Ilustración de とうか |
Traductor: Lord
Editor: Lord
El joven bandido
suplicó perdón.
Rory suspiró mientras
observaba su aspecto lamentable.
Ella apartó la cara de
asco, como si hubiera visto algo sucio. Sentía que iba a ser contaminada por la
suciedad si miraba por más tiempo.
Había una condición
importante cuando mataba a otros. Por la forma en que Rory veía las cosas, no
había ningún pecado en matar gente. Lo importante era la razón; ¿cuál era la intención
y su actitud al hacerlo?
Esa fue la enseñanza
del Dios al que Rory servía.
¿Qué estaba mal con los
ladrones y bandidos que robaban a los demás?
¿Qué pecados cometieron
los soldados y verdugos por matar a los enemigos y los presos condenados a
muerte?
Así era como ella lo veía.
Ella tolera todo tipo
de personas, respetando las carreras que eligieron para vivir, y respetando el
camino que tenían que viajar. Por lo tanto, un bandido sólo necesitaba actuar
como un bandido.
Si este hombre podía
mirar a los ojos de Rory con orgullo como un bandido, Rory le mostraría el
respeto apropiado. Como apóstol de su Dios, ella incluso le podría amar por
eso.
Sin embargo, ¿Que pasaba con la actitud de este hombre?
En primer lugar, la
excusa de decir que sus manos todavía estaban limpias era imperdonable. En el
momento en que se convirtió en un bandido, se convirtió en un miembro de un grupo
que se basó en números y violencia. No tenía nada que ver con él participando
directamente o no.
Y era inexcusable
recurrir al bandidaje simplemente debido a la pobreza. Si no podía conseguir
comida, debería simplemente tumbarse y morir.
Los que carecían de
capacidad y no tenían la suerte de llenar sus estómagos podrían elegir vivir
como mendigo. Rory quería y respetaba la tenacidad de esas personas.
Estúpido como un ser
humano, despreciable como un hombre. No había ningún valor en su existencia. La
fealdad del hombre hizo que el apóstol de la oscuridad torciera su hermoso
rostro en una mueca.
Rory emitió su orden
con frialdad. Él fue a cavar tres tumbas.
El joven respondió que
no tenía herramientas, pero Rory respondió que tenía el par de manos dadas a él
por sus padres. Y así, el joven comenzó a cavar tumbas en el desierto.
A diferencia de las
canteras de arena o tierras de cultivo, la excavación de un agujero en el medio
del desierto no era fácil. Sus uñas se desprendieron y su piel estaba rota,
pero cada vez que el joven quería parar por el dolor, la alabarda gigante chocaba
contra el suelo, a pulgadas de distancia de cortar los dedos.
Impulsado por el
terror, el joven olvidó por completo el dolor de un momento antes, cavando con
todas sus fuerzas en el terreno cubierto por rocas y hierba.
Poco después, enterró al
padre de la familia.
Después a la madre.
Y, por último, la hija.
Cuando él comenzó a
usar sus manos entumecidas para cubrir la tumba de la joven con el barro, el
sol comenzó a subir, iluminando el entorno.
El hombre hizo todo eso
porque esa era la condición para ser liberado. No, eso era justo lo que él
creía. El hombre se volvió de nuevo a buscar la opinión de Rory.
"¿Es-está bien así?"
Con sed, hambre, fatiga
y dolor en sus manos, el hombre estaba a punto de desmayarse.
Él vio a la chica
juntando las manos en oración: la figura de Rory.
Se arrodilló sobre una
rodilla, estrechó sus manos en una oración devota. La acariciaba la misteriosa
luz del sol, se veía hermosa y noble, robando el aliento de todos los que la
vieron.
Su vestido oscuro
ondeaba, era como un traje para los funerales, y su pelo era negro y largo.
La piel de porcelana
blanca.
Sus labios, que parecían
como si estuvieran pintados de color escarlata con la sangre, formaron una
sonrisa.
La chica se puso de pie
luego de terminar su oración y levantó la alabarda en alto. Y dejo caer el
símbolo de su fe y el amor a su Dios hacia el hombre que ni siquiera tuvo
tiempo de dar la vuelta.
♦
♦ ♦
La Elfa que vivía en el
bosque Koan, Tuka, la hija mayor de Hodor Ray Marceau, todavía pensaba que
estaba soñando.
Con los ojos con los
cuales veía borroso, como si estuvieran cubiertos por un velo, ella podía ver humanos
corriendo alrededor.
¿Paso algo? Su mente no
estaba funcionando correctamente, solo le permitía ver y escuchar sin ningún
tipo de introspección.
Las nubes en el cielo y
el paisaje ante sus ojos brillaron de vez en cuando. Parándose y moviéndose de
vez en cuando, meciendo su cuerpo con el movimiento.
Ella parecía estar en
algo parecido a un carro.
Se comenzó a mover y se
detuvo, y se movió y se detuvo, una y otra vez.
El carro cargado con el
equipaje crujía a medida que avanzaba.
Se comenzó a mover,
pero se detuvo momentos después.
La tela que cubría el
transporte fue apartada, permitiendo que la luz del exterior brillara dentro.
Demasiado brillante...
De pronto, su visión
fue bloqueada por una figura de negro.
"¿Dou? ¿Onnanoko
sin yousuha? "
Había alguien conversando
justo fuera de su línea de visión, pero no podía entender lo que estaba oyendo.
"Kuro-chan ~,
¿cómo está la chica?"
"Teniente Itami...
Ella está recuperando poco a poco su conciencia. Ella puede abrir los ojos un
poco ahora”.
Su conversación no era
más que ruido sin sentido para Tuka.
♦
♦ ♦
Un escultor altamente
cualificado centró toda su fuerte pasión y su espíritu moe con el fin de crear
una hermosa chica con la piel perfecta. En este momento, la chica yacía
impotente a su lado. Entre sus rizos de oro ella abrió levemente los ojos los
cuales eran azules como gemas.
Itami miró a la chica elfa
mientras consideraba sus problemas.
La fiebre había
remitido. Él no estaba seguro acerca de sus signos vitales, pero se mantuvo
estable por lo que estaba probablemente bien, al menos eso es lo que dijo
Kurokawa. Sin embargo, no podían dejarla sola todavía.
"La caminata de
los refugiados era lenta y no mostraba progresos, más y más problemas seguían
ocurriendo y el número de heridos y rezagados seguía aumentando. Este escape
era agotadoramente lento”.
Él sólo estaba
ventilando sus quejas. Para Itami cuyo lema era 'Comer, dormir, jugar, repetir,
y la vida en medio’, esta caminata aparentemente interminable lo hacía sufrir.
Los aldeanos usaban
expresiones deprimidas. Sentían la fatiga en sus huesos, el hambre en el
estómago y la sed en la garganta. Los lamentos perforantes de los bebés
abandonados por sus padres que escapaban impregnaba el aire. Gente sangrado por
accidentes en la carretera. El sol quemando fuertemente en la espalda sólo se
sumaba a su lucha. La peor parte para los habitantes del pueblo, sin embargo, era
todo el barro. Barro que recubría el suelo y se pegaba a sus pantalones y
zapatos, el cual no tenían tiempo para quitarse de encima.
Había un carro que no
podía moverse porque la carretera se había convertido en una masa, por lo que
la familia se sentó al lado. Sin embargo, incluso si quisieran, los aldeanos no
podían ofrecerles una mano. Sólo podían abandonarlos con caras en blanco. Ellos
no tenían voluntad o energía de sobra. El padre cargaba a su hijo, suplicando a
los carros que pasaban que por lo menos salvaran a su bebé.
Quedar rezagado de la
caravana significaba la muerte. Carecían de alimentos o agua para subsistir, y
lo más probable es que cayeran víctima de bestias salvajes y bandidos.
Era natural abandonar.
Era natural ser abandonado. Esta era la línea entre la vida y la muerte, la ley
de la naturaleza.
“Alguien, por favor,
ayuda”.
Tales oraciones no
tenían sentido.
“Alguien, por favor,
ayuda”.
Los dioses no podrían
ofrecer la salvación. Ellos no quisieron venir a ayudar, simplemente estaban
allí y veían desde arriba.
“Alguien... Alguien,
por favor, ayuda”.
Al igual que los tiranos,
los dioses les ordenaron morir.
Por eso los únicos que
podían salvar hombres eran otros hombres.
Los hombres que vestían
de verde se reunieron delante del carro inmóvil. Si era sólo las ruedas
clavadas en el barro, aún podrían ayudar.
"¡Muy bien, vamos
a empujar!"
"¡¡Denle con todo
lo que tienen, muéstrenme de lo que están hechos!!"
A la orden, el equipo
empujó el carro con todas sus fuerzas. Después de recuperar el carro atascado
en el barro, los hombres ni siquiera esperaron a recibir las gracias antes de
regresar a su increíble carro que no era tirado por caballos.
Los aldeanos se
preguntaban quiénes eran.
No eran soldados de
esta nación o residentes de esta aldea.
Informaron al pueblo
sobre el peligro inminente e inmediatamente ofrecieron su ayuda. Era más que simplemente
ser generosos, estas personas extranjeras llevaban sonrisas increíbles y eran
excesivamente amables. Esta impresión se grabó en el corazón de todos los
habitantes del pueblo.
Pero cuando un carruaje
no podía soportar la carga y se rompía, se convertían en personas de corazón frío.
Los hombres de verde y
el jefe del pueblo se acercaron a los aldeanos de pie aturdidos ante su
equipaje.
A continuación, el jefe
los convencería de tomar sólo el equipaje que podían cargar ellos. Los aldeanos
nunca consideraban abandonar su equipaje. Era la comida de la que vivían y su
riqueza. ¿Cómo iban a sobrevivir si perdían esto? Pero el jefe aún les hizo
abandonar su equipaje, y con el fin de eliminar sus dudas, los hombres de verde
sugirieron quemar el equipaje. Con sus pertenencias quemadas, no tenían más
remedio que seguir adelante. ¿Qué hay acerca de mañana? ¿Pasado mañana? Sin
esperanza a la vista, sólo podían dar un paso a la vez en lágrimas.
El grupo se dividió en
aquellos en los vagones y los caminantes. Con el tiempo, el grupo de los vagones
gradualmente se hacía más pequeño.
Kurokawa le preguntó a Itami,
"¿Por qué estamos estableciendo los incendios?"
"No van a ser
capaces de dejar de lado sus pertenencias mientras están frente a sus ojos.
Esta es la única manera."
"¿No podemos solicitar
el transporte adicional?"
Con la capacidad de
transporte de la JSDF, podían mover fácilmente esta cantidad de carga.
Pero Itami simplemente
se rascó la cabeza con una cara de preocupación.
"En primer lugar,
estamos detrás de las líneas enemigas. Pueden estar ignorándonos a causa de que
somos pocos, pero el enemigo definitivamente reaccionara si enviamos una unidad
grande profundamente en su territorio. Participación accidental, expansión no
planificada de nuestra línea de frente, y la acometida de nuestras fuerzas son
exactamente lo que queremos evitar. La repentina cercanía de la guerra podría
arrastrar a los aldeanos a todo esto... Sólo de pensar acerca de eso hace que
me dé picazón en la cabeza. "
Kurokawa sonrió
irónicamente, en respuesta a las palabras de Itami.
"Por eso, todo lo
que podemos hacer ahora es dar una mano de ayuda."
Kurokawa no tenía más
remedio que asentir.
Cuando los refugiados
de la aldea Koda llegaron a esta zona, el sol estaba en su apogeo.
Liderando la caravana
estaba el HMV de la tercera sección de reconocimiento. Sin embargo, se estaba
moviendo a un ritmo de marcha, ya que los habitantes del pueblo detrás iban a
pie, junto con mulas y caballos que tiraban de los carros de granja. Quizás
caminar sería aún más rápido que esto.
"Pero... ¿No
podemos ir más rápido?"
El Sargento Kurata se
quejó.
"No he conducido tan
lentamente desde la escuela de conducción."
Si presionaba demasiado
duro el acelerador, dejaría la caravana detrás. Kurata se movía mediante el uso
de la inercia de la transmisión automática, simplemente manteniendo el volante
sin pisar el pedal.
Reflejado en el espejo
retrovisor estaba un niño agarrando el asiento del conductor desde atrás y
mirando hacia el frente. El HMV estaba lleno de niños y los heridos que no
podían caminar más. Era lo mismo para el camión tipo 73 de atrás, su plataforma
estaba llena de heridos y mujeres embarazadas. Por supuesto, las armas peligrosas,
municiones y comida habían sido movidas al HMV.
Itami estudió el mapa
del terreno hecho de fotografías aéreas, mirando el horizonte con sus
prismáticos. Comparó el terreno con su posición actual, calculó la distancia
que habían viajado y cuánto más tenían que ir. Se grabó las condiciones de la
carretera y su inclinación. Estas no fueron las únicas cosas que escribió, el
flujo de los ríos y la vegetación eran también información importante.
"Eso es raro, los cuervos
están dando vueltas por ahí."
Después de contestar
"Tienes razón” a Kurata de forma casual, Itami miró hacia adelante con sus
prismáticos de nuevo. Luego descubrió una chica en cuclillas al lado de la
carretera, rodeada de cuervos.
"¿Una Loli Gótica?"
Ese era un traje que
veía a menudo durante los eventos y en áreas como Harajuku. Había muchos puntos
de vista diferentes sobre lo que era gótico, pero Itami estaba seguro de que el
estilo de la ropa de la chica era la de una Loli Gótica.
Ella estaba entre los
doce a catorce años. Parecía muy atractiva, una verdadera belleza.
Una chica como esa estaba
en cuclillas al lado de una carretera vacía, su ojos negros como joyas mirando el
camino sin siquiera parpadear.
"Woah, ¿una muñeca
de articulación esférica de tamaño natural?"
Kurata comentó después
de ver a través de sus prismáticos.
Esa chica era como una
muñeca inorgánica sin costuras.
No importa lo mucho que
quería, Kurata no podía apartar la mirada de esa chica. La caravana de Koda
avanzaba tan lentamente como la entrada a una convención doujinshi, la
manecilla de los segundos del reloj giraría cinco rondas antes de que la HMV
llegara a esa chica.
Itami decidió enviar a Katsumoto
y Furuta adelante a pie para comprobar a la chica.
A juzgar por su
vestido, se parecía más a una chica japonesa secuestrada durante el incidente
Ginza que un nativo de aquí.
Cuando Katsumoto y
Furuta trataron de conversar con ella, parecían incapaces de comunicarse. La
chica en cuclillas parecía un fugitivo ignorando las preguntas de dos policías
novatos.
Cuando la caravana
llegó a la chica, ella se puso de pie como si hubiera estado esperando, se sacó
el polvo de su vestido, fácilmente agarro su enorme alabarda y camino junto al
HMV.
"Oye, ¿de dónde
vienes y adónde vas?"
La chica estaba
hablando el idioma local.
Itami y los otros no
podían conversar fluidamente con ella. Sólo podían exprimir unas pocas frases
después de dar vueltas a través de su libro de frases que tomo el lugar de un
diccionario.
Katsumoto y Furuta se
encogieron de hombros y siguieron caminando.
El que llenaba los
vacíos en su conversación era un niño de unos siete años que estaba sentado en
el pequeño espacio entre Kurata e Itami.
"Somos del Pueblo
Coda, Onee-san."
"¿Hmm ~? ¿Qué pasa
con esta gente en extraños trajes?
"Realmente no lo
sé, pero son buena gente que nos ayudan."
La chica dio una vuelta
alrededor del HMV que se movía a paso de hombre.
"¿Así que no están
obligándolos a ir juntos?"
"No, un Dragón de
Fuego vino y nos están ayudando a escapar."
El grupo de Itami
simplemente escuchaba con una expresión incierta, exhibiendo un comportamiento
típico japonés.
Itami envió a Furuta y
Katsumoto a cuidar de los habitantes del pueblo que estaban en la parte
posterior de la caravana, decidiendo interrogar a la chica él mismo. Miró el
libro de frases, y esperó a que el diálogo entre el niño y la chica se detuviera
antes de preguntar.
"¿Me pregunto cómo
se mueve esta cosa?"
"Me gustaría saber
también. Pero yo no entiendo lo que están diciendo... ¡Pero montar aquí se
siente mucho mejor que un carro!"
"Así ~ ¿montarlo
se siente bien?"
Antes de que pudiera
detenerla, la Loli Gótica abordó el HMV del lado del pasajero de Itami y paso
por las rodillas de Itami. No había puertas, por lo que entro fácilmente.
El HMV podía albergar
diez adultos.
Los asientos en la
parte delantera se rodaban hacia adelante, mientras que el asiento de atrás se
rodaba hacia el centro. Había suficiente espacio para almacenar armas en el
medio de los dos. Si podían ignorar las normas de tráfico, como ahora, era
posible cargar veinte niños.
Sin embargo, ya había
un montón de equipaje, niños y ancianos en el vehículo, estaba tan lleno como
un tren durante la hora punta de la mañana. La chica que entró mientras decía
'perdón' no fue bien recibida por los habitantes del pueblo. Ellos no
declaraban abiertamente su renuencia, pero mostraron una expresión preocupada.
"Ey, es estrecho,
Onee-san."
"Ah ~ espere un
momento."
Ya estaba bastante
concurrido, y encima de eso, llevaba con ella algo que nunca soltaba.
La alabarda era larga y
pesada. No importaba cómo se posicionara, la alabarda tocaría la cabeza o la
cara de alguien causando que se encogieran ya que se estaba demasiado apretado
en el HMV. Como resultado, la coloco sobre el piso del vehículo.
Luego buscó un lugar
para sentarse, pero no había ningún espacio. Sin otra alternativa, la chica se
sentó en las rodillas del hombre acaparando el asiento del pasajero.
"¡Espera!"
Itami se quedó
estupefacto ante su acción repentina.
Quería detener a la Loli
Gótica vestida de negro, pero si tocaba alguna parte seria peligroso, podría
ser pintado como acoso sexual y desencadenar un enorme incidente, así que no lo
hizo. Debido a la barrera del idioma sus protestas y maldiciones en japonés
como "Ey! ¡Espera! ¡Espera!", "¡No toques eso!", "No
toques la pistola y el extintor de incendios", "¡Salte primero!",
"Wah, ¿qué demonios estás haciendo?".
Fueron ignorados por completo.
El lugar en el que la
chica se sentó fue en sus rodillas.
Tuvo que gritar
"¡Espera!" en esta etapa.
Un lado quería empujar
al otro lado mientras el otro lado estaba luchando por un lugar para sentarse.
Así, la lucha comenzó.
"● × △, □ ○○○ !!!!!"
"△ □ × ¥! ○ △ □ ××× !!"