25 oct 2019

Tate No Yuusha Vol 14 Cap 03

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord




03 La Espada Maldita Ama-no-Murakumo

Delante de nosotros encontramos, clavada a un pedazo de tierra estéril, algo que definitivamente acababa de caer del cielo. Una espada.

Desde donde estaba clavada en el suelo, se estaba extendiendo algo púrpura.

“¿Una espada?” ‒ Dije. Eso es exactamente lo que era, una espada con una hoja blanca y algo muy parecido al núcleo incrustado en el centro de la empuñadura. Si el monstruo fuera como Yamata no Orochi, tendría sentido -desde la perspectiva de la mitología japonesa, al menos- que escupiera una espada. Podría haberlo entendido si esto era un objeto de caída, pero parecía que la espada era en realidad el núcleo.

“Debemos deshacernos de esto rápidamente. Ya está contaminando el suelo en un intento de revivirlo” ‒ recomendó Sadina.


“¡Kwaaaa!”

“Bueno, para eso tenemos a Gaelion. Él puede ocuparse del núcleo, estoy seguro” ‒ le dije. Era un monstruo tipo dragón, ostensiblemente, así que si nos ocupamos del núcleo, eso debería callarlo de una vez. Entonces Gaelion puso su boca en la decoración del centro y fue golpeado con un chasquido.

“¡Kwaa!”

“¿Entonces? ¿Está demasiado corrompido?” ‒ preguntó Sadina.

“Sabía que no estabas a la altura de las circunstancias” ‒ le dije. Verdaderamente, cuando se trataba de una crisis, Gaelion siempre parecía tirar la toalla. ‒ “En cualquier caso, tenemos que sacarla y hacer algo al respecto, pero parece que sólo tocar esa cosa te va a maldecir.” ‒ Lucía bastante sospechosa. Mi propio cuerpo seguía sufriendo de la contaminación de una maldición, y por eso el sólo hecho de acercarme al núcleo me dolía como con punzadas. Como si mi piel estuviera ardiendo. Entrecerré los ojos y la revisé.


Espada Maldita Ama-no-Murakumo.



El hecho de que la evaluación ni siquiera funcionara correctamente demostró que se trataba de un arma de gran capacidad. Nunca esperé encontrar esta arma en particular, uno de los tres objetos divinos de la historia japonesa, aquí en este otro mundo, aunque así fue como mi escudo eligió traducirlo para mí, y por lo tanto era seguramente un arma totalmente diferente.


“Fuueeehh. Bueno, si es una espada, ¿qué tal si el Héroe de la Espada se la lleva y se ocupa de ella?”  ‒ sugirió Rishia. ¿Dársela a Ren, puede ser? ¿Sería seguro darle un equipo que parecía tan obviamente maldito? Dicho esto, también se sentía como un desperdicio dejarla clavada en el suelo. Por no mencionar que el Orochi podría revivir de nuevo si no se la controlaba.

También podía colocarla dentro del escudo, por supuesto, pero tenía miedo de crear un segundo incidente del Dragón Demonio.

“¡Oye! ¡Parece que lo derrotaron!” ‒ Fue entonces cuando el viejo y su maestro, Motoyasu II, aparecieron.


“Primero la Tortuga Espiritual, ahora esto. Ustedes sí que saben cómo pelear. Estaba observando desde lejos y aun así fue increíble.” ‒ El viejo me hizo un gesto de pulgar hacia arriba, y yo hice lo mismo.

“Gracias. Quiero decir, todo lo que realmente hago es defender.” ‒ admití.

“Oh no, no creo que hubiéramos ganado sin tus poderes, pequeño Naofumi.” ‒ Sadina ofreció ese cumplido. Me ha estado observando más de cerca últimamente. Dicho esto, después de desplegar Escudo Antiaéreo y el otro apoyo, no era como si estuviera con las manos cruzadas. Si tenía algún arrepentimiento, era quizás que no pude contener un poco más los movimientos del Orochi.

“¿Qué hacen aquí ahora?” ‒ preguntó el viejo.

“Ah, sí, bueno, perseguimos el núcleo que salió volando de ese monstruo y encontramos que tiene forma de espada y parece maldito. Así que sólo estamos tratando de decidir qué hacer con él.” ‒ Con eso, Motoyasu II miró la espada clavada en el suelo y la revisó.

 “Vaya. Esa es una buena arma. ¿Así que ese es el cuerpo de la bestia?” ‒ Entonces, tontamente, agarró la empuñadura y la sacó. Una nube de miasma púrpura se levantó y se arremolinó alrededor de Motoyasu II. ¿Así que simplemente lo hizo y había conseguido que lo maldijeran? Ding-ding, segundo asalto. ¿Qué era, cabeza hueca? Incluso cuando lo maldije, esta vez en mi cabeza, levanté mi escudo, listo para luchar contra el monstruo otra vez.

“Cállate. Basta de retorcerse” ‒ gritó Motoyasu II a la estridente espada, y el miasma que la rodeaba se dispersó.

“¿Eh?”

“Sí, esta bebé está maldita. No puedes esperar usarla.”

“Lo dices tú, justo después de sacarla. ¿Estás bien?” ‒ Dije.

“¿De qué estás hablando? ¡Soy un herrero! ¿Cómo podría hacer mi trabajo si las armas empezaran a maldecirme?” ‒ ¿Era así de simple? Miré al viejo, pero se encogió de hombros.

“Muy impresionante, Maestro. Por ser capaz de sostener esa espada” ‒ admiró el viejo.

“Hah. Que un herrero termine maldito significa que es un pobre tonto. Sujetarla de tal manera que no sea maldecido es fácil.” ‒ Oh mierda. ¿Iba a tener que reconsiderar mi impresión de que era un imbécil mujeriego? Empezaba a parecer que realmente conocía su negocio.

“¿Puedes al menos evitar que se descontrole?” ‒ Le pregunté.

“¿Yo? Como si me importara.” ‒ El maestro del viejo fue a… ¿qué, la puso en el suelo? como si nada hubiera pasado.

“Por favor, ¿no puedes hacer algo? Si ese monstruo aparece de nuevo, será terrible para todos nosotros.” ‒ Leyendo bien la situación, Raphtalia le rogó al maestro del viejo, con las manos juntas frente a ella.

“Muy bien, jovencita. Haré todo lo que pueda para evitarlo” ‒ dijo. ¡Maldita sea, este tipo!

“Viejo, ¿no puedes hacer algo con esa espada? como hizo ese degenerado” ‒ Le pregunté.

“Lo siento, chico. Parece que sólo soy un pobre tonto. Quiero llegar a ese mismo nivel algún día.”

Para mí, el viejo ya era el mejor. De todos modos, parecía que no se podía hacer nada.

“Nos toca, Erhard. ¡Nos han llamado! ¡Vamos a reforjar esta espada para que no tenga problemas!” ‒ Anunció Motoyasu II.

“Estoy aquí con usted, maestro. Chico, ustedes también ayudarán. Creo que vamos a necesitar materiales difíciles de encontrar para esto.”

“Sí, parece de alta calidad. También te proporcionará experiencia en la fabricación de armas, así que te ayudaremos.” ‒ agregué.

“Gracias, chico.” ‒ Al final, la espada que apareció al derrotar a Orochi fue puesta al cuidado del viejo y de su maestro.

“Entonces ¿Qué más? ¿Algún daño en el pueblo o en los alrededores?” ‒ pregunté.

“Parte del puerto fue destruido, pero sólo un puñado de gente resultó herida. Eso también es gracias al Emperador Celestial, al Héroe del Escudo y a tu séquito.” ‒ contestó Raluva mientras revisaba la ciudad. Bien, no hay mucha gente herida. Esto sentó las bases para incitar a la gente a unirse a nuestra causa más adelante. ‒ “Sin embargo, en las cercanías del túmulo, estamos viendo serios daños y algunas contaminaciones remanentes, lo que significa que llevará bastante tiempo devolverlo a la normalidad.”

“Entonces tendremos que dejarlo.” ‒ le dije. No era como si fuera un lugar importante. ‒ “En cualquier caso, no hay justicia en una nación que desataría un monstruo sellado contra las fuerzas rebeldes. ¿No tienen idea del daño que podría haber sufrido la gente?” ‒ Raluva y los demás de la ciudad asintieron de acuerdo con mis palabras.

“Vamos a impartir estos hechos inmediatamente, no sólo a los asentamientos vecinos, sino a todo el país. Si hacemos buen uso de esto, deberíamos ser capaces de conseguir la colaboración de otros que están en desacuerdo con las políticas de nuestra nación.” ‒ dijo Raluva. Miré a Raphtalia. Entonces, esto era todo. Habíamos llegado hasta aquí. Ahora teníamos que hacerlo.

“Por favor, háganlo. Parece que somos los únicos que tenemos una oportunidad de detener a esta gente.” ‒ Eso era exactamente lo que esperaba que Raphtalia dijera, pero tampoco era el empuje que necesitábamos… era probable que dejara a algunas personas decididamente indiferentes.

“¡Ella tiene razón! ¡No hay justicia en un Emperador Celestial que haría algo tan atroz! A él y a sus compinches les importa un bledo la felicidad de la gente común. Ustedes los hombres, las mujeres, ¿están de acuerdo con eso?” ‒ Continué inflándolo tan grande y tan fuerte como pude, incitando a Raluva y a los demás. Tal vez oír esto fortaleció su determinación, porque sus ojos parecían mortalmente serios y respondieron con una sola voz.

“¡Como ordene el Emperador Celestial!”

Así, Raluva y los otros revolucionarios de Q’ten Lo superaron sus resacas y volvieron a jurar lealtad a nuestra causa.

“No voy a ser demasiado dura con usted, pero le gustan este tipo de cosas, ¿verdad, Sr. Naofumi?” ‒ Raphtalia me comentó, algo exasperada, mientras miraba a Raluva y a los demás.

“Cuando se hace algo en nombre de la gran justicia, un poco de exageración se siente bien” ‒ admití. Éramos justicia, castigando el mal. Ese tipo de sentimiento era genial para levantar la moral. Después de todo, todos querían ser los buenos, no los malos.

“¡Una nación que adora a Raphtalia! Qué pesadilla.” ‒ Atlas no pudo resistirse a la oportunidad de hacer un comentario inteligente.

“No estoy pidiendo nada de esto. Por alguna razón, una vez que me pongo este atuendo de miko, la gente me reza, eso es todo. Si mi padre y mi madre no estuvieran involucrados, habría huido de esto, te lo aseguro.”

“Como sea.” ‒ Atlas no estaba nada convencida. ‒ “¡Lo hiciste bien, hermano!”

“¡S-sí, lo hice! ¡Atlas! ¡Hice lo mejor que pude!”

“Lo que también significaba que yo no pude hacer mucho por el amo Naofumi. ¡No te perdonaré por eso, hermano!”

“¡Quééééé! ¡Atlas!” ‒ Incluso era así cuando él lo hacía bien. Eso era completamente irrazonable. Fohl realmente no lo tenía fácil. Casi sentí lástima por él.

“Otra cosa, Héroe del Escudo.” ‒ se aventuró Raluva.

“¿Sí?” ‒ Los revolucionarios miraban a Firo, que actualmente se encuentra en su forma firorial. Acababa de volver de recoger el lucero del alba que le arrojó a Orochi.

“¿Eh?”

“Algo que noté cuando fuiste a la batalla…”

“¿Algo sobre Firo?” ‒ Dije.

“Una firorial parlante, es decir, una chica con alas. Es una de tus compañeras, ¿correcto?”

“¡Sí! ¡El nombre de Firo es Firo!” ‒ Firo canturreo. Parecía que Firo y Gaelion se veían fijamente de nuevo.

“Sí, es una firorial. Una raza que se desarrolla de una manera única cuando es criada por un héroe. ¿Por qué? ¿Necesitas algo de ella?” ‒ Le pregunté.

“En realidad, sí. ¿Un firorial blanco con un patrón de flores de cerezo? Es posible que podamos usar esto para tener una mayor ventaja.” ‒ Yo también miré a Firo. En ese momento, sin embargo, no tenía idea de lo que el contingente de Q’ten Lo estaba hablando.


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Delirios de Lord:
Como Motoyasu ahora es un furro,
había que meter a alguien con su anterior personalidad jajaja
Naofumi metiendo cizaña xD
¿Van a decir que no es un prota carismático? jajaja