Traductor: Lord
Editor: Lord
02
Enviando un Mensaje de Nuestra Visita
“¡Estamos
de vuuuueeeeltaaaa!”
“¡Ey,
es Firo!”
Todos
los esclavos vinieron a recibir a Firo cuando llegamos al pueblo.
“¿Eh?
¿Volviste con el Hermano del Escudo?” ‒ preguntó uno de los esclavos.
“¡Siiiip,
nos encontramos con el Amo mientras estábamos fuera!” ‒ Contestó Firo.
“Ya
veo” ‒ contestó el esclavo.
“Bienvenido
de vuelta, Sr. Naofumi. Veo que Firo está con usted por alguna razón” ‒ dijo
Raphtalia.
“Sí,
apareció justo cuando estábamos a punto de regresar, así que la traje con
nosotros” ‒ le contesté.
“Ya
veo…” ‒ murmuró dudosa.
“Aparte,
ella regresó mucho más fuerte que cuando se fue” ‒ le dije.
Le
conté a Raphtalia todo lo que había pasado unos momentos antes.
“Llegaremos
a Siltvelt mañana en algún momento. Que alguien me traiga a Sadina. Tenemos que
pensar en qué tipo de problemas podríamos acabar enfrentándonos allí. Además,
si tenemos a Firo tirando de un carruaje, todos podremos entrar al país juntos”
‒ continué.
“¡Kwa,
kwa, kwa!”
Gaelion
empezó a quejarse. Estoy seguro de que se quejaba de que yo iba a llevar a Firo.
“Gaelion,
es genial que puedas volar con un pequeño grupo de personas. Pero cuando se
trata de grupos grandes de personas, Firo tiene la ventaja de que puede tirar
de un carruaje. Tendrás que aceptarlo” ‒ le dije.
“¡Kwa!
¡Kwa!”
“Umm,
dice que él también puede tirar de un carruaje” ‒ dijo Wyndia.
“¡Nooooo!
¡Tirar de los carruajes es miiiii trabajo!” ‒ Gritó Firo.
“He
estado cabalgando sobre tu espalda durante los últimos dos días, así que no te
quejes de no participar en ésta” ‒ le dije a Gaelion.
“Kwaaaa…”
Sus
ojos de cachorro no iban a hacerme cambiar de opinión. También era importante
aprender a contenerse. Y además, no era como si lo hubiera perdonado completamente
por todos los problemas que había causado recientemente, aunque tenía que darle
crédito por hacer todo lo posible para compensarlo.
“Te
guste o no, ahora le toca a Firo. No puedo llevar un carruaje usando mi portal,
así que tendremos que conseguir uno barato allí. ¿Te parece bien, Firo?” ‒ Le
pregunté.
“¡Síp!”
“Una
vez que nos acerquemos a Siltvelt, es probable que recibamos el tipo de
bienvenida que preferiría evitar. Si eso sucede, cuantos más de nosotros
seamos, mejor” ‒ continué.
Montar
a Gaelion no era una mala forma de moverse, pero preferiría tener más gente
conmigo si tuviera que tratar con toda una nación. Además tenía que tener
cuidado con Siltvelt. El país adoraba al Héroe del Escudo. Pero no podía estar
seguro de que no hubiera elementos extremistas que no fueran tan diferentes de
Melromarc. No podía bajar la guardia.
“Oooh,
ooooh, Aaaamoooo, ¿puede Mel-chan venir también?” ‒ Firo suplicó.
“Probablemente
sea mejor que Melty no venga. Nunca adivinarías que es una princesa por lo obstinada
que es, pero sigue siendo de la realeza” ‒ le contesté.
“¡¿Qué
has dicho?!” ‒ Melty gritó.
“¿Quieres
ir, entonces?” ‒ Le pregunté a ella.
“…”
Estábamos
hablando de un país que podría ser peligroso para la reina visitar por negocios
diplomáticos. De todos modos, necesitábamos hablar con la reina primero. No es
como si en realidad tuviéramos negocios con el país en sí.
“De
acuerdo, realmente no quiero, pero iré a hablar con mamá. Vamos, Firo” ‒ dijo
Melty.
“¡Ok~!”
‒ Contestó Firo.
Melty
se subió a la espalda de Firo después de cambiar a su forma firorial y luego Firo
salió corriendo hacia la distancia. No había tiempo para descansar para esas
dos. Pero se llevaban muy bien.
“¡Sr.
Naofumi!” ‒ gritó Atlas.
Vino
deambulando con Fohl a remolque.
“Bienvenido
de vuelta” ‒ dijo ella.
“Gracias.
Llegaremos a Siltvelt mañana o pasado mañana. Nos iremos todos juntos una vez
que Firo regrese” ‒ le dije.
Miré
a Fohl.
“Así
que Fohl, dijiste que conocías a algunas personas en Siltvelt, ¿verdad?” ‒ Le
pregunté.
“Una
de las personas que nos cuidaba regresó a Siltvelt. Eso es todo lo que sé.
Tendremos que encontrarlo” ‒ dijo.
“¿Podemos
confiar en esta persona?” ‒ Le pregunté.
Fohl
se cruzó de brazos y se quedó allí pensando por un momento.
“Honestamente,
no lo sé. Yo era sólo un niño en ese momento, y nuestros padres nunca nos
hablaron de nuestros abuelos en primer lugar” ‒ dijo.
“Ya
veo”.
Los
hakuko eran una raza de sangre caliente que había ido a la guerra contra
Basura. Por lo que había oído, Basura los había arrinconado y finalmente había
causado su caída del poder. Hablando con realismo, llevar a los hermanos podría
ser peligroso. Aun así…
“Como
mínimo, me gustaría mostrarle a Atlas la casa en la que crecimos” ‒ dijo Fohl
en voz baja.
“¿Eso
está en Siltvelt?” ‒ Le pregunté.
“No”.
Fohl
me pidió que le mostrara un mapa y luego empezó a buscar la ubicación. Señaló
un lugar cerca del área en la que habíamos parado esa noche, justo a las
afueras de Siltvelt. Hacer una parada allí no estaría fuera de discusión.
“Por
cierto, he estado pensando en algo, Fohl” ‒ dije.
“¿Qué?”
‒ preguntó.
“¿Puedes
hablar el idioma de Siltvelt?”
Raphtalia,
Ren, Itsuki y yo teníamos armas que nos traducían. Pero los otros no podrían
comunicarse si no conocieran el idioma. Rishia era lo suficientemente
inteligente como para aprender un idioma extranjero en cuestión de días, pero
no todo el mundo era tan talentoso como ella.
“Bueno,
sí… Aprendí a hablar varios idiomas durante el tiempo que estuvimos a la deriva,
antes de que termináramos en Zeltoble” ‒ dijo.
“Yo
también lo hice. Después de todo, conversar era lo único que podía esperar
cuando estaba enferma. Hice que mi hermano me enseñara varios idiomas durante
ese tiempo” ‒ agregó Atlas.
“¿Oh?”
Era
una habilidad que no esperaba que tuvieran. En otras palabras, podían hablar no
sólo el idioma de Siltvelt, sino también otros idiomas de las áreas
circundantes. Eso podría ser útil cuando decidiera ampliar nuestras rutas
comerciales.
“El
pequeño Fohl sigue cometiendo un buen número de errores al hablar el idioma
oficial de Melromarc” ‒ dijo Sadina.
“Sí”
‒ contestó Fohl, asintiendo.
Me
miró con una mirada curiosa en su cara.
“¿Cómo
funciona eso? Me pregunto qué idioma… escuchas… cuando hablo” ‒ dijo.
Se
detuvo al azar varias veces mientras hablaba. Probablemente cambiaba de idioma
cada vez.
“Hermano,
deja de burlarte del Sr. Naofumi hablando en varios idiomas” ‒ dijo Atlas.
Ella
le dio un rápido golpe en la espalda y él gimió de dolor. Fue tan rápida como
siempre.
“Ugh…
Sólo lo estaba probando, eso es todo, Atlas. Quiero ver lo que escuchó,
especialmente la última parte” ‒ dijo Fohl.
Aparentemente,
‘Me pregunto qué idioma’ había sido el de Siltvelt, ‘escuchas’ había sido el de
Melromarc, y ‘cuando hablo’ había sido un idioma diferente con un acento
realmente fuerte. Atlas dijo que ni siquiera ella pudo entender la última
parte.
“Fue
‘cuando hablo’. ¿No es cierto, Sr. Naofumi?” ‒ preguntó Raphtalia.
Asentí
con la cabeza.
“Las
conversaciones son traducidas por las armas de los héroes. Supongo que eso
también se aplica a los idiomas más minoritarios” ‒ dije.
Supongo
que el hecho de que las armas no pudieran traducir el discurso de un monstruo
podría haber sido considerado un defecto. ¿O era más bien una gracia salvadora?
Ni siquiera podía imaginar el dolor de cabeza que habría sido si pudiera
comunicarme con monstruos normales. Era mucho más feliz dejando ese tipo de
cosas a Firo, Rat y Wyndia.
“Esa
sí que es una habilidad conveniente” ‒ dijo Fohl.
“¿Cuál
fue el último idioma?” ‒ Le pregunté.
“Es
un pequeño dialecto usado en las afueras de Siltvelt. Uno de nuestros
sirvientes me lo enseñó hace mucho tiempo” ‒ contestó.
Así
que las armas incluso traducían dialectos de manera impecable. Asombroso. Si
ser un héroe no fuera un trabajo en sí mismo, tal vez podría haberme ganado la
vida como intérprete.
“Hasta
el territorio de Saeto tiene su propio dialecto” ‒ dijo Sadina.
“Aun
así, Fohl y Atlas son multilingües, es una ventaja” ‒ respondí.
Keel
y los otros esclavos de Lurolona generalmente sólo podían hablar la lengua
oficial de Melromarc. Me preguntaba cuántos idiomas sabían los padres de
Raphtalia.
“Ey,
Sadina. ¿Qué idioma hablan en Q'ten Lo?” ‒ Le pregunté.
“Hay
algunas pequeñas diferencias, pero es básicamente la misma que la lengua
hablada en Siltvelt. Lo mismo ocurre con Shieldfreeden, a pesar de que allí lo
hablan con un acento muy marcado” ‒ explicó.
Este
idioma que hablaban era básicamente el idioma oficial de los semi-humanos.
“Probablemente
no te diste cuenta cuando estuviste allí, pero puedes arreglártelas con
prácticamente cualquier idioma importante de Zeltoble. Esa es una de las cosas
que hace que ese país sea tan conveniente” ‒ continuó.
“Estoy
seguro de que las diferentes tiendas atienden en diferentes idiomas” ‒ dije.
Zeltoble
había sido un verdadero crisol de diferentes nacionalidades y razas. Había tal
mezcla que no tenía sentido tratar de discriminar.
“Por
cierto, Faubrey tiene su propio idioma oficial. De los dos, ese sería considerado
el idioma principal” ‒ agregó Sadina.
“Ya
veo”.
Faubrey
era el país de los héroes, así que la nobleza y cualquier persona de alto rango
probablemente querría hablar el idioma del país. Había oído que en el Reino
Unido alguna vez fue posible discernir la clase social de alguien por el idioma
que hablaba. Quizás el paisaje cultural de Faubrey era similar. Pero nada de eso importaba. Probablemente
acabaríamos yendo allí, pero era Siltvelt a quien visitaríamos al día siguiente
o dos días.
“Entonces,
¿vamos a hacer una parada especial por Fohl y Atlas, Sr. Naofumi?” ‒ preguntó
Raphtalia.
“No
me importaría mientras sea una parada rápida” ‒ dije.
De
hecho, yo estaba a favor si eso ayudaba a motivarlos. Quería volver a mi propio
mundo, pero eso era imposible. Definitivamente podía entender el deseo de
volver a casa.
“Me
gustaría, si es posible. Quiero mostrarle la casa a Atlas” ‒ contestó Fohl.
“No
estoy interesada. Sin mencionar que soy ciega” ‒ dijo Atlas.
La
forma en que caminaba tan libremente hacía que pareciera que podía ver. Según
ella, era porque podía sentir la fuerza vital.
“…”
Estos
hermanos estaban en longitudes de onda completamente diferentes. Estaba empezando
a sentir pena por Fohl.
“¿Qué
tal si paramos cuando volvamos, si tenemos tiempo?” ‒ Yo sugerí.
Fohl
parecía decepcionado. Me sentí muy mal por él, así que pasaríamos luego sólo
por él.
“Awwww”
‒ se conmovió Sadina.
“Usted
tiene una mirada realmente de simpatía, Sr. Naofumi” ‒ dijo Raphtalia.
“¡Hermano!
¡Deja de intentar que el Sr. Naofumi te compadezca, cobarde!” ‒ Gritó Atlas.
Ahora
Atlas lo estaba regañando. Eso me hizo sentir aún más triste por él.
“¡Cállense!
¡Todos ustedes! ¡No me miren así!” ‒ Gritó Fohl.
Esperemos
que él consiga algo valioso de ir. Pero, ¿realmente Atlas no estaba tan
interesada en el pasado?
“Podemos
saquear el lugar si no hay nadie viviendo allí” ‒ sugerí.
“¡¿Qué
demonios quieres de nuestra casa?!” ‒ Gritó Fohl.
“Puede
que haya algo bueno ahí dentro, ¿verdad?” ‒ Le contesté.
Los
hakuko de la realeza habían vivido allí.
O tal vez había sido una casa de vacaciones o algo así. Pero podría haber
tesoros familiares aún escondidos en alguna parte.
“Lo
más probable es que haya alguien más viviendo allí ahora” ‒ agregué.
Tenía
que admitir que también estaba interesado en saber qué tipo de lugar era. Pero
tendríamos que esperar a ver qué pasa.
“Supongo
que tienes razón. Podría haber algo ahí dentro que pudiera ayudar a los héroes”
‒ dijo Fohl después de asentir con la cabeza.
***
El
día siguiente llegó. Antes de salir, pasé por la mansión de la ciudad vecina
donde Melty y Eclair se alojaban. Eclair estaba en el patio. Aún era temprano y
ya parecía exhausta. Tal vez era sólo mi imaginación. Ella y Ren acababan de
empezar a practicar blandiendo sus espadas cuando Eclair dio un suspiro de
alivio.
“Nada
me hace sentir más en paz que la práctica de espada” ‒ dijo.
“¿Esto
te hace sentir en paz? ¿Es eso algún tipo de cosa de la caballería?” ‒ preguntó
Ren.
Eclair
siempre se veía más viva cuando entrenaba esgrima con Ren. Pero incluso él parecía
confundido ahora. Todo era bastante surrealista.
“Muy
bien, espera aquí a que lleguen los demás, Raphtalia. Tú estás a cargo mientras
yo no estoy” ‒ le dije.
“De
acuerdo, entendido. En ese caso, supongo que practicaré esgrima con Eclair y Ren
mientras espero a que vuelvas” ‒ contestó ella.
“Entiendo
el deseo de practicar, pero creo que deberías estar haciendo un entrenamiento
más avanzado. Sugiero que participemos en una batalla simulada” ‒ dijo Atlas.
“Aún
es temprano. Sólo quiero sudar un poco. No duraría hasta la noche si
empezáramos con todo tan temprano en el día” ‒ respondió Raphtalia.
“Ese
es tu problema, Raphtalia. No es de extrañar que todavía no puedas entender la
esencia del estilo que esta gente está trabajando tan duro para comprender” ‒
dijo Atlas.
“Atlas,
realmente eres algo” ‒ contestó Raphtalia.
Las
dos empezaron a discutir, pero yo sólo fingí no darme cuenta. Me dirigí a la
mansión para buscar a Melty. Todavía era temprano en la mañana, pero la
encontré en una habitación donde estaba ordenando un montón de papeleo.
“Oh,
eres tú, Naofumi” ‒ dijo ella.
“Oí
que tú y Firo estaban aquí. Vine a buscar a Firo” ‒ respondí.
“Oh,
así que por eso estás aquí”.
No
sé si era porque estaba agotada, pero se dejó caer y se quedó encorvada en su
silla. Al contrario, Firo miraba a su alrededor como si estuviera llena de
energía.
“¿Y?
¿Hablaste con la reina, Melty?” ‒ Le pregunté.
“Sí,
hablé con Madre” ‒ contestó ella.
Después
de discutirlo, la reina había decidido que Melty se quedara para no provocar
más problemas. Melty dijo que planeaba ayudar –oh, lo siento, ‘supervisar’- a
Eclair en su papel de gobernadora en funciones. Por eso sólo estaba ordenando
el papeleo y no llenándolo.
“Bueno,
eso es probablemente lo mejor” ‒ le dije.
“Sí.
Si fuera, las cosas se complicarían mucho más, estoy segura. Hay algo más
también. Planeabas conseguir un carruaje después de teletransportarte allí,
¿verdad?” ‒ preguntó.
“Sí”.
“Madre
dijo que notificó a Siltvelt de tu visita y pidió que enviaran un mensajero a
tu ubicación inicial con un carruaje para que lo usaras”.
“Oh,
eso será de gran ayuda” ‒ dije.
Ya
sea que compráramos un carruaje o sólo lo alquiláramos cuando llegáramos allí,
yo esperaba tener que gastar algo de dinero. No quería construir uno, así que eso
funcionaba perfectamente.
“La
única cosa es… Ir a Siltvelt probablemente causará bastantes problemas,
diplomáticamente hablando. Tienes que tener cuidado” ‒ continuó Melty.
“Ya
lo sé. Pero, ¿crees que podríamos convencerlos de que nos ayuden si enviamos a
alguno de los otros héroes?” ‒ Le pregunté.
“Probablemente
no. De hecho, es dudoso que consideren escuchar a alguien que no seas tú” ‒
contestó.
Ella
probablemente tenía razón. Para ser honesto, a pesar de que Siltvelt era como
el área natal del Héroe del Escudo, ir significaría tener que lidiar con
algunos problemas políticos realmente molestos.
Había
estado usando la reconstrucción de la aldea de Raphtalia como excusa para evitar
ir, pero eso ya no funcionaría. Si fuera posible, esperaría hasta que el mundo hubiera
sido salvado antes de ir allí, pero no tenía más remedio que renunciar a eso
ahora.
Huir
no iba a lograr nada. Tendría que atravesar este molesto obstáculo por el bien
de Raphtalia.
“Por
supuesto, Madre y yo ya hemos coordinado con los nobles más poderosos para
tratar cualquier asunto aquí en Melromarc. Todas las cuestiones importantes han
sido resueltas, oficialmente hablando” ‒ agregó Melty.
“Quieres
decir, aparte de lo de tu hermana mayor y los miembros de la Iglesia de los
Tres Héroes, ¿no?” ‒ Dije.
Melty
asintió.
“El
alcance de la estupidez de mi hermana me sorprende. Y pensar que causaría
tantos problemas…” ‒ dijo.
“Me
lo estás diciendo a mí” ‒ me quejé.
Seguía
desaparecida, junto a los otros compañeros de Itsuki. Sin mencionar que había
oído que el que siempre llevaba la armadura llamativa era en realidad parte de la
nobleza de Melromarc. Quién iba a saber qué tipo de negocios turbios estaban
tramando en secreto. Pero aún no habían causado ningún problema nuevo. Esperaba
que no lo hicieran. No me habría sorprendido ni un poquito si trataran de hacer
algo mientras yo no esté.
“Planeas
volver regularmente, ¿verdad?” ‒ preguntó Melty.
“Ese
es el plan. Igual debes estar atenta y preparada para protegerte de los
atacantes” ‒ le dije.
No
había garantías de que los ataques se limitaran a la aldea. Melty y yo
podríamos discutir mucho, pero yo la apreciaba mucho. Ella era razonable, a
diferencia de su hermana, y tenía un fuerte sentido del deber. Tenía un poco de
mal genio cuando interactuaba conmigo, pero eso era natural teniendo en cuenta
su edad. De hecho, habría sido difícil para mí encontrar algo que realmente no
me gustara de ella. Así que ciertamente no quería verla lastimada como
resultado de uno de mis problemas.
“Lo
sé” ‒ contestó ella.
“Cuento
contigo para que te encargues de la programación mientras estoy fuera.
Necesitamos que Ren e Itsuki vayan pronto a las islas de Cal Mira para que
puedan trabajar en la curación de sus maldiciones”.
“Sí”.
“Oye,
estaba pensando. ¿Por qué no degradamos a Eclair y te hacemos gobernadora de
esta ciudad?” ‒ Yo sugerí.
“No
puedes hablar en serio”.
“De
verdad. Eclair puede ser útil en batalla, pero todavía está atascada en la
mentalidad de ser caballero. No tengo tiempo para esperar a que madure. Me
sentiría mucho mejor si tuviera a alguien a cargo en quien ya pueda confiar
para administrar el lugar. Tú, en otras palabras”.
“¿Re-realmente
piensas eso?”
Melty
se sonrojó. Yo sólo había declarado los hechos. Supongo que no estaba
acostumbrada a los cumplidos. Su madre era la reina, después de todo.
Probablemente también había recibido una educación muy estricta, ya que su
hermana se había vuelto tan podrida.
Ahora
que lo pensaba, Melty era sólo una niña, aunque la trataba como si fuera una
amiga cercana de mi edad. Elogiarla un poco de vez en cuando podría haber sido
bueno para su motivación.
“Así
es. Me imagino que hasta podrías suceder a la reina y hacer que las cosas
funcionen de alguna manera” ‒ le dije.
“Bueno.
No tenía ni idea de que pensabas así de mí, Naofumi” ‒ contestó ella.
Melty
parecía estar de mejor humor ahora. Supongo que ella era del tipo que se
beneficiaba de un pequeño elogio después de todo. Por otra parte, a Melty
también le iría bien que la regañaran, pero eso se debía a que era el tipo de
persona que nunca se daba por vencida. Probablemente sería mejor darle muchos
cumplidos para mantener su motivación alta. Después de todo, no era del tipo
que se le sube a la cabeza.
“Eso
lo aclara todo. Tú estás a cargo mientras yo no estoy” ‒ le dije.
“¡Entendido!”
‒ Contestó Melty.
De
repente, estaba llena de entusiasmo. Era difícil de creer que fuera la misma
persona que me había disparado ese ataque mágico ayer mismo.
En
cualquier caso, el territorio probablemente estaría bien mientras yo no estaba.
Como mínimo, sería mucho mejor que si lo hubiera dejado en manos de Eclair, que
todavía no había logrado nada como gobernadora. Probablemente no hay necesidad
de mencionar que Eclair me miró muy mal cuando la vi después.
“Muy
bien, probablemente deberíamos salir pronto. Puedo suponer que un carruaje nos
espera allí, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.
“Eso
es lo que discutimos, pero eso fue apenas ayer. Ya sea que esté ahí o no,
tendrás que verlo por ti mismo una vez que llegues allí” ‒ contestó Melty.
“Muy
bien. Firo, vámonos”.
“¡Okaaay!”
Firo
asintió alegremente. Iba a tirar del carruaje en su mejor estado. Raphtalia se
había acostumbrado, pero yo estaba preocupado por los demás.
“Muy
bien, Firo, tienen un carruaje listo para nosotros donde vamos. Voy a llevar a
todos y luego nos transportarás, tal como mencioné antes” ‒ dije.
“¡Está
bien! ¡Un caaarruuuaaajeee!" ‒ exclamó.
Sí,
le hice una promesa. Afortunadamente, decidimos que podría ser un carruaje
barato.
Firo
me miró abruptamente.
“¿Se
supone que ese es el carruaje que prometiste?” ‒ preguntó.
Tenía
el presentimiento de que iba a empezar a quejarse si asentía, pero como sea.
“Así
es. Es barato, pero hay que lidiar con ello” ‒ le dije.
“¡Nooo!
¡Quiero un mejor carruuaaajeeeee! ¡Quiero uno mejor que el de aaaanteeeees!
Consígueme uno nuuuueeeevooo” ‒ gritó ella.
Firo
no había tenido un carruaje que le gustara desde que Motoyasu le robó el viejo.
“Deja
de quejarte. Si haces un buen trabajo, te conseguiré uno bueno” ‒ le dije.
“Ugh…
Lo haré yo misma” ‒ gritó ella.
Firo
había tenido una serie de desgracias últimamente, así que había estado pensando
en hacer algo bueno por ella de todos modos. Le compraría un carruaje mejor
después de que nos ocupáramos de este lío.
Eso
es lo que estaba pensando mientras caminaba de regreso a donde había dejado a Raphtalia,
pero cuando llegué allí…
“¡Imitación
de la Técnica Secreta de Hengen Muso! ¡Primea Forma! ¡Sol!” ‒ Gritó Atlas.
“Oh
ey, Sr. Naofumi” ‒ dijo Raphtalia.
Me
saludó a pesar de estar en medio de una feroz batalla con Atlas. Rishia había
aparecido de la nada y estaba viendo la pelea, junto con Eclair, Ren y Fohl.
Todos tenían miradas de asombro en sus caras.
“Fuueeeeh…
¿Por qué eres capaz de hacer eso, Atlas?” ‒ Preguntó Rishia.
“La
vieja dijo que era natural, ¿verdad?” ‒ Le contesté.
“Ugh…
El resto de nosotros estamos poniendo todo lo que tenemos en nuestro
entrenamiento, sin embargo, ¿todo lo que ella tiene que hacer es estar cerca y
ella puede hacerlo?” ‒ refunfuñó Fohl.
¡Él
no debería estar tan amargado! La suya era sólo una imitación de la técnica
real, así que había una buena posibilidad de que no la hubiera aprendido
perfectamente. En realidad, Raphtalia fue capaz de lidiar con los ataques con
éxito. Pero ella había estado entrenando con Atlas durante bastante tiempo, así
que probablemente había mejorado bastante. Yo también quería poder ver la
fuerza vital. Estaba listo para que la iluminación me golpeara en cualquier
momento.
“¿Oh?”
‒ dijo Sadina.
Me
preguntaba cuándo había aparecido.
“¿Algo
como esto? Eso es un poco complicado. Creo que tendría que confiar en la magia
para imitar esa técnica” ‒ continuó.
Eso
me lo recordó. Sadina podría usar magia para darse buffs. Drifa Velocidad del
Rayo, ¿no? A ella también le vendría bien el Descenso del Dios del Trueno. Si
esto fuera un manga, alguien que usara electricidad de esa manera probablemente
podría dominar el uso de la fuerza vital al pensar en ella como corrientes
eléctricas dentro del cuerpo o algo así. Sadina probablemente podría aprender a
manejarlo en un santiamén.
“Es
suficiente práctica por ahora. Salgamos de aquí” ‒ le dije.
“¡Entendido!
¡Date prisa, Raphtalia! ¿Cuánto tiempo piensas seguir practicando?” ‒ dijo Atlas.
“¡Tú
no eres quién para hablar! ¡Tú eres la que convirtió nuestra práctica en una
batalla sin cuartel!” ‒ Soltó Raphtalia.
Ella
la pasaba muy mal. Realmente deseaba que Fohl mantuviera a Atlas bajo control.
“Fohl,
no dejes que tu hermanita enloquezca. Eso sólo hace que las cosas sean
difíciles para Raphtalia” ‒ le dije.
“Ugh…”
‒ refunfuñó Fohl.
Gimiendo
no iba a ayudar en nada.
“Si
algo sucede, tú estás a cargo de ayudar a Raphtalia a detenerla. Seguramente
ustedes dos juntos pueden contenerla” ‒ continué.
“¡Venceré
cualquier obstáculo que se interponga en mi camino!” ‒ declaró Atlas.
Una
conmoción se produjo cuando le dije que se sintiera libre de no superar este
obstáculo.
“De
todos modos, probablemente sea mejor que me lleve a los semi-humanos conmigo ya
que vamos a Siltvelt. Raphtalia no hace falta decirlo. También Sadina… Firo
también viene, por supuesto” ‒ dije.
Pensé
en a quién más llevar.
“Supongo
que me llevaré a Atlas y a Fohl también. Pero si esto causa algún tipo de
problemas diplomáticos, quiero que me notifiquen de inmediato de la situación”
‒ continué.
Pensé
que tenerlos allí podría ser útil.
“¡Por
supuesto que lo haremos! ¿Verdad, hermano?” ‒ dijo Atlas.
“Sí.
Poner a su empleador en desventaja después de que le paguen es algo que un
mercenario no hace. Bueno, supongo que también depende del empleador, pero no
tengo ninguna razón para pensar de forma diferente a partir de ahora” ‒
contestó Fohl.
Dicho
y hecho, Fohl parecía entender cómo se suponía que funcionaban las cosas.
Supongo que era por su hermana por lo que siempre estaba nervioso.
“No
estoy seguro de que sea una buena idea llevar a una gran multitud, así que
probablemente sea suficiente” ‒ dije.
“¿Rafu?”
“Por
supuesto que también me llevo a Raph-chan” ‒ agregué.
Recogí
a Raph-chan y la abracé. Finalmente se había bajado de la cabeza de Firo.
“¡Hmph!”
Atlas
miró a Raph-chan por alguna razón.
“No
me digas que estás celosa de Raph-chan. Lo siento, pero eso es cruzar la línea”
‒ le dije.
Actuar
contra Raph-chan era imperdonable. Podía aceptar que se peleara con Raphtalia,
ya que estaban entrenando a sus oponentes, pero esto era diferente.
“El
poder que emana de ella se ha vuelto más denso. Ella es más fuerte que antes” ‒
dijo Atlas.
“¡Raaafuuuuu!”
“Oh,
¿en serio?” ‒ Le pregunté.
Raph-chan
parecía estar haciendo algo mientras ella estaba ahí arriba sobre la cabeza de
Firo. Tal vez los efectos de aumentar su mutabilidad estaban empezando a notarse.
Revisé sus estadísticas.
“¿Oh?
Ahora tiene un icono de nivel” ‒dije.
“¡Rafuuuu!”
Aparentemente
hubo algún tipo de mutación que causó que el sistema de nivelación se aplicara
también a Raph-chan. ¡Eso era fantástico! Olvídate de Firo, yo quería subir de nivel
a Raph-chan y hacerla realmente poderosa.
“¿Sr.
Naofumi?” ‒ Murmuró Raphtalia.
“De
todos modos, quedarse aquí hablando no va a conseguir nada. Llegaremos a
Siltvelt en un día, así que quiero que todos ustedes estén en guardia” ‒ dije.
“¡Entendido!”
‒ exclamó Atlas.
Su
energía era impresionante.
Delirios de Lord:
¿Ven porqué me cae mal? Hasta Naofumi tiene más tacto que ella.
Viva Raph-chan