5 mar 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 10

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



10 Asignando Tareas a los Héroes

Siltvelt nos dio todo su apoyo después de eso. Nos subimos a uno de sus barcos y partimos hacia Q'ten Lo. Después de algún tiempo, anclamos en el puerto de un pequeño país al este. Registré el lugar como un portal y volvimos a la aldea temporalmente.

“¡Oh! ¡Bienvenido de nuevo, Héroe del Escudo!” ‒ exclamó Imiya.

Ella y los otros aldeanos nos dieron la bienvenida cuando llegamos a la aldea.

“Gracias. Tomó un tiempo, pero estamos de vuelta” ‒ le contesté.

“Todos estábamos preocupados” ‒ dijo Imiya.

Ella me puso al día de cómo habían ido las cosas, y miré a todos los aldeanos. S'yne también estaba allí. Por lo que puedo decir, no parece que algo haya cambiado mucho.

“S'yne estuvo un poco nerviosa hace unos días” ‒ dijo Imiya.


“Ah, ¿así que viste eso?” ‒ Le pregunté a S'yne.

Probablemente ella quería ayudar, pero se resistió a la urgencia de venir porque yo no la llamé. No parecía que estuviéramos en peligro de perder en ese momento. Ni siquiera estábamos esforzándonos mucho.

“Los familiares de S'yne nos dieron actualizaciones periódicas sobre lo que estaban haciendo, así que tenemos una idea bastante clara de cómo fueron las cosas” ‒ continuó Imiya.

“Yo‒‒‒” ‒ S'yne empezó y luego se cortó.

Hmm, no estaba seguro si eso era conveniente o si debía sentir que me estaban espiando. Pero, después de todo, supongo que S'yne era como mi guardaespaldas. Sólo habría sido un problema si me hubieran acusado de un crimen y S'yne hubiera servido como testigo para testificar en mi contra o algo así. Pero a juzgar por su comportamiento hasta ahora, probablemente era seguro asumir que eso no sería un problema.

“¿Hubo algún ataque contra la aldea?” ‒ Le pregunté.

“Varios” ‒ contestó Imiya.

“Ah, al fin y al cabo, sí los hubo” ‒ dije.

Aparentemente, incluso había habido un intento en Siltvelt. Pero los guardias de allí eran muy listos, y se ocuparon de los asesinos de Q'ten Lo antes de que llegaran a nosotros. Sadina saltó al agua y empezó a disparar rayos varias veces mientras estábamos en el barco, así que sabía que los asesinos seguían viniendo. Pero aún no habían hecho más intentos a gran escala. Q'ten Lo probablemente no podía arriesgarse a hacer grandes movimientos contra un país poderoso como Siltvelt.

“Pudimos defendernos con éxito con la ayuda del Héroe de la Espada y el Héroe del Arco. Pero los ataques fueron de menor escala que el primero” ‒ explicó Imiya.

“¿Ah, sí? ¿Dónde están Ren e Itsuki?” ‒ Le pregunté.

“Están entrenando en la ciudad vecina en este momento” ‒ respondió ella.

Eso significa que estaban con la vieja.

“¡Mel-chaaaaan!” ‒ Exclamó Firo.

“Oye, Firo. Si vas a ir a la ciudad, hazles saber a Ren e Itsuki que he vuelto” ‒ le dije.

“¡Okaaaaay!”

Ella era enérgica como siempre. En realidad, creo que le gustaba demasiado jugar con Melty. Pero eran buenas amigas, así que supongo que estaba bien.

Poco después, Ren, Itsuki, y Rishia volvieron a la aldea.

“Oímos que habías vuelto, Naofumi. Vinimos a comprobarlo” ‒ dijo Ren.

“Sí. Resolvimos casi cualquier problema con Siltvelt” ‒ respondí.

“He oído que te has metido en un lío bastante grande. Quizá deberíamos haber ido, después de todo”.

“Nah. Probablemente las cosas se habrían complicado aún más si ustedes hubieran estado allí”.

Estaba seguro de que los líderes de Siltvelt nos habrían tratado de manera muy diferente si Ren e Itsuki hubieran estado allí. Ese león bastardo habría dicho algo sobre no poder confiar en un Héroe del Escudo que había establecido lazos amistosos con los héroes de un país hostil.

“Todo salió bien, gracias a mí” ‒ dijo Atlas.

“…”

Ella eligió el momento perfecto para regodearse de su actuación. El hecho de que no pudiera decir que estaba equivocada era realmente deprimente. Al final, todo se redujo a ese potente ataque, y fue gracias a las actuaciones de Atlas y Fohl que los líderes de Siltvelt también cedieron. Así que no podía discutir con ella. Me encogí de hombros y despeiné el pelo de Atlas antes de decirle que se calmara.

“¡Atlas! Ugh…” ‒ Fohl gimió a regañadientes.

Era la verdad, así que él tendría que callarse y lidiar con ello. No estaba seguro de si llevarlos había sido una buena o mala decisión, porque ahora realmente les debía una. Tendría que pensar en cómo saldar cuentas.

“Odio admitirlo, pero… no puedo negar que Atlas jugó un papel importante” ‒ dijo Raphtalia a regañadientes.

“Suena como si tuvieras mucho con lo que lidiar. ¿Cuánto falta para que podamos entrar en Q'ten Lo?” ‒ preguntó Ren.

“Si todo sale según lo planeado en el agua, dicen que deberíamos poder llegar allí pasado mañana” ‒ dije.

“¿Oh? ¿Eres tú, chico?”

El viejo de la tienda de armas apareció de la nada por alguna razón.

“¿Cómo van las cosas hasta ahora?” ‒ preguntó.

“Estábamos discutiendo nuestro progreso. Pero, ¿qué estás haciendo aquí?” ‒ Le contesté.

Él volvió a la ciudad del castillo la última vez por lo que supe.

“Nunca volví a saber de ti después de ese desastre, así que cerré la tienda temporalmente y traje a Tolly para que viniera a ver cómo estabas” ‒ explicó.

“Ah, ya veo. Lo siento por eso. He tenido las manos ocupadas” ‒ dije.

Después de que nos establecimos en Siltvelt, gracias a Atlas, había estado bastante ocupado con otras cosas. Después de mirar el asunto de Jaralis y registrar su casa, nos apresuramos a preparar el barco y luego zarpamos hacia Q'ten Lo. No había tenido tiempo de volver a la aldea y mucho menos de pasar por la tienda de armas para poner al viejo al día.

“¿Así que podrás llegar al país al que te diriges pasado mañana?” ‒ preguntó.

Señalé el mapa.

“Oh, así que ahí es donde está. Eso es perfecto. ¿Crees que podría acompañarte? Hay algunos materiales por ahí que no se pueden encontrar en ningún otro lugar. Si te diriges a Q'ten Lo, me gustaría que me llevaras contigo” ‒ suplicó el viejo.

Juntó sus manos para lograr un efecto dramático. Cuando no dije nada, sacó el arma rota del asesino que le había dado después del ataque.

“Tolly y yo le echamos un vistazo a esta arma y creo que hemos descubierto algo” ‒ dijo.

“¿Ah, sí?”

Le pedí que revisara el arma. ¿Significaba eso que había habido algún tipo de avance?

“Parece que nuestro maestro es el que la hizo” ‒ continuó.

“¿Qué?”

Recuerdo haber escuchado al viejo y al tío de Imiya hablar de su maestro un poco antes.

“¿Me estás diciendo que tu maestro es el que forjó las misteriosas armas de Q'ten Lo?” ‒ Le pregunté.

“Hay una buena posibilidad de que lo hiciera. Entonces, ¿podrías llevarme contigo? Me gustaría investigarlo un poco más” ‒ contestó.

“Pero…”

Incluso si eso fuera cierto, ¿tendría que llevarme al viejo conmigo? Hubiera preferido que se quedara en el pueblo o que fuera a trabajar a la ciudad vecina mientras esperaba. Pero, se lo debía después de todo lo que había hecho por mí.

“Será peligroso” ‒ dije.

“Soy consciente de los peligros, chico. Yo también puedo arreglármela en una pelea. No me hundiré fácilmente” ‒ respondió.

Hmm… A fin de cuentas, esta era una petición del viejo vendedor de armas. Todavía estaba pensando en ello cuando Ren levantó la mano.

“Creo que debería estar bien. Incluso nos ha dado algunas lecciones mientras nos entrenábamos en la ciudad” ‒ dijo.

“Ahora que lo mencionas, él es el que me enseñó a usar una espada también” ‒ dijo Raphtalia.

Ella se quedó allí de pie recordando por un momento.

“Sólo lo más básico de lo básico” ‒ dijo el viejo.

“Yo también le he estado enseñando algo últimamente” ‒ interrumpió Sadina.

“Sí, finalmente estoy empezando a entender cómo usar una katana correctamente” ‒ respondió Raphtalia.

“Me he dado cuenta de eso, ahora que lo mencionas. Te has convertido en un oponente bastante problemático” ‒ dijo Atlas.

“No planeo perder contra ti, Atlas” ‒ respondió Raphtalia.

Ahora que lo mencionaron, noté que Raphtalia entrenaba con Sadina mientras estábamos en el barco. Sadina le había estado dando una explicación detallada de cómo usar una katana. Sadina era muy hábil con los arpones y las lanzas, pero parecía saber cómo manejar una variedad de armas. ¿Había algo que no pudiera hacer?

“¿Cuál es tu nivel real?” ‒ Le pregunté al viejo.

“Solía ser un aventurero, ya sabes. Estoy en el nivel 87, más o menos” ‒ respondió.

¡Eso fue más alto de lo que esperaba! En ese caso, probablemente estaría bien. Supongo que sí. Pero aun así, me sentía un poco incómodo.

“Hmm… Está bien, entonces. Pero preferiría llevarte una vez que hayamos desembarcado en Q'ten Lo y nos hayamos asegurado de que las cosas son seguras” ‒ dije.

“Oh, vamos. Me vendría bien un poco de aventura de vez en cuando. Además, tú o la pequeña señorita podrían terminar matando a mi maestro si por alguna razón está del lado del enemigo. Eso frustraría todo el propósito, ¿verdad?” ‒ contestó el viejo.

Él tenía razón. Todo lo que sabía de su maestro era que era un herrero. Comprobar la identidad de cada enemigo con el que luchamos probablemente no era factible. Claro que podía llevarme al tío de Imiya, ya que conocía la cara de su maestro. Pero considerando sus niveles, llevar al viejo tenía más sentido.

“Será mejor que no hagas ninguna locura. Y quiero que te quedes cerca” ‒ le dije.

“¡Ya sé todo eso! Sí que eres una persona preocupada, chico” ‒ respondió el viejo.

Bueno, sí. Él había hecho mucho por mí. Era natural que me preocupara por él.

“Naofumi tiene una lengua afilada, pero en general, siempre está pensando en proteger a los demás. Tiene sentido que se preocupe” ‒ dijo Ren.

Ren habló en mi nombre. ¿Por qué actuaba como si de repente supiera todo sobre mí? Tenía el presentimiento de que comentar sólo causaría problemas, así que mantuve la boca cerrada.

“¿Y qué hay de nosotros? ¿Deberíamos ir contigo también?” ‒ preguntó Ren.

“Planeaba que te quedaras aquí para lidiar con cualquier ataque a la aldea. No quiero dejar el lugar sin nadie que lo defienda” ‒ respondí.

Quiero decir, no era como si los aldeanos estuvieran indefensos. Pero todavía necesitaban a alguien aquí para que luchara a su lado como su líder. Y con todo dicho y hecho, Ren e Itsuki eran un equipo de ensueño. Los dos juntos serían considerados, en términos de juegos, básicamente OP, overpowered, algo así como demasiado fuertes.

Sería bueno tenerlos conmigo cuando invadiera Q'ten Lo, pero eso significaría descuidar la defensa en el cuartel general. Ayudaba que no hubiera habido muchos ataques hasta ahora. Pero sería un verdadero problema si el enemigo lograra capturar la aldea mientras yo no estaba y luego mantuviera a los residentes como rehenes.

“Por supuesto, eso es sólo hasta que lleguemos a Q'ten Lo” ‒ continué.

Podía teletransportarme de un lado a otro con mi habilidad de portal, así que podía regresar a la aldea en cualquier momento. Pensaba que las cosas saldrían bien si usaba esa ventaja para mantener a la aldea defendida. Después de todo, por eso tenía a S'yne vigilándome todo el tiempo a distancia.

“Además, seguimos viajando en barco, así que tenemos que pensar en luchar en el agua. Ponerte en una situación así podría ser peligroso, ¿verdad?” ‒ Le dije a Ren.

“Ugh…” ‒ gimió.

Así es. Ren no sabía nadar. Además de eso, había una buena posibilidad de que acabáramos enfrentándonos a enemigos que eran como clones de Sadina producidos en masa. Poner a Ren en una situación así sería demasiado arriesgado. No podía dejar que lo mataran en batalla justo después de que finalmente lo pusimos de nuestro lado.

“¿Por qué no intentas trabajar en tu natación si tienes tiempo libre? Por suerte para ti, algunas de las armas que puedes desbloquear usando materiales de monstruos marinos tienen ajustes que hacen que nadar sea más fácil” ‒ dije.

“Está bien, lo haré. Aun así, llevará tiempo…” ‒ murmuró.

“Por supuesto. Estoy al tanto de eso. Por eso quiero que vigiles la aldea y la ciudad por mí. Usaré mi portal para llamarte si te necesitamos” ‒ respondí.

“Vale. Lo siento, no puedo hacer más” ‒ dijo.

Ren siempre era tan serio ahora. Mi opinión sobre él mejoraba con cada día.

“No te preocupes por eso. Más que eso, realmente deseo que ustedes dos se apresuren a ir a las islas de Cal Mira para deshacerse de esos efectos de la maldición” ‒ dije.

Estábamos en alerta máxima y no teníamos tiempo de registrar las aguas termales como un portal. Pero todavía pasaría un tiempo antes de que se recuperaran completamente de sus maldiciones, y eso era un problema. No estaba seguro de qué hacer al respecto.

“Itsuki, puedes nadar, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Sí. Sé nadar” ‒ contestó.

Itsuki no había cambiado. Siempre respondía, pero aun así parecía carecer de emoción debido a los efectos de la maldición. Eso lo hacía mucho más fácil de tratar que antes, pero la ausencia total de emociones era un poco espeluznante.

“Si voy a llevar a uno de ustedes conmigo de camino hacia allí, sería mejor que sea Itsuki, ya que puede hacer ataques a distancia desde el barco” ‒ dije.

“Si esas son tus órdenes…” ‒ contestó Itsuki.

Hmm… Decidir qué hacer con Itsuki no era más fácil que con Ren. Tenerlo allí durante el viaje también estaría bien, por supuesto. Pero más que eso, si algo sucediera a nuestra llegada a Q'ten Lo… Tenía que considerar la posibilidad de que tuviéramos que luchar tan pronto como llegáramos allí. En ese caso, definitivamente tenía sentido tenerlo con nosotros en ese momento.

No podía esperar que Ren me ayudase a luchar mientras estábamos en el barco, pero Itsuki aún podía ser útil. Él venía como un set con Rishia también, y los dos juntos eran bastante formidables. Me preocupaba el equipo de Q'ten Lo que debilitaba los ataques de los héroes, pero eso sería un problema sin importar dónde estuviéramos luchando.

“¡Oye! ¡Oye! ¡Pequeño Naofumi!” ‒ Sadina gritó.

“¿Qué?” ‒ Le pregunté.

Ella habló tan pronto como terminé de hablar.

“Considerando lo que nos espera, creo que también deberías llevarte a Gaelion con nosotros. Siendo un dragón, debería ser capaz de sentir cuando nos acerquemos al dragón del agua” ‒ dijo.

¿Era por la marcación territorial del dragón o algo así? Si ese era el caso, quería decir que Firo probablemente podría hacerlo también. Pero, de nuevo, Gaelion también podía volar. Eso podría ser útil si nos metemos en problemas.

“Bien. Está empezando a parecer que vamos a invadir con un grupo bastante grande” ‒ dije.

Cuando realmente lo pensé, llevar a toda la aldea a invadir también era una posibilidad. Pero los aldeanos estaban ocupados vendiendo nuestras mercancías y ocupándose de las operaciones de rutina. Necesitábamos dinero. Probablemente podría obtener una cantidad sustancial de apoyo de Siltvelt si se lo pidiera, pero no quería depender de ellos más de lo que ya lo había hecho. Hacerlo sería probablemente cavar en un hoyo. Y verlos a todos alineados como un grupo de palomas moviendo sus cabezas y rezándome era súper espeluznante.

“En cualquier caso, no importa. Zarparemos mañana por la mañana, así que prepárense” ‒ les dije a todos.

“¡Entendido!”

Y así el tiempo siguió adelante.


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Delirios de Lord:
Con esa frase sobre Ren, siento que se volverá a revelar en el futuro xD
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Aunque no lo crean, eso motiva un poco.