4 mar 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 09

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



09 Transformación en Bestia

“Parece que tus garras necesitan ser afiladas, Hermano” ‒ dijo Atlas.

“¡¿A-Atlas?! ¡Bien! ¡Ya entendí! ¡Esta vez lo acabaré de una vez!” ‒ exclamó Fohl.

Justo cuando Fohl se preparaba para atacar, Jaralis sacó una ampolla de su bolsillo. Parecía estar llena de algún tipo de brebaje.

“¡Hmph! Nunca imaginé que me llevarías tan lejos. Pero esta es una pelea que no puedo permitirme perder” ‒ Rugió Jaralis.

Quebró el extremo del frasco y se tragó lo que había dentro. De repente pude escuchar su corazón latiendo fuerte, incluso desde tan lejos en donde estábamos parados.

“¿Acaba de beber algún tipo de droga loca?” ‒ pregunté.


Supongo que no habíamos prohibido el dopaje ni nada, así que no podía decir que hubiera roto ninguna regla. Pero a pesar de todo, ¿realmente pensó que iba a dejarle hacer lo que quisiera? Este tipo no pudo hacerlo a través de su…

“¿Héroe del Escudo? ¡Ja! ¡Este tonto es demasiado arrogante y problemático para servir como nuestro títere!” ‒ Gruñó Jaralis.

“Culpa mía. Me pondré a trabajar en eso” ‒ dije.

Las heridas de Jaralis comenzaron a cerrarse justo delante de nuestros ojos y la mirada de urgencia de sus ojos fue reemplazada por una expresión tranquila y petulante.

“¡Jaralis! ¡Cuidado con lo que dices!” ‒ gritó Werner.

“Sí, me temo que a juzgar por tu actuación anterior, el resultado será el mismo, independientemente del tipo de drogas en las que elijas confiar. Deja de perder el tiempo y ríndete ya” ‒ añadió el genmu.

Ambos reprendieron duramente a Jaralis. Pero Jaralis empezó a carcajear como si no tuviera intención de escuchar una palabra de lo que decían. Había visto esa cara antes. Cualquiera que hiciera una cara como esa estaba seguro de que no iba a hacer nada bueno.

“¿Rendirme? ¿De qué estás hablando? ¡Este es el comienzo de una nueva era! Ha llegado el momento de desechar nuestra fe obsoleta en las leyendas anticuadas de los llamados héroes y adorar a un nuevo Dios, a mí” ‒ rugió.

¿De qué iba este chiflado? ¿Realmente se declaró a sí mismo como un Dios? Estaba tratando de averiguar cómo responder a tal absurdo cuando el cuerpo de Jaralis comenzó a crecer rápidamente. Finalmente, se puso a cuatro patas y rugió. Ahora era básicamente un león enorme. La transformación lo dejó jadeante.

“Esto es increíble. Mi cuerpo se está llenando de poder” ‒ dijo.

“Jaralis…” ‒ susurró el genmu.

“¿Has conseguido superar tu forma de teriántropo? ¿Podría ser realmente la transformación en bestia de la que se habla en las leyendas?” ‒ exclamó Werner.

¿Transformación en bestia? Lentamente cambié mi mirada hacia Firo.

“¿Huuuh? ¿Qué pasa, Amo?”

Firo había cambiado a modo de pelea en reacción al aura amenazante de Jaralis, pero Atlas y Fohl seguían siendo técnicamente sus oponentes en el duelo.

Ella era un monstruo firorial para empezar, así que supongo que no tenía lo que se consideraría una forma teriántropa. Jaralis realmente no se veía tan diferente ahora, pero tal vez yo no me lo podía figurar. Werner debe haber notado que yo estaba confundido, porque me miró y empezó a explicarme.

“Tenemos una leyenda aquí en Siltvelt. Usted ya sabe que hay semi-humanos que pueden usar formas teriántropas para aumentar sus habilidades. Esta leyenda habla de una transformación aún más poderosa que esa” ‒ dijo.

“¿Y estás diciendo que se las arregló para hacer esa transformación?” ‒ Le pregunté.

“Eso parece” ‒ contestó Werner.

¿No había simplemente tomado una droga peligrosa y se había descontrolado? Para ser honesto, tenía la sensación de que yo estaba más cerca de la verdad. Pero como sea.

“¡Con tanto poder, el Héroe del Escudo ya no es necesario! ¡Sí! ¡El mundo entero debería alabarme y adorarme!” ‒ Rugió Jaralis.

“Me parece que estás demasiado engreído después de haber conseguido ser un poco más fuerte” ‒ murmuró Fohl.

Qué coincidencia. Eso es exactamente lo que yo estaba pensando.

“¡Hmph! ¡Tú eres el presumido, mestizo hakuko!” ‒ Gruñó Jaralis.

Tan pronto como terminó su frase, la apariencia de Jaralis pareció volverse borrosa. ¡Era rápido! Pero no era tan rápido como para que yo no pudiera seguir sus movimientos con mis ojos. Se acercó a Fohl por el frente. Aparte de mí, Raphtalia, Firo, Sadina y Atlas probablemente también podrían ver sus movimientos. Éramos bastantes de nosotros, en realidad.

“¡¿Qué?! ¡¿Se teletransportó?!” ‒ exclamó Werner.

Supongo que era seguro decir que Werner y los otros no podían seguir el ritmo de Jaralis. Me preguntaba a qué nivel equivaldría Jaralis ahora, según los estándares ordinarios. Como mínimo, era poco probable que ninguno de los esclavos de la aldea pudiera reaccionar a su velocidad actual. Y con esa velocidad vertiginosa, Jaralis movió su enorme cuerpo a la posición de Fohl.

“¡Grrraaaaaahhhh!”

Jaralis rugió fuerte y golpeó a Fohl con su garra. Fohl adoptó inmediatamente una postura defensiva para protegerse del ataque masivo del león.

“¡Ugh!”

Fohl era duro, pero la garra de Jaralis sacó sangre cuando le cortó el brazo. Fohl salió volando por los aires.

“¡¿Qué?! ¡Su velocidad es ridícula! ¡Gahhhh!” ‒ exclamó Fohl.

Tropezó unos pasos antes de estabilizarse y volver a ponerse en posición defensiva. Tan pronto como lo hizo, Jaralis cargó con un ataque de seguimiento, golpeando a Fohl repetidamente con sus garras.

“¡¿Cómo se siente?! ¡Tienes que ser el conejillo de indias con el que probaré este magnífico poder! Es más honor de lo que puedes soportar, ¿verdad? ¡¿Qué te parece?! ¡Toma esto!” ‒ Rugió Jaralis.

“¡Ugh! ¡Gah! ¡Ma-maldito seas!” ‒ Tartamudeó Fohl.

Le estaban dando una paliza. Se arrodilló e intentó defenderse. Centrarse en la defensa era todo lo que podía hacer ahora. Las cosas no se veían bien.

“¡Ja, ja, ja, ja! ¡¿Eso es todo lo que tienes?! Justo como pensaba, todos ustedes, hakukos, son unos tontos de mente simple que van corriendo de cabeza hacia el peligro. ¡Tú y tu padre, ambos! ‘¡Déjame esto a mí y lárgate de aquí!’, dijo él. ¡Ja! ¡La verdad es que lo sacrificamos para salvarnos! No podía permitir que se resistiera innecesariamente, ¿sabes?” ‒ Jaralis se mofó.

“¡¿Qué?! No es posible… ¿Le hiciste algo a mi padre?” ‒ Soltó Fohl.

“¡Así es! ¡Le di un empujoncito por detrás! Me tomé todas esas molestias para filtrar nuestra estrategia al enemigo. Se suponía que debíamos parecer que estábamos perdiendo. Nos retiraríamos temporalmente, sólo para volver y lograr una victoria abrumadora gracias a mi dirección estratégica. ¡Pero ese bastardo no paraba de cambiar las tornas! ¡Fue tan irritante!” ‒ Jaralis gimió.

¿Qué demonios…? El bastardo acaba de empezar a confesar todo. Incluso si se las arreglaba para derrotar a Fohl, ¿no se daba cuenta de que ahora iría directo a la cárcel? Eché un vistazo a Werner y al viejo genmu. Ambos parecían estar perdidos en sus pensamientos.

“¡Muere!” ‒ Rugió Jaralis.

Golpeó con fuerza con su garra en lo que parecía ser un intento de acabar con Fohl.

“¡Bastardo!” ‒ Fohl gritó a todo pulmón.

Todo tenía sentido ahora. El padre de Fohl había interferido con el plan de Jaralis, así que Jaralis lo cogió desprevenido y lo mató. ¿Podría ser más sucio que eso? Sí, nada bueno saldría de tener a este bastardo cerca. Tendría que pensar qué hacer con él más tarde, pero sea lo que sea, necesitaba ser despojado permanentemente de toda autoridad con seguridad.

“¡Una vez que haya matado a estos mestizos, se lo mostraré al resto de ustedes también! ¡Les mostraré quién es el más fuerte aquí realmente! ¡Ahora! ¡Ataquen!” ‒ Rugió Jaralis.

Un grupo de criaturas de aspecto monstruoso apareció de repente y comenzó a atacar a nuestro grupo y a los líderes de Siltvelt.

“¡¿Qué?!”

Werner y los otros líderes de Siltvelt se prepararon para luchar. Los semi-humanos cambiaron a sus formas teriántropas, y los que ya eran teriántropos se prepararon para los ataques entrantes. Pero…

“¡Ugh! ¿Qué son estas cosas?”

“¡Somos la élite guerrera de Siltvelt! ¿Pueden estas abominaciones ser más rápidas y golpear más fuerte que nosotros?”

“¡Mantengan la calma! ¡Debemos proteger al Héroe del Escudo!”

Los seguidores de Jaralis deben haber estado planeando comenzar una revuelta aquí y haber tomado algunas de esas drogas para someterse a esa transformación en bestias. Había bastantes de ellos. Probablemente tenían algunas aspiraciones poco convincentes de matar a todo el mundo en el castillo y decir que eran supremos o algo así. Debe haber sido por eso que Jaralis confesó antes. Pensó en decirle la verdad a Fohl ya que de igual forma estaba a punto de morir.

Bueno, al menos las cosas se habían vuelto muy claras ahora. No había razón para contenerse más.

“¿Qué quieres decir con ‘protegerme’? Proteger…”

Lentamente me puse en pie. Un enorme gorila saltó sobre mí dando puñetazos y le agarré el puño con una sola mano.

“… ¡es asunto mío! ¡Raphtalia! ¡Firo!” ‒ Grité.

“Tenía el presentimiento de que las cosas terminarían así. ¡En ello!” ‒ Raphtalia respondió.

“¡Haré mi mejor eeesfueerzooo!” ‒ Firo chilló.

Inmediatamente entendiendo lo que yo quería que hiciera, Raphtalia se abalanzó sobre el gorila y lo cortó. Un gran lobo saltó sobre nosotros y Firo lo pateó en el aire. Su patada produjo una poderosa onda expansiva en el momento en que hizo contacto. Hmm, ellas dijeron que el llamado pago adelantado de Fitoria había aumentado las estadísticas de Firo. La forma en que se movía ahora definitivamente la hacía parecer una bestia luchadora.

“No deberías dejarte llevar por las payasadas. Creo que te has olvidado de mí” ‒ dijo Atlas.

Ella abatió a las bestias que se le acercaban y estaba a punto de correr hacia Fohl para protegerlo. Pero Fohl levantó la mano y le disparó una mirada que dejó claro que quería que se quedara atrás.

“¡Atlas! ¡Jaralis es mío! ¡Este es un oponente al que debo derrotar! Quédate atrás” ‒ gritó.

“¿Oh? En ese caso, supongo que no te importa si corro hacia el Sr. Naofumi y lo sostengo en mis brazos ¿verdad?” ‒ contestó ella.

¡A me importaba! ¡¿Qué estaba diciendo en una situación como esta?! Y Fohl ya debe haber enloquecido completamente, porque acaba de asentir con fuerza. ¡¿Qué demonios?!

“Sí. He visto lo duro que él es en nuestras otras batallas. No diré que me agrada, pero deberías dejar que te proteja por ahora” ‒ contestó Fohl.

“Umm, ¿Hermano? Me malinterpretas. Mi trabajo es proteger al Sr. Naofumi” ‒ dijo Atlas.

Ella corrigió el malentendido de Fohl con su propio malentendido sin sentido.

“¡¿Qué?! ¡¿Planeas esconderte detrás de Atlas?!” ‒ él me gritó.

“¡A la mierda con eso, descerebrado!” ‒ Grité.

Raphtalia y los demás estaban ocupados derribando a las bestias atacantes, pero me miraron como si hubiera hecho algo espantoso.

“De todos modos, Fohl, si vas a reclamar a ese bastardo como tu presa, ¡entonces date prisa y encárgate de él!” ‒ Añadí.

Fohl miró hacia atrás y hacia adelante entre Atlas y yo un par de veces antes de asentir con fuerza.

“Mi padre luchó valientemente y creyó en sus compañeros. ¡No puedo perdonar a nadie que le haya hecho algo tan despreciable!” ‒ Fohl tronó.

“¡Oh, perdóname! ¡Te enviaré a estar con papá ahora mismo! ¡Después de todo, tengo otras cosas que atender! Ya sabes, como osar matar a un Dios” ‒ Gritó Jaralis.

Emitió un fuerte y molesto rugido y luego se abalanzó sobre Fohl golpeándolo, como si fuera a acabar con él de una vez por todas. Pero Fohl bloqueó la enorme garra de Jaralis y lanzó su propio rugido. Fue entonces cuando oí un fuerte golpeteo viniendo de Fohl.

“¡¿Qué?! ¿Me estás diciendo que este mestizo hakuko puede usar una forma teriántropa?” ‒ Jaralis gritó incrédulo.

Fohl rugió una vez más y todo su cuerpo comenzó a latir y a hincharse. Al principio estaba confundido, pero luego me di cuenta de que estaba cambiando a una forma teriántropa, ya que se parecía bastante a cuando Sadina se transformaba en una orca.

“¿Hermano? ¿Realmente vas a usar una forma teriántropa?” ‒ preguntó Atlas.

“¡Oh, Dios mío! Eso es lo que parece. Sabía que tenías potencial, pequeño Fohl, aunque no pudiste hacer la transformación antes. Parece que finalmente vas a lograrlo” ‒ dijo Sadina.

“¿Es una de esas cosas en las que una vez que lo has hecho, puedes hacerlo de nuevo en cualquier momento?” ‒ Le pregunté.

Sadina asintió mientras bañaba a varias bestias atacantes con ataques mágicos de rayos.

“Hermano, por favor no me digas que planeas transformarte en una adorable forma teriántropa en un intento de robarle el corazón al Sr. Naofumi” ‒ dijo Atlas.

“¿Otra vez con eso?” ‒ Murmuré.

Después de ella ver cómo yo había reaccionado ante la forma teriántropa de Keel, Atlas se le había metido en la cabeza la idea de que me enamoraría de la forma teriántropa de Fohl.

Los sonidos crujientes se ralentizaron a medida que la transformación de Fohl se acercaba a su fin y los detalles de su nueva forma se hicieron más claros. Parecía un poco más alto que yo ahora. Era bastante musculoso, pero no superfluamente, no parecía ser tan voluminoso como el minotauro. Si uno se imaginara a un hombre-tigre, probablemente no estarían lejos.

Fohl era ahora un musculoso teriántropo tigre blanco, parado allí mientras bloqueaba el feroz ataque de un león gigante. Se veía bastante macho. Esto no se parecía en nada a un adorable husky siberiano que iba a buscar un palo si se le tiraba uno. Esto era lo que se suponía que era una forma teriántropa. Me hizo un poco feliz que su transformación hubiera resultado exactamente como me la había imaginado.

“¡Empecemos!” ‒ Gritó Fohl.


Bloqueó el rápido ataque de Jaralis y contraatacó con una patada en la cara.

“¡Gah! ¡Mocoso insolente! ¡Necesito más! ¡Desataré aún más poder!” ‒ Jaralis gritó.

El flujo de poder mágico que lo rodeaba se intensificó y emitió un estruendo que resonó por toda el salón.

“Oh, nuestro pequeño Fohl se ve más genial de lo normal” ‒ dijo Sadina.

“Esa forma es impresionante. Me pregunto si debería estar celosa” ‒ susurró Raphtalia.

Ella estaba mirando a Fohl en su nueva forma de teriántropo. Me había preguntado varias veces cómo sería Raphtalia si tuviera una forma teriántropa. ¿Sería una versión femenina de las estatuas de cerámica mapache de Shigaraki? ¿O se parecería a Raph-chan?

“Sr. Naofumi, ¿en qué está pensando en un momento como éste?” ‒ Soltó Raphtalia.

“¡Ugh! Siento que el Sr. Naofumi ha perdido interés en mi hermano y está mirando a Raphtalia!” ‒ exclamó Atlas.

¡Sus intuiciones eran increíbles!

“Aaamoooo, hemos derrotado a la mayoría de ellos” ‒ gritó Firo.

Ella estaba pisoteando a varios monstruos que yacían en el suelo retorciéndose. Supongo que al final ni siquiera tuve que involucrarme.

“Ugh…” ‒ gimió uno de los líderes de Siltvelt.

“¡Contrólense! Esas heridas no son nada” ‒ gritó otro.

Aparte de Werner y el viejo genmu, los miembros líderes se habían adelantado para tratar de protegernos. Era grandioso que se las hubieran arreglado para protegerse de los feroces ataques de las bestias, pero parecía que la mayoría de ellos habían sido gravemente heridos. Silenciosamente me acerqué corriendo y apliqué mi magia sanadora.

“¡Drifa Sanar!”

Justo cuando lanzaba mi hechizo, Jaralis soltó un fuerte rugido y las bestias incapacitadas de repente se levantaron como zombis. Sus ojos estaban extrañamente encendidos. Desataron un coro de rugidos salvajes y comenzaron a atacarnos una vez más. Estábamos todos reunidos en un mismo lugar ahora, y las bestias eran aún más rápidas que antes.

“¡Héroe del Escudo! ¡Estás en peligro!”

Varios de los líderes intentaron atacar para protegerme, pero yo los empujé hacia atrás y grité el nombre de una habilidad.

“¡Escudo Estrella Fugaz!”.

Las bestias se amontonaron a nuestro alrededor atacándonos, pero sus garras se estrellaron infructuosamente contra mi barrera.

“¡Grrraaaaaaahhh!”

“¡Raawwwwrrr!”

Las bestias estaban babeando y echando espuma por la boca como una jauría de perros rabiosos. Ellos arañaban la barrera y trataban de morderla.

“Eww… Siguen viniendo sin importar cuántas veces los patee” ‒ gimió Firo.

Estaba en su forma de reina firorial, pateando a las bestias mientras se abalanzaban sobre ella.

“Sí, esto está empezando a ser irritante, incluso para mí” ‒ contestó Sadina.

Ella lanzó su magia de rayo a una de las bestias que había sido sorprendida por la patada de Firo. Raphtalia y Atlas se unieron a la lucha, decididas a no ser superadas.

“Hmph, estas cosas son más duras de lo que esperaba” ‒ murmuré.

“¡Síp! Parece que se recuperan casi tan pronto como las paaaateeeeo. Creo que la forma en que mueven sus cuerpos está permitiendo que la mayor parte del poder de mis patadas se piieeerdaaa” ‒ respondió Firo.

¿Oh? Firo era absolutamente terrible para explicar las cosas, pero en realidad esa no era una mala descripción. Las bestias que nos atacaban eran probablemente algunos de los mejores guerreros de Siltvelt que habían sufrido transformaciones en bestias. Eso significaba que probablemente no podríamos acabar con ellos con ataques a medias.

“Pero hay algo raro en ellos también” ‒ añadió Firo.

“Ella tiene razón. Algo en sus cuerpos está mal” ‒ dijo Sadina.

“¿Raro en qué sentido?” ‒ pregunté.

“Parecen estar unidos” ‒ contestó Atlas.

Hmm… Les eché un vistazo más de cerca a las bestias. Pude ver lo que parecía ser tejido de cicatrices donde los cuerpos habían sido remendados. Jaralis o alguien debe haber estado metiéndose en la modificación humana. Era similar a lo que Kyo había hecho en el otro mundo. Rat probablemente habría estado extasiada si la dejara hacer una inspección en profundidad.

“Y esa voz 'grraahh' parece hacerlos más fuertes taaaambiiiiéééén” ‒ dijo Firo.

Así que los rugidos de Jaralis tenían un efecto similar al de la magia. Qué molestia.

“¡Hiyaaaa!”

Fohl detuvo el ataque de Jaralis y luego se lanzó hacia delante y le pegó un potente derechazo, enterrando su puño en lo profundo de las entrañas de Jaralis.

“¡Gaaahh!”

Sangre brotó de la boca de Jaralis.

“¡Todavía no he terminado!” ‒ Gritó Fohl.

Abrió bien la mano, saltó sobre Jaralis, y luego golpeó con sus garras la cara de Jaralis, cortando profundamente la carne.

“¡Urgaahhhhh! ¡Mis ojos! ¡Gaahhhh! ¡Bastardo!” ‒ Rugió Jaralis.

Lloriqueó y se cubrió los ojos con las manos. Pero el tejido de sus ojos comenzó a hincharse y en cuestión de segundos se habían regenerado completamente. Fue un espectáculo grotesco.

“¡Sangre! ¡Necesito más sangre! ¡Necesito carne! No, ¡más poder! ¡Necesito más poder!” ‒ Jaralis gritó.

Estaba mirando a su alrededor frenéticamente. Sus ojos se detuvieron en el cercano grupo de bestias que habíamos derrotado y luego saltó sobre nosotros.

“¡Cuidado!” ‒ Grité.

Firo y los demás se distanciaron de las bestias caídas, pero Jaralis simplemente empezó a devorarlas.

“¡Urgahhhh!” ‒ gritó una de las bestias.

“¡¿J-Jaralis?! Qué-qué estás…” ‒ comenzó otra.

“¡Silencio! ¡Consumir sus cuerpos me dará más poder!” ‒ Rugió Jaralis.

Aplastó la cabeza de uno de sus seguidores y comenzó a devorar a la bestia entera. ¡Así que ahora se había convertido en un caníbal!

“Eso es…” ‒ murmuró Fohl.

Incluso Fohl estaba horrorizado por la vista. Su cara se puso pálida.

“¡Basta ya de esto! ¡Esto ha ido mucho más allá de una pelea cara a cara con Fohl!” ‒ Grité.

“¡Entendido! ¡Todos, ya oyeron al Héroe del Escudo!” ‒ gritó Werner.

“¡Aquí voy!” ‒ Raphtalia intervino.

Corrió hacia Jaralis e intentó soltar uno de sus rápidos ataques de desenvaine, pero la carne de la bestia que se estaba comiendo formó algo así como un tentáculo y golpeó su katana.

“¡Ugh!”

La hoja de la katana de Raphtalia atravesó el tentáculo, pero había un problema mayor. El sonido de los mordiscos se detuvo, y Jaralis pareció haber terminado de masticar la carne de las bestias. Los cadáveres que había masticado comenzaron a fusionarse con su cuerpo y a formar más tentáculos, que recogían más de las bestias caídas. El cuerpo de Jaralis siguió creciendo a medida que iba asimilando los cadáveres.

“Mwahahaha… ¡Mwahahahahahahaha! ¡Sí, eso es! ¡Así que el poder puede ser usado de esta manera también!” ‒ exclamó Jaralis.

Oh, hombre. ¿No sabía que conseguir poder de una manera tan horrible nunca era bueno al final? ¡¿Qué clase de drogas extrañas había tomado?!

“¡Soy yo quien reina supremo ahora! ¡Me he vuelto más poderoso que cualquier Dios! Con tanto poder, el mundo entero será mío”.

Jaralis era una gran masa de carne ahora. Cuando hablaba, parecía un gran trozo de arcilla siendo amasado o algo así. Y ahora la arcilla empezaba a tomar forma. Pero seguro que no teníamos la obligación de esperar y averiguar lo que sería.

“¡Es un gran amasijo de carne pegajosa! ¡Ewwwwww!” ‒ Gritó Firo.

Ella se acercó y se escondió detrás de mí, acobardada. Ahh, supongo que había sido tomada prisionera por una abominación similar no hace mucho tiempo. Parecía que últimamente nos habíamos enfrentado a muchos enemigos similares. Pero este era mucho más grotesco que cualquiera de ellos.

El hedor de la sangre llenaba el aire. No podía aguantar mucho más.

“¡Sr. Naofumi!” ‒ gritó Raphtalia.

“Adelante” ‒ le contesté.

“Parece que tendremos que lidiar con esto” ‒ interrumpió Sadina.

“El Sr. Naofumi dio la orden de atacar, y así lo haré yo” ‒ exclamó Atlas.

“¡Atlaas! Ugh… ¡Yo también estoy ayudando!” ‒ Fohl lloriqueó.

Nuestro grupo parecía estar bien. En cuanto a los de Siltvelt…

“Ustedes quédense atrás. No quiero que queden atrapados en la línea de fuego” ‒ les dije.

Tendría problemas para dormir si alguno de ellos se interpusiera y acabara muerto.

“¡Como desee!” ‒ gritó uno de los líderes.

“¡E-entendido! ¡Que el Héroe del Escudo nos proteja!” ‒ Werner clamó.

“Sí, deberíamos dejarle esto al Héroe del Escudo” ‒ dijo el genmu.

Los otros líderes asintieron. Fohl se paró frente a todos y se enfrentó a Jaralis.

“¡Jaralis! ¡Tu vida termina aquí! Esto es por mi padre” ‒ gritó.

Según la confesión de Jaralis sólo unos momentos antes, había matado al padre de Fohl. Y pensar que se le ocurrió un plan tan sucio y emboscó al padre de Fohl por detrás. ¿Qué tan bajo puede llegar uno? Despreciaba a los bastardos como él. No era mejor que Basura o Bruja. ¡Me aseguraría de que pagara el precio de sus acciones!

“Puedo permitir eso. Pero, Fohl, considerando las circunstancias, no puedo pedirte que lo derrotes tú solo. Tienes un montón de gente aquí que puede echarte una mano. No lo olvides” ‒ le dije.

Me preparé para lanzar magia de apoyo sobre Fohl. Sadina y yo comenzamos a recitar los encantamientos para el Descenso del Dios del Trueno.

“No hay problema. No importa qué poder use o quién me ayude. ¡Tengo que derrotarlo!” ‒ Gritó Fohl.

Y de repente un nuevo icono apareció en mi pantalla.

¿Te gustaría empoderar el objetivo y forzar la transformación en bestia?

Si / No

¿Una transformación en bestia? ¿Me estaba pidiendo que tomara la decisión? El icono estaba flotando sobre Fohl. Parecía que normalmente habría más opciones. Pero por el momento, Fohl era el único que podía elegir. Probablemente valía la pena intentarlo.

“Oye, Fohl” ‒ dije.

“¡¿Qué?!”

“¡El Sr. Naofumi dijo tu nombre, Hermano! ¡Vamos! ¡Respóndele bien! ¡Obedecerás todas sus órdenes!” ‒ Atacó Atlas.

“¡Cállate un minuto, Atlas! Parece que puedo usar una habilidad para darte algún tipo de poder especial, Fohl. ¿Quieres que lo intente?” ‒ Le pregunté.

Fohl se quedó ahí parado tratando de decidirse por unos momentos.

“Bien. Más gente saldrá herida si no derroto a esta basura. Así que por mí y por Atlas, vamos a intentarlo” ‒ contestó.

“Lo tengo. Aquí voy” ‒ dije.

Sostuve mi escudo hacia Fohl y seleccioné ‘Sí’. El escudo comenzó a brillar, y luego la luz se extendió y se derramó sobre Fohl en forma de magia de apoyo.

“¡¿Qu-qué es esto?! ¿Qué está pasando…?”

Fohl comenzó a flotar en el aire mientras la luz mágica envolvía su cuerpo.

“¡S-sr. Naofumi! ¡¿Qué hiciste?!” ‒ exclamó Raphtalia.

“Como dije, usé mi habilidad para darle a Fohl más poder. Eso es todo” ‒ respondí.

“E-esto es…” ‒ La voz de Werner cayó en silencio.

Él y los otros líderes de Siltvelt estrecharon sus manos y comenzaron a orar.

“Esto es realmente un milagro de un Dios. Parece que las leyendas son ciertas después de todo” ‒ dijo el viejo genmu antes de empezar a rezar con los demás.

Supongo que este poder era algo mencionado en sus leyendas de los héroes.

“¡Mi cuerpo… está rebosante de poder!” ‒ Gritó Fohl.

La luz que le rodeaba se dispersó y una criatura diferente descendió al suelo. Allí, ante nosotros, había un enorme tigre blanco.

“E-esto es… ¡¿Me he convertido en un tigre blanco?!” ‒ preguntó Fohl.

“Eso parece” ‒ le dije.

Casualmente miré las estadísticas de Fohl. Lo que vi fue… ¡increíble! ¡Cada una de sus estadísticas había sido incrementada masivamente!

Más específicamente, el equivalente de mis propias estadísticas había sido añadido a la mayoría de las de Fohl. Firo se había vuelto mucho más fuerte últimamente, pero esto estaba en un nivel completamente diferente. ¡Estos números eran incluso más altos que los de Raphtalia! Esta era una capacidad ofensiva por la que podía emocionarme. Pero también noté que mi propio poder mágico parecía estar cayendo a cada segundo.

“Parece que hay un límite en la duración de esto. ¡Apúrate y acaba con él!” ‒ Grité.

“¡Mwahahahahaha! ¡Ha llegado el momento! ¡Ha nacido una nueva leyenda! ¡Es hora de poner al viejo Dios a descansar!” ‒ Rugió Jaralis.

Se precipitó hacia mí y comenzó a tomar una nueva forma. Era una especie de monstruosidad grotesca que parecía una quimera. ¡Y era rápido! Ni siquiera estaba seguro de si sería capaz de reaccionar a tiempo. Pero entonces un destello blanco apareció frente a Jaralis y le clavó sus garras en la cara.

“¡Gah! ¿Qu-qué?” ‒ Jaralis gimió.

“¿Por qué andas corriendo despacio? ¿Estás bromeando?” ‒ preguntó Fohl.

Jaralis salió volando por los aires. A juzgar por la forma en que se había girado y hablado con Jaralis de forma tan casual, Fohl no parecía tener problemas para adaptarse a su nueva forma.

“¡Eres un cobarde que aceptó la miserable bendición del Héroe del Escudo! ¡Espero que no pienses que eso te permitirá ganar!” ‒ Rugió Jaralis.

“Probablemente debería señalar que eres el último que debería decir eso” ‒ le disparé con una mueca de desprecio.

“Primero tomas algunas drogas sospechosas. Entonces, cuando todavía no puedes ganar, asimilas a tus seguidores y actúas como si de repente te hubieras convertido en el rey de la montaña. ¿Quién en el mundo adoraría a un monstruo tan horrible? En serio, piénsalo” ‒ continué.

“¡¿Monstruo?! ¿Estás diciendo que soy un monstruo?” ‒ gruñó.

“Eso es lo que dije. ¡Eres repulsivo! ¡Pareces una especie de quimera!” ‒ Grité.

Jaralis debe haber vuelto a sus sentidos, porque transformó los tentáculos en globos oculares y luego gritó sorprendido.

“¡Imposible! ¡¿Soy un monstruo?! ¡No puedo creerlo! ¡No puede ser!”

Soltó un rugido bestial y corrió directamente hacia mí.

“¡No te lo permitiré!” ‒ Gritó Fohl.

“¡Hermano!”

Por la razón que fuera, Atlas saltó sobre la cabeza de Fohl y se giró hacia Jaralis. Ella comenzó a prepararse para un ataque.

“¡Concentra todo tu poder en un solo punto y haz que lo atraviese!” ‒ exclamó ella.

“¡Lo tengo! ¡Más vale que no te caigas, Atlas!” ‒ Contestó Fohl.

Su cuerpo comenzó a irradiar luz, que luego formó un vórtice de poder mágico. El poder mágico comenzó a tomar forma frente a ellos. ¿No era este básicamente el mismo ataque que el minotauro había usado contra Atlas? La luz envolvió a Fohl y a Atlas, y tomaron la forma de un tigre radiante y cargaron hacia adelante.

“¡Ésta debe ser la antigua técnica que sólo los hakuko pueden usar, el legendario Asalto Feroz del Tigre Tirano!”

Supongo que ese era el nombre de la habilidad. Pero en realidad, a la gente de este mundo parecía gustarle ofrecer una narrativa explicativa como esa. Rishia y Ren eran iguales. Sólo mantuve la boca cerrada y me concentré en mantener mi poder mágico. Fohl estaba absorbiendo más de lo que esperaba, y estaba empezando a marearme.

Fohl y Atlas desataron largos e interminables gritos de batalla mientras atacaban a Jaralis al unísono. Un fuerte sonido de corte sonó al pasar junto a él, y luego la transformación de Fohl desapareció. Él y Atlas aterrizaron en el suelo.

“¡Gaaahhhhh! ¡I-imposible! ¡Se suponía que esa droga me convertiría en el teriántropo más fuerte de todos! ¡Ese bastardo! ¡Me han engañado! ¡No puedo creerlo! Yo… Yo…”

Tan pronto como Fohl y Atlas aterrizaron, luz comenzó a salir del cuerpo de Jaralis. ¡Y luego se abrió de par en par! La luz era tan brillante que me obligó a entrecerrar los ojos. Se tragó lo que fuera en lo que se había convertido Jaralis y luego explotó, disipándose en todas direcciones. No quiero sonar demasiado dramático, pero el impacto masivo hizo que todo el edificio temblara también.

“Padre, he vengado tu muerte” ‒ susurró Fohl.

“¡Lo logramos! ¡Hemos exterminado al traidor!” ‒ exclamó Atlas.

Sus reacciones estaban en extremos completamente diferentes del espectro. Los hermanos se volvieron hacia el resto de nosotros y nos saludaron.

“Umm, creo que no hace falta decirlo, ¡pero tenemos un ganador! La victoria va para los hermanos hakuko que sirven al Héroe del Escudo” ‒ anunció Werner en voz alta.

“Eso significa que somos libres de hacer lo que queramos, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Así es. Puede hacer lo que usted quiera, Héroe del Escudo. En nombre de Siltvelt, reconocemos que usted es el Héroe del Escudo que todos hemos estado esperando” ‒ respondió.

“No esperaba que te sometieras tan fácilmente” ‒ dije.

Por otra parte, el hecho de que acabáramos de erradicar la pequeña rebelión de Jaralis por ellos probablemente tuvo mucho que ver con eso.

“Sí, bueno, eso se debe en gran parte a ver la transformación en bestia que su poder indujo” ‒ contestó Werner.

“Nuestras leyendas aquí en Siltvelt hablan de tal transformación. Dicen que sólo el Héroe del Escudo puede desatar la verdadera forma -el verdadero poder- de nuestra gente” ‒ añadió el viejo genmu.

“Ah, así que es por eso” ‒ respondí.

Werner inclinó la cabeza ante Atlas y Fohl.

“Me equivoqué al insultarlos y llamarlos mestizos. Más que nadie, ustedes dos son verdaderos súbditos de Siltvelt” ‒ dijo.

“Estás equivocado. Yo soy súbdito del Sr. Naofumi” ‒ contestó Atlas sin dudarlo.

“Yo… yo…” ‒ tartamudeó Fohl.

No parecía saber cómo responder.

“¡Parecías tan geeeniaaaal! ¡Quiero ser capaz de transformarme así también!” ‒ Firo le dijo a Fohl.

Ella era una bestia por naturaleza. Aun así, quería ver cómo sería una Firo de tipo teriántropo medio pájaro. Pero por otra parte, tal vez no.

“¡Eso sí que fue algo, pequeño Naofumi! Me pregunto si puedes hacer lo mismo en mí” ‒ dijo Sadina.

“¿Quién sabe?” ‒ Le contesté.

De repente, una sensación de cansancio se apoderó de mí. Fohl debe haber sentido lo mismo, porque cayó de espaldas.

“¡¿Qué pasa?!”

“Ugh… me siento… tan débil” ‒ dijo.

Se quejó e hizo todo lo que pudo para tratar de ponerse de pie. Yo también me sentía muy cansado.

“Permíteme” ‒ dijo Atlas.

Saltó sobre el cuerpo colapsado de Fohl y levantó los brazos en el aire victoriosamente. ¿Por qué sentía la necesidad de pararse en el cuerpo de su hermano otra vez?

“Esta es tu recompensa, Hermano. Realmente te las arreglaste para cumplir” ‒ dijo.

“¡Atlas! ¡Deja de hacer eso!” ‒ Gritó Fohl.

¡¿Por qué demonios parecía estar sonriendo a medias?!

“¡¿Qué están haciendo?!” ‒ Soltó Raphtalia.

“Oh, Dios…” ‒ Sadina se rio.

“¿Rafuuuu?”

“¿Hm?”

Y así nuestro duelo en Siltvelt llegó a su fin. Después, hicimos una investigación sobre la droga que Jaralis había usado y la fuente de sus planes de rebelión. Descubrimos que algún grupo misterioso había estado involucrado, pero que de repente desaparecieron tan pronto como Jaralis fue derrotado.

Decidimos que un especialista debía analizar la droga, así que traje a Rat de la aldea para echar un vistazo. No me gustó el hecho de que no hubiéramos podido averiguar de quién provenía la droga. Al final, sólo podía asumir que probablemente había sido uno de los enemigos de S'yne o uno de los lacayos de Bruja.


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Delirios de Lord:
'Proteger... es asunto mío' Uufff me mojé.
Este Folh y sus fetiches.