27 feb 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 05

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



05 Harem

Regresé a mi habitación después de la fiesta de la noche.

“¡Rafuuu!”

Raph-chan miró por la ventana al paisaje y chirrió. Había oído que algunos semi-humanos y teriántropos eran nocturnos, y no había señales de que las luces se estuviesen atenuando en la ciudad del castillo de Siltvelt. Había incluso algunos semi-humanos que parecían murciélagos volando por el aire.


“Héroe del Escudo, es hora de su baño. Por favor, sígame” ‒dijo una de las sirvienta.

“Sí, dijeron que tocaba baño después de la fiesta” ‒ me dije.

“¿Rafu?”

Raph-chan había sido hecha de un mechón de pelo de Raphtalia, así que eso la convertía en una hembra, ¿verdad? A pesar de todo, no me gustó la idea de dejarla aquí en la habitación. Decidí llevarla conmigo. Recogí a Raph-chan y seguí a la sirvienta hasta la zona de baño.

Bajamos por un pasillo en el primer piso del castillo que salía al patio y luego continuamos hacia una zona que parecía un santuario rodeado de árboles. Podía ver el vapor elevándose, así que probablemente eran los baños.

En realidad, también había zonas de baño públicas en Melromarc. La gente de este mundo parecía tomarse muy en serio la higiene personal. Pero cuando realmente lo pensé, invocaban a héroes de Japón de forma regular. Con los héroes contándoles sobre su cultura, tenía sentido que los hábitos de baño japoneses pudieran ponerse de moda. Eso era conveniente para mí.

De repente recordé todas esas veces enjuagándome con agua fría a la orilla del río después de haber sido incriminado. Había recorrido un largo camino cuando lo pensaba.

Mientras recordaba, me quité la armadura y la ropa en lo que parecía ser el área de vestir. La sirvienta me miraba fijamente, pero no dejé que me molestara. Estoy seguro de que eso era parte del trabajo.

“Rafuuu…”

Raph-chan parecía avergonzada. Se puso las manos sobre los ojos. Siempre tenía las reacciones más lindas.

“Muy bien. Vamos, Raph-chan” ‒ le dije.

“¡Rafuuuu!”

Si tenía la oportunidad de bañarme, pensé que podría también tomarme mi tiempo y disfrutarlo. Caminé hacia los baños. El vapor llenó completamente el aire. Podía distinguir los contornos de varias figuras cuando miraba los baños. Dudé en decir gente, porque las figuras eran enormes.

“¡Estamos tan contentas de que hayas podido venir, Héroe del Escudo!”

Varias chicas que probablemente pertenecían a hogares ricos salieron de la bañera e hicieron todo lo posible por adoptar posturas seductoras.

“Deje que nos encarguemos de lavar su cuerpo, Héroe del Escudo” ‒ dijo una de ellas.

“Siéntase libre de elegir a quien más le guste de entre nosotras… y estaremos encantadas de acompañarle de vuelta a su habitación” ‒ dijo otra.

Umm, estaba bastante seguro de haber visto una o dos de ellas en el mercado de esclavos de Zeltoble.

“¿Qué le parece?” ‒ preguntó una de las chicas.

Sus pechos rebotaban mientras caminaba, y un escalofrío corrió por mi espina dorsal. ¡Me habían tendido una trampa! Claramente planeaban seducirme aquí y obligarme hacer algo vulgar. Incluso si yo era el Héroe del Escudo, seguía siendo un hombre. Alguien debe haber pensado que ver mujeres desnudas me excitaría y se le ocurrió este plan.

Los baños parecían un burdel. Estaban llenos de todo, desde mujeres de aspecto normal hasta teriántropos masivos que eran al menos tan grandes como la forma de orca de Sadina. Era como si yo fuera una especie de lascivo que se llevaría a cualquier mujer a la que le pusiera las manos encima. O tal vez sólo prepararon una gran variedad de mujeres y esperaban que una de ellas se ajustara a mis preferencias.

“Lo siento, pero no me interesa” ‒ dije.

Traté de salir de la zona de baño, pero todas las mujeres salieron del agua y me rodearon.

“¡Por favor, no digas eso, Héroe del Escudo!”

“Aunque piense que no le gustará al principio, estará en éxtasis antes de que se dé cuenta. ¡Querrá más!”

¡Blech! Los escalofríos… Me sentía mal. Hizo que mi piel se erizara. Quiero decir, Sadina había dicho cosas que me hacían querer vomitar antes, pero esto estaba en un nivel totalmente diferente. Me conformaría con Sadina un millón de veces antes de tocar a una de estas putas. Al menos Sadina me daba a elegir. Siempre me dejaba una ruta de escape. Incluso si decía cosas que me enfermaban, algo en su actitud era reconfortante.

Nunca pensé que diría algo así sobre Sadina. No tenía idea de lo absolutamente repulsivo que era cuando alguien se tomaba en serio el tratar de seducirme. Y ni siquiera a mí, sino al Héroe del Escudo. Incluso podría tener que revisar mi opinión sobre Sadina, aunque sea ligeramente. Lo mismo ocurría con Atlas.

“¡Por favor, elija, Héroe del Escudo! ¿Cuál de nosotras es la que más desea?”

“¡Quiero dar a luz a su hijo, Héroe del Escudo!” ‒ exclamó una pequeña chica semi-humana.

Era prácticamente una niña y decía cosas así. Me dio escalofríos en la columna vertebral. Era como si Melty tratara de seducirme o algo así. Le habría dicho que lo intentara de nuevo en otros diez años. Estoy seguro de que me habría gritado.

“¡Dejen de joder! ¡Fuera de aquí!” ‒ Grité.

Pero las mujeres no se fueron. Se acercaban más a mí, paso a paso.

“¡Vamos, chicas! Hagan lo mejor que puedan para seducir al Héroe del Escudo” ‒ dijo una de las chicas.

De repente, las mujeres me saltaron encima y yo dije tranquilamente el nombre de una habilidad.

“Escudo Estrella Fugaz”.

La barrera del Escudo Estrella Fugaz se formó a mi alrededor y repelió a las mujeres. El viejo de la tienda de armas me había salvado el cuello una vez más. Nunca antes en mi vida había estado tan feliz de tener esta habilidad.

“Ugh… ¡Vamos, Héroe del Escudo! Vamos a divertirnos” ‒ dijo una de ellas.

“¡No, gracias!” ‒ Grité.

“Oh, ¿en serio? ¡Vamos todas! Debemos romper este caparazón por el bien de nuestro amado Héroe del Escudo” ‒ anunció.

“¡Sí!” ‒ gritaron al unísono.

“¡Qué tal un no!” ‒ Grité.

Me imaginé que los ignoraría e irrumpiría, empujándolos fuera del camino, pero los refuerzos siguieron apareciendo hasta que la zona de baño estaba prácticamente desbordada de mujeres. ¡Maldita sea! ¡Esto estaba mal! ¡Mis posibilidades de escapar disminuían con cada segundo! Peor aún, ¡todas ellas empezaron a golpear mi barrera en un intento de romperla!

¡Hablando acerca de cómo no crear un ambiente! Las mujeres estaban todas apiñadas alrededor de mi barrera defensiva y golpeándola. Esto era una mierda aterradora de siguiente nivel. Tenía un accesorio que añadía un efecto de contraataque a mi Escudo Estrella Fugaz, pero sólo funcionaba en el mundo de Kizuna. Aún no había podido encontrar un sustituto útil en este mundo.

“¡Raaaaawwwwrrrrr!”

¡¿Qué demonios?! ¡Oye, elefante teriántropo! ¡Deja de intentar golpearme con todo tu peso, maldita sea! ¡Espera un momento! ¡¿Esa cosa planeaba intentar acostarse conmigo también?!

Esta barrera incluso había sido capaz de resistir uno de los ataques de la Tortuga Espiritual, pero las mujeres continuaban a su alrededor, intentando destruirla.

“¡Mwahahahahaha! Todo lo que tenemos que hacer es romper esta cosa y el Héroe del Escudo será nuestro” ‒ gritó una de ellas.

“Grrrr…”

Mierda. La barrera no mostraba signos de ruptura, pero todo el asunto seguía siendo aterrador por una multitud de otras razones. Tenía que encontrar una forma de salir de allí.

“Escudo Portal”.

¡¿No podía usar mi portal?! ¡¿Había alguien filtrado la información sobre cómo interferir con nuestras habilidades de portal?! ¡No importaba! ¡Necesitaba concentrarme en deshacerme de estas mujeres y salir de aquí! Probablemente podría usar la barrera para repelerlas y forzar mi camino. Pero, ¿podría realmente llegar hasta Raphtalia y las demás con un flujo interminable de mujeres en mi retaguardia?

“¡Rafuuuu!”

Raph-chan saltó sobre mi cabeza y empezó a chillar. Comenzó a enfocar su atención como si estuviera recitando un conjuro mágico. Me preguntaba si sería posible hacer magia cooperativa con Raph-chan. Si las cosas van bien, podría terminar saliendo de este lío después de todo.

Concentré mi atención en los chillidos de Raph-chan. No tenía ni idea de la clase de magia que podíamos hacer. Pero dada la situación, cualquier cosa hubiera sido mejor que quedarse sin hacer nada. Raph-chan y yo tejimos nuestra magia juntos mientras continuaba caminando.

¿Oh? Esas familiares piezas de rompecabezas de la magia cooperativa comenzaron a aparecer poco a poco. ¡Bien hecho, Raph-chan! Venía de un mechón de pelo de Raphtalia, así que su magia se parecía a la de Raphtalia. Estaba seguro de que podríamos usar la misma magia cooperativa que Raphtalia y yo habíamos lanzado antes.

¡Poder de dos, presta tu fuerza para confundir al enemigo con una ilusión! Vuelve a hacer girar los hilos del destino y convierte nuestra derrota en una victoria”.

“Rafu, rafu, rafu…”

No pude evitar sonreír cuando Raph-chan recitó su encantamiento. No sabía si era porque Raph-chan era esencialmente un gran paquete de poder mágico o no, pero el flujo de la magia se sentía aún más fuerte que cuando lancé el hechizo con Raphtalia.

¡Vena del Dragón! ¡Escuchen nuestra petición y concédanla! ¡Como la fuente de tu poder, te lo imploramos! ¡Que el verdadero camino se revele una vez más! ¡Muéstrale a nuestros enemigos una ilusión para confundirlos!”

“¡El Vacío es Forma!”

“¡Rafuuuuuuu!”

¡¿El Vacío es Forma?! ¡Pensé que era La Forma es Vacío! Supongo que el significado era esencialmente el mismo. Hicimos un hechizo que era casi el mismo, pero diferente. Nuestra magia se extendió por toda la zona, afectando a todas las mujeres. Casi parecían estar alucinando mientras tropezaban y luego estallaron en un motín en un lugar diferente al que yo estaba.

“¡No, espera! ¡Héroe del Escudo! ¡Ohhhh, eres un chico muy malo!” ‒ gritaban.

No tenía idea de qué tipo de alucinaciones estaban viendo, pero empezaron a retorcerse y a caer inconscientes, una por una. ¡De acuerdo! ¡Esta era nuestra oportunidad de escapar!

“¡Rafu!”

En ese momento, Raphtalia y los otros llegaron corriendo. Fue en el peor momento posible.

“Recibí una señal de socorro de Raph-chan, pero, umm…” ‒ La voz de Raphtalia se calló.

“Oh, Dios mío” ‒ dijo Sadina.

Estaban mirando a su alrededor y viendo la escena.

“¡Todas parecen como si estuvieran diiviirtiiieeendose! ¿Estabas jugando con ellas, Aaaamoooo?” ‒ Preguntó Firo.

“¡Ugh! ¡Me ganaron en la recta final!” ‒ Atlas se lamentó.

“No puedo creer que te acostaras con tantas chicas en una vez…” ‒ murmuró Fohl.

¿Él en serio acaba de decir eso?

“¡Y una mierda lo hice! ¡Deja de tener ideas tan ridículas! Raph-chan y yo hicimos un poco de magia cooperativa y les hicimos ver una alucinación. ¡Ahora es nuestra oportunidad de huir! ¡Vamos!” ‒ Grité.

“¡Eso no será necesario!” ‒ Werner anunció mientras caminaba.

“Mis más sinceras disculpas, Héroe del Escudo. ¡Llévense a estas mujeres de aquí de una vez!” ‒ Gritó a sus lacayos, que luego comenzaron a llevarse a las mujeres medio conscientes.

Ugh… El lugar había empezado a apestar. Era difícil de describir, pero si tuviera que decirlo, apestaba a mujeres. Quería salir de allí lo antes posible. De repente recordé el trauma que había experimentado cuando Bruja me engañó.

“Héroe del Escudo, por favor, perdónanos por este mal manejo” ‒ continuó Werner.

“¡Esto está más allá de lo perdonable!” ‒ Grité.

“Este es un servicio que los pasados Héroes del Escudo han disfrutado a través de las generaciones. Asumimos que usted no sería diferente” ‒ contestó.

“¡Así que por fin muestras tus verdaderos colores!” ‒ Grité.

Le hice un gesto a Raphtalia y a los demás. Todos sacaron sus armas y se prepararon para atacar. Pero Werner se quedó inmóvil con las manos a la espalda, como diciendo que no tenía intención de luchar.

“Bueno, bueno, bueno… Supongo que esto significa que el Héroe del Escudo es muy exigente con sus mujeres” ‒ dijo una voz desde las sombras.

Y entonces el león teriántropo de antes vino caminando. Werner miró al león y luego frunció el ceño infelizmente.

“Jaralis, elige tus palabras más sabiamente” ‒ dijo Werner.

Al ser reprendido, el león que Werner había llamado Jaralis se encogió de hombros y retrocedió. Pero seguía mirando a Fohl y a Atlas con una mirada de desprecio en sus ojos. Fohl se dio cuenta de que los miraba fijamente y parecía confundido. Yo había notado que la gente en Siltvelt miraba con envidia a los demás sólo porque estaban bajo mi mando, así que él podía ocuparse de ello por ahora. Quería volver a abordar lo que acababa de ocurrir antes de cambiar de tema.

“¿Realmente pensaste que dejaría que un montón de mujeres me sedujeran y luego haría cualquier cosa con ellas?” ‒ Grité.

Desde que me invocaron a este mundo, incluso el pensar en ese tipo de cosas hacía que mi estómago doliera.

“Lo siento mucho” ‒ dijo Werner.

Estaba seguro de que él no sentía ningún remordimiento. En ese caso, lo usaría para que aceptara mis demandas. Sí, me gustó esa idea.

“¡Si quieres que pase por alto esto, entonces arregla el barco para Q'ten Lo ya!” ‒ Exigí.

“Me temo que eso llevará más tiempo. Por favor, tenga paciencia con nosotros” ‒ respondió Werner.

“¿Realmente necesitas más tiempo? ¡Habrá consecuencias si me mientes!” ‒ Grité.

“Realmente es así” ‒ dijo.

Continué interrogando a Werner por un tiempo, pero como un verdadero político, evitó hábilmente hacer declaraciones concretas y se mantuvo firme en su posición.

“De todos modos, vamos a usar mis habilidades de teletransportación para volver a la aldea por ahora” ‒ dije.

“¡E-espere! ¡Eso sería un problema! Por favor, denos un poco más de tiempo” ‒ contestó.

“¿Por qué quieres que me quede en el castillo?” ‒ Le pregunté.

“Sería malo para la reputación del país que se fuera sin quedarse ni una sola noche” ‒ dijo.

Ah, ahora tenía sentido. Los otros países habían dejado a Siltvelt a cargo de hospedar y administrar el Héroe del Escudo. Si dejo el país porque me han enojado, Siltvelt perdería su prestigio nacional.

“En tal caso, no estaría claro si podríamos cumplir con su solicitud” ‒ continuó.

Tenía la sensación de que lo que decía era razonable, pero aun así parecía sospechoso. Qué fastidio.

“¡Entonces no dejes que se corra la voz! ¡Sólo vamos a la aldea a dormir!” ‒ Dije.

“Umm, Sr. Naofumi… ¿No cree que deberíamos darles una última oportunidad? De lo contrario, nunca llegaremos a un acuerdo, y eso también sería un problema para nosotros” ‒ dijo Raphtalia.

Werner debe haberse dado cuenta de que yo no podría discutir con Raphtalia, porque una mirada de alivio se extendió por su cara. ¡Maldita sea! Miré con ira a Sadina.

“Podemos intentar llegar a Q'ten Lo sin la ayuda de Siltvelt, pero no hay garantía de que podamos lograrlo” ‒ dijo.

¡Mierda! ¡Qué problema tan molesto!

“Bien” ‒ dije.

“Muy bien. Pediré una votación para cumplir con su petición en una asamblea en un futuro próximo. Haré todo lo que esté en mi mano para asegurar que reciba nuestra ayuda, así que, por favor, calme su ira” ‒ contestó Werner.

¿En un futuro próximo? ¿En una asamblea?

“¿En qué clase de sistema engorroso funciona este país?” ‒ exclamé.

“Siltvelt es supuestamente similar a lo que los héroes llaman una democracia. Los representantes de las diferentes razas se reúnen y votan sobre los temas” ‒ explicó Sadina.

¡¿Una democracia?! ¡Seguro que eligieron un sistema político molesto!

“En el pasado, las opiniones de los hakuko y otras razas de élite tenían mucha influencia política. Pero creo que eso cambió después de que la pérdida de una guerra debilitó su posición” ‒ continuó ella.

Eso significaba que Basura me estaba fastidiando incluso aquí en Siltvelt. ¡Dame un respiro de una vez! Iba a pedirle a la reina que lo torturara cuando volviéramos a Melromarc.

“¡Insensatez absoluta! Las masas ignorantes pueden reunirse y discutir todo lo que quieran, pero eso nunca será nada de valor” ‒ Murmuró Atlas.

¿Ella no había estado alabando a Siltvelt antes? ¿Y, en cualquier caso, qué pasa con ese comentario? Parecía una especie de dictador opresor.

“Está bien, de acuerdo. Voy a dejar pasar esta. Pero quiero que se aseguren de que reciba mi ayuda lo antes posible” ‒ dije.

“¡Por supuesto! ¡Como desees, Héroe del Escudo!” ‒ Werner respondió.

Se inclinó y luego abandonó la zona de baño. Después de eso, todos volvimos a mi habitación. Bueno, Raphtalia y los otros tuvieron que quedar en espera en la habitación de al lado para cumplir con las reglas de Siltvelt. Y así siguió la noche.

Casi olvido mencionar que Werner dijo que planeaban tener más mujeres esperándome en mi habitación después de que regresara de mi baño. Recuerdo haber visto un desfile de mujeres con aspecto decepcionado caminando por el pasillo cuando me dirigí a mi habitación.


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Delirios de Lord:
Jajaja. Que locura. La mayoría de los hombres soñarían con algo así.
Pero el pobre de Naofumi está traumado,
hasta el punto de haber despertado una serie maldita.