Traductor: Lord
Editor: Lord
06
Los Frutos del Entrenamiento
Después
de eso, nos dirigimos rápidamente al reloj de arena del dragón e intercambiamos
saludos con los soldados de la entrada. Deben haber recibido ya las órdenes de
la reina, porque los preparativos para las ceremonias ya habían sido
completados.
"Bien,
tú primero, Sadina."
"¡Ok!
¡No te defraudaré!"
¿Hmm?
Había gente allí para ayudar con las ceremonias como cuando hicimos la subida
de clase, pero esta vez tenían una camilla con ellos. Me pareció extraño, así
que le pregunté a un soldado cercano.
"Los
reseteos a menudo tienen repercusiones. Probablemente tardará varios días en
recuperarse por completo".
Supongo
que eso tenía sentido. Me sentí aletargado cuando las estadísticas que tenía
también bajaron repentinamente. Pero mi nivel no había cambiado. Sólo podía
imaginarme lo restringido que me sentiría si de repente volviera a estar en el
nivel 1.
"Hay
variaciones individuales, por supuesto."
Los
soldados comenzaron la ceremonia. El reloj de arena del dragón comenzó a
brillar cuando el poder inundó el círculo mágico en el suelo. Se parecía mucho
a cuando habíamos subido nuestras clases.
“La
mujer que está ante nosotros ha elegido renunciar a sus propios poderes para
recorrer un nuevo camino. ¡Poderes del mundo! ¡Denle la oportunidad de
encontrar ese camino!”
Sadina
estaba de pie en medio del círculo mágico y me saludaba.
"¡Mira,
pequeño Naofumi! ¡Es el momento de mi renacimiento!"
Parecía
demasiado relajada. Momentos después, algo salió de Sadina y luego se dispersó
en todas direcciones.
“La
ceremonia ha terminado. ¿Cómo te sientes?” ‒ preguntó uno de los soldados.
"Mi
cuerpo se siente bastante pesado, pero todavía puedo moverme."
Sadina
se acercó a donde yo estaba. Supongo que eso significaba que era muy dura.
"Eres
el siguiente, Fohl."
"¡Adelante,
hermano! ¡Haz lo que dice el Sr. Naofumi!"
"A…
¡Atlas! ¡Bien! ¡Voy!"
Estaba
empezando a sentir un poco de pena por Fohl. A pesar de todo, completó la
ceremonia de restablecimiento de nivel y parecía no tener problemas para
caminar, igual que Sadina.
"Ustedes
acaban de restablecer sus niveles, pero parecen moverse sorprendentemente bien.
¿No necesitan usar la camilla?" ‒ Les pregunté.
"¿Me
llevarías cargada si no pudiera moverme, pequeño Naofumi?"
"¡No
soy un debilucho!" ‒ gritó Fohl.
"Ustedes
dos no son normales" ‒ dije.
Pensé
en darle a Fohl un golpe rápido en el brazo para ver si realmente estaba bien…
pero Atlas se me adelantó.
"¡Ay!"
Sí,
definitivamente se sentía más débil.
"¡Ja,
ja, ja! ¡Eso hace cosquillas!"
Lo
intenté con Sadina también, pero ella reaccionó igual que siempre. Parecía
estar bien. Tal vez las repercusiones serían mínimas si la persona estuviera en
buena forma física. Ambos estaban en buena forma física. Hacer ejercicio y
ponerse en forma ciertamente parecía caer en una categoría diferente a la de
subir de nivel. Supongo que mantenerme en forma haría más fácil lidiar con el
hecho de no sentirme tan bien, a diferencia de algún tipo de mejora en las
estadísticas para la que la persona apenas tenía que trabajar. Estos dos tenían
esa clase de autodisciplina. Raphtalia también se aseguraba de mantenerse en
forma. Las estadísticas de una persona se reducirían con un restablecimiento
del nivel, pero los resultados de su entrenamiento físico se mantendrían.
Aparte de eso… los aumentos de mi escudo podrían haber estado ayudando un poco.
En
otras palabras, las personas que necesitaban las camillas eran probablemente
personas que mayormente usaban la magia, o personas que habían recibido el
poder de alguien más fuerte. Por ejemplo, un niño mimado de una familia noble
podría pagarle a un aventurero para que le suba de nivel. Ese tipo de cosas
eran efectivas hasta cierto punto. Básicamente es lo que estaba haciendo con
los esclavos en el pueblo, así que no era necesariamente algo malo. El problema
era que una vez que alguien subía de esa forma de nivel, la única manera de
seguir mejorando era ponerse en mejor forma o entrenar con alguien como la vieja.
Aparentemente,
los Héroes no tenían un límite de nivel, pero incluso yo debería haber estado
haciendo algún tipo de entrenamiento. Cosas como los niveles y las estadísticas
eran la norma en este mundo, así que no era impensable que entrenar y
perfeccionar tus habilidades mágicas a diario pudiera elevar algún tipo de
límite también. Eso significaría que personas como Fohl y Sadina, que habían
estado entrenando duro desde que eran pequeños, podrían llegar a ser mucho más
fuertes. No sabía cómo funcionaba en realidad y no pensaba quedarme en este
mundo para siempre, así que me entrenaría hasta que las olas fueran derrotadas
y no me preocupaba por ello. Después de todo, mis niveles y estadísticas no
significarían nada cuando volviera a mi propio mundo.
Lo
mismo ocurría con este escudo. Este estúpido escudo que no podía quitar sin
importar lo que pasara. Cambiarlo al Escudo Libro era lo mejor que podía hacer
para tratar de ocultarlo. Si esta cosa estúpida me seguía de vuelta a mi propio
mundo, no hay manera de que pueda ser considerado nada más que una maldición.
Un hombre adulto caminando por ahí cargando un libro extraño todo el tiempo
sería el hazmerreír del mundo.
Sería
mejor no pensar en eso. No tenía sentido preocuparse por algo que incluso podía
ni siquiera suceder. Incluso si el escudo me siguiera de vuelta, eso es algo
con lo que tendría que lidiar cuando llegara el momento.
"Muy
bien, volvamos rápido al pueblo y preparémonos para salir."
Usamos
mi habilidad de portal para volver a la aldea.
"Sadina,
Fohl y Atlas, quiero que ustedes tres salgan y suban de nivel. Me llevaré a los
otros y me iré. Que alguien vaya a buscar a Firo".
"¡Lo
haré! ¡No te defraudaré, pequeño Naofumi!"
Sadina
se fue caminando hacia el océano sola, por la razón que fuera. ¿En serio? ¿Iba
a estar bien sola?
"¡No
tienes que decírmelo! Vamos, Atlas. Vámonos de aquí. Puedes sólo mirar."
"¡De
ninguna manera! ¡Sr. Naofumi! ¡Quiero ir con usted!"
"Lo
siento, pero tienes que quedarte y subir de nivel. A donde vamos, necesitarás
ser capaz de protegerte por lo menos."
Íbamos
a intentar atraer a Motoyasu. Si las cosas iban mal y él luchaba, Atlas podría
no aguantas con recibir sólo un rasguño o dos. No podía llevarla con nosotros.
"Si
subo de nivel y sobrepaso a mi hermano, entonces puedo tener al Sr. Naofumi
para mí sola. ¡Daré mi mejor esfuerzo!"
"¿De
qué demonios estás hablando?" ‒ Le pregunté.
"¡Vamos!
¡Deja de tontear!" ‒ Soltó Raphtalia.
¿Verdad?
Aunque… Raphtalia se dirigía más que todo a mí cuando dijo eso. Pero Atlas era
muy dura mentalmente. ¿Qué pasó con lo de interpretar el papel de la joven
enferma? De todos modos, hice que Fohl, Atlas y a los otros esclavos se
montaran en el carruaje del Subordinado de Firo #1 y los envié justo cuando Firo
llegó corriendo.
"¡Amo!
¿Llamaste?"
"Sí.
Hay un lugar al que tengo que ir. ¿Puedes venir con nosotros ahora mismo?"
"¡Síp!"
Yo
llevaría a… Raphtalia y Firo deberían ser suficientes, supongo. Rishia estaba
ocupada entrenando bajo la tutela de la vieja junto a Eclair. Nada malo podría
venir de obtener su maestría en el estilo Hengen Muso. Además, Rishia hacía que
Motoyasu se sintiese incómodo. Llevarla probablemente sólo complicaría más las
cosas, así que la dejaría atrás.
"Muy
bien, sólo vamos a ser nosotros tres. No es que vayamos a vender nada, así que
tal vez deberíamos ir en la espalda de Firo".
"¡Carruaje!"
‒ graznó Firo.
"Ok,
sí. Bien."
"¡Por
fin puedo tirar de mi propio carruaje! ¡Mi propio caaarruuaaaajeee!"
Desde
que empecé a usar mi habilidad de portal más a menudo, la mayoría de los
carruajes en los que habíamos estado viajando eran alquilados. Firo no había
tenido muchas oportunidades de tirar de su propio carruaje últimamente. Vender
era el único momento en que podía usarlo. Supongo que ir en carruaje estaría
bien. En realidad no importaba de todas formas.
"En
el camino de regreso… tal vez veamos si podemos vender una o dos cosas."
De
acuerdo, teníamos que darnos prisa y llegar a donde está la compañera de
Motoyasu. Raphtalia y yo subimos al carruaje de Firo y nos dirigimos en esa
dirección.
Delirios de Lord:
Todos sabemos que Sadina es una masoquista.
Le gusta el dolor. Que el Escudo la golpe ni le hace gracia ajaja.