Autor: Takumi Yanai
Traductor: Lord
Editor: Lord
Las
actividades de la JSDF en la capital Imperial habían comenzado. Con el fin de
dar a Sugawara el apoyo de la gente común, la Fuerza Expedicionaria de la
Región Especial de la JSDF había establecido varias bases de operaciones en
toda la capital. Eran lugares como los almacenes de la sucursal Imperial de la CA,
o el segundo piso de una taberna, pero lo que tenían en común era que eran
lugares donde la gente podía entrar y salir sin ser notada. La más obvia de
éstas era una mansión alquilada cerca de la puerta sureste de la capital.
Estaba
técnicamente dentro de los límites de la capital, pero había todo tipo de razas
y especies aquí. Los ciudadanos ordinarios nunca se acercarían a este lugar.
Cada
pocos pasos, un carterista probaría su suerte, y detrás de él habría gente que
le seguiría. Podría compararse con el distrito de Kowloon de Hong Kong.
Casi
ninguna de las filas de tiendas pertenecía a negocios apropiados.
Vendían
todo tipo de herramientas lascivas, varias drogas y esclavos capturados de todo
el continente.
Por
supuesto, la gente de aquí tenía que sobrevivir, así que también había tiendas
que vendían comida y ropa. Sin embargo, todo a la venta aquí era extraño. La
ropa a la venta podría estar manchada con sangre o con algún corte, y las tiendas
incluso vendían hierba que obtenían del borde de la carretera. En cuanto a los
carniceros, uno siempre tenía que ser sospechoso de sus compras, a fin de que accidentalmente
no terminara comprando carne humana.
Debido
a que este lugar se llamaba Akusho, muchos de los hombres aquí eran seres
humanos con sus armas descubiertas, Licántropos que eran tan feroces y
sanguinarios como las armas que llevaban, o Cuatro-Brazos. También se podían
ver Goblins u Ogros extraños a la
distancia. Muchos de los restos del Ejército de la Coalición vinieron aquí para
ser ladrones, ejecutores, mercenarios, o para hacer algún tipo de trabajo
violento. En cualquier caso, todos eran villanos.
En
cuanto a las mujeres, había chicas vistiendo lascivamente en los alrededores, o
aquellas que miraban inexpresivamente a lo lejos como verduras mientras el humo
fragante las envolvía. Ninguna de ellas tenía un trabajo adecuado, y la mayoría
eran prostitutas.
Las
especies presentes incluían: Seres humanos, Warrior Bunnies, Catpeople, Dogpeople,
Lamias, varias especies con cuernos, y especies aladas como Arpías o Wingedmen
(Hombres Alados). Los hombres de las calles las miraban lascivamente, mientras
las mujeres respondían con sonrisas embrujantes, y una tímida oferta de
"¿Quieres jugar?"
En
este lugar, el fuerte se alimentaba de los débiles. Por lo tanto, la gente aquí
no prestaba atención a los cadáveres en la calle. ¿Apareció ayer? ¿Hoy? Bueno,
incluso si sucediera mañana, a nadie le importaría, porque era la forma de vida
para la gente de aquí. Este no era Arnus. Este lugar absorbía los peores
elementos de la Capital Imperial y continuaba sangrando en la oscuridad.
La
JSDF eligió este lugar por una simple razón: en este hervidero de personas,
nadie se daría cuenta de un extra extraño o dos. Había otras puertas por donde
mucha gente iba y venía, pero la gente allí eran ciudadanos ordinarios, y
cualquiera que destacara atraería mucha atención. Este lugar, por otro lado,
era donde vivían las personas que hacían el trabajo sucio. Era importante que
estas personas estuvieran aquí.
La
cosa era que lo que pasara en Akusho no saldría del distrito. En ese sentido,
era perfecto para los secretos. Sin embargo, el otro lado de eso era que había
varios individuos notables en Akusho.
Los
de la JSDF estaban mucho mejor educados que la gente de estas calles, y pagaban
bien.
Cuando
contrataban personas para las solicitudes, siempre pagaban el doble que los
jefes del crimen de aquí. Ellos habían gobernado estas calles desde el
principio, y para estos jefes del crimen - Gonzori, Medusa, Paramounte y
Bessara - la JSDF eran monstruosidades.
Estas
personas de la JSDF vinieron de otra parte, compraron una casa, y luego comenzaron
a actuar en secreto. Ni siquiera sabían cómo saludar adecuadamente a los jefes.
Incluso se atrevieron a ignorar las reglas de la calle y el poder de los jefes.
Y porque siempre pagaban tanto, las personas que tradicionalmente temían a los
antiguos jefes se estaban volviendo rebeldes. Eran realmente un montón de gente
molesta.
Todos
estos pequeños agravios se amontonaron, y los jefes del distrito se enojaron.
Uno
de ellos, Bessara, comenzó a pensar: "Ya que tienen todo ese dinero para
tirar, deben tener un gran escondite. ¿Por qué no pellizcamos un poco y nos
ayudamos con él?" Así que reunió a sus hombres y gamberros de la calle
para atacar la base de operaciones de la JSDF en Akusho.
Y
entonces, lo que los saludó fue un bautizo de plomo caliente.
Las
saqueadas H&K MP7s y FN P90s proporcionadas por Itami y sus amigos
encontraron un uso aquí. Naturalmente, los militares estaban muy bien
equipados. En este tipo de guerra no convencional, las reglas eran muy simples:
matar a tu enemigo cuando los veas. Nada más importaba.
Y
así, los valientes hombres del 5° Pelotón de Reconocimiento que estaban al
frente de la base dieron la bienvenida a sus atacantes con un granizo de balas.
Los hombres de Bessara fueron asesinados en segundos y sus cadáveres se
amontonaron.
Todo
acabó después de la primera ronda de fuego.
Bessara
no sólo había perdido a todos sus hombres, sino que su propia casa había sido
destruida. Sin hombres ni morada, Bessara también había perdido el poder de
lucha que lo protegía y le daba autoridad. Y luego, en el siguiente momento
pagó por su vida de anarquía.
Los
residentes de Akusho, muchos de los cuales habían perdido a sus esposas, hijos
y otros parientes en sus viles actividades, lo rodearon y lo apuñalaron con
cuchillos y espadas hasta que parecía un alfiletero, y luego lo arrojaron a un
callejón.
Después
de ver sus horripilantes restos, la gente de la calle murmuró unos a otros:
"La JSDF es intocable".
Las
familias Gonzori, Medusa y Paramounte no se unieron a los Bessara en su ataque,
por lo que se salvaron. Cuando se dieron cuenta de que la JSDF no tenía la
intención de reclamar la parte de los beneficios de Bessara, es decir, los
ingresos de sus burdeles y su dinero por protección, suspiraron aliviados y
llegaron a un acuerdo común de que nadie iba a hacer una movida contra la JSDF.
Aunque
eran un grupo desagradable de gente, eran buenos hombres de negocios, y sabían
que el problema era malo para los negocios. Así que cambiaron de opinión y se
acercaron a la JSDF para trabajar juntos.
La
JSDF quería información, y los peones que podrían recopilar esa información. Bajo
petición de la JSDF, los jefes del crimen reunieron a sus carteristas y
ladrones y les hicieron espiar las acciones de los aristócratas. A veces,
entraban en sus casas y robaban libros, y eran protegidos al mostrar su valor y
utilidad.
En
pocas palabras, los de la JSDF fueron tratados como conquistadores. Era natural
que los fuertes pudieran hacer lo que quisieran en Akusho. La gente podía
alabar a los que desafiaban a los fuertes en la superficie, pero en sus
corazones maldecirían a los desafiantes por necios, y estas personas
desafiantes no vivirían mucho tiempo.
Además,
cuando la gente se acercaba a la JSDF con malas intenciones, mantendrían su
compostura y les pedirían cortésmente que se detuvieran.
Cuando
veían actividades ilegales, ponían miradas frustradas en sus caras, así como
sentimientos de simpatía por la difícil situación de los demás.
Como
resultado, los hombres de Akusho eran, sin importar las especies, tanto
temerosas como respetuosas con la JSDF.
En
contraste, las mujeres tenían sentimientos encontrados sobre ellos.
En
pocas palabras, no les gustaban.
Sin
importar las tentaciones que usaran, los hombres de la JSDF no se movían. Ya
que tenían tanto dinero, ¿qué había de malo en gastar un poco en ellas? Pero no
importaba que miradas seductoras les dieran, o qué palabras lascivas les
dijeran, los hombres de la JSDF no respondían.
Era
cierto que los hombres de las calles eran más ricos gracias a ellos, y a su vez
las mujeres tenían mayores ganancias. Sin embargo, las mujeres todavía querían
que la JSDF gastara dinero en ellas, porque así funcionaba el corazón de una
mujer.
Pero
incluso cuando gritaban: "¿De verdad son hombres? ¡Bastardos impotentes!"
Todo lo que hizo la JSDF fue encogerse de hombros y negarse rotundamente a picar
el cebo.
Por
eso les parecían dulces en la superficie, pero interiormente les molestaba.
Sin
embargo, lo que cambió todo fue la clínica dirigida por una enfermera que
cambiaba cada pocos días. Ofrecía chequeos, pruebas de embarazo, así como
información y asesoramiento relacionados con la anticoncepción y otros temas
relacionados. Cambió la forma en que iban sus vidas.
Los
anticonceptivos y otros dispositivos vendidos aquí eran una ayuda insustituible
para sus trabajos.
"Oh,
¿Kurokawa está de servicio esta noche?"
La
mujer llamada Mizari, que estaba rodeada por una nube de humo de marihuana,
entró en la sala de tratamiento. A diferencia de la forma en que estaba en las
calles, había bajado la guardia.
Después
de todo, este era el único lugar en la calle que era seguro, además de su nido.
No, ni siquiera podía relajarse en su propio nido. Éste podría ser el único
lugar en el que podía bajar la guardia. Al fin y al cabo, cuando una
determinada familia del crimen hizo un movimiento contra la JSDF, habían sido masacrados
por su audacia.
Todos
sabían lo que pasaría cuando la JSDF levantara la mano para atacar.
Kurokawa
estaba vestida con cómodos jeans y una camiseta sin mangas. Tomó un par de
monedas de cobre de la mujer con un par de alas que sobresalían de su espalda
(una Mujer Alada), y le entregó a Mizari una caja de anticonceptivos de goma.
Tomaban el pago porque "esto no era por caridad". La gente que vivía
en Akusho lo hacía con orgullo, por lo que la JSDF tenía que respetar ese
orgullo y su capacidad de ganar dinero aceptando sus monedas.
Una
persona auto-honrada podría pensar que esto era un comportamiento propicio,
pero en realidad este tipo de cosas tenía un impacto social poderoso.
Cuando
uno era pobre, uno no tenía tiempo para preocuparse por ideales bonitos. En
cambio, una persona tenía que comer, y la venta de su cuerpo era una manera
perfectamente aceptable para ganar su próxima comida. No era como si molestaran
a otros haciéndolo. Estaba bien tratar de confrontar su forma de vida con la
lógica, pero uno tenía que considerar la situación en la que estaban en primer
lugar. Lo que más les preocupaba en su oficio eran los embarazos accidentales.
Dada la tecnología médica de la Región Especial, un aborto podría resultar en
muerte, por lo que el riesgo para su salud era muy alto.
Además,
no estaba claro si había enfermedades de transmisión sexual en la Región
Especial.
La
razón por la que Kurokawa y sus compañeras estaban haciendo esto era porque el
Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar quería saber si existían.
Les
preocupaba que el personal de la JSDF pudiera regresar con una enfermedad de la
Región Especial, como la forma en que Columbus trajo consigo la sífilis a
Europa y causó una epidemia. Los hombres también habían sido advertidos
estrictamente sobre esto.
"Kurokawa,
no me digas que deje de fumar, ¿quieres?"
Las
otras WAC (Woman Armin Corps – Cuerpo Femenino del Ejército) continuaban
hostigando a Mizari para que lo dejara. Esto se debía a que el tabaco de la
Región Especial estaba infundido con extrañas hierbas que eran malas para la
piel y los órganos internos. Independientemente de si era bueno o malo, la
molestaban de todos modos.
Sin
embargo, Kurokawa simplemente se encogió de hombros. “Podría, pero lo
necesitas, ¿verdad?”
“Huh,
¿entiendes? ¿Tienes experiencia con este tipo de cosas?”
Mizari
se refería a la prostitución.
"No,
sólo estaba pensando, yo no podría hacer tu trabajo si no pudiera fumar."
La
preciosa boca de la mujer alada se curvo hacia abajo, frunciendo el ceño.
“Cheh.
Odio a las mujeres altas y poderosas como tú.” (Pretenciosas)
"Está
bien, no estoy aquí para ganar un concurso de popularidad."
Mizari
frunció el ceño a Kurokawa. Kurokawa, para no quedarse atrás, le hizo una cara
graciosa con sus dedos. Después de un rato, la tensión entre ellas se evaporó,
y Mizari se rió.
“Eres
tan infantil. Tal como yo”.
"Es
verdad. No me siento muy diferente de ayer, así que dudo que el yo de hace
veinte años fuera muy diferente al yo de hoy."
Esto
hizo que Mizari soltara una carcajada y luego se levantó. “Está bien, es mejor
que vuelva a ganar dinero”. Entonces lanzó una nube de humo al rostro de
Kurokawa.
Kurokawa
agitó la mano para dispersar el humo. Fue claramente deliberado. Las dos vivían
en mundos diferentes, por lo que sería mejor que mantuvieran su distancia.
Entonces,
de repente pensó en otra cosa y formuló una pregunta.
"¿Y
si... y si te dijera que hay una manera de no tener que fumar esto, o trabajar
así?"
Sin
embargo, Mizari simplemente miró a Kurokawa como si fuera una idiota.
"¿Cómo
podría alguien como yo hacer un trabajo tan maravilloso como ese? Todo lo que
sé hacer es abrir mis piernas para los hombres y mostrarles mi culo. Eso es lo
que hago. Eso es todo lo que soy."
“¿Has
oído hablar de un lugar llamado Arnus?”
“Ah,
ese lugar. Escuché que es como el cielo. ¿Pero no necesitas una recomendación
para entrar? Además, no tengo ninguna habilidad especial. Si yo fuese allí, estaría
haciendo lo que hago ahora".
¿Y si te dijera que
podría darte tal recomendación? ¿Qué hay de eso? Estas palabras comenzaron a
formarse en la garganta de Kurokawa. Pero justo cuando estaba a punto de abrir
la boca, recordó que Itami la regañó, "¿Qué puedes hacer?" Su resentimiento
hacia Itami permanecía en su corazón, y cuando Mizari dijo "No tengo
ninguna habilidad especial", Ella sentía que había mucho que la Mujer
Alada no decía.
Si pudiera encontrar
un trabajo adecuado en Arnus, Mizari no tendría que estar en la oscuridad de la
noche, pensó
Kurokawa.
Mizari
sonrió a la muda Kurokawa antes de darse la vuelta. Ella tomó una calada, y
volvió a su trabajo en Chicas Entusiastas Sashay mientras golpeaba las calles
una vez más.
***
Cuando
Mizari volvió a visitar a Kurokawa, ya pasaba de medianoche.
La
mayoría de las veces, las prostitutas habrían conseguido uno o dos, tal vez
incluso tres Don Juan hasta ahora. Las únicas que se movían a esta hora de la
noche eran las mujeres. No había hombres a la vista.
Mientras
que aquellas palomas sucias que no habían conseguido ninguno todavía se
lanzaban hacía los hombres, esas mujeres caídas que habían alcanzado su cuota
para la noche se retirarían a sus hogares para descansar. En otras palabras,
uno podía decir cuáles de las putas conocían bien su negocio.
Fue
en este momento que Mizari trajo a sus compañeras prostitutas a la base de
operaciones de la JSDF, haciendo que Kurokawa entrara momentáneamente en
pánico. Después de todo, el ataque de Bessara había sido bastante reciente.
Sacó
la pistola de un cajón y se la metió en los pantalones. Como una mujer en
servicio, estaba muy familiarizada con su uso.
"Kurokawa,
tenemos algo que decirte."
Cuando
abrió la puerta, vio a una Mizari muy nerviosa. Parecía mirar a su alrededor,
como si temiera algo.
Las
prostitutas con ella también parecían muy preocupadas. Kurokawa tenía la
sensación de que algo anormal estaba pasando.
Kurokawa
abrió la puerta para dejarlas entrar.
"Pasen.
Rápido."
Y
así, las damas de la noche entraron en el sótano, cuyo interior oscuro era
brillantemente iluminado por las lámparas fluorescentes que eran alimentadas
por un generador portátil dentro.
Las
chicas no podían dejar de asustarse por las luces fluorescentes, habiendo
estado siempre expuestas a la luz de las velas o a la luz de las lámparas.
Algunas miraron directamente a la luz y entornaron los ojos. Sin embargo, la
luz tenía una manera de limpiar el malestar. Mizari sonrió y dijo: "Bueno,
eso es una gran ayuda para mis ojos de pájaro." Las otras chicas lograron
relajarse lo suficiente para compartir sus pensamientos sobre la situación
antes de caer sobre las sillas y la cama utilizada para el tratamiento,
mientras que aquellos que no pudieron encontrar un espacio se sentaron en el
suelo o se apoyaron contra las paredes.
Después
de que todas encontraron un lugar, Kurokawa habló.
“De
acuerdo, ¿qué pasó? ¿Por qué vinieron todas ustedes aquí?”
Mizari
respondió en nombre de todas.
"Todos
nosotros podemos sentir lo que va a pasar en las calles, no, en la Capital.
Pero el truco es que no decimos, no preguntamos, y fingimos que no pasa nada.
Así es como sobrevivimos en estas calles."
Las
chicas asintieron como si fueran una.
“Así
que con eso en mente, el nombre de esta niña es Tuwal. Por favor, escúchala y
ayúdanos”.
Cuando
Mizari dijo eso, ella trajo a Tuwal al frente, que tenía alas como ella, pero
era de una especie diferente. Tuwal era una arpía. Los Hombres Alados tenían
alas en sus espaldas, pero las Arpías tenían alas en lugar de sus brazos.
"Por
favor ayúdenos."
Kurokawa
no podía responder. Después de todo, no le habían explicado nada.
Les
pidió que siguieran hablando de lo que estaba pasando. Después de todo, no
podía ayudarles si no sabía por dónde empezar.
Sin
embargo, Mizari simplemente pidió ayuda a Kurokawa nuevamente. Lo único que
dijo fue que esperaba que Kurokawa pudiera ayudarles.
"¡Ahhhh,
qué dolor! ¡Si nos ayudas, haremos lo que quieras en el futuro!"
Al
final, Kurokawa se rindió. Se dio cuenta de que no podía manejar esto por sí
misma, así que subió a despertar al Sargento Mayor Kuwabara.
***
Esa
noche, la Capital Imperial fue sacudida por un terremoto.
Después
de oír un rumor lejano desde la distancia, la tierra de repente comenzó a
temblar violentamente.
El
problema era que la ciudad nunca había experimentado un terremoto antes, y por
lo tanto los edificios no estaban protegidos contra los temblores violentos.
Estaban hechos de piedras apiladas unas encima de otras, y así los edificios
más frágiles se derrumbaron.
Siendo
así, los cimientos de las calles de la Capital no fueron completamente
destruidos. Pero el verdadero daño fue para los corazones de los ciudadanos.
Debido
a que no había un sismógrafo al alcance, no se pudo tomar cifras exactas, pero
a partir de la propagación de la destrucción, parecía estar alrededor de un
terremoto de magnitud 4 a 5.
El
terremoto ocurrió en medio de la noche, por lo que tomó la Capital
completamente por sorpresa.
Fueron
arrojados de la cama mientras dormían profundamente, y estaban demasiado
soñolientos por dormir como para entrar en pánico propiamente al principio.
Varios objetos comenzaron a caer al suelo como lluvia, incluyendo cosas como
estantes y objetos colgando del techo.
Cuando
los gabinetes se derrumbaron, los fragmentos afilados de jarrones que se
rompían y utensilios de cocina de cerámica eran suficientes para causar cortes.
Los fragmentos cubrían el suelo, así que no había lugar donde pararse.
La
gente de la Capital creía que la tierra no se movía. Eso era lo que significaba
ser "tan sólida como una roca".
El
agua fluía, el viento soplaba, el fuego ardía, la madera crecía. Pero la tierra
no se movía. Ese era un principio fundamental del mundo. Cuando ese preconcepto
fue destrozado, todos pensaron que el mundo iba a terminar. Este terror estaba
profundamente grabado en las almas de la gente, dejando dolorosas heridas
espirituales.
Predecir
este desastre habría sido difícil incluso para el Japón científicamente
avanzado. No era imposible, pero sólo un Dios o un ser con habilidades
sensoriales mucho mejores que un ser humano podría haberlo hecho.
Sin
embargo, en la Región Especial, había personas que se acercaban a estas dos
categorías. Hubo algunas personas que vieron venir el desastre.
La
Arpía Tuwal sintió un súbito escalofrío por todo su cuerpo mientras veía a su
segundo Don Juan.
Al
principio, pensó que era un resfriado, porque su cuerpo sudaba profusamente.
Debido
a que el segundo hombre tenía mucha resistencia, ni siquiera tuvo tiempo para
recoger su dinero y limpiarse. Quiso ponerse de pie unas cuantas veces, pero no
pudo porque no había fuerza en su cuerpo y su piel se estaba enfriando
gradualmente. Sin embargo, el temblor en su cuerpo era ligeramente diferente al
de un resfriado. Era como si alguien le estuviera tirando el pelo por detrás. Y
entonces, perdió fuerza en su cintura y piernas, como si tuviera miedo.
Entonces,
ella lo recordó. Towal había experimentado algo así antes.
En
el pasado, ella y su especie vivían en el sur, donde estaban los volcanes. Se
había sentido así justo antes de que estallaran los volcanes. Sí, esto era una
premonición de un "terremoto".
Pero
incluso si se sentía de esa manera, no había volcanes cerca de la Capital
Imperial.
No
había estado aquí mucho tiempo, pero nunca antes había oído hablar de un
terremoto. Por lo tanto, ella se preguntaba si había malinterpretado algo. Sin
embargo, la creciente frustración y el miedo en su corazón no se calmaban. Por
lo tanto, Tuwal buscó a Mizari, su mentor, para discutir las cosas.
El
hecho era que Mizari y las otras prostitutas también sentían el mismo temor sin
nombre. Era un sentimiento que les decía que no podían quedarse aquí, que
tenían que correr lo más rápido posible.
Sin
embargo, ella nunca había experimentado ni había oído hablar de un terremoto
antes, así que no entendía por qué se sentía incómoda y asustada.
Afortunadamente, comprendió a causa de Tuwal. Así, inmediatamente fueron a
buscar a los hombres que usualmente las protegían. Por lo general, se quitaban
las camisas y decían: "Te protegeré". Esta actitud habría sido útil
ahora.
Sin
embargo, los hombres sólo sentían que las mujeres estaban siendo molestas y se
negaron a reconocer sus temores. Sus reacciones fueron a lo largo de las líneas
de, "¿Terremoto? Es mejor que regreses y ganes más dinero." Por
supuesto, ellos también sentían el mismo miedo, pero no podían aceptar
reconocerlo abiertamente.
El
malestar se hizo más y más fuerte con el pasar del tiempo. Al final, decidieron
abandonar a los inútiles hombres y fueron con Kurokawa para pedir ayuda.
El
comandante de la Base de Operaciones Akusho de la JGSDF (como era comúnmente
conocido), el Mayor Nyutabara, recibió los informes de Kurokawa y Kuwabara, y
de inmediato tuvo dolor de cabeza. No tenía experiencia en el manejo de
reportes de terremotos y dudaba de la procedencia de los informes.
Sin
embargo, los ancestros de Tuwal eran especies aviares. Nyutabara había estado
estacionado en la guarnición de Himeji y la guarnición de Shibata en Niigata, y
él había experimentado personalmente terremotos dos veces. Por alguna razón, el
recuerdo de cómo las aves silvestres cerca de las bases habían desaparecido
justo antes de los terremotos se destacaron brillantemente en su mente. Si
pudieran haber hablado con los pájaros, tal vez podrían haber predicho esos
terremotos.
Los
sentidos de las chicas podrían ser más agudos que los humanos. Si resultaba que
estaban equivocadas, entonces podrían reírse como si fuera una broma. Por lo
tanto, tenía sentido tratar sus palabras como verdad, y adoptar las
contramedidas necesarias. Pensó en esto y tomó su decisión.
Los
preparativos no eran una gran cosa para los militares que habían crecido en las
regiones propensas a los terremotos. Habían aprendido a lidiar con estos
problemas desde una edad temprana. Utilizarían la radio para comunicarse con su
gente dispersa por toda la Capital y les ordenarían que apagaran sus fuegos.
Luego, tomarían su equipo, armas, alimentos y suministros médicos y se dirigirían
a un área abierta y amplia, desconfiando de las cosas que podrían caer sobre
sus cabezas, así como teniendo cuidado de mantenerse alejado de los edificios
grandes, los acantilados y el borde del agua.
Estas
eran cosas muy simples, pero para la gente que nunca había experimentado
terremotos antes, habrían tenido dificultades para pensar en esto.
***
Piña
gruñó cuando Sugawara la despertó para una caminata por el bosque fuera del
palacio. Hamilton la siguió en un estado medio dormido. Después de todo, su
trabajo como un escriba era muy agotador.
Itami,
Kuribayashi y Tomita fueron asignados como guardias de Sugawara, así que
después de recibir la transmisión inalámbrica de Nyutabara, trajeron a Piña y
los otros a un lugar seguro a pesar de dudar de los informes. Además, Itami
estaba en su uniforme, mientras que Kuribayashi y Tomita estaban en sus
uniformes de combate y totalmente armados, con una pistola adicional cada uno.
Las
sirvientas y los guardias de antorcha de Piña no podían ocultar su
preocupación. Sólo seguían porque sabían que tenían que seguir a Piña sin
importar qué.
Incluso
si explicaran que la tierra se sacudiría y lo que sucedería después de eso, las
sirvientas no podrían imaginarlo. Sería como tratar de entender lo que pasaría
si cayeran del cielo.
Por
lo tanto, cuando llegó el terremoto, entraron en shock masivo.
Primero,
hubo un temblor suave que marcaba las primeras etapas de un terremoto.
"Oh,
viene, está llegando..."
La
duración de este período hizo que Itami dijera: "Parece que va a ser
grande".
Había
una correlación entre la longitud del temblor inicial y la distancia al
epicentro del terremoto. Esto significaba que cuando se calculaba la distancia
al epicentro, cuanto más fuertes fueran las vibraciones tempranas, más grande
sería el terremoto.
Después
de esto, la verdadera sacudida comenzó.
La
tierra se alzó como si hubiera sido golpeada poderosamente.
Pasaron
aproximadamente de 30 a 40 segundos antes de que el terremoto disminuyera. Sin
embargo, para aquellas personas en la capital Imperial que habían vivido un terremoto
por primera vez, pareció una eternidad.
Piña
gimió. Ella pensó que el mundo estaba colapsando. Al lado de ella, Sugawara e
Itami dijeron, "Ohh, realmente ocurrió."
Mientras
veía a Itami, Kuribayashi y Tomita de pie tranquilamente, los ojos de Piña se
llenaron de temeridad y determinación de no perder el control ante este
terremoto. Se imaginó que ellos probablemente mantendrían su tranquilidad
incluso si el suelo se desvanecía bajo sus pies.
Itami
era un hombre que buscaba excusas para relajarse cuando estaba cansado de cosas
molestas. O eso, o él inmediatamente huiría de ellos. No parecía tener ninguna
de las cualidades de un guerrero. Sin embargo, en este momento, parecía
perfectamente tranquilo y compuesto.
Las
sirvientas y los soldados cayeron aterrados.
Los
sonidos de los árboles arraigados oscilando y el sonido de las hojas rechinando
contra el viento sonaban como los movimientos de un enorme monstruo. Las
criadas gritaban y lloraban, mientras los soldados gritaban en respuesta. Sin
embargo, ellos, como Piña, vieron lo mismo; Itami, Tomita y Kuribayashi,
mirando alrededor de su entorno como si nada estuviera sucediendo.
Sus
semblantes firmes les recordaban a los Dioses.
Las
sirvientas agarraron las piernas de Tomita y Kuribayashi una tras otra,
mientras los soldados los miraban con admiración, como si fueran héroes
invencibles.
"Bueno,
si es sólo esto, no debería ser un problema. Las partes más débiles de las
paredes podrían colapsar, pero el resto debería estar bien. No podría decir lo
mismo si estuviéramos más cerca del epicentro, sin embargo."
El
temblor se detuvo después de un rato.
Piña
escuchó el tranquilo análisis de Itami mientras se quedaba a la deriva en
silencio, pero sus procesos de pensamiento estaban detenidos, por lo que sólo
podía asentir y contestar "Mm".
Cuando
los guardias oyeron a Tomita y Kuribayashi preguntar, "¿Están bien?
¿Alguien está herido?", Inmediatamente se enderezaron al oír las palabras
de sus héroes. Actualmente se encontraban en un estado de sumisión abyecta.
Como se mencionó anteriormente, este fue el impacto psicológico de un terremoto
en personas que nunca lo habían experimentado antes.
***
Fue
casi igual en Akusho.
El
terremoto golpeó cuando estaban conduciendo a las mujeres fuera de la puerta
sureste. Llantos y gritos de miedo venían de todas las calles.
Debido
a que los caminos en Akusho eran muy estrechos, todo tipo de cosas cayeron de
los tejados.
Nyutabara
gritó, ordenando a todos que se reunieran en el centro de la calle, luego
Kuwabara y Kurokawa hicieron eco del grito en la línea.
Las
mujeres se reunieron obedientemente en medio de la calle, agarrándose los
cabellos y llorando mientras lo hacían. Después de eso, se arrodillaron uno por
uno.
Kuwabara
y los otros comenzaron a bromear, "Ohh, está empezando." "¿En
serio? Parece ser grande." "Tuwal-san, tienes que conseguir un
trabajo en la Agencia Meteorológica Japonesa". Naturalmente, cualquier
persona pensaría que eran confiables, y así que las mujeres abrazaron sus
piernas.
Los
hombres se rieron mientras las chicas se pegaban a ellos.
En
particular, Kurata estaba temblando de alegría, pensando mi cuerpo está feliz, mis piernas están felices también cuando un grupo de
Beastwomen lo abrazó.
Kurokawa
no estaba particularmente interesada en este tipo de cosas, pero a ella no le
importaba que se aferraran a ella, y ella le dio una palmadita a Mizari para
calmarla mientras sollozaba en el pecho de Kurokawa.
***
Debido
a que Itami y los demás protegieron y ayudaron a evacuarlos, el espíritu de
Piña regresó rápidamente. Cuando escuchó que podría haber réplicas después de
un gran terremoto, dijo: "Necesito llegar a Su Majestad". Ella estaba
preocupada por su padre, pero también preocupada por el estado de la corte.
Puesto
que Piña lo dijo, Itami y compañía no tuvieron objeciones. “¿Es así?. Entonces,
ten cuidado cuando vayas”. Piña parecía haber visto el apocalipsis mientras
escuchaba esas palabras, o tal vez era una chica que estaba siendo abandonada
por su amante. De cualquier manera, presionó su cara pálida contra Itami.
“¿No
quieres, no quieres ir conmigo?”
"No
es eso, sólo estoy diciendo, el Emperador... ir a su lado podría no ser
bueno."
Desde
el punto de vista de Piña, Itami y los demás eran soldados de una nación
enemiga. Llevarlos al lado del Emperador sería como hacerse un Jaque Mate a sí
misma. Si esto fuera un juego de RTS, serían como paracaidistas enemigos
aterrizando en la base de su casa.
(NT:
Juego de estrategia en tiempo real)
Sin
embargo, el hecho era que Itami y compañía eran guardias de Sugawara, así que
algo como apuntar un arma al Emperador estaba absolutamente prohibido. Sin embargo,
las palabras de la JSDF eran sólo palabras. Piña tenía que estar preparada para
cualquier cosa.
Sin
embargo, Piña insistió en que fueran con ella. Itami y Sugawara se miraron el
uno al otro, preguntándose qué había que hacer.
"Itami-dono.
Por favor, quédate a mi lado."
En
otras palabras, lo que ella quería decir era: "Es aterrador, así que por
favor, ven conmigo".
Detrás
de ellos, Hamilton asintió con un rostro pálido. Estaban ridículamente asustados,
y luego se supone que habría una réplica para rematar. No podía evitarse que
ninguno de ellos quisiera dejar a Itami y a los otros soldados de la JSDF. Las sirvientas
asintieron tras ellos, y los guardias formaron una pared humana detrás de
Itami, lo que sugería que no querían que se fuera.
Y
así, Piña trajo a sus guardias, a las sirvientas, a Itami y los demás al
Palacio Imperial.
***
El
palacio al que Piña los condujo estaba hundido en el caos.
Uno
podía ver varios artículos y muebles tirados en el suelo.
Los
burócratas no solo no habían rectificado sobre este asunto, sino que estaban
sollozando en un rincón, mientras que los guardias Pretorianos estaban de pie con
estupor. Otros estaban postrados en el suelo, rogando a los Dioses que los
salvaran.
(NT:
Los Pretorianos son los guardias responsables de la protección del Emperador)
Naturalmente,
ni Piña ni Sugawara fueron interrogados. Tampoco nadie trató de detenerlos
mientras caminaban orgullosamente por el pasillo.
Al
ver el triste estado al que se había reducido el palacio, Piña se agarró la
cabeza y ordenó a sus guardias que encontraran a los funcionarios a cargo de la
corte para reunirlos para una sesión informativa.
En
cualquier caso, necesitaban restaurar el orden en este caos. Para eso,
necesitaban reunir a los responsables.
"Hmm.
La calidad de las tropas ha caído", Piña suspiró al ver a los soldados
congelados en casi todos los rincones a los que mirara.
Lo
había experimentado de primera mano, así que ella podía comprender su terror
ante un desastre natural que nunca habían visto antes. Sin embargo, todavía
estaba decepcionada por lo desorganizados que eran los Pretorianos.
Habían
llevado a muchos oficiales y suboficiales de los Pretorianos para reconstituir
las legiones. Los soldados que los reemplazaron estaban mal entrenados y sin
experiencia. Los resultados negativos de ese enfoque estaban en exhibición
ahora.
Y
así, Piña y los demás finalmente llegaron al dormitorio del Emperador.
Al
mirar a su alrededor, encontraron que sorprendentemente, los Pretorianos
asignados para proteger el dormitorio habían desaparecido. Deben haber huido o
haber desaparecido en algún momento. Piña de repente sintió la fuerza salir de
su cuerpo, y ella respiró hondo para recuperar su ánimo.
“Sugawara-dono.
Os presentaré a todos al Emperador. Hasta entonces, ¿podrían mantenerse
callados?”
Como
esto era una parte necesaria de la etiqueta cortesana, obviamente obedecieron.
Después de eso, Piña dejó que las sirvientas abrieran la puerta del dormitorio.
“¿Oh?
Yo creía que el primero en llegar sería Diabo o Zorzal. Y pensar que serías tú,
Piña”.
El
Emperador se sentó en su cama, con el rostro cubierto de sudor frío al recibir
a Piña.
Parecía
que quería ver cuál de sus hijos vendría primero en este momento de emergencia.
A
pesar de que estaba un poco decepcionado de que la realidad no coincidiera con
sus predicciones, ahora no era el momento para estar tan relajado.
“Su
Majestad. Por favor prepararse”.
Piña
le ordenó a una sirvienta conseguir la vestimenta del Emperador. Después de
eso, ella ordenó a sus guardias que les rodearan para protección mientras
acompañaba a su padre a la sala de audiencias.
El
Emperador se levantó, a pesar de que todavía necesitaba sostenerse sobre el
hombro de Piña para moverse.
Después
de entrar en la sala de audiencia, vieron que los funcionarios civiles y
militares reunidos allí, todos tenían miradas de pánico en sus caras. Entonces
ellos se acercaron a Piña y al Emperador para pedir su asistencia.
Piña
ayudó al Emperador a sentarse en su trono.
“No
se asusten. Ustedes, traigan a los ministros y los demás funcionarios de aquí”.
“A
los Oficiales Militares, vayan a obtener el control de las tropas y prepararse
para la batalla. Defiendan el palacio. Además, las tropas deben encontrar a los
generales en toda la Capital y notificarles que se reporten al palacio”.
Al
oír la voz de Piña, los diversos funcionarios recordaron sus puestos de trabajo
y entraron en acción. Después de salir de un vórtice de caos, todos ellos
recuperaron su disciplina y comenzaron a moverse en la misma dirección.
Piña
dio un suspiro de alivio cuando el tribunal finalmente reanudó su funcionamiento
normal.
Sin
embargo, mientras miraba alrededor cuidadosamente, vio que los candelabros y
otros artículos en la sala de audiencias se hallaban esparcidos por el suelo, y
los restos destrozados de los marcos de cuadros cubrían el suelo.
Ella
contuvo un jadeo al ver el pésimo estado de la sala de audiencias, y ordenó a
las sirvientas que pusieran en orden el lugar.
La
organización de la sala de audiencia debería haber sido el trabajo de los asesores
de mayor confianza del Emperador. Normalmente hablando, Piña y las sirvientas tendrían
prohibida la entrada a esta habitación. Lo que hicieron estaba en contra de las
reglas de la corte. Sin embargo, en este momento de emergencia, sólo ella y los
otros podían actuar con normalidad, por lo que no se podía evitar.
En
estas ocasiones... no, era precisamente a causa de estas ocasiones que mantener
la dignidad era aún más importante. Las personas en pánico podrían calmarse
después de ver la severa disciplina de la sala de audiencias. Por el contrario,
si la sala de audiencia seguía siendo un desastre, sería solamente intensificar
la confusión en sus corazones.
La
primera vez que vio la decoración de lujo de la cámara, ella se quejó de que
eran artilugios inútiles, pero ahora veía la razón de la gran exhibición de aquí.
Es decir, sin esas decoraciones, la sala de audiencias en sí sería inútil.
Hasta
hace poco, Piña y su banda de caballero respetaban la practicidad y miraban
hacia abajo la extravagancia de los muebles del palacio. Pero después de asumir
la tarea de ser el intermediario en las relaciones diplomáticas del Imperio con
Japón, ella finalmente entendió su propósito.
“Piña,
parece que te has quitado una capa de piel.”
Sin
embargo, Piña no entendía el significado oculto en las palabras del Emperador,
y respondió: “Mi piel está en su lugar, y no está dañada.”
Y
luego, la seria fachada del Emperador se arrugó.
“Piña,
desde hace un tiempo, ha habido un grupo de personas desconocidas a tu lado.
Dado que hay algo de tiempo antes de que los generales se reúnan, ¿por qué no
presentarlos?”
Piña
asintió, y luego bajó ligeramente la voz. Luego abrió la mano e indicó a Sugawara
como si estuviera acuchillándolo (slashing).
“Permita
que le presente al embajador de la tierra de Japón, Sugawara-dono.”
Sugawara
dio un paso hacia el Emperador con el pecho en alto, luego bajó la cabeza con
respeto. Detrás de él, Itami y los demás saludaron al mismo tiempo con
Sugawara. La forma en que hicieron las cosas era ligeramente diferente de la
etiqueta cortesana habitual.
“¿La
tierra de Japón? Ya veo, por lo que has aceptado el papel de mediador entre
nuestro Imperio y su país. Pero ¿por qué los has traído hasta aquí en este
momento? Han llegado hasta aquí, pero aún no han sido apropiadamente invitados.”
“Perdóname
Padre. Pero he oído que eran conocedores de este terremoto, y me dijeron que habría
otro terremoto. Por lo tanto, yo los mantuve a mi lado para beneficiarme de sus
consejos”.
Esas
palabras hicieron palidecer el padre de Piña.
“¿Ustedes,
ustedes ha dicho que habrá otro temblor de la tierra?”
“Exacto,
y por eso les pedí que vinieran con nosotros.”
El
Emperador se limpió el sudor que de repente goteaba de su nariz con la manga
del pijama.
"Muy
bien. Embajador-dono, le doy la bienvenida “.
Sugawara,
que había sido presentado por fin, dijo las palabras que había estado ensayando
en su mente.
“Muchas
gracias. Oro para que su Majestad esté de buen humor”.
“¿Cómo
podría estar de buen humor después de este cataclismo? Sin embargo, parecería
que también me ha permitido ver cómo mi hija ha crecido. Tengo que dar gracias
por eso”.
“No,
Majestad. Todo esto fue el resultado de la formación y refinamiento de su
Alteza”.
“Siempre
pensé que sólo estaba jugando juegos de guerra.”
“¡Su
Majestad se graduó hace mucho de los juegos! ¡Si su Alteza tuviera que ir a la
guerra ahora, estoy seguro de que sería un excelente comandante!”
La
interrupción repentina vino de Hamilton.
Justo
después de eso, Hamilton se dio cuenta de que ella groseramente había interrumpido
una conversación entre el Emperador y un embajador extranjero, por lo que ella
se sonrojó y trató de hacerse lo más pequeña posible. Sin embargo, Sugawara y
el Emperador la ignoraron. Si no lo hicieran, tendrían que censurarla por su
mala educación.
“Embajador-dono.
Lamentablemente, estamos ocupados en este momento. En cualquier otro momento hubiéramos
preparado una gran fiesta para usted. Perdonad nuestra mala hospitalidad de
esta noche”.
“Si,
su Majestad. Habrá muchas oportunidades para discutir el futuro de nuestras
naciones”.
Sugawara
se inclinó una vez más y luego se retiró detrás de Piña. Había dicho lo que
quería decir. Sin embargo, el Emperador habló una vez más a Sugawara.
“Hablando
de eso, ¿su país Japón tiene un Rey?”
Esta
pregunta fue hecha para averiguar qué exactamente sabía Sugawara sobre el
Imperio. Parecido a cómo Japón estaba reuniendo información sobre el Imperio,
también lo era la recopilación de información del Imperio sobre Japón.
Pero,
¿cómo lo había hecho? De repente, las preguntas llenaron su mente.
“No.
Nuestro país no está gobernado por un Rey, sino por un Emperador, aunque es en
gran parte una posición simbólica”.
“Una
posición figurativa ¿dice? Es difícil imaginar que un país donde los ministros
roban el poder de su gobernante pueda ser muy fuerte. El mundo más allá de la Puerta
es de hecho extraño. Por otra parte, debe haber una persona que te dé órdenes
en ese mundo, ¿estoy en lo correcto? Hasta el día de hoy, no he conocido a un
igual de mí mismo, así que estoy inseguro de cómo proceder. Oro para que me
perdone por cualquier grosería accidental en la comunicación”.
Justo
cuando estaba hablando, un gran sonido vino desde el pasillo detrás de ellos.
“¡Padre,
Padre, ¿estás bien?!”
Zorzal
entro en la cámara de audiencia como un caballo salvaje.
Sus
lacayos tenían sus corazas al revés y sus sandalias en el pie equivocado, y
algunos de ellos tenían sus vainas, pero sin sus espadas. Estaban claramente en
estado de pánico.
Zorzal
tenía una cadena en la mano, y el otro lado estaba unido a un lío de collares,
que estaban envueltos en el cuello de Tyuule y algunas otras mujeres. La blanca
Warrior Bunny Tyuule había sido arrastrada desnuda todo el camino hasta aquí
desde su cama, y había una expresión amarga en su cara. A su lado había otras
chicas, con el pelo negro, rubio y rojo, y sus cuerpos estaban cubiertos de abrasiones
por la forma en que fueron arrastradas hasta aquí desnudas. Su condición
parecía bastante seria.
Cuando
Itami, Tomita y Kuribayashi vieron esto, quedaron en shock y sin habla.
Sugawara
el diplomático permaneció impasible, pero uno podía oírlo chasqueando la lengua
suavemente.
“Padre,
¿estás herido? Bueno, ¡vamos a huir juntos!”
“¿Adónde
vamos a correr?”
“En
cualquier caso, tenemos que salir de aquí.”
Piña
se volvió hacia su hermano mayor, que estaba acosando al Emperador, y le dijo:
“Ani-ue, justo ahora, ordené a los generales que se reportaran al palacio. Si
nos vamos ahora, y los funcionarios vuelven y no encuentran a nadie aquí, el
palacio se convertirá en un caos”.
Sin
embargo, Zorzal respondió: “¡No tenemos tiempo para eso! Noriko ya dijo que
podría haber un segundo o tercer temblor, ¡por lo que debemos salir de aquí
inmediatamente!”
Si
esto se prolongaba, podría ser visto como que el Emperador abandonara su trono.
Piña
pensó, no importa cómo, tengo que calmar
a Ani-ue. Así que empezó a pensar en un tema que podría llamar su atención,
y luego habló con él de nuevo, con un tono de calma.
“Ani-ue,
yo no era consciente de que sabías sobre las réplicas. Incluso yo sólo acabo de
aprender de ellas de estas personas”.
“¿No
te lo dije? Noriko lo dijo”.
“¿Y
quién es esa Noriko?”
Cuando
Piña hizo su pregunta, Zorzal tiró de la cadena que conducía a uno de los
collares
“Ah!”
Tyuule y las otras mujeres gritaron.
“Es
esta chica de pelo negro, la cogí desde el otro lado de la Puerta.”
Zorzal
la indicó con la barbilla. Pero en este momento-
“¡Hijo
de puta! ¡Voy a matarte!”
Itami
lanzó un puñetazo veloz que conectó con la barbilla de Zorzal.
***
“¡Hijo
de puta! ¡Voy a matarte!”
Itami
lanzó un puñetazo veloz que conectó con la barbilla de Zorzal.
Esto
lo hizo balancear sobre sus talones, y el hombre alto cayó de culo, sobándose
la barbilla mientras maldecía en voz alta. “Me golpeaste, ¡bastardo! ¡¿Te atreviste
a golpearme, al primer príncipe del Imperio?!”, gruñó mientras miraba a Itami.
Itami
estaba siendo Itami y se frotó el puño derecho. “¡Ay, Ay! ¿Por qué es tan dura su
cara? No estoy hecho para esto en absoluto”, gimió mientras una lágrima le salía
desde la esquina de su ojo.
“¡Tontos!
¡Y pensar que en realidad levantaste la mano contra su Alteza! ¡Sus familias
serán exterminadas por esto!”
Los
lacayos de Zorzal sacaron sus espadas.
Normalmente,
basta con desenvainar un arma frente al Emperador en la corte para ser una
falta grave, por no decir nada de lo que estaba pasando, actuar con violencia hacia
un miembro de la familia Imperial. Sin embargo, el tribunal estaba paralizado
actualmente a raíz del terremoto. Los Pretorianos que deberían haber defendido
al Emperador y su familia habían desaparecido. Dado que no había nadie para
mantener el orden, en el área delante del trono había un mar de caos.
Tomita,
mirando desde un lado, movió el selector de fuego del arma Tipo 64 a AUTO,
mientras que Kuribayashi inspeccionaba a Tyuule y la chica de pelo negro en el
suelo.
"¿Estás
bien?"
Al
oír a alguien hablar en su natal japonés, la chica de cabello negro levantó la
cabeza, sorprendida.
“Somos
de la JSDF. ¿Eres japonesa?"
Cuando
la chica oyó estas palabras, las lágrimas cayeron como una cascada, y luego se
agarró a las manos de Kuribayashi. Ella
debe haber sufrido mucho, pensó Kuribayashi, y esa idea la llenó de fuerza.
Ella sacó su cuchillo de supervivencia y cortó el collar de la chica antes de
tirar la piel cortada lejos.
“¿Han
venido a rescatarme?”
“Sí.
Vamos a llevarte a casa”.
En
verdad, la JSDF no sabía que chicas como esta habían sido capturadas por el
enemigo, por lo que técnicamente hablando, Kuribayashi estaba mintiendo. Sin
embargo, una vez que se supo que había ciudadanos japoneses sufriendo aquí, no había
posibilidad de abandonarlos. Ellos definitivamente los rescatarían. Itami y su
equipo tenían la misma opinión, y se prepararon para la batalla. Si alguien
trataba de detenerlos, les dispararían. Cada uno de ellos se preparó para lo
que podría ser una lucha agotadora.
Por
otro lado, Sugawara suspiró cuando se dio cuenta de que sus esfuerzos hasta
ahora podrían estar a punto de convertirse en humo. Pero cuando vio que una
chica japonesa había sido secuestrada y sometida a tal brutalidad, no pudo
reprimir su ira tampoco. Sonrió con amargura al Emperador, y luego le hizo una
pregunta en un tono que sonaba amable, pero estaba llena de burla.
“Yo
creo que el Príncipe-dono mencionó que la capturó del otro lado de la Puerta.
¿Qué es esto, Majestad? Y Piña-dono, ¿sabía de esto desde el principio?”
“¿Su-Sugawara-dono?”
Piña
no entendía por qué Itami y Sugawara estaban haciendo esto. Dicho esto, ella
tenía una idea aproximada de lo que estaba pasando. Debe ser la forma en que
trataban a sus cautivos, porque sabía que los japoneses daban gran valor a la
vida humana.
Aun
así, ella no pensaba que fuera suficiente para poner en peligro el estado de
las negociaciones entre Japón y el Imperio. Deberían haber sido capaces de
separar sus sentimientos personales por beneficio de la nación.
Sin
embargo, Itami ahora tenía sus entrenadas manos en Zorzal, un miembro de la
familia Imperial. Esto era algo que no podía cubrir. No, en este momento,
incluso Piña podría estar en peligro debido a sus acciones.
Ella
conocía bien el poder de las armas, y ella pensó que si algo sucedía, tendría
que proteger al Emperador con su propio cuerpo y caer ante el trono. Ella
decidió intentar hablar con él antes de que comenzara un baño de sangre.
“¡Itami-dono!
¡Por favor, pare de una vez! Todo el mundo, por favor, guarden sus espadas. Por
el bien de todos, ¡cálmense!”
Sin
embargo, los lacayos del Zorzal todavía tenían sus armas listas, y se movían
para rodear el grupo. Había 15 de ellos en total, y para ellos, tenían la
ventaja numérica. Como tal, ellos no pensaban demasiado sobre la situación.
Después de todo, todo lo que tenían que hacer era matar a todos los enemigos
con el fin de ganar.
Zorzal
soltó una carcajada desde donde él estaba en el suelo, mientras se imaginaba al
hombre que lo atacó ser cortado en pedazos.
“¡Tú,
escoria barbárica, acabas de sellar el destino de tu país! ¡Vamos a exterminar
a todos en su país! ¡Todos, desde el Rey hasta su pueblo, morirán! ¡Sus tierras
no serán nada más que cenizas! ¡Esto es tu culpa! ¡Reflexiona sobre tus pecados
mientras mueres en agonía!”
La
respuesta de Itami fue “Kuribayashi, Tomita. Ignórenlo. Fuego a discreción”.
Kuribayashi
sacó su bayoneta de su cintura y la coloco en su rifle. Entonces cambio su
propio selector de fuego a AUTO antes de dar un paso adelante.
“No
rompas tu arma de nuevo.”
Kuribayashi
simplemente sonrió en respuesta a Tomita.
La
bailarina: Kuribayashi. Sus acompañantes: Itami y Tomita. La Danse Macabre (francés) estaba a punto
de comenzar.
***
Combates
con bayoneta (que no debe confundirse con jukendo) era un arte de combate que
todavía estaba en uso en la actualidad.
(NT:
Jukendo es el arte marcial japonés de la lucha de bayoneta, y ha sido comparado
con el kendo)
De
igual forma que los cañones eran todavía útiles en la era de los misiles
guiados, los combates de bayoneta era una parte fundamental del plan de
estudios de combate de la infantería. Era esencial en el combate cuerpo a
cuerpo, y no se podía permitir que se perdiera.
En
la Guerra de las Malvinas en América del Sur, y los conflictos de Irak y
Afganistán, los ataques con bayoneta fueron cruciales para acabar con su
enemigo.
Además,
a diferencia del kendo, que era más un deporte, los combates de bayoneta se
practicaban para el combate real. Era una habilidad que fue diseñada para la
guerra.
Incluso
en el mundo de las artes marciales, donde la posesión de un arma pondría a uno
muchos niveles por encima de alguien no armado, la lucha con bayoneta era
excepcionalmente útil contra otras artes marciales como el karate y el judo,
independientemente de cuan expertos fueran los practicantes de los dos últimos.
Esto se debía a que si el oponente de un combatiente con bayoneta era experto
en combate cuerpo a cuerpo, el luchador de bayoneta podría simplemente retroceder
y disparar su rifle. Esto no era injusto - esto era la guerra, y era diferente
de concursos juzgados.
El
fusil Tipo 64 pesaba 4,3 kilogramos sin cargas. Kuribayashi lo utilizaba como
un arma contundente, incluso mientras cortaba y apuñalaba con la hoja afilada
de la bayoneta, antes de desviar un golpe de espada con el cuerpo de su arma.
Ellos
no podían seguir el ritmo de su ágil cuerpo y sus elegantes movimientos. Sin
mencionar, que los soldados de este mundo utilizaban un muro de escudos para
avanzar, por lo que fueron duramente presionados por los ataques de
Kuribayashi, que estaba saltando por todo el lugar.
Su
principal táctica de batalla era cargar al hacer contacto con el enemigo, golpear
con sus escudos, y cortar con sus espadas.
Sin
embargo, Kuribayashi no cargo contra ellos.
Ella
les disparaba a los enemigos con escudos, eludía rápidamente sus espadas, y
luego metía la bayoneta en las axilas de su oponente y en sus corazones. Si se acercaban
demasiado, los golpeaba con la culata de su rifle y cortaba sus arterias
carótidas mientras estaban aturdidos.
No
importa lo fuerte que fuera un guerrero o lo buena que su espada fuera si no pueden
golpear a su enemigo. Los lacayos de Zorzal se enorgullecían de su fuerza bruta
y se entrenaron intensivamente para ese propósito, pero Kuribayashi se burlaba
de ellos, ya que intentaban golpearla inútilmente. La única manera de que
pudieran luchar contra ella estaba en abrumarla con el peso de su número.
Sin
embargo, Kuribayashi estaba cubierta por Tomita.
Cuando
un enemigo comenzaba a rodearla, Tomita jalaba el gatillo con frialdad. Una
ronda de 7,62 mm era lo suficientemente potente para penetrar 10 mm de placa de
acero. Cuando golpeaba a un hombre, perforaba el metal fino de la coraza y
comenzaba el sangrado en el momento en que entraba en el cuerpo. A
continuación, perforaban todo de punta a punta a medida que avanzaba,
destrozando sus órganos internos antes de salir por la espalda.
A
medida que veían caer a sus compañeros después de un solo disparo, los lacayos
de Zorzal abandonaron su plan de flanquear a Kuribayashi.
Y
debido a eso, en frente de ellos estaba una bestia sin restricciones.
Kuribayashi
se lamió los labios después de terminar con su octavo cadáver y se burló:
“¿Quién es el siguiente?” Mientras miraba a los lacayos de Zorzal. Sin embargo,
ninguno de ellos se atrevió a dar un paso adelante.
“Bueno,
si se están rindiendo, ¡tiren las armas!”
Los
lacayos de Zorzal arrojaron sus armas al mismo tiempo.
Kuribayashi
parecía muy satisfecha con esta reacción. Ella asintió con la cabeza y dijo:
“Muy bien” antes de ordenarles que salieran de la sala de audiencias.
Los
lacayos quedaron confundidos por un momento, y vieron a su amo, Zorzal. Sin
embargo, al ver a Kuribayashi jalando el perno de su rifle, se dispersaron en
medio de un estruendo de metal.
Los
ojos de Zorzal estaban muy abiertos con incredulidad mientras miraba la masacre
frente a él y al ver como sus compinches huían.
Su
cuerpo estaba temblando incontrolablemente mientras Itami apuntaba un arma
misteriosa contra él. ¿Podría escupir fuego como la cosa que mató a sus
lacayos? ¿Escupiría fuego y lo convertiría en un cadáver como el de su lado?
¿Iba a morir? ¿Por qué, por qué todo esto que le pasaba a él?
Era
el primer Príncipe. Él no debería ser tratado de esta forma tan irrazonable.
Él
era el futuro Emperador del Imperio. Nadie debería haber osado hacerle esto a
él.
Y
luego, Itami apuntó la mira de su arma a Zorzal, y habló.
“Muy
bien, Primer Príncipe-dono. Como usted decía, esta chica era una de las
personas que ha capturado desde la Puerta. Eso significa que debe tener más
prisioneros, ¿verdad?”
"¡Hmph!
¡No tengo ninguna necesidad de responder a las preguntas formuladas por hombres
irrespetuosos!”
Zorzal
dijo esto en un esfuerzo por restaurar los restos de su dignidad. Si este
hombre se arrodillaba ante él y le pedía perdón suplicando, y entonces
respetuosamente rogará por su favor, tal vez Zorzal podría encontrar dentro de
sí mismo la generosidad para perdonarlo. Si no, entonces no había nada que
decir. Él podía seguir adelante y matar a Zorzal si quisiera. Pero si lo hacía,
entonces el hombre podía olvidarse de escuchar la respuesta. Zorzal y el
conocimiento que tenía eran su propio rehén.
Al
final, Itami sonrió con amargura y llamó a sus subordinados.
“Kuribayashi.
Has que hable”.
“Roger,
el-tee ~ ♪”
Esta
fue la primera vez Kuribayashi había sido tan feliz al obedecer una orden dada
por Itami.
La
siguiente escena es un poco violenta, y tenemos que cumplir con las
limitaciones de edad en esta publicación. Por lo tanto vamos a describir la
escena con solo sonidos.
Pachi, gucha,
dosun, gan, goh, dosu, gucha... boki,
algo por el estilo.
Y,
por supuesto, Zorzal estuvo gritando durante todo este tiempo.
"¡Detente!
¡Espera, para! ¡Deteneeteeeeee! ¡Ahhhh duele! ¡Guheee! ¡Abbah! ¡Gwaaaaargh! No,
no rompas mi dedo, déjame G- aaaaaaaaaaaaaaaaaaaagh!”
Incapaz
de soportar esta vista, Piña y el Emperador miraron a otro lado.
Por
supuesto, habían pensado en detenerla, pero estaban preocupados de que si
hablaban, Itami y los otros volverían su enojo contra ellos en su lugar.
Piña
estaba agradecida por su experiencia en Itálica. Después de todo, esta era la
primera vez que un miembro de la familia Imperial había estado en tan grave
peligro.
Hamilton
y las sirvientas se abrazaban unos a otros mientras estaban de pie junto a la
pared. Ellas estaban temblando como si el terremoto hubiera llegado de nuevo.
Esta
horrible escena, finalmente llegó a su fin cuando la puerta de la sala de
audiencias se abrió.
Los
Ministros, los Generales y los Pretorianos que recuperaron su disciplina fueron
traídos todos aquí por el Conde Marx. Sin embargo, al ver lo que estaba sucediendo
delante del trono, se congelaron.
Lo
primero que vieron fueron los cadáveres esparcidos, seguido de Zorzal, que
parecía que había estado aplicando sangre en sí mismo como maquillaje.
Los
dientes rotos de Zorzal estaban dispersos por todo el suelo, junto con lo que
parecían muelas. La sangre corría por su boca y nariz. Todo el que lo vio se
asustó.
Itami
echó un vistazo a los soldados que acababan de llegar, a continuación, apunto
su arma a Zorzal, una vez más, como un niño a punto de aplastar un insecto.
“Bueno,
su Alteza el Primer Príncipe. Creo que puede responder a mi pregunta ahora”.
Zorzal
no respondió. Sin embargo, eso fue porque estaba demasiado aturdido para
comprender la pregunta de Itami. Itami decidió entonces tirar de él hacia
arriba por las solapas para llamar su atención.
Sin
embargo, en este momento, Tyuule se interpuso entre los dos, con sus brazos
abiertos en un gesto protector.
Después
de ver ese cuerpo cubierto de heridas y moretones, Itami hizo una mueca de
dolor en simpatía antes de que pudiera apreciar su belleza. Sus heridas eran
probablemente por ser arrastrada.
“Por
favor, no le haga daño al Príncipe.”
Estaba
cubierta de heridas causadas por este hombre, y sin embargo ella estaba
protegiendo a su torturador. Su fuerte espíritu hizo que Itami se pausara.
Su
estado de ánimo podría haber sido similar al de los niños que fueron abusados
por sus padres. O podría haber sido una forma de síndrome de Estocolmo, donde
los cautivos se identificaban con sus captores.
En
deferencia a su voluntad, Itami bajó el arma. Pero todavía estaba frustrado, y vertió
la frustración en sus siguientes palabras.
“Su
Alteza. Creo que usted ha mencionado antes que esta mujer era una de las
personas que ha capturado desde el otro lado de la Puerta. Eso significa que debe
tener otras personas cautivas, ¿estoy en lo correcto?”
Zorzal
no podía hablar a causa del inmenso dolor, y sólo pudo asentir débilmente
mientras se quejaba de dolor. Entonces, él se arrastró detrás de Tyuule. Era un
espectáculo lamentable.
“¡Hiroki!
¿Qué pasó con Hiroki?” La chica llamada Noriko se lamentó desde detrás de Kuribayashi.
Parecía que habían sido secuestrados juntos, por lo que tenía que haber al
menos una persona más aquí.
“El
hombre fue enviado a los mercados de esclavos. No sé lo que sucedió después de
eso”.
Zorzal
escupió sangre al responder, entonces se desmayado por el esfuerzo excesivo.
Sugawara
encaro al Emperador, sentado detrás de Piña.
"Su
Majestad. Espero que reserve su bienvenida para después de regresar a los
ciudadanos capturados de nuestro país a nosotros. No sé qué Dioses adoran, pero
es mejor que le recen a ellos por la vida de nuestra gente. Princesa Piña, voy
a dejar la cuestión de encontrar a estas personas a usted. Espero su
respuesta."
Después
de decir eso, Sugawara intercambió miradas con Itami, y luego los hizo salir de
este lugar.
Sin
embargo -
“¡Alto
ahí, escoria barbárica!”
Si
permitían este tipo de violencia contra sus líderes, el Imperio estaría
completamente en desgracia. Bajo el mando de uno de los generales, los Pretorianos
sacaron sus espadas. Parecía que habría otra batalla aquí esta noche.
"¡Deténganse!"
Sin
embargo, la voz del Emperador les impidió moverse. Esto fue debido a que el Emperador
era plenamente consciente de que la lucha contra la JSDF sólo agregaría más
cadáveres a los que ya estaban en el suelo.
“Sugawara-dono.
Admito que el ejército de Japón es poderoso. Sin embargo, ser fuerte en la
batalla no se puede equiparar a la victoria en la guerra. Su nación tiene una
debilidad grave”.
“¿Y
qué debilidad podría ser ésta?”
“Su
país ama a su gente; demasiado, tal vez. Rectitud excesiva los hace predecible.
Confianza excesiva conduce a pérdidas masivas. Cuando el enemigo es fuerte, no
hay que luchar contra ellos. La punta de la espada es muy fuerte, pero la
empuñadura de la espada es su debilidad. Si el borde es fuerte, entonces todo
lo que uno tiene que hacer es romperlo. Incluso un enemigo llamado invencible
no puede esperar escapar ilesos cuando se agotan y huyen por sus vidas. Una vez
que se agote el poder nacional de un país, no importa cuán civilizados o
avanzados sean, ese país será destruido por los bárbaros. Eso es un hecho que
se ha visto antes en la historia”.
Sugawara
respondió “De hecho, nuestro país tiene esta debilidad. Nuestra JSDF entrena
para defender nuestro país. ¿Desea probar su convicción?”
“¿Qué
es esto, tienen intención de pelear al final? ¿No han comenzado ya las
negociaciones?”
“Su
Majestad, soy plenamente consciente de que la paz no es más que el tiempo de
preparación para la próxima guerra. Dicho esto, las conversaciones de paz no
son una razón para dejar de prepararse para la guerra. Mi país, de hecho, todo
mi mundo se ha movido más allá de la mentalidad del Imperio después de siglos
de historia empapada en sangre. Espero que esta Capital Imperial no se desvanezca
en el transcurso de las conversaciones de paz”.
Parecía
estar dando a entender que un determinado país estaba tratando de ralentizar
las negociaciones de paz para ganar tiempo.
Las
palabras de Sugawara eran una amenaza. A pesar de que habían cesado todas las
operaciones de combate durante este alto al fuego, si Japón ponía su mente a
ello, podrían reanudar las hostilidades en cualquier momento. Y esta vez el
campo de batalla sería la Capital Imperial.
El
Emperador chaqueo la lengua en voz baja, y habló.
“Usted
dice eso, ¿pero no es eso lo mismo que rechazar paz en proceso?”
“De
hecho, así es. Así que por favor estén preparados para las terribles consecuencias
que resultarán si usted miente”.
“Oh,
está bien, te creo. Es natural creer en tu propio país. Pero, ¿usted cree que
puede hacerlo y permanecer intactos?”
A
medida que el Emperador estaba diciendo esto, la réplica se produjo.
La
tierra se sacudió una vez más, y las escamas de pintura del agrietado techo
cayeron como polvo.
El
Emperador se puso pálido de miedo, mientras que los Generales, los Ministros y
los Pretorianos cayeron de rodillas, ya que se aferraban desesperadamente a las
paredes.
"¡Muy
bien, vamos!"
Dejando
estos rostros patéticos detrás de él, Itami condujo a su gente con orgullo, a Sugawara
y a la chica llamada Noriko más allá de los Pretorianos temblando, y salió de
la sala de audiencias.
En
la cabeza del grupo estaban Sugawara e Itami, seguidos por Kuribayashi y la secuestrada
Noriko, con Tomita cerrando la marcha. Itami le ofreció a Noriko la capa de su uniforme
para cubrir su desnudez.
Todo
el mundo estaba en silencio.
Después
de diez a veinte minutos de caminar, salieron del palacio. Mientras Itami
suspiraba, se quejó, “Mierda. Mi mano se movió por sí misma y lo golpeó”.
Sugawara
asintió.
“Sí,
eso fue una gran cagada. ¿Cómo vamos a informar de esto?”