1 oct 2018

Tate No Yuusha Vol 09 Cap 09

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



09 El Laboratorio de Kyo

"Así que este es el laboratorio de Kyo..."

Parecía una mansión antigua, de estilo muy occidental, lo que era raro, porque todo el país parecía japonés pero de otra manera.

Por lo que parece, yo esperaba encontrar su escondite en una cámara oculta de un sótano.

"Por aquí" ‒ dijo Yomogi, tomando la iniciativa. Ella había pasado mucho tiempo allí, pero...

"No veo al resto de las mujeres de Basura #2. Si nos encontramos con ellas, tengo muchas preguntas que quiero que me respondan".

"Probablemente saben que estamos aquí."

Miré alrededor del patio, y luego estuve de acuerdo.


"Podrían haber sido enviadas a una misión también. O tal vez evacuaron".

Había otra posibilidad, pero no quería pensar en ello.

¿Podría haber sacrificado a las mujeres por sus experimentos? No…

"Aquellos con un gusto por la sangre podrían haber sido enviados al frente de guerra. Pero no traería a todos aquí para empezar".

"¿No?"

"Kyo sólo trae aquí a gente en la que confía de verdad. Ayuda a todo tipo de gente, pero no le gusta que la gente husmee en sus asuntos".

Por supuesto que no, tiene mucho que esconder. Era el mejor hombre de todos, pero vivía una doble vida.

"Así que sólo los compañeros de más confianza de Kyo conocen este lugar. Al menos, eso es lo que pensaba," ‒ dijo Yomogi amargamente. Ella pensaba que era especial.

Así que no íbamos a poder usar a las mujeres como rehenes, estaban todas juntas en esto. Kyo debe haberles lavado el cerebro, como hizo con Tsugumi y Yomogi.

"Como sea. Mientras Kyo esté aquí, podemos llevar a cabo nuestro plan. Si no está, asaltaremos su laboratorio para encontrar cualquier cosa que podamos usar en la guerra, y luego lo destruiremos".

Después de todo, podría haber huido si hubiera sabido que veníamos.

"Grrr..."

"No lo olvides, estás ayudando a una nación enemiga. No estás operando por tu cuenta, ahora eres un soldado para nosotros".

Yomogi enroscó su mano en un puño ‒ "¡Eso es cobarde!"

"¿No crees que es cobarde tratar de tomar el control de otro país?"

Había gente así, gente que creía que podían hacer cualquier cosa, siempre y cuando pensaran que tenían razón. Era una forma conveniente y oportunista de vivir. Me recordaba a Itsuki.

"Chiquillo. Déjala en paz, ¿quieres? Sabremos la verdad una vez que entremos y la encontremos".

"Buen punto."

Apenas había terminado mi frase cuando el rugido de una bestia resonó por el patio.

Rápidamente me volví hacia la fuente del rugido, y me encontré mirando las mismas copias de Tigre Blanco que Basura #2 había estado investigando. También había un pájaro rojo, que supongo que era un pájaro bermellón, y una tortuga negra con una serpiente como cola.

"¡Gaaahhh!"

Entonces había gente, gente que parecía que se habían fusionado con bestias y estaban al borde de la locura. El lado bestia de sus cuerpos era mucho más grande que el lado humano, y casi los había tomado por completo. Sus ojos eran feroces y salvajes, y saliva colgaba de sus bocas abiertas.

"Ahí está la verdad para ti. Kyo no está tratando de ocultarlo. Parece que llegamos demasiado tarde para algunos de ellos. Kizuna, ¿puedes ayudarlos?"

"No lo sé, pero puedo intentarlo."

Yomogi frunció el ceño ‒ "Kyo, ¿cómo pudiste hacer algo así?" ‒ Ella desenvainó la katana que Kizuna le había dado.

Íbamos a apoyarla en la batalla.

"¡Vamos!"

"¡Gaaahhh!"

Las bestias rugieron como un gong iniciando una batalla, y se echaron encima de nosotros. Los recibimos de frente, y la batalla comenzó en serio.

"Maldita sea. El lado bestia se ha apoderado demasiado de ellos. Mi arma ya no los ve como humanos".

Kizuna había intentado cortar la mitad bestia del enemigo, pero el arma sagrada ya no distinguía entre sus partes humana y bestia. Eso significaba que Kizuna era ahora la atacante más fuerte del grupo.

Había visto sus habilidades antes, cuando viajábamos juntos. Ella era tan fuerte que era como ser capaz de disparar Flor de Luna de Nieve Inversa sin costo y con un mínimo de enfriamiento en cualquier momento. Mientras no estuviera luchando contra otros humanos, era un verdadero monstruo en el campo de batalla.

Voló a través de la multitud, rebanándolos. Cuando cayeron, parecía que estaban diciendo algo.

Kizuna, Cristal y Raphtalia tenían lágrimas en los ojos.

"¿Qué pasa?"

"Ellos... Antes de morir, me lo agradecieron."

"¡Maldita sea! ¡Lo están haciendo realmente difícil!" ‒ L’Arc gritó. Cuando se dio cuenta de eso, dudó en luchar.

Bloqueé un ataque con mi escudo y asentí.

"No simpatices o terminarás muerto. No hay nada que podamos hacer por ellos ahora."

Teníamos la elección entre la gente que podíamos salvar y la gente que no podíamos. Ojalá fuéramos lo suficientemente fuertes para salvar a todos, pero no lo éramos.

"Kizuna, sabes lo que está pasando aquí, ¿no? De vuelta en el mundo al que fui convocado, los familiares de la Tortuga Espiritual infectaron a la gente como parásitos. No pudimos salvarlos. Algo de eso pudo haber sido obra de la Tortuga Espiritual, pero la otra mitad..."

Ella asintió.

"Realmente sólo había entendido la mitad de tu historia hasta ahora."

"Al mundo del chiquillo le dieron una paliza muy dura. Tienes toda la razón. No estábamos listos".

"Si aún quieres intentar salvarlos, al menos intenta dejarlos fuera de batalla."

En realidad se regeneraban muy rápidamente, así que a menos que les cortáramos todas sus extremidades, se regeneraban y regresaban después.

No había buenas opciones.

"Uh..." ‒ Murmuró Firo. Parecía nerviosa. Nunca fue muy buena con este tipo de cosas.

Sabía cómo se sentía, pero no teníamos elección.

"¡Ha!" ‒ Raphtalia blandió su espada, y luego la volvió a meter en su vaina. Luego desenvainó su otra espada y corrió entre la multitud de monstruos invasores. ‒ "¡El Sr. Naofumi tiene razón! ¡No podemos perdonar al monstruo que hizo esto! ¡Debemos seguir adelante!"

Los monstruos que la rodeaban cayeron al suelo.

Ella tenía razón. Si dudáramos, estaríamos perdidos. Y si no lo logramos, no quedaría nadie para detener a Kyo.

L’Arc suspiró ‒ "El camino hacia adelante está cubierto de sangre, pero si eso significa la felicidad de la gente, entonces no tenemos más remedio que vadearlo. No pensé que llegaría el día en que aprendería algo de ti, chiquillo".

"No lo confundas con sabiduría. Hago lo que tengo que hacer, y cuando alguien trata de matarme, lo elimino primero".

Si no lo hiciera, sería el final.

Lo había hecho muchas veces. La Iglesia de los Tres Héroes trató de asesinarme. L’Arc y sus amigos intentaron asesinarme. La Tortuga Espiritual trató de matar a todos para hacer una barrera mágica.

Tuve que derrotarlos a todos, de lo contrario no habría futuro para mí.

No estoy diciendo que no me arrepintiera de ello.

Pero si no seguíamos adelante, nunca pagaríamos la deuda que teníamos con todos aquellos que ya habían perdido la vida.

"La razón de la muerte de Ost está aquí. Hemos venido a devolver eso. El enemigo puede hacérnoslo difícil, pero no hay vuelta atrás".

"Así eres tú, chiquillo. Me agrada." ‒ L’Arc preparó su guadaña.

"Estoy de acuerdo. A mí también me agrada" ‒ dijo Ethnobalt, convirtiendo su arma vasalla en un barco mucho más pequeño.

¿Qué iba a hacer?

"Puede que no sea el luchador más fuerte aquí, pero haré lo que pueda para apoyar al resto de ustedes."

Apuntó los cañones del barco contra el enemigo invasor.

"¡Disparo de Todos los Cañones!"

Hubo una explosión ensordecedora, y todo se volvió blanco.

Había oído que las habilidades de Ethnobalt eran muy débiles, que sus ataques eran básicamente inútiles. Y después de todos los cañones disparados, los resultados apoyaron todo lo que había oído.

Los monstruos y los humanos transformados se volvieron y golpearon las balas de cañón, como si no fueran más que mosquitos. Ethnobalt se elevó en el aire en su bote y nos hizo señas.

"¡Los mantendré distraídos! ¡Por favor, dense prisa!"

"Pero..." ‒ Kizuna le extendió el brazo, pero estaba demasiado lejos para tocarlo.

Las copias del pájaro bermellón podían volar, y las copias del tigre blanco saltaban sobre las cornisas y los árboles y golpeaban el bote desde abajo. Las copias de la tortuga negra estaban arrancando rocas del suelo y tirándolas al bote volador.

No quería dejarlo allí. Era como dejar un conejo rodeado de bestias salvajes.

"Estaré bien. Tengo un arma vasalla, ¿no? ¡Déjenme hacer esto! ¡Haré lo que pueda!"

"¡Etnobalt!"

"¡Pen!" ‒ Chris se adelantó y saltó a una copia de un tigre blanco, y luego a una copia de un pájaro bermellón, y luego saltó a la popa del barco.

"Chris".

"¡Pen!" ‒ le hizo señas a Kizuna, como si dijera: ‘Déjame esto a mí’.

"Naofumi, por favor. Protege a Kizuna por mí."

"Bien".

"Fueh... ¿Realmente lo vamos a dejar?"

"Sí. ¡Kizuna, vamos!"

"¡Pero!"

"¡No tenemos tiempo para entretener a estos monstruos! ¡Kyo podría escaparse!"

Ethnobalt se decidió a ayudarnos. Tenía que respetar su determinación. Y tenía a Chris con él. Si las cosas iban mal, esperaba que pudiera escapar.

"Ahora es nuestra oportunidad. ¡Vámonos! ¡Deja que Ethnobalt haga lo que quiere!"

Todos corrimos hacia la mansión.

Mirando hacia atrás, vi a Ethnobalt atrayendo a los monstruos hacia el bosque. Nos estaba saludando.

Dentro de la mansión, olía como si alguien hubiera estado allí recientemente. Parecía que alguien se había instalado y vivía allí desde hacía tiempo.

"Dijiste que sólo trae aquí a sus compañeros de más confianza, ¿verdad?"

Yomogi asintió ‒ "Sí, y hay cámaras más profundas en la mansión. Es más selectivo sobre quién puede entrar ahí".

"Suena como el típico mago o alquimista. Debe estar obsesionado con su investigación".

"Tienes toda la razón, así es exactamente como era. Estoy confundida por qué un héroe de otro mundo sabe tanto sobre Kyo".

"Es sólo una suposición."

Tenía mis fuentes. A menudo leo sobre estos locos personajes de tipo científico en mangas, o me topo con ellos en los juegos. Pero Kyo no coincidía exactamente con esos personajes. Pero todavía había cosas sobre él que no entendía.

Era como si él realmente pensara que sus ideas eran asombrosas, y no quería nada más que asegurarse de que se hicieran realidad.

"Maldita sea. Está cerrada con llave".

"¿Dónde está la llave?"

"Justo aquí" ‒ dijo Yomogi, sacando una llave de su bolsillo e insertándola en el ojo de la cerradura.

Como era de esperar, no funcionó.

"¿Eran amigos Kyo y tú o qué?"

"¿Qué? ¡Esta llave siempre abría la puerta!"

Ella no acertaba en nada.

Ya había visto este tipo de cosas antes. Yomogi era la única en esa relación que pensaba que eran amigos… para Kyo todo había sido un acto.

"Cálmate. Saben qué hacer en una situación como ésta, ¿no es así, L'Arc? ¿Kizuna?"

"¡Bien dicho!" ‒ L’Arc sonrió. Sabía a lo que me refería.

"¡Resolución de rompecabezas!" ‒ Cantó Kizuna.

Desafortunadamente para ella, en este caso estaba equivocada.

"Kizuna, puedes ir a un mundo de juego si eso es lo que quieres. Y no te molestes en volver".

"¡Hey!" ‒ frunció el ceño.

Chasqueé mis dedos, y L'Arc sacudió su guadaña con fuerza, astillando la puerta.

Al menos alguien entendió lo que estaba diciendo.

"Esta cosa es más dura de lo que pensaba."

"Agarrémosla cuando salgamos. Probablemente podamos hacer un arma decente con ella".

"Chiquillo, eso no es lo que estaba tratando de decir..."

"Ah..."

"Oh, vamos..." ‒ Cristal suspiró, claramente molesta.

Raphtalia estaba confundida por el comportamiento de todos ‒ "¿Debería cortar los restos de la puerta un poco más limpiamente, para que puedan ser recogidos fácilmente cuando salgamos?"

"¿¡Raphtalia?!" ‒ Kizuna saltó, sorprendida por la respuesta de Raphtalia.

Raphtalia podría actuar muy natural en estas cosas.

"¿Dije algo extraño?"

"No tenemos tiempo para eso. ¡Derribemos este lugar!" ‒ L’Arc gritó.

Él entendió claramente la situación.

Y él tenía razón. No teníamos tiempo de husmear por ahí recogiendo cosas.

"Quieres resolver rompecabezas, pero eso implicaría que hay rompecabezas que resolver. ¿Crees que dejó las llaves para que las encontremos? ¡Lo dudo!"

¿Quién haría algo así? Tendría que estar loco para dejar pistas para que los invasores lo encuentren.

No, íbamos a derribar todas las puertas, encontrar a Kyo y hacerle pagar.

Por eso Chris y Ethnobalt se habían quedado para llamar la atención del enemigo.

Teníamos que forzarlo a salir.

"En realidad, derribar esta mansión no es tan mala idea. Pero Yomogi aún quiere creer en él, así que por eso nos colamos. Sigamos moviéndonos".

A Yomogi no le gustó que destruyéramos la puerta. Ella murmuró ‒ "Si Kyo es inocente, será mejor que pagues por ella."

"Claro".

Si quedaba alguna zona gris en la forma en que Yomogi veía a Kyo, debe ser jodidamente cercana al negro.

Había llegado el momento.

"Soy bueno con este tipo de cosas."

"Apuesto a que sí. Te gusta romper cosas."

"Chiquillo, si crees que ese es mi único talento, estás muy equivocado."

"¿En qué más eres bueno? No vas a fingir ser un estratega ahora, ¿verdad?"

"Bueno, ahora que lo mencionas, soy bastante bueno..."

Cada vez era más difícil tomarlo en serio.

"Me gustan las aventuras, ¿sabes?"

"Oh... ¿en serio?"

¿Qué se supone que tenía que decir? ¿Debería decir que soy bueno cocinando? ¿Importaba eso?

Además, no dijo que tenía talento, sólo que le gustaba. No lo entiendo.

"Hey Therese, ¿no digo siempre que quiero ir a cazar ruinas?"

"¡Sí lo dices! ¿Pero no es mejor hacer nuevos tesoros, en lugar de cazar los viejos?"

"Supongo" ‒ dijo, mirándome envidiosamente.

"Supongo que puedes elegir lo que quieras, ¿eh? ¿Por qué siempre consigues lo que quieres?"

"Oh, así son las cosas."

No entendía en absoluto su relación, pero me di cuenta de que se preocupaban el uno por el otro.

De todos modos, pasamos por la mansión, derribando cualquier puerta cerrada que se interpusiera en nuestro camino.

Nos encontramos con algunas copias de bestias sagradas en el camino, pero no eran el enemigo que nos preocupaba, y honestamente, no se resistieron mucho.

Con Kizuna de nuestro lado, nunca tuvieron una oportunidad. Ella los cortó en el momento en que aparecieron. Con su cuchillo de atún en la mano, podía rebanarles los huesos y cortarlos por la mitad.

"¿Pero por qué hay tantos monstruos aquí?"

Estábamos encontrando monstruos en casi todas las habitaciones. Era como si estuviéramos atrapados en un RPG de acción o algo así.

"Yomogi, ¿dónde está el laboratorio de Kyo?"

"Por ahí" ‒ dijo ella, señalando.

A lo largo del camino hubo algunas trampas y obstáculos, pero todas eran fáciles de evitar, y lo suficientemente simples como para no ser un gran problema, incluso si nos quedábamos atrapados en ellas.

Yo dirigí el camino, así que cualquier trampa que disparara dardos o flechas podía ser bloqueada con el Escudo Estrella Fugaz. Y si encontramos una trampa, podríamos usar el Escudo Antiaéreo para cruzarla.

Había bolas de hierro rodando, y cuchillas como de guillotina también. Las evitamos o bloqueamos todas con facilidad. Había hecho una casa de diversiones para nosotros, pero no era lo suficientemente buena.

"Esto nos llevará pronto al subterráneo, y ahí es donde encontrarán su laboratorio. Pero el área subterránea es mucho más subdividida y complicada que las áreas sobre el nivel del suelo. Hay muchas habitaciones que no conozco," ‒ dijo Yomogi, pareciendo enferma.

Supongo que no podía culparla. Ella creía en Kyo, y ahora veía que estaba loco, usando copias de las bestias sagradas con fines nefastos. Además, estábamos encontrando muchas pruebas de que estaba detrás de los retorcidos híbridos bestia-humanos contra los que habíamos luchado.

Supongo que tenía que reconocerlo… debe ser una amiga leal para no perder la esperanza en él, incluso después de que la enviara a una misión suicida.

Me recordaba a Motoyasu en ese sentido… ella escogió a la persona equivocada en la que creer.

"Ustedes... ¡¿Han llegado hasta aquí?!”

Entramos en el laboratorio subterráneo y sorprendimos a un grupo de híbridos mitad humano y mitad bestia. Parecía que todavía eran conscientes de quiénes eran. ¿Eran amigas de Yomogi?

Miré a Yomogi, pero ella agitó la cabeza.

Entonces deben ser del grupo de Tsugumi. No las reconocí.

Miré a mi alrededor, a Raphtalia, Cristal y L'Arc, pero estaban tan confundidos como yo.

"¡Esperen! ¡No hemos venido a pelear con ustedes! ¡Las están usando! ¡Hemos venido a castigar a la misma persona que se burla de sus vidas!"

"¡Silencio! ¡Si no los detenemos, el Sr. Albert morirá!"

¿Quién? Espera un segundo. ¿Quién diablos era ese?

Nunca había oído ese nombre. No tenía ni idea.

"Oye Cristal, ¿sabes de quién están hablando? ¿Crees que él secuestró a una persona sin relación sólo para usarla como rehén para motivar a esta gente?"

Supongo que realmente no necesitaba limitarse a las personas involucradas directamente con nosotros.

Podría convertir a cualquiera en su esclavo si tuviera la motivación para hacerlo.

"Albert... estoy bastante seguro que ese es el nombre de la persona que empuña el espejo de las armas vasallas."

Ah, cierto… el tipo del que Kyo tomó el control mientras Basura #2 perseguía a Raphtalia y Cristal. ¿No habían dicho que se llevaba mal con Cristal y los otros?

"¡Al sigue vivo! ¡No podemos rendirnos mientras viva! Debemos derrotarlos" ‒ gritaron. Sólo estaba escuchando a medias, ya que no podía apartar la vista de las extrañas armas parásitas que tenían en sus manos, las mismas que Yomogi y Tsugumi habían sostenido.

¡Ellas atacaron!

"¡Rayos!"

Inmediatamente usé el Escudo Estrella Fugaz para bloquear el ataque. Se estrelló contra él con un fuerte estruendo.

Sí, la barrera se mantuvo. Debe haber sido debido al Escudo del Dragón Demoniaco y a la Armadura Barbaroi.

"¡Esas armas son peligrosas! ¡Tienen que bajarlas!"

"Me pregunto si haría explotar las armas aquí".

¿Qué pasaría si explotaran en este espacio confinado y subterráneo?

Si las armas entraban en riesgo de explosión, entonces era seguro asumir que Kyo no consideraba este lugar muy importante.

Oigan, esperen, ¿no dijeron que el portador del espejo de las armas vasallas estaba muerto? ¿Había sido una mentira? No había forma de saberlo... todavía.

"Kizuna, haz lo tuyo con ellos. Quiero ver si sus armas explotarán".

"¿Qué estás pensando, chiquillo?"

"Si las armas están preparadas para explotar, y si esas explosiones son tan grandes como las otras armas, entonces podemos inferir que Kyo no está muy preocupado por esta área."

"Correcto, porque no querría destruir su propio lugar."

"Exactamente. Si Kyo es el tipo de persona que creo que es, entonces esas armas no explotarán aquí".

No era el tipo de persona que intentaría matarnos cueste lo que cueste. No, él trataría de ser inteligente al respecto. Intentaba sacar todo lo que podía de la situación.

"¿Qué quieres hacer con las armas?"

"Ustedes deberían ser lo suficientemente fuertes para destruirlas, ¿no?"

Me concentré y lancé Zweite Aura sobre todos ellos en orden.

Las armas de los enemigos no habían sido lo suficientemente poderosas como para romper la barrera del Escudo Estrella Fugaz. Y todos teníamos energía ahora, así que tendríamos una buena oportunidad de romperlas.

"Lo tengo. ¡Hagámoslo!"

Kizuna se adelantó y se alineó con Cristal, que acababa de dar un sorbo de agua sanadora del alma. Prepararon sus armas y corrieron hacia delante.

La pelea terminó en un instante.

Kizuna atravesó sus mitades de bestia, y Cristal destruyó sus armas.

Los abanicos eran... bueno, he leído que históricamente eran de hierro y se usaban específicamente para romper las armas enemigas.

Rompieron las espadas.

Yomogi era una luchadora hábil, así que había sido capaz de detener los ataques de Cristal. Pero, estas personas no eran tan hábiles, y no pudieron detenerla.

Y en cuanto a Kizuna, aunque no pudiera atacar a la gente, ciertamente podría romper sus armas. Eso es, siempre y cuando no tuviera que romper un arma vasalla o un arma sagrada.

Aún así, sus armas eran lo suficientemente fuertes como para darle problemas.

"¡¿Gah?!"

"¡¿Ugh?!"

Sus armas se rompieron, y las mujeres sufrieron graves daños.

Las armas rotas cayeron al suelo. Luego, unos tentáculos asquerosos, que se retorcían, se extendieron hacia las mujeres que las habían sostenido.

Las mitades caídas de las armas se alcanzaron entre sí, tratando de volver a conectarse cuando...

"¡No lo creo!"

"¡Hya!"

"Lo siento, pero no quiero que usen esas cosas. ¡Naofumi, mantén las armas lejos de ellas!"

L'Arc y Raphtalia, seguidos por Yomogi, se apresuraron a hacer frente a los ataques de seguimiento, y patearon un arma hacia mí.

El arma voló hacia mí y luego, como si tratara de evitarme, se giró en medio del vuelo antes de desaparecer en una bocanada de humo. Todo lo que quedó fue la energía de la Tortuga Espiritual.

Las armas deben haber sido hechas impregnando los elementos del monstruo con la energía de la Tortuga Espiritual.

Cuando Kizuna y L 'Arc mataron a la parte monstruosa de una de ellas, la parte restante intentó regenerar la mitad perdida, pero la bloqueamos. Luego, el Escudo Corazón de la Tortuga Espiritual absorbió la energía que la animaba, dejando solo un montón de polvo.

"¡Oigan, si me las tiran, desaparecen!"

"¡¿Qué?!”

"¿Estás insinuando que no hay nada que podamos hacer?"

"¡No nos rendiremos!"

El grupo de mujeres del portador del arma vasalla del espejo aulló y corrió a atacar de nuevo.

"¡No lo creo!"

"Sí, sé que no es su culpa, y que no son mala gente. Pero deben renunciar a esta lucha".

Firo y Therese les lanzaron hechizos.

"Perdónenme. Sé que están luchando para proteger a alguien que aman, pero no podemos permitirnos más demoras. ¡Formación de Ataque Danza Circular: Flor de Viento!"

Cristal corrió hacia delante con un ataque final que las incapacitó.

"Eso es lo que pensé. Kyo debe estar aquí."

"Estoy de acuerdo. De lo contrario, todas estas armas habrían explotado".

Eso lo arregló todo. Probablemente estaba lloriqueando y retorciéndose las manos ahora mismo.

"Me sorprende que incluso piense que puede retenernos mucho tiempo. Tiene suerte, le daré eso".

Piénsalo, estamos hablando de dos héroes santos y tres portadores de armas vasallas. Además, Ethnobalt seguía reteniéndolos afuera. Todos juntos eran seis héroes a la vez.

A menos que tuviera un plan de respaldo genial, probablemente estaría pensando en cómo escapar con vida. Y sin embargo, llenó la mansión con trampas, envió copias de las cuatro bestias sagradas para que se enfrenten con nosotros, y dejó atrás estos híbridos de humanos y bestias con sus armas especiales. ¿Qué se suponía que hiciera con eso?

"¡Oye! ¡Mejor que no entres en esa habitación!" ‒ gritó una de las mujeres del grupo.

Estaba a punto de decir que haría lo contrario de lo que ellos dijeran, pero decidí mantener la boca cerrada.

Abrí la puerta, luego atravesé unas cuantas puertas más y me encontré de pie en la entrada del laboratorio de Kyo.

"¿Qué... qué es esto?"

"Pude ver esto venir. Tú también podrías, ¿verdad, Cristal?"

Todos se quedaron sin aliento.

Las paredes del pasillo estaban alineadas con tanques de vidrio llenos de líquido. Algo flotaba en los tanques, y era justo lo que esperaba.

Parecían humanos, pero no lo eran... no exactamente. Eran el sueño de estos tipos de alquimistas… homúnculos.

"Homúnculos..." ‒ Rishia lloriqueó, asustada por lo que vio. El concepto de homúnculo debe existir también en este mundo.

Los tanques estaban llenos de hombres que se parecían a Basura #2.

Había otras personas también, pero todas se veían casi iguales.

"Esto es..."

Uno de los tanques contenía una Basura #2 que había sido cortado limpiamente por la mitad. ¿Era el mismo con el que habíamos peleado y matado?

"Miren..." ‒ Dijo Cristal, señalando a un tanque más grande al final del pasillo. Parecía más importante que los otros, como si fuera una exhibición especial.

El hombre atractivo que estaba dentro tenía el pelo largo y negro, y agarraba un espejo contra su pecho. Parecía japonés y tenía unos veinte años.

"¡Ese es el portador del espejo de las armas vasallas!"

"Parece que está siendo retenido como rehén."

Apenas tuve tiempo de terminar mi frase cuando todos los homúnculos y el verdadero poseedor del arma vasalla abrieron los ojos y nos miraron.

"¿Son capaces de razonar? Tal vez podamos hablar con ellos."

Los tanques se rompieron, y los homúnculos salieron. Apenas podía creer lo que veían mis ojos, verdaderos homúnculos.

Pero había visto copias de las cuatro bestias sagradas, así que me lo esperaba.

Quizás podían hablar, pero les habían lavado el cerebro. O…

"¡Gaaaaaahhhh!"

Rugieron, se retorcieron y se escurrieron, y... se convirtieron en las cuatro bestias sagradas.

Parecían mucho más poderosas que las bestias híbridas con las que habíamos peleado hasta ahora.

Pero Basura #2 y el portador del espejo -supongo que se llamaba Albert- no habían cambiado en absoluto. Parecía que estaban listos para una pelea.

Basura #2 corrió hacia nosotros y tropezó como un zombi. Sus ojos estaban completamente blancos, y nos miraban fijamente.

Era un poco asqueroso.

"¿Creen que pueden hablar?"

"Ugh... Uehhh."

No me pareció que pudieran. Gruñía y babeaba como un zombi.

Pero, como para mostrar lo preparado que estaba para luchar, Albert levantó su espejo y nos lo mostró.

"¿Qué es eso...?"

“¡¿Qué?!”

Raphtalia y Kizuna dieron un grito ahogado y miraron sus armas.

"¿Qué pasa?"

"Sr. Naofumi, el arma vasalla está pidiendo ayuda. Esa persona que lo sostiene ha perdido más de la mitad de su alma. Está atado al arma por la fuerza".

Realmente no me importaba que hubiera perdido la mitad de su alma, estaba más preocupado por cómo había sido atado al arma. ¿Qué significaba eso?

"Puede seguir luchando con el arma vasalla, aunque se supone que deben abandonar a su poseedor al morir" ‒ explicó Kizuna. No tenía que explicármelo, pero supongo que quería asegurarse de que todos los demás lo entendieran.

"Estos son sin duda los sirvientes más poderosos de Kyo."

No me gustó nada el aspecto de esto. Kyo tenía otra de las armas vasallas bajo su control. Supongo que si no compartieron lo que sabían sobre el aumento de poder, entonces la amenaza...

"¡Verso... Luna!"

El espejo parpadeó, y un brillante disco de luz parecido a la luna apareció en el pasillo, rompiendo fácilmente mi barrera del Escudo Estrella Fugaz.

Maldita sea. Dejando de lado el aumento de poder, parecía como si hubiera sido cargado o imbuido con energía de Tortuga Espiritual... o algo así.

"Bien, bien, bien. No pensé que vendrían hasta aquí..." ‒ resonó una voz. No me gustó como sonaba.

Tras Albert, el suelo se dividió y Kyo apareció, de pie sobre una plataforma flotante de luz.

Estaba rodeado de Familiares Tortuga Espiritual (tipo neo-guardián).

Nos había estado esperando... con un ejército.


<< Anterior - Indice - Siguiente >>