeden, a pesar de que allí lo hablan con un acento muy marcado” ‒ explicó.

Este idioma que hablaban era básicamente el idioma oficial de los semi-humanos.

“Probablemente no te diste cuenta cuando estuviste allí, pero puedes arreglártelas con prácticamente cualquier idioma importante de Zeltoble. Esa es una de las cosas que hace que ese país sea tan conveniente” ‒ continuó.

“Estoy seguro de que las diferentes tiendas atienden en diferentes idiomas” ‒ dije.

Zeltoble había sido un verdadero crisol de diferentes nacionalidades y razas. Había tal mezcla que no tenía sentido tratar de discriminar.

“Por cierto, Faubrey tiene su propio idioma oficial. De los dos, ese sería considerado el idioma principal” ‒ agregó Sadina.

“Ya veo”.

Faubrey era el país de los héroes, así que la nobleza y cualquier persona de alto rango probablemente querría hablar el idioma del país. Había oído que en el Reino Unido alguna vez fue posible discernir la clase social de alguien por el idioma que hablaba. Quizás el paisaje cultural de Faubrey era similar.  Pero nada de eso importaba. Probablemente acabaríamos yendo allí, pero era Siltvelt a quien visitaríamos al día siguiente o dos días.

“Entonces, ¿vamos a hacer una parada especial por Fohl y Atlas, Sr. Naofumi?” ‒ preguntó Raphtalia.

“No me importaría mientras sea una parada rápida” ‒ dije.

De hecho, yo estaba a favor si eso ayudaba a motivarlos. Quería volver a mi propio mundo, pero eso era imposible. Definitivamente podía entender el deseo de volver a casa.

“Me gustaría, si es posible. Quiero mostrarle la casa a Atlas” ‒ contestó Fohl.

“No estoy interesada. Sin mencionar que soy ciega” ‒ dijo Atlas.

La forma en que caminaba tan libremente hacía que pareciera que podía ver. Según ella, era porque podía sentir la fuerza vital.

“…”

Estos hermanos estaban en longitudes de onda completamente diferentes. Estaba empezando a sentir pena por Fohl.

“¿Qué tal si paramos cuando volvamos, si tenemos tiempo?” ‒ Yo sugerí.

Fohl parecía decepcionado. Me sentí muy mal por él, así que pasaríamos luego sólo por él.

“Awwww” ‒ se conmovió Sadina.

“Usted tiene una mirada realmente de simpatía, Sr. Naofumi” ‒ dijo Raphtalia.

“¡Hermano! ¡Deja de intentar que el Sr. Naofumi te compadezca, cobarde!” ‒ Gritó Atlas.

Ahora Atlas lo estaba regañando. Eso me hizo sentir aún más triste por él.

“¡Cállense! ¡Todos ustedes! ¡No me miren así!” ‒ Gritó Fohl.

Esperemos que él consiga algo valioso de ir. Pero, ¿realmente Atlas no estaba tan interesada en el pasado?

“Podemos saquear el lugar si no hay nadie viviendo allí” ‒ sugerí.

“¡¿Qué demonios quieres de nuestra casa?!” ‒ Gritó Fohl.

“Puede que haya algo bueno ahí dentro, ¿verdad?” ‒ Le contesté.

Los hakuko de la realeza  habían vivido allí. O tal vez había sido una casa de vacaciones o algo así. Pero podría haber tesoros familiares aún escondidos en alguna parte.

“Lo más probable es que haya alguien más viviendo allí ahora” ‒ agregué.

Tenía que admitir que también estaba interesado en saber qué tipo de lugar era. Pero tendríamos que esperar a ver qué pasa.

“Supongo que tienes razón. Podría haber algo ahí dentro que pudiera ayudar a los héroes” ‒ dijo Fohl después de asentir con la cabeza.

***

El día siguiente llegó. Antes de salir, pasé por la mansión de la ciudad vecina donde Melty y Eclair se alojaban. Eclair estaba en el patio. Aún era temprano y ya parecía exhausta. Tal vez era sólo mi imaginación. Ella y Ren acababan de empezar a practicar blandiendo sus espadas cuando Eclair dio un suspiro de alivio.

“Nada me hace sentir más en paz que la práctica de espada” ‒ dijo.

“¿Esto te hace sentir en paz? ¿Es eso algún tipo de cosa de la caballería?” ‒ preguntó Ren.

Eclair siempre se veía más viva cuando entrenaba esgrima con Ren. Pero incluso él parecía confundido ahora. Todo era bastante surrealista.

“Muy bien, espera aquí a que lleguen los demás, Raphtalia. Tú estás a cargo mientras yo no estoy” ‒ le dije.

“De acuerdo, entendido. En ese caso, supongo que practicaré esgrima con Eclair y Ren mientras espero a que vuelvas” ‒ contestó ella.

“Entiendo el deseo de practicar, pero creo que deberías estar haciendo un entrenamiento más avanzado. Sugiero que participemos en una batalla simulada” ‒ dijo Atlas.

“Aún es temprano. Sólo quiero sudar un poco. No duraría hasta la noche si empezáramos con todo tan temprano en el día” ‒ respondió Raphtalia.

“Ese es tu problema, Raphtalia. No es de extrañar que todavía no puedas entender la esencia del estilo que esta gente está trabajando tan duro para comprender” ‒ dijo Atlas.

“Atlas, realmente eres algo” ‒ contestó Raphtalia.

Las dos empezaron a discutir, pero yo sólo fingí no darme cuenta. Me dirigí a la mansión para buscar a Melty. Todavía era temprano en la mañana, pero la encontré en una habitación donde estaba ordenando un montón de papeleo.

“Oh, eres tú, Naofumi” ‒ dijo ella.

“Oí que tú y Firo estaban aquí. Vine a buscar a Firo” ‒ respondí.

“Oh, así que por eso estás aquí”.

No sé si era porque estaba agotada, pero se dejó caer y se quedó encorvada en su silla. Al contrario, Firo miraba a su alrededor como si estuviera llena de energía.

“¿Y? ¿Hablaste con la reina, Melty?” ‒ Le pregunté.

“Sí, hablé con Madre” ‒ contestó ella.

Después de discutirlo, la reina había decidido que Melty se quedara para no provocar más problemas. Melty dijo que planeaba ayudar –oh, lo siento, ‘supervisar’- a Eclair en su papel de gobernadora en funciones. Por eso sólo estaba ordenando el papeleo y no llenándolo.

“Bueno, eso es probablemente lo mejor” ‒ le dije.

“Sí. Si fuera, las cosas se complicarían mucho más, estoy segura. Hay algo más también. Planeabas conseguir un carruaje después de teletransportarte allí, ¿verdad?” ‒ preguntó.

“Sí”.

“Madre dijo que notificó a Siltvelt de tu visita y pidió que enviaran un mensajero a tu ubicación inicial con un carruaje para que lo usaras”.

“Oh, eso será de gran ayuda” ‒ dije.

Ya sea que compráramos un carruaje o sólo lo alquiláramos cuando llegáramos allí, yo esperaba tener que gastar algo de dinero. No quería construir uno, así que eso funcionaba perfectamente.

“La única cosa es… Ir a Siltvelt probablemente causará bastantes problemas, diplomáticamente hablando. Tienes que tener cuidado” ‒ continuó Melty.

“Ya lo sé. Pero, ¿crees que podríamos convencerlos de que nos ayuden si enviamos a alguno de los otros héroes?” ‒ Le pregunté.

“Probablemente no. De hecho, es dudoso que consideren escuchar a alguien que no seas tú” ‒ contestó.

Ella probablemente tenía razón. Para ser honesto, a pesar de que Siltvelt era como el área natal del Héroe del Escudo, ir significaría tener que lidiar con algunos problemas políticos realmente molestos.

Había estado usando la reconstrucción de la aldea de Raphtalia como excusa para evitar ir, pero eso ya no funcionaría. Si fuera posible, esperaría hasta que el mundo hubiera sido salvado antes de ir allí, pero no tenía más remedio que renunciar a eso ahora.

Huir no iba a lograr nada. Tendría que atravesar este molesto obstáculo por el bien de Raphtalia.

“Por supuesto, Madre y yo ya hemos coordinado con los nobles más poderosos para tratar cualquier asunto aquí en Melromarc. Todas las cuestiones importantes han sido resueltas, oficialmente hablando” ‒ agregó Melty.

“Quieres decir, aparte de lo de tu hermana mayor y los miembros de la Iglesia de los Tres Héroes, ¿no?” ‒ Dije.

Melty asintió.

“El alcance de la estupidez de mi hermana me sorprende. Y pensar que causaría tantos problemas…” ‒ dijo.

“Me lo estás diciendo a mí” ‒ me quejé.

Seguía desaparecida, junto a los otros compañeros de Itsuki. Sin mencionar que había oído que el que siempre llevaba la armadura llamativa era en realidad parte de la nobleza de Melromarc. Quién iba a saber qué tipo de negocios turbios estaban tramando en secreto. Pero aún no habían causado ningún problema nuevo. Esperaba que no lo hicieran. No me habría sorprendido ni un poquito si trataran de hacer algo mientras yo no esté.

“Planeas volver regularmente, ¿verdad?” ‒ preguntó Melty.

“Ese es el plan. Igual debes estar atenta y preparada para protegerte de los atacantes” ‒ le dije.

No había garantías de que los ataques se limitaran a la aldea. Melty y yo podríamos discutir mucho, pero yo la apreciaba mucho. Ella era razonable, a diferencia de su hermana, y tenía un fuerte sentido del deber. Tenía un poco de mal genio cuando interactuaba conmigo, pero eso era natural teniendo en cuenta su edad. De hecho, habría sido difícil para mí encontrar algo que realmente no me gustara de ella. Así que ciertamente no quería verla lastimada como resultado de uno de mis problemas.

“Lo sé” ‒ contestó ella.

“Cuento contigo para que te encargues de la programación mientras estoy fuera. Necesitamos que Ren e Itsuki vayan pronto a las islas de Cal Mira para que puedan trabajar en la curación de sus maldiciones”.

“Sí”.

“Oye, estaba pensando. ¿Por qué no degradamos a Eclair y te hacemos gobernadora de esta ciudad?” ‒ Yo sugerí.

“No puedes hablar en serio”.

“De verdad. Eclair puede ser útil en batalla, pero todavía está atascada en la mentalidad de ser caballero. No tengo tiempo para esperar a que madure. Me sentiría mucho mejor si tuviera a alguien a cargo en quien ya pueda confiar para administrar el lugar. Tú, en otras palabras”.

“¿Re-realmente piensas eso?”

Melty se sonrojó. Yo sólo había declarado los hechos. Supongo que no estaba acostumbrada a los cumplidos. Su madre era la reina, después de todo. Probablemente también había recibido una educación muy estricta, ya que su hermana se había vuelto tan podrida.

Ahora que lo pensaba, Melty era sólo una niña, aunque la trataba como si fuera una amiga cercana de mi edad. Elogiarla un poco de vez en cuando podría haber sido bueno para su motivación.

“Así es. Me imagino que hasta podrías suceder a la reina y hacer que las cosas funcionen de alguna manera” ‒ le dije.

“Bueno. No tenía ni idea de que pensabas así de mí, Naofumi” ‒ contestó ella.

Melty parecía estar de mejor humor ahora. Supongo que ella era del tipo que se beneficiaba de un pequeño elogio después de todo. Por otra parte, a Melty también le iría bien que la regañaran, pero eso se debía a que era el tipo de persona que nunca se daba por vencida. Probablemente sería mejor darle muchos cumplidos para mantener su motivación alta. Después de todo, no era del tipo que se le sube a la cabeza.

“Eso lo aclara todo. Tú estás a cargo mientras yo no estoy” ‒ le dije.

“¡Entendido!” ‒ Contestó Melty.

De repente, estaba llena de entusiasmo. Era difícil de creer que fuera la misma persona que me había disparado ese ataque mágico ayer mismo.

En cualquier caso, el territorio probablemente estaría bien mientras yo no estaba. Como mínimo, sería mucho mejor que si lo hubiera dejado en manos de Eclair, que todavía no había logrado nada como gobernadora. Probablemente no hay necesidad de mencionar que Eclair me miró muy mal cuando la vi después.

“Muy bien, probablemente deberíamos salir pronto. Puedo suponer que un carruaje nos espera allí, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Eso es lo que discutimos, pero eso fue apenas ayer. Ya sea que esté ahí o no, tendrás que verlo por ti mismo una vez que llegues allí” ‒ contestó Melty.

“Muy bien. Firo, vámonos”.

“¡Okaaay!”

Firo asintió alegremente. Iba a tirar del carruaje en su mejor estado. Raphtalia se había acostumbrado, pero yo estaba preocupado por los demás.

“Muy bien, Firo, tienen un carruaje listo para nosotros donde vamos. Voy a llevar a todos y luego nos transportarás, tal como mencioné antes” ‒ dije.

“¡Está bien! ¡Un caaarruuuaaajeee!" ‒ exclamó.

Sí, le hice una promesa. Afortunadamente, decidimos que podría ser un carruaje barato.

Firo me miró abruptamente.

“¿Se supone que ese es el carruaje que prometiste?” ‒ preguntó.

Tenía el presentimiento de que iba a empezar a quejarse si asentía, pero como sea.

“Así es. Es barato, pero hay que lidiar con ello” ‒ le dije.

“¡Nooo! ¡Quiero un mejor carruuaaajeeeee! ¡Quiero uno mejor que el de aaaanteeeees! Consígueme uno nuuuueeeevooo” ‒ gritó ella.

Firo no había tenido un carruaje que le gustara desde que Motoyasu le robó el viejo.

“Deja de quejarte. Si haces un buen trabajo, te conseguiré uno bueno” ‒ le dije.

“Ugh… Lo haré yo misma” ‒ gritó ella.

Firo había tenido una serie de desgracias últimamente, así que había estado pensando en hacer algo bueno por ella de todos modos. Le compraría un carruaje mejor después de que nos ocupáramos de este lío.

Eso es lo que estaba pensando mientras caminaba de regreso a donde había dejado a Raphtalia, pero cuando llegué allí…

“¡Imitación de la Técnica Secreta de Hengen Muso! ¡Primea Forma! ¡Sol!” ‒ Gritó Atlas.

“Oh ey, Sr. Naofumi” ‒ dijo Raphtalia.

Me saludó a pesar de estar en medio de una feroz batalla con Atlas. Rishia había aparecido de la nada y estaba viendo la pelea, junto con Eclair, Ren y Fohl. Todos tenían miradas de asombro en sus caras.

“Fuueeeeh… ¿Por qué eres capaz de hacer eso, Atlas?” ‒ Preguntó Rishia.

“La vieja dijo que era natural, ¿verdad?” ‒ Le contesté.

“Ugh… El resto de nosotros estamos poniendo todo lo que tenemos en nuestro entrenamiento, sin embargo, ¿todo lo que ella tiene que hacer es estar cerca y ella puede hacerlo?” ‒ refunfuñó Fohl.

¡Él no debería estar tan amargado! La suya era sólo una imitación de la técnica real, así que había una buena posibilidad de que no la hubiera aprendido perfectamente. En realidad, Raphtalia fue capaz de lidiar con los ataques con éxito. Pero ella había estado entrenando con Atlas durante bastante tiempo, así que probablemente había mejorado bastante. Yo también quería poder ver la fuerza vital. Estaba listo para que la iluminación me golpeara en cualquier momento.

“¿Oh?” ‒ dijo Sadina.

Me preguntaba cuándo había aparecido.

“¿Algo como esto? Eso es un poco complicado. Creo que tendría que confiar en la magia para imitar esa técnica” ‒ continuó.

Eso me lo recordó. Sadina podría usar magia para darse buffs. Drifa Velocidad del Rayo, ¿no? A ella también le vendría bien el Descenso del Dios del Trueno. Si esto fuera un manga, alguien que usara electricidad de esa manera probablemente podría dominar el uso de la fuerza vital al pensar en ella como corrientes eléctricas dentro del cuerpo o algo así. Sadina probablemente podría aprender a manejarlo en un santiamén.

“Es suficiente práctica por ahora. Salgamos de aquí” ‒ le dije.

“¡Entendido! ¡Date prisa, Raphtalia! ¿Cuánto tiempo piensas seguir practicando?” ‒ dijo Atlas.

“¡Tú no eres quién para hablar! ¡Tú eres la que convirtió nuestra práctica en una batalla sin cuartel!” ‒ Soltó Raphtalia.

Ella la pasaba muy mal. Realmente deseaba que Fohl mantuviera a Atlas bajo control.

“Fohl, no dejes que tu hermanita enloquezca. Eso sólo hace que las cosas sean difíciles para Raphtalia” ‒ le dije.

“Ugh…” ‒ refunfuñó Fohl.

Gimiendo no iba a ayudar en nada.

“Si algo sucede, tú estás a cargo de ayudar a Raphtalia a detenerla. Seguramente ustedes dos juntos pueden contenerla” ‒ continué.

“¡Venceré cualquier obstáculo que se interponga en mi camino!” ‒ declaró Atlas.

Una conmoción se produjo cuando le dije que se sintiera libre de no superar este obstáculo.

“De todos modos, probablemente sea mejor que me lleve a los semi-humanos conmigo ya que vamos a Siltvelt. Raphtalia no hace falta decirlo. También Sadina… Firo también viene, por supuesto” ‒ dije.

Pensé en a quién más llevar.

“Supongo que me llevaré a Atlas y a Fohl también. Pero si esto causa algún tipo de problemas diplomáticos, quiero que me notifiquen de inmediato de la situación” ‒ continué.

Pensé que tenerlos allí podría ser útil.

“¡Por supuesto que lo haremos! ¿Verdad, hermano?” ‒ dijo Atlas.

“Sí. Poner a su empleador en desventaja después de que le paguen es algo que un mercenario no hace. Bueno, supongo que también depende del empleador, pero no tengo ninguna razón para pensar de forma diferente a partir de ahora” ‒ contestó Fohl.

Dicho y hecho, Fohl parecía entender cómo se suponía que funcionaban las cosas. Supongo que era por su hermana por lo que siempre estaba nervioso.

“No estoy seguro de que sea una buena idea llevar a una gran multitud, así que probablemente sea suficiente” ‒ dije.

“¿Rafu?”

“Por supuesto que también me llevo a Raph-chan” ‒ agregué.

Recogí a Raph-chan y la abracé. Finalmente se había bajado de la cabeza de Firo.

“¡Hmph!”

Atlas miró a Raph-chan por alguna razón.

“No me digas que estás celosa de Raph-chan. Lo siento, pero eso es cruzar la línea” ‒ le dije.

Actuar contra Raph-chan era imperdonable. Podía aceptar que se peleara con Raphtalia, ya que estaban entrenando a sus oponentes, pero esto era diferente.

“El poder que emana de ella se ha vuelto más denso. Ella es más fuerte que antes” ‒ dijo Atlas.

“¡Raaafuuuuu!”

“Oh, ¿en serio?” ‒ Le pregunté.

Raph-chan parecía estar haciendo algo mientras ella estaba ahí arriba sobre la cabeza de Firo. Tal vez los efectos de aumentar su mutabilidad estaban empezando a notarse. Revisé sus estadísticas.

“¿Oh? Ahora tiene un icono de nivel” ‒dije.

“¡Rafuuuu!”

Aparentemente hubo algún tipo de mutación que causó que el sistema de nivelación se aplicara también a Raph-chan. ¡Eso era fantástico! Olvídate de Firo, yo quería subir de nivel a Raph-chan y hacerla realmente poderosa.

“¿Sr. Naofumi?” ‒ Murmuró Raphtalia.

“De todos modos, quedarse aquí hablando no va a conseguir nada. Llegaremos a Siltvelt en un día, así que quiero que todos ustedes estén en guardia” ‒ dije.

“¡Entendido!” ‒ exclamó Atlas.

Su energía era impresionante.


<< Anterior - Indice - Siguiente >>

Delirios de Lord:
¿Ven porqué me cae mal? Hasta Naofumi tiene más tacto que ella.
Viva Raph-chan