Traductor: Lord
Editor: Lord
09
Transformación en Bestia
“Parece
que tus garras necesitan ser afiladas, Hermano” ‒ dijo Atlas.
“¡¿A-Atlas?!
¡Bien! ¡Ya entendí! ¡Esta vez lo acabaré de una vez!” ‒ exclamó Fohl.
Justo
cuando Fohl se preparaba para atacar, Jaralis sacó una ampolla de su bolsillo.
Parecía estar llena de algún tipo de brebaje.
“¡Hmph!
Nunca imaginé que me llevarías tan lejos. Pero esta es una pelea que no puedo
permitirme perder” ‒ Rugió Jaralis.
Quebró
el extremo del frasco y se tragó lo que había dentro. De repente pude escuchar
su corazón latiendo fuerte, incluso desde tan lejos en donde estábamos parados.
“¿Acaba
de beber algún tipo de droga loca?” ‒ pregunté.
Supongo
que no habíamos prohibido el dopaje ni nada, así que no podía decir que hubiera
roto ninguna regla. Pero a pesar de todo, ¿realmente pensó que iba a dejarle
hacer lo que quisiera? Este tipo no pudo hacerlo a través de su…
“¿Héroe
del Escudo? ¡Ja! ¡Este tonto es demasiado arrogante y problemático para servir
como nuestro títere!” ‒ Gruñó Jaralis.
“Culpa
mía. Me pondré a trabajar en eso” ‒ dije.
Las
heridas de Jaralis comenzaron a cerrarse justo delante de nuestros ojos y la
mirada de urgencia de sus ojos fue reemplazada por una expresión tranquila y
petulante.
“¡Jaralis!
¡Cuidado con lo que dices!” ‒ gritó Werner.
“Sí,
me temo que a juzgar por tu actuación anterior, el resultado será el mismo,
independientemente del tipo de drogas en las que elijas confiar. Deja de perder
el tiempo y ríndete ya” ‒ añadió el genmu.
Ambos
reprendieron duramente a Jaralis. Pero Jaralis empezó a carcajear como si no
tuviera intención de escuchar una palabra de lo que decían. Había visto esa
cara antes. Cualquiera que hiciera una cara como esa estaba seguro de que no
iba a hacer nada bueno.
“¿Rendirme?
¿De qué estás hablando? ¡Este es el comienzo de una nueva era! Ha llegado el
momento de desechar nuestra fe obsoleta en las leyendas anticuadas de los llamados
héroes y adorar a un nuevo Dios, a mí” ‒ rugió.
¿De
qué iba este chiflado? ¿Realmente se declaró a sí mismo como un Dios? Estaba
tratando de averiguar cómo responder a tal absurdo cuando el cuerpo de Jaralis
comenzó a crecer rápidamente. Finalmente, se puso a cuatro patas y rugió. Ahora
era básicamente un león enorme. La transformación lo dejó jadeante.
“Esto
es increíble. Mi cuerpo se está llenando de poder” ‒ dijo.
“Jaralis…”
‒ susurró el genmu.
“¿Has
conseguido superar tu forma de teriántropo? ¿Podría ser realmente la
transformación en bestia de la que se habla en las leyendas?” ‒ exclamó Werner.
¿Transformación
en bestia? Lentamente cambié mi mirada hacia Firo.
“¿Huuuh?
¿Qué pasa, Amo?”
Firo
había cambiado a modo de pelea en reacción al aura amenazante de Jaralis, pero
Atlas y Fohl seguían siendo técnicamente sus oponentes en el duelo.
Ella
era un monstruo firorial para empezar, así que supongo que no tenía lo que se
consideraría una forma teriántropa. Jaralis realmente no se veía tan diferente ahora, pero tal vez yo no
me lo podía figurar. Werner debe haber notado que yo estaba confundido, porque
me miró y empezó a explicarme.
“Tenemos
una leyenda aquí en Siltvelt. Usted ya sabe que hay semi-humanos que pueden
usar formas teriántropas para aumentar sus habilidades. Esta leyenda habla de
una transformación aún más poderosa que esa” ‒ dijo.
“¿Y
estás diciendo que se las arregló para hacer esa transformación?” ‒ Le
pregunté.
“Eso
parece” ‒ contestó Werner.
¿No
había simplemente tomado una droga peligrosa y se había descontrolado? Para ser
honesto, tenía la sensación de que yo estaba más cerca de la verdad. Pero como
sea.
“¡Con
tanto poder, el Héroe del Escudo ya no es necesario! ¡Sí! ¡El mundo entero
debería alabarme y adorarme!” ‒ Rugió Jaralis.
“Me
parece que estás demasiado engreído después de haber conseguido ser un poco más
fuerte” ‒ murmuró Fohl.
Qué
coincidencia. Eso es exactamente lo que yo estaba pensando.
“¡Hmph!
¡Tú eres el presumido, mestizo hakuko!” ‒ Gruñó Jaralis.
Tan
pronto como terminó su frase, la apariencia de Jaralis pareció volverse
borrosa. ¡Era rápido! Pero no era tan rápido como para que yo no pudiera seguir
sus movimientos con mis ojos. Se acercó a Fohl por el frente. Aparte de mí,
Raphtalia, Firo, Sadina y Atlas probablemente también podrían ver sus movimientos.
Éramos bastantes de nosotros, en realidad.
“¡¿Qué?!
¡¿Se teletransportó?!” ‒ exclamó Werner.
Supongo
que era seguro decir que Werner y los otros no podían seguir el ritmo de
Jaralis. Me preguntaba a qué nivel equivaldría Jaralis ahora, según los estándares
ordinarios. Como mínimo, era poco probable que ninguno de los esclavos de la
aldea pudiera reaccionar a su velocidad actual. Y con esa velocidad
vertiginosa, Jaralis movió su enorme cuerpo a la posición de Fohl.
“¡Grrraaaaaahhhh!”
Jaralis
rugió fuerte y golpeó a Fohl con su garra. Fohl adoptó inmediatamente una
postura defensiva para protegerse del ataque masivo del león.
“¡Ugh!”
Fohl
era duro, pero la garra de Jaralis sacó sangre cuando le cortó el brazo. Fohl
salió volando por los aires.
“¡¿Qué?!
¡Su velocidad es ridícula! ¡Gahhhh!” ‒ exclamó Fohl.
Tropezó
unos pasos antes de estabilizarse y volver a ponerse en posición defensiva. Tan
pronto como lo hizo, Jaralis cargó con un ataque de seguimiento, golpeando a
Fohl repetidamente con sus garras.
“¡¿Cómo
se siente?! ¡Tienes que ser el conejillo de indias con el que probaré este
magnífico poder! Es más honor de lo que puedes soportar, ¿verdad? ¡¿Qué te
parece?! ¡Toma esto!” ‒ Rugió Jaralis.
“¡Ugh!
¡Gah! ¡Ma-maldito seas!” ‒ Tartamudeó Fohl.
Le
estaban dando una paliza. Se arrodilló e intentó defenderse. Centrarse en la
defensa era todo lo que podía hacer ahora. Las cosas no se veían bien.
“¡Ja,
ja, ja, ja! ¡¿Eso es todo lo que tienes?! Justo como pensaba, todos ustedes,
hakukos, son unos tontos de mente simple que van corriendo de cabeza hacia el peligro.
¡Tú y tu padre, ambos! ‘¡Déjame esto a mí
y lárgate de aquí!’, dijo él. ¡Ja! ¡La verdad es que lo sacrificamos para
salvarnos! No podía permitir que se resistiera innecesariamente, ¿sabes?” ‒
Jaralis se mofó.
“¡¿Qué?!
No es posible… ¿Le hiciste algo a mi padre?” ‒ Soltó Fohl.
“¡Así
es! ¡Le di un empujoncito por detrás! Me tomé todas esas molestias para filtrar
nuestra estrategia al enemigo. Se suponía que debíamos parecer que estábamos
perdiendo. Nos retiraríamos temporalmente, sólo para volver y lograr una
victoria abrumadora gracias a mi dirección estratégica. ¡Pero ese bastardo no
paraba de cambiar las tornas! ¡Fue tan irritante!” ‒ Jaralis gimió.
¿Qué
demonios…? El bastardo acaba de empezar a confesar todo. Incluso si se las
arreglaba para derrotar a Fohl, ¿no se daba cuenta de que ahora iría directo a
la cárcel? Eché un vistazo a Werner y al viejo genmu. Ambos parecían estar
perdidos en sus pensamientos.
“¡Muere!”
‒ Rugió Jaralis.
Golpeó
con fuerza con su garra en lo que parecía ser un intento de acabar con Fohl.
“¡Bastardo!”
‒ Fohl gritó a todo pulmón.
Todo
tenía sentido ahora. El padre de Fohl había interferido con el plan de Jaralis,
así que Jaralis lo cogió desprevenido y lo mató. ¿Podría ser más sucio que eso?
Sí, nada bueno saldría de tener a este bastardo cerca. Tendría que pensar qué
hacer con él más tarde, pero sea lo que sea, necesitaba ser despojado
permanentemente de toda autoridad con seguridad.
“¡Una
vez que haya matado a estos mestizos, se lo mostraré al resto de ustedes
también! ¡Les mostraré quién es el más fuerte aquí realmente! ¡Ahora! ¡Ataquen!”
‒ Rugió Jaralis.
Un
grupo de criaturas de aspecto monstruoso apareció de repente y comenzó a atacar
a nuestro grupo y a los líderes de Siltvelt.
“¡¿Qué?!”
Werner
y los otros líderes de Siltvelt se prepararon para luchar. Los semi-humanos cambiaron
a sus formas teriántropas, y los que ya eran teriántropos se prepararon para
los ataques entrantes. Pero…
“¡Ugh!
¿Qué son estas cosas?”
“¡Somos
la élite guerrera de Siltvelt! ¿Pueden estas abominaciones ser más rápidas y golpear
más fuerte que nosotros?”
“¡Mantengan
la calma! ¡Debemos proteger al Héroe del Escudo!”
Los
seguidores de Jaralis deben haber estado planeando comenzar una revuelta aquí y
haber tomado algunas de esas drogas para someterse a esa transformación en
bestias. Había bastantes de ellos. Probablemente tenían algunas aspiraciones
poco convincentes de matar a todo el mundo en el castillo y decir que eran
supremos o algo así. Debe haber sido por eso que Jaralis confesó antes. Pensó en
decirle la verdad a Fohl ya que de igual forma estaba a punto de morir.
Bueno,
al menos las cosas se habían vuelto muy claras ahora. No había razón para
contenerse más.
“¿Qué
quieres decir con ‘protegerme’? Proteger…”
Lentamente
me puse en pie. Un enorme gorila saltó sobre mí dando puñetazos y le agarré el
puño con una sola mano.
“…
¡es asunto mío! ¡Raphtalia! ¡Firo!” ‒ Grité.
“Tenía
el presentimiento de que las cosas terminarían así. ¡En ello!” ‒ Raphtalia
respondió.
“¡Haré
mi mejor eeesfueerzooo!” ‒ Firo chilló.
Inmediatamente
entendiendo lo que yo quería que hiciera, Raphtalia se abalanzó sobre el gorila
y lo cortó. Un gran lobo saltó sobre nosotros y Firo lo pateó en el aire. Su
patada produjo una poderosa onda expansiva en el momento en que hizo contacto. Hmm,
ellas dijeron que el llamado pago adelantado de Fitoria había aumentado las
estadísticas de Firo. La forma en que se movía ahora definitivamente la hacía
parecer una bestia luchadora.
“No
deberías dejarte llevar por las payasadas. Creo que te has olvidado de mí” ‒
dijo Atlas.
Ella
abatió a las bestias que se le acercaban y estaba a punto de correr hacia Fohl
para protegerlo. Pero Fohl levantó la mano y le disparó una mirada que dejó
claro que quería que se quedara atrás.
“¡Atlas!
¡Jaralis es mío! ¡Este es un oponente al que debo derrotar! Quédate atrás” ‒
gritó.
“¿Oh?
En ese caso, supongo que no te importa si corro hacia el Sr. Naofumi y lo
sostengo en mis brazos ¿verdad?” ‒ contestó ella.
¡A
mí me importaba! ¡¿Qué estaba
diciendo en una situación como esta?! Y Fohl ya debe haber enloquecido
completamente, porque acaba de asentir con fuerza. ¡¿Qué demonios?!
“Sí.
He visto lo duro que él es en nuestras otras batallas. No diré que me agrada,
pero deberías dejar que te proteja por ahora” ‒ contestó Fohl.
“Umm,
¿Hermano? Me malinterpretas. Mi trabajo es proteger al Sr. Naofumi” ‒ dijo Atlas.
Ella
corrigió el malentendido de Fohl con su propio malentendido sin sentido.
“¡¿Qué?!
¡¿Planeas esconderte detrás de Atlas?!” ‒ él me gritó.
“¡A
la mierda con eso, descerebrado!” ‒ Grité.
Raphtalia
y los demás estaban ocupados derribando a las bestias atacantes, pero me
miraron como si hubiera hecho algo espantoso.
“De
todos modos, Fohl, si vas a reclamar a ese bastardo como tu presa, ¡entonces
date prisa y encárgate de él!” ‒ Añadí.
Fohl
miró hacia atrás y hacia adelante entre Atlas y yo un par de veces antes de
asentir con fuerza.
“Mi
padre luchó valientemente y creyó en sus compañeros. ¡No puedo perdonar a nadie
que le haya hecho algo tan despreciable!” ‒ Fohl tronó.
“¡Oh,
perdóname! ¡Te enviaré a estar con papá ahora mismo! ¡Después de todo, tengo
otras cosas que atender! Ya sabes, como osar matar a un Dios” ‒ Gritó Jaralis.
Emitió
un fuerte y molesto rugido y luego se abalanzó sobre Fohl golpeándolo, como si
fuera a acabar con él de una vez por todas. Pero Fohl bloqueó la enorme garra
de Jaralis y lanzó su propio rugido. Fue entonces cuando oí un fuerte golpeteo viniendo
de Fohl.
“¡¿Qué?!
¿Me estás diciendo que este mestizo hakuko puede usar una forma teriántropa?” ‒
Jaralis gritó incrédulo.
Fohl
rugió una vez más y todo su cuerpo comenzó a latir y a hincharse. Al principio
estaba confundido, pero luego me di cuenta de que estaba cambiando a una forma
teriántropa, ya que se parecía bastante a cuando Sadina se transformaba en una
orca.
“¿Hermano?
¿Realmente vas a usar una forma teriántropa?” ‒ preguntó Atlas.
“¡Oh,
Dios mío! Eso es lo que parece. Sabía que tenías potencial, pequeño Fohl,
aunque no pudiste hacer la transformación antes. Parece que finalmente vas a
lograrlo” ‒ dijo Sadina.
“¿Es
una de esas cosas en las que una vez que lo has hecho, puedes hacerlo de nuevo
en cualquier momento?” ‒ Le pregunté.
Sadina
asintió mientras bañaba a varias bestias atacantes con ataques mágicos de
rayos.
“Hermano,
por favor no me digas que planeas transformarte en una adorable forma
teriántropa en un intento de robarle el corazón al Sr. Naofumi” ‒ dijo Atlas.
“¿Otra
vez con eso?” ‒ Murmuré.
Después
de ella ver cómo yo había reaccionado ante la forma teriántropa de Keel, Atlas
se le había metido en la cabeza la idea de que me enamoraría de la forma
teriántropa de Fohl.
Los
sonidos crujientes se ralentizaron a medida que la transformación de Fohl se
acercaba a su fin y los detalles de su nueva forma se hicieron más claros.
Parecía un poco más alto que yo ahora. Era bastante musculoso, pero no superfluamente,
no parecía ser tan voluminoso como el minotauro. Si uno se imaginara a un
hombre-tigre, probablemente no estarían lejos.
Fohl
era ahora un musculoso teriántropo tigre blanco, parado allí mientras bloqueaba
el feroz ataque de un león gigante. Se veía bastante macho. Esto no se parecía
en nada a un adorable husky siberiano que iba a buscar un palo si se le tiraba
uno. Esto era lo que se suponía que era una forma teriántropa. Me hizo un poco
feliz que su transformación hubiera resultado exactamente como me la había
imaginado.
“¡Empecemos!”
‒ Gritó Fohl.
Bloqueó
el rápido ataque de Jaralis y contraatacó con una patada en la cara.
“¡Gah!
¡Mocoso insolente! ¡Necesito más! ¡Desataré aún más poder!” ‒ Jaralis gritó.
El
flujo de poder mágico que lo rodeaba se intensificó y emitió un estruendo que
resonó por toda el salón.
“Oh,
nuestro pequeño Fohl se ve más genial de lo normal” ‒ dijo Sadina.
“Esa
forma es impresionante. Me pregunto si debería estar celosa” ‒ susurró
Raphtalia.
Ella
estaba mirando a Fohl en su nueva forma de teriántropo. Me había preguntado
varias veces cómo sería Raphtalia si tuviera una forma teriántropa. ¿Sería una
versión femenina de las estatuas de cerámica mapache de Shigaraki? ¿O se
parecería a Raph-chan?
“Sr.
Naofumi, ¿en qué está pensando en un momento como éste?” ‒ Soltó Raphtalia.
“¡Ugh!
Siento que el Sr. Naofumi ha perdido interés en mi hermano y está mirando a
Raphtalia!” ‒ exclamó Atlas.
¡Sus
intuiciones eran increíbles!
“Aaamoooo,
hemos derrotado a la mayoría de ellos” ‒ gritó Firo.
Ella
estaba pisoteando a varios monstruos que yacían en el suelo retorciéndose.
Supongo que al final ni siquiera tuve que involucrarme.
“Ugh…”
‒ gimió uno de los líderes de Siltvelt.
“¡Contrólense!
Esas heridas no son nada” ‒ gritó otro.
Aparte
de Werner y el viejo genmu, los miembros líderes se habían adelantado para
tratar de protegernos. Era grandioso que se las hubieran arreglado para
protegerse de los feroces ataques de las bestias, pero parecía que la mayoría
de ellos habían sido gravemente heridos. Silenciosamente me acerqué corriendo y
apliqué mi magia sanadora.
“¡Drifa
Sanar!”
Justo
cuando lanzaba mi hechizo, Jaralis soltó un fuerte rugido y las bestias
incapacitadas de repente se levantaron como zombis. Sus ojos estaban
extrañamente encendidos. Desataron un coro de rugidos salvajes y comenzaron a
atacarnos una vez más. Estábamos todos reunidos en un mismo lugar ahora, y las
bestias eran aún más rápidas que antes.
“¡Héroe
del Escudo! ¡Estás en peligro!”
Varios
de los líderes intentaron atacar para protegerme, pero yo los empujé hacia
atrás y grité el nombre de una habilidad.
“¡Escudo
Estrella Fugaz!”.
Las
bestias se amontonaron a nuestro alrededor atacándonos, pero sus garras se
estrellaron infructuosamente contra mi barrera.
“¡Grrraaaaaaahhh!”
“¡Raawwwwrrr!”
Las
bestias estaban babeando y echando espuma por la boca como una jauría de perros
rabiosos. Ellos arañaban la barrera y trataban de morderla.
“Eww…
Siguen viniendo sin importar cuántas veces los patee” ‒ gimió Firo.
Estaba
en su forma de reina firorial, pateando a las bestias mientras se abalanzaban
sobre ella.
“Sí,
esto está empezando a ser irritante, incluso para mí” ‒ contestó Sadina.
Ella
lanzó su magia de rayo a una de las bestias que había sido sorprendida por la
patada de Firo. Raphtalia y Atlas se unieron a la lucha, decididas a no ser
superadas.
“Hmph,
estas cosas son más duras de lo que esperaba” ‒ murmuré.
“¡Síp!
Parece que se recuperan casi tan pronto como las paaaateeeeo. Creo que la forma
en que mueven sus cuerpos está permitiendo que la mayor parte del poder de mis
patadas se piieeerdaaa” ‒ respondió Firo.
¿Oh?
Firo era absolutamente terrible para explicar las cosas, pero en realidad esa no
era una mala descripción. Las bestias que nos atacaban eran probablemente
algunos de los mejores guerreros de Siltvelt que habían sufrido
transformaciones en bestias. Eso significaba que probablemente no podríamos
acabar con ellos con ataques a medias.
“Pero
hay algo raro en ellos también” ‒ añadió Firo.
“Ella
tiene razón. Algo en sus cuerpos está mal” ‒ dijo Sadina.
“¿Raro
en qué sentido?” ‒ pregunté.
“Parecen
estar unidos” ‒ contestó Atlas.
Hmm…
Les eché un vistazo más de cerca a las bestias. Pude ver lo que parecía ser
tejido de cicatrices donde los cuerpos habían sido remendados. Jaralis o
alguien debe haber estado metiéndose en la modificación humana. Era similar a
lo que Kyo había hecho en el otro mundo. Rat probablemente habría estado extasiada
si la dejara hacer una inspección en profundidad.
“Y
esa voz 'grraahh' parece hacerlos más fuertes taaaambiiiiéééén” ‒ dijo Firo.
Así
que los rugidos de Jaralis tenían un efecto similar al de la magia. Qué
molestia.
“¡Hiyaaaa!”
Fohl
detuvo el ataque de Jaralis y luego se lanzó hacia delante y le pegó un potente
derechazo, enterrando su puño en lo profundo de las entrañas de Jaralis.
“¡Gaaahh!”
Sangre
brotó de la boca de Jaralis.
“¡Todavía
no he terminado!” ‒ Gritó Fohl.
Abrió
bien la mano, saltó sobre Jaralis, y luego golpeó con sus garras la cara de
Jaralis, cortando profundamente la carne.
“¡Urgaahhhhh!
¡Mis ojos! ¡Gaahhhh! ¡Bastardo!” ‒ Rugió Jaralis.
Lloriqueó
y se cubrió los ojos con las manos. Pero el tejido de sus ojos comenzó a
hincharse y en cuestión de segundos se habían regenerado completamente. Fue un
espectáculo grotesco.
“¡Sangre!
¡Necesito más sangre! ¡Necesito carne! No, ¡más poder! ¡Necesito más poder!” ‒
Jaralis gritó.
Estaba
mirando a su alrededor frenéticamente. Sus ojos se detuvieron en el cercano
grupo de bestias que habíamos derrotado y luego saltó sobre nosotros.
“¡Cuidado!”
‒ Grité.
Firo
y los demás se distanciaron de las bestias caídas, pero Jaralis simplemente
empezó a devorarlas.
“¡Urgahhhh!”
‒ gritó una de las bestias.
“¡¿J-Jaralis?!
Qué-qué estás…” ‒ comenzó otra.
“¡Silencio!
¡Consumir sus cuerpos me dará más poder!” ‒ Rugió Jaralis.
Aplastó
la cabeza de uno de sus seguidores y comenzó a devorar a la bestia entera. ¡Así
que ahora se había convertido en un caníbal!
“Eso
es…” ‒ murmuró Fohl.
Incluso
Fohl estaba horrorizado por la vista. Su cara se puso pálida.
“¡Basta
ya de esto! ¡Esto ha ido mucho más allá de una pelea cara a cara con Fohl!” ‒
Grité.
“¡Entendido!
¡Todos, ya oyeron al Héroe del Escudo!” ‒ gritó Werner.
“¡Aquí
voy!” ‒ Raphtalia intervino.
Corrió
hacia Jaralis e intentó soltar uno de sus rápidos ataques de desenvaine, pero
la carne de la bestia que se estaba comiendo formó algo así como un tentáculo y
golpeó su katana.
“¡Ugh!”
La
hoja de la katana de Raphtalia atravesó el tentáculo, pero había un problema
mayor. El sonido de los mordiscos se detuvo, y Jaralis pareció haber terminado
de masticar la carne de las bestias. Los cadáveres que había masticado
comenzaron a fusionarse con su cuerpo y a formar más tentáculos, que recogían
más de las bestias caídas. El cuerpo de Jaralis siguió creciendo a medida que
iba asimilando los cadáveres.
“Mwahahaha…
¡Mwahahahahahahaha! ¡Sí, eso es! ¡Así que el poder puede ser usado de esta
manera también!” ‒ exclamó Jaralis.
Oh,
hombre. ¿No sabía que conseguir poder de una manera tan horrible nunca era
bueno al final? ¡¿Qué clase de drogas extrañas había tomado?!
“¡Soy
yo quien reina supremo ahora! ¡Me he vuelto más poderoso que cualquier Dios!
Con tanto poder, el mundo entero será mío”.
Jaralis
era una gran masa de carne ahora. Cuando hablaba, parecía un gran trozo de
arcilla siendo amasado o algo así. Y ahora la arcilla empezaba a tomar forma.
Pero seguro que no teníamos la obligación de esperar y averiguar lo que sería.
“¡Es
un gran amasijo de carne pegajosa! ¡Ewwwwww!” ‒ Gritó Firo.
Ella
se acercó y se escondió detrás de mí, acobardada. Ahh, supongo que había sido tomada prisionera por una
abominación similar no hace mucho tiempo. Parecía que últimamente nos habíamos
enfrentado a muchos enemigos similares. Pero este era mucho más grotesco que
cualquiera de ellos.
El
hedor de la sangre llenaba el aire. No podía aguantar mucho más.
“¡Sr.
Naofumi!” ‒ gritó Raphtalia.
“Adelante”
‒ le contesté.
“Parece
que tendremos que lidiar con esto” ‒ interrumpió Sadina.
“El
Sr. Naofumi dio la orden de atacar, y así lo haré yo” ‒ exclamó Atlas.
“¡Atlaas!
Ugh… ¡Yo también estoy ayudando!” ‒ Fohl lloriqueó.
Nuestro
grupo parecía estar bien. En cuanto a los de Siltvelt…
“Ustedes
quédense atrás. No quiero que queden atrapados en la línea de fuego” ‒ les
dije.
Tendría
problemas para dormir si alguno de ellos se interpusiera y acabara muerto.
“¡Como
desee!” ‒ gritó uno de los líderes.
“¡E-entendido!
¡Que el Héroe del Escudo nos proteja!” ‒ Werner clamó.
“Sí,
deberíamos dejarle esto al Héroe del Escudo” ‒ dijo el genmu.
Los
otros líderes asintieron. Fohl se paró frente a todos y se enfrentó a Jaralis.
“¡Jaralis!
¡Tu vida termina aquí! Esto es por mi padre” ‒ gritó.
Según
la confesión de Jaralis sólo unos momentos antes, había matado al padre de Fohl.
Y pensar que se le ocurrió un plan tan sucio y emboscó al padre de Fohl por
detrás. ¿Qué tan bajo puede llegar uno? Despreciaba a los bastardos como él. No
era mejor que Basura o Bruja. ¡Me aseguraría de que pagara el precio de sus
acciones!
“Puedo
permitir eso. Pero, Fohl, considerando las circunstancias, no puedo pedirte que
lo derrotes tú solo. Tienes un montón de gente aquí que puede echarte una mano.
No lo olvides” ‒ le dije.
Me
preparé para lanzar magia de apoyo sobre Fohl. Sadina y yo comenzamos a recitar
los encantamientos para el Descenso del Dios del Trueno.
“No
hay problema. No importa qué poder use o quién me ayude. ¡Tengo que
derrotarlo!” ‒ Gritó Fohl.
Y
de repente un nuevo icono apareció en mi pantalla.
¿Te gustaría empoderar
el objetivo y forzar la transformación en bestia?
Si / No
¿Una
transformación en bestia? ¿Me estaba pidiendo que tomara la decisión? El icono
estaba flotando sobre Fohl. Parecía que normalmente habría más opciones. Pero
por el momento, Fohl era el único que podía elegir. Probablemente valía la pena
intentarlo.
“Oye,
Fohl” ‒ dije.
“¡¿Qué?!”
“¡El
Sr. Naofumi dijo tu nombre, Hermano! ¡Vamos! ¡Respóndele bien! ¡Obedecerás
todas sus órdenes!” ‒ Atacó Atlas.
“¡Cállate
un minuto, Atlas! Parece que puedo usar una habilidad para darte algún tipo de
poder especial, Fohl. ¿Quieres que lo intente?” ‒ Le pregunté.
Fohl
se quedó ahí parado tratando de decidirse por unos momentos.
“Bien.
Más gente saldrá herida si no derroto a esta basura. Así que por mí y por Atlas,
vamos a intentarlo” ‒ contestó.
“Lo
tengo. Aquí voy” ‒ dije.
Sostuve
mi escudo hacia Fohl y seleccioné ‘Sí’. El escudo comenzó a brillar, y luego la
luz se extendió y se derramó sobre Fohl en forma de magia de apoyo.
“¡¿Qu-qué
es esto?! ¿Qué está pasando…?”
Fohl
comenzó a flotar en el aire mientras la luz mágica envolvía su cuerpo.
“¡S-sr.
Naofumi! ¡¿Qué hiciste?!” ‒ exclamó Raphtalia.
“Como
dije, usé mi habilidad para darle a Fohl más poder. Eso es todo” ‒ respondí.
“E-esto
es…” ‒ La voz de Werner cayó en silencio.
Él
y los otros líderes de Siltvelt estrecharon sus manos y comenzaron a orar.
“Esto
es realmente un milagro de un Dios. Parece que las leyendas son ciertas después
de todo” ‒ dijo el viejo genmu antes de empezar a rezar con los demás.
Supongo
que este poder era algo mencionado en sus leyendas de los héroes.
“¡Mi
cuerpo… está rebosante de poder!” ‒ Gritó Fohl.
La
luz que le rodeaba se dispersó y una criatura diferente descendió al suelo.
Allí, ante nosotros, había un enorme tigre blanco.
“E-esto
es… ¡¿Me he convertido en un tigre blanco?!” ‒ preguntó Fohl.
“Eso
parece” ‒ le dije.
Casualmente
miré las estadísticas de Fohl. Lo que vi fue… ¡increíble! ¡Cada una de sus
estadísticas había sido incrementada masivamente!
Más
específicamente, el equivalente de mis propias estadísticas había sido añadido
a la mayoría de las de Fohl. Firo se había vuelto mucho más fuerte últimamente,
pero esto estaba en un nivel completamente diferente. ¡Estos números eran
incluso más altos que los de Raphtalia! Esta
era una capacidad ofensiva por la que podía emocionarme. Pero también noté que
mi propio poder mágico parecía estar cayendo a cada segundo.
“Parece
que hay un límite en la duración de esto. ¡Apúrate y acaba con él!” ‒ Grité.
“¡Mwahahahahaha!
¡Ha llegado el momento! ¡Ha nacido una nueva leyenda! ¡Es hora de poner al
viejo Dios a descansar!” ‒ Rugió Jaralis.
Se
precipitó hacia mí y comenzó a tomar una nueva forma. Era una especie de
monstruosidad grotesca que parecía una quimera. ¡Y era rápido! Ni siquiera
estaba seguro de si sería capaz de reaccionar a tiempo. Pero entonces un
destello blanco apareció frente a Jaralis y le clavó sus garras en la cara.
“¡Gah!
¿Qu-qué?” ‒ Jaralis gimió.
“¿Por
qué andas corriendo despacio? ¿Estás bromeando?” ‒ preguntó Fohl.
Jaralis
salió volando por los aires. A juzgar por la forma en que se había girado y
hablado con Jaralis de forma tan casual, Fohl no parecía tener problemas para
adaptarse a su nueva forma.
“¡Eres
un cobarde que aceptó la miserable bendición del Héroe del Escudo! ¡Espero que
no pienses que eso te permitirá ganar!” ‒ Rugió Jaralis.
“Probablemente
debería señalar que eres el último que debería decir eso” ‒ le disparé con una
mueca de desprecio.
“Primero
tomas algunas drogas sospechosas. Entonces, cuando todavía no puedes ganar,
asimilas a tus seguidores y actúas como si de repente te hubieras convertido en
el rey de la montaña. ¿Quién en el mundo adoraría a un monstruo tan horrible?
En serio, piénsalo” ‒ continué.
“¡¿Monstruo?!
¿Estás diciendo que soy un monstruo?” ‒ gruñó.
“Eso
es lo que dije. ¡Eres repulsivo! ¡Pareces una especie de quimera!” ‒ Grité.
Jaralis
debe haber vuelto a sus sentidos, porque transformó los tentáculos en globos
oculares y luego gritó sorprendido.
“¡Imposible!
¡¿Soy un monstruo?! ¡No puedo creerlo! ¡No puede ser!”
Soltó
un rugido bestial y corrió directamente hacia mí.
“¡No
te lo permitiré!” ‒ Gritó Fohl.
“¡Hermano!”
Por
la razón que fuera, Atlas saltó sobre la cabeza de Fohl y se giró hacia
Jaralis. Ella comenzó a prepararse para un ataque.
“¡Concentra
todo tu poder en un solo punto y haz que lo atraviese!” ‒ exclamó ella.
“¡Lo
tengo! ¡Más vale que no te caigas, Atlas!” ‒ Contestó Fohl.
Su
cuerpo comenzó a irradiar luz, que luego formó un vórtice de poder mágico. El
poder mágico comenzó a tomar forma frente a ellos. ¿No era este básicamente el
mismo ataque que el minotauro había usado contra Atlas? La luz envolvió a Fohl
y a Atlas, y tomaron la forma de un tigre radiante y cargaron hacia adelante.
“¡Ésta
debe ser la antigua técnica que sólo los hakuko pueden usar, el legendario
Asalto Feroz del Tigre Tirano!”
Supongo
que ese era el nombre de la habilidad. Pero en realidad, a la gente de este
mundo parecía gustarle ofrecer una narrativa explicativa como esa. Rishia y Ren
eran iguales. Sólo mantuve la boca cerrada y me concentré en mantener mi poder
mágico. Fohl estaba absorbiendo más de lo que esperaba, y estaba empezando a
marearme.
Fohl
y Atlas desataron largos e interminables gritos de batalla mientras atacaban a
Jaralis al unísono. Un fuerte sonido de corte sonó al pasar junto a él, y luego
la transformación de Fohl desapareció. Él y Atlas aterrizaron en el suelo.
“¡Gaaahhhhh!
¡I-imposible! ¡Se suponía que esa droga me convertiría en el teriántropo más
fuerte de todos! ¡Ese bastardo! ¡Me han engañado! ¡No puedo creerlo! Yo… Yo…”
Tan
pronto como Fohl y Atlas aterrizaron, luz comenzó a salir del cuerpo de
Jaralis. ¡Y luego se abrió de par en par! La luz era tan brillante que me
obligó a entrecerrar los ojos. Se tragó lo que fuera en lo que se había
convertido Jaralis y luego explotó, disipándose en todas direcciones. No quiero
sonar demasiado dramático, pero el impacto masivo hizo que todo el edificio
temblara también.
“Padre,
he vengado tu muerte” ‒ susurró Fohl.
“¡Lo
logramos! ¡Hemos exterminado al traidor!” ‒ exclamó Atlas.
Sus
reacciones estaban en extremos completamente diferentes del espectro. Los
hermanos se volvieron hacia el resto de nosotros y nos saludaron.
“Umm,
creo que no hace falta decirlo, ¡pero tenemos un ganador! La victoria va para
los hermanos hakuko que sirven al Héroe del Escudo” ‒ anunció Werner en voz
alta.
“Eso
significa que somos libres de hacer lo que queramos, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.
“Así
es. Puede hacer lo que usted quiera, Héroe del Escudo. En nombre de Siltvelt,
reconocemos que usted es el Héroe del Escudo que todos hemos estado esperando”
‒ respondió.
“No
esperaba que te sometieras tan fácilmente” ‒ dije.
Por
otra parte, el hecho de que acabáramos de erradicar la pequeña rebelión de Jaralis
por ellos probablemente tuvo mucho que ver con eso.
“Sí,
bueno, eso se debe en gran parte a ver la transformación en bestia que su poder
indujo” ‒ contestó Werner.
“Nuestras
leyendas aquí en Siltvelt hablan de tal transformación. Dicen que sólo el Héroe
del Escudo puede desatar la verdadera forma -el verdadero poder- de nuestra
gente” ‒ añadió el viejo genmu.
“Ah,
así que es por eso” ‒ respondí.
Werner
inclinó la cabeza ante Atlas y Fohl.
“Me
equivoqué al insultarlos y llamarlos mestizos. Más que nadie, ustedes dos son verdaderos
súbditos de Siltvelt” ‒ dijo.
“Estás
equivocado. Yo soy súbdito del Sr. Naofumi” ‒ contestó Atlas sin dudarlo.
“Yo…
yo…” ‒ tartamudeó Fohl.
No
parecía saber cómo responder.
“¡Parecías
tan geeeniaaaal! ¡Quiero ser capaz de transformarme así también!” ‒ Firo le
dijo a Fohl.
Ella
era una bestia por naturaleza. Aun así, quería ver cómo sería una Firo de tipo
teriántropo medio pájaro. Pero por otra parte, tal vez no.
“¡Eso
sí que fue algo, pequeño Naofumi! Me pregunto si puedes hacer lo mismo en mí” ‒
dijo Sadina.
“¿Quién
sabe?” ‒ Le contesté.
De
repente, una sensación de cansancio se apoderó de mí. Fohl debe haber sentido
lo mismo, porque cayó de espaldas.
“¡¿Qué
pasa?!”
“Ugh…
me siento… tan débil” ‒ dijo.
Se
quejó e hizo todo lo que pudo para tratar de ponerse de pie. Yo también me
sentía muy cansado.
“Permíteme”
‒ dijo Atlas.
Saltó
sobre el cuerpo colapsado de Fohl y levantó los brazos en el aire
victoriosamente. ¿Por qué sentía la necesidad de pararse en el cuerpo de su
hermano otra vez?
“Esta
es tu recompensa, Hermano. Realmente te las arreglaste para cumplir” ‒ dijo.
“¡Atlas!
¡Deja de hacer eso!” ‒ Gritó Fohl.
¡¿Por
qué demonios parecía estar sonriendo a medias?!
“¡¿Qué
están haciendo?!” ‒ Soltó Raphtalia.
“Oh,
Dios…” ‒ Sadina se rio.
“¿Rafuuuu?”
“¿Hm?”
Y
así nuestro duelo en Siltvelt llegó a su fin. Después, hicimos una
investigación sobre la droga que Jaralis había usado y la fuente de sus planes
de rebelión. Descubrimos que algún grupo misterioso había estado involucrado,
pero que de repente desaparecieron tan pronto como Jaralis fue derrotado.
Decidimos
que un especialista debía analizar la droga, así que traje a Rat de la aldea
para echar un vistazo. No me gustó el hecho de que no hubiéramos podido averiguar
de quién provenía la droga. Al final, sólo podía asumir que probablemente había
sido uno de los enemigos de S'yne o uno de los lacayos de Bruja.
Delirios de Lord:
'Proteger... es asunto mío' Uufff me mojé.
Este Folh y sus fetiches.