Traductor: Lord
Editor: Lord
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Prólogo Planeando la invasión de Q’ten Lo
“Empezaré
por revisar la situación actual. Lo primero es lo primero…”
Era
la mañana después de celebrar nuestra victoria, y yo había reunido a todos en
la casa de la ciudad portuaria de Q’ten Lo en un intento de decidir qué hacer a
continuación.
Nuestro
recinto estaba en un estado general de desorden. La causa más probable fueron
las celebraciones de la noche anterior, que habían incluido mucha bebida y
cantos. Tal vez debido a que se trata de una nación muy parecida a Japón, me
acordé del lío que dejaban después de que los japoneses terminan con su
estúpida “observación de flores” primaverales.
“Owww…
mi cabeza…” ‒ Todos menos mis amigos parecían bastante poco entusiastas.
“¿Qué
pasa con ustedes? Pensé que querían esta rebelión. ¡Que Raphtalia lidere la
carga, dijeron! ¿Fueron sólo palabras vacías?” ‒ La energía que se exhibió la
noche anterior se había agotado por completo, dejando a la gente con cara
pálida y enferma.
“¿Puedo
to-tomar un poco de agua?” ‒ gruñó uno de los hombres.
“Todo
esto es culpa de Sadina. Ella es la que los retó a un concurso de beber” ‒ dijo
Raphtalia.
“¿Es
así?” ‒ Contestó Sadina.
“Lo-los
rumores eran… todos ciertos. Las conversaciones de tantas vidas perdidas… por
beber con la sacerdotisa sangrienta…” ‒ Sus últimas víctimas apenas podían graznar
su versión de la historia. De hecho, todos ellos parecían listos para morir, en
cualquier momento, simplemente caerán muertos. Cuatro de ellos habían salido
corriendo a vomitar, y aún no habían regresado. En serio, ¿todos tenían resaca?
¿Esos tipos realmente iban a poder hacer algo?
(NT:
El apodo de Sadina es priestless of carnage… más literalmente ‘sacerdotisa de
la carnicería’, una mejor interpretación sería ‘sacerdotisa de la masacre’,
pero ninguna tiene buena fluencia en español, así que para hacerlo fluido, lo
cambié a ‘sacerdotisa sangrienta’)
Me
pareció una buena idea, por ahora, olvidarme de los que acababan de unirse a
nosotros y decidir qué hacer con los compañeros que había traído conmigo.
Q’ten
Lo estaba sufriendo bajo el afán de políticos corruptos, poniendo una terrible
carga sobre el pueblo. Los que atentaron contra la vida de Raphtalia
aparentemente lo hicieron bajo la influencia de lo pútrido que estaban los
líderes de esta nación. Por lo tanto, nuestro avance hacia Q’ten Lo había hecho
que muchos de los que simpatizaban con la revolución salieran de la nada. Sus
largos años de sufrimiento fueron quizás la razón por la que básicamente
hicieron un desfile en el momento en que capturamos el puerto.
De
hecho, la fiesta resultante continuaba, con un clamor general de disfrute que
resonaba más allá de las paredes del edificio.
“Ella
es una amada por Dionisio, eso es seguro. Pensamos que estaba ahí fuera, en
algún lugar, bebiendo.”
“Por
supuesto, todo tiene sentido. Después de todo, ella viaja con un monstruo, uno
que se come la fuente de un brebaje tan inmundo que hasta el Dios del vino
huiría de él.” ‒ ¿Por qué todos me miraban? ¿Era realmente tan repugnante para
ellos que me comiera la fruta lucor?
“No
entiendo por qué me llaman monstruo. Realmente, no puedo pensar por qué.” ‒
refunfuñé.
Mi
nombre es Naofumi Iwatani. Originario de Japón, actualmente soy el Héroe del Escudo
en este mundo paralelo. Bueno, podría ser más exacto decir que fui invocado a
este mundo paralelo y que el papel de Héroe del Escudo me fue impuesto.
Teniendo
en cuenta todo lo que me había pasado recientemente, en ese momento estaba a
punto de contemplar una vez más lo diferente que es el trato que recibe el Héroe
del Escudo, simplemente dependiendo del país.
Sin
embrago, antes de hablar de eso, probablemente debería explicar sobre el mundo al
que he sido convocado. Aquí todo el mundo tiene un nivel, como en un
videojuego, y derrotando cosas como los monstruos puedes ganar experiencia y
aumentar ese nivel. El mundo está construido sobre una base que cualquiera que
esté familiarizado con los juegos japoneses modernos no tendrá problemas para
entender, incluyendo otros elementos como las estadísticas. Incluso es posible
comprobar cosas como los detalles de tus habilidades con sólo concentrarte; en
general, no está muy lejos de la realidad que alguien piense que básicamente
fui convocado a un videojuego.
Sin
embargo, si lo tomamos demasiado literalmente, también podemos llegar a
malentendidos.
Fui
invocado a este mundo para luchar contra un desastre que amenaza con
destruirlo, llamado las Olas, y para mantener a este mundo a salvo. Siendo
alguien quizás demasiado familiarizado con las obras sobre un ‘héroe elegido’ y
ser ‘invocado a otro mundo’, todo esto comenzó como una situación bastante
ideal para mí, pero ¿adivina cuánto tiempo duró eso? Resulta que el país que
hizo la invocación, Melromarc, también tenía razones religiosas para pensar que
el Héroe del Escudo es básicamente el mismísimo diablo. Eso me llevó a quedar
atrapado en todo tipo de complots y conspiraciones. Y aunque esto pueda sonar
extraño viniendo de la persona a la que le sucedió, resultó en que yo me
convirtiera en un individuo amargado y retorcido.
Tomemos
un momento para considerar lo que podría haber pasado si en vez de eso hubiera
sido invocado a Siltvelt, una nación que adora al Héroe del Escudo. Siltvelt es
una nación poblada por razas de lo que ellos llaman semi-humanos y
teriántropos. Si me hubieran invocado allí, bueno, definitivamente me habrían
tratado como a un Dios, con el debido respeto. Pero ¿cómo podría olvidar a
todos los nobles de la tierra trayendo mujeres para formar mi propio pequeño
harén, cada uno más desesperado que el último en ser bendecido con un hijo
divino?
¿Cuál
elegirías tú, si cabe preguntar, entre ser incriminado por un crimen que no
cometiste y expulsado, sin un centavo y solo, o ser poco más que un semental por
el resto de tus exhaustivos días?
Yo,
bueno, no quiero ninguno de los dos. De ninguna manera. También estoy empezando
a odiar el tipo de historia en la que ahora tengo que vivir.
En
cualquier caso, he logrado pasar mi buena parte de tramas y peligros, y aquí
estoy.
“Qué
deplorable” ‒ comentó Atlas.
“Por
una vez, estamos de acuerdo” ‒ fue la respuesta de Fohl. Los dos todavía
estaban observando la destrucción causada por la bebida.
Estos
dos eran esclavos que compré y ambos formaban parte de una raza llamada ‘hakuko’,
que aparentemente era parte de la elite en Siltvelt. De un vistazo, Atlas
parecía una chica joven. Dentro, sin embargo, latía el corazón de un guerrero.
Por ejemplo, el hecho de que ella le diera una paliza muy persuasiva a algunos
fanáticos de Siltvelt todavía estaba fresco en mi memoria. Puede que quisiera hacerle
algunos comentarios sobre ese incidente, pero todo había salido bien, así que
por el momento me quedé callado.
En
cualquier caso, según el líder de Siltvelt, su personalidad era la
personificación del espíritu de esa nación. Considerando la extrema lealtad que
ella me mostró -y estamos hablando de una lealtad superextrema aquí-, yo
personalmente encontré eso un poco difícil de creer.
Fohl
simplemente fue arrastrado cuando recogí a Atlas. No, espera un momento. Eso no
es correcto.
Comenzó
interpretando el papel del buen hermano mayor, cuidando a Atlas mientras ella
sufría de su enfermedad, pero después de su recuperación ella empezó a llevarlo
hasta el límite. De hecho, para empezar, pensé que era a él a quien le daría
más uso, así que pagué por Atlas para conseguirlo. Resultó que ella terminó
siendo la más fuerte de los dos, aunque, crédito a quien lo merece, él estaba
trabajando para cerrar esa brecha.
Podrá
convertirse en un tigre blanco con forma de teriántropo ahora, y sabes qué,
incluso se había vuelto un poco más alto. Aunque las condiciones seguían siendo
un misterio, parecía que incluso podía sufrir una transformación completa a bestia.
Eso definitivamente sonaba digno de investigación.
Tuvimos
que pasar por Siltvelt para llegar a Q’ten Lo, y los dos habían sido de gran
ayuda durante ese viaje. Yo mismo no me fijaba en ello, pero habían sido
bastante formidables en Siltvelt. Definitivamente ellos tendrían trabajo allí
dirigiendo la nación incluso una vez que mis deberes hubieran terminado y yo
estuviera ‘felizmente’ de vuelta en Japón.
“Ustedes
dos siguen siendo menores de edad. Si alguien los tentara a ustedes dos a
beber, les daría algo de qué lamentarse” ‒ les dije.
“¡El
Sr. Naofumi podría pedirme que beba veneno, y yo acabaría hasta la última gota!”
‒ Atlas sonaba como una especie de culto.
“¡Qué!”
‒ Fohl se volvió contra mí. ‒ “¿Planeas que ella beba veneno?”
“¡Usa
la cabeza! ¡Por supuesto que no!” ‒ Rayos, eso es lo que yo tenía que decir. Así
era siempre con estos dos. ‒ “De todos modos. ¿Dónde están Itsuki y los otros?”
Itsuki
Kawasumi, el Héroe del Arco, fue convocado aquí desde un Japón diferente al de
donde yo vengo. Al igual que yo, el pobre había sufrido su parte justa, otra de
las víctimas de Bruja. De hecho, gracias a sus maquinaciones, la cabeza de
Itsuki seguía siendo un gran desastre. Definitivamente necesitaba tratamiento,
pero como todavía podía luchar, yo seguía haciendo buen uso de él.
“Fueron
con Rishia a ver algunos escritos sobre Q’ten Lo. Deberían llegar pronto” ‒
explicó Raphtalia. Me parece justo. Probablemente no sería un problema si no
estuvieran aquí. Rishia era lo suficientemente seria como para no dejar que nadie
a su cargo se perdiera en la bebida. Ahora mismo, eso también incluía a Itsuki,
pero en el pasado ese mismo Itsuki había tratado muy mal a Rishia.
Después
de eso, con sus habilidades de batalla alcanzando todo su potencial, Rishia
derrotó al corrupto Itsuki después de que cayese en la oscuridad y le persuadió
para que volviese a la luz. Sí, ya lo sé. Ella suena más como la heroína aquí,
¿no? Había estado apartada un poco últimamente, pero originalmente era más de
tipo intelectual que luchadora. Por mi parte, he llegado a confiar en ella
considerablemente tanto en su personalidad como en sus capacidades.
“De
todos modos, necesitas que estos hombres con resaca se recuperen primero. No
tenemos tiempo que perder. ¿Entiendes la situación?” ‒ En serio, ¿por qué permitieron
que todo esto pasara?
Raphtalia.
Mi conexión con ella fue el comienzo de todo esto.
Raphtalia
era como mi mano derecha, alguien que juró luchar a mi lado. Cuando nos
conocimos, nuestra relación era un poco diferente: de esclavo y amo. Ahora soy
más como una figura paterna. Sin embargo, la causa de todo esto es más
reciente, cuando le puse a Raphtalia un traje de miko en una aldea que yo
gobierno. Llevaba uno igual en el mundo del que provenía Kizuna, y le quedaba
tan bien que le hice usar uno de nuevo.
El
problema era, irónicamente, que se trataba de un traje con un significado
especial en Q’ten Lo, la patria de los padres de Raphtalia. Además de eso,
también resultó que Q’ten Lo había estado vigilando a Raphtalia toda su vida,
los agentes de la nación observando silenciosamente desde las sombras, sin
hacer nada más que observar incluso durante las más duras desgracias a las que
se enfrentó. Al vestirla, el cualquier caso, al final les llevó a hacer la
declaración completamente loca de que seguirían enviando una sucesión de
asesinos hasta que Raphtalia fuera asesinada con éxito.
No
soy lo suficientemente relajado para dejar pasar algo así. Raphtalia había
llegado a tener una prioridad bastante alta en mi vida. Después de todo, cuando
yo estaba en mi punto más bajo, ella fue la única persona que había venido en
mi ayuda.
Así
que decidí hacer que esos bastardos de Q’ten Lo pagaran y atrapar a los tipos que
dieron la orden de matar a Raphtalia. La acción directa parecía lo mejor, y por
eso estábamos aquí invadiendo el país.
No
es que el simple hecho de llegar aquí haya sido fácil. Q’ten Lo no sólo estaba
rodeado por el océano, sino también por una poderosa barrera. Durante nuestro
intento de acceder a un buque mercante desde Siltvelt, los asesinos nos
atacaron en mar abierto. Logramos ahuyentarlos, pero salimos del sartén y caímos
al fuego. Raphtalia, Sadina, Gaelion, y yo fuimos rápidamente succionados hacia
el océano por el Dragón de Agua que defendía las aguas de la isla. El dragón
terminó ayudándonos, y logramos llegar primero a Q’ten Lo.
Eso
nos llevó a reunirnos con Raluva, el alcalde del puerto y representante de una
resistencia contra el Emperador Celestial, una clase de rey de esta tierra, y a
su vez derrotamos a los funcionarios corruptos que trataban al puerto como si
fuera su propia alcancía.
Otras
cosas sucedieron en el camino, como el encuentro con el maestro del viejo de la
tienda de armas, pero no voy a ahondar en eso ahora. Todavía estábamos en medio
de derrocar a los imbéciles detrás de este lío y teníamos muchas cosas mejores
que hacer.
La
cuestión principal era la existencia de este gobernante, el Emperador Celestial,
que era pariente de Raphtalia. Aparentemente, la única manera de detener el
flujo de molestos asesinos era derrotar a este fanfarrón y demostrar que Raphtalia
es quien debería estar a cargo. Por lo tanto, ahora planeábamos hacer avanzar
nuestras fuerzas desde nuestra recién adquirida base de operaciones, esta
ciudad portuaria.
Afortunadamente
para nosotros, el actual Emperador Celestial de Q’ten Lo había implementado un
ridículo edicto contra el daño a los seres vivos, dando castigo a cualquiera que
matara monstruos. Esto significaba que había perdido la fe del pueblo y que el
país estaba listo para la revolución. La oportunidad perfecta para implementar
un pequeño cambio de régimen.
La
explosión de la insatisfacción de la gente era evidente, sólo con ver los intensos
festejos que aún se celebran después de nuestra victoria.
“¡Kwaaaa!”
“Parece
que las festividades siguen en curso. ¡Quizás pueda ir a diveeerrtiirmeee un
poco!” ‒ Firo canturreo.
“¡Kwaa,
kwaa, kwaaaaa!”
“¡Bleh!
¡El amo me quiere más a mí!” ‒ Firo continuó.
Este
intercambio vino del jardín, donde Firo y Gaelion se miraban fijamente. Firo
era un monstruo tipo ave llamado firorial, que se desarrollaba de manera
especial cuando era criado por un héroe. Su forma actual era la de una joven
rubia de ojos azules y cabello rubio con alas en la espalda, pero esa no era su
verdadera forma. En realidad parecía… Llamémoslo por lo que es: una cosa loca parecida
a un avestruz, redonda y gorda con piernas poderosas.
Algo
por el estilo.
Todo
eso debido a un premio que gané en una lotería de huevos en la que participé
por capricho.
Ha
estado un poco desafortunada últimamente, pero habiéndose reunido hace poco con
Fitoria, reina de los firoriales, ha recibido varias bendiciones como resultado
de ello. Parecía que había tenido un aumento considerable en su poder de
combate.
Gaelion,
por su parte, era un dragón, una raza que nunca se ha llevado bien con los
firoriales.
Él
normalmente pasaba la mayor parte de su tiempo en un estado de dragón
aparentemente recién nacido. Pero en la hora de la verdad, se convertía en un
gran dragón para luchar. Decir que tiene ‘personalidad múltiple’ no se ajustaba
a la situación, pero tenía dos conciencias diferentes dentro de su cuerpo.
Una
era el bebé Gaelion, el verdadero dueño del cuerpo y el que actualmente tiene
el control. La otra personalidad oculta, el padre Gaelion, podía ser llamado
cuando se requería y fue una vez un zombi dragón contra el que luché. De todos
modos, Gaelion tiene ambos dentro de su cuerpo.
Soy
su dueño, pero está siendo criado por uno de los esclavos de mi pueblo, una
chica llamada Wyndia. En ese momento, sin embargo, Wyndia estaba poniendo todo
su empeño en la investigación biológica en Siltvelt junto con Rat, una
alquimista de Faubrey, que era la razón por la que Gaelion estaba conmigo en
ese momento.
Esta
par de bestias, Firo y Gaelion, eran realmente útiles si algo necesitaba ser
aplastado, pero tampoco se llevaban bien y siempre estaban discutiendo y
peleando, lo que significa que era un asunto de costumbre y que debería estar
bien dejarlos a su suerte.
“Lo
que quiero decir es que si no decidimos nuestro próximo movimiento rápidamente,
nuestra oportunidad actual podría desaparecer” ‒ dije.
“No
se equivoca en eso” ‒ estuvo de acuerdo Raphtalia.
Luego,
con un doloroso gemido y todavía sacudiendo la cabeza para salir de la resaca,
Raluva, el alcalde del puerto de Q’ten Lo, también se unió a la discusión.
Continué hablando. ‒ “Esto es lo que necesito saber. ¿En qué parte de Q’ten Lo
se encuentra este Emperador Celestial? Si es posible, quiero ocuparme de él
rápidamente y ponerle fin a todo esto.” ‒ Extendí un mapa de Q’ten Lo y le eché
un buen vistazo. No era tan grande como Melromarc o Siltvelt, pero tenía una
densidad que me recordaba a Japón.
Nuestra
ubicación actual era el puerto en el lado oeste.
“El
actual Emperador Celestial está aquí, en la ciudad que también es nuestra
capital.” ‒ Esta tentadora alita de pollo iba acompañada de un dedo que
apuntaba al este de Q’ten Lo. Las masas de tierra no coincidían en absoluto,
así que esto es ir muy lejos, pero en cuanto a Japón, si estábamos en
Kagoshima, entonces Raluva apuntaba a Tokio, o tal vez a Chiba.
(NT:
Acá usan ‘enticing nugget’ lo cual supongo que es un juego de palabras ya que
Raluva es un tipo bestia-halcón. Los otros posibles significados de la
expresión no se le pueden aplicar ya que es hombre.)
Sí,
olvida la comparación con Japón. Soy pésimo en geografía de todos modos.
Esta
revelación de nuestro destino también hizo que Sadina inclinara la cabeza.
“Aguanta.
La capital no estaba allí cuando yo vivía aquí.” ‒ Sadina también es originaria
de Q’ten Lo, y llegó a Melromarc junto con los padres de Raphtalia. Se había
convertido en la ‘hermana mayor’ de todos los habitantes de la aldea, en
alguien en quien todos confiaban y, en particular, desempeñaba el papel de
hermana mayor de Raphtalia.
También
era un demonio cuando se trataba de beber, a menudo arrastrando a otros a la profundidad
de la embriaguez.
Luego
estaba su personalidad, la de una cabeza hueca demasiado alegre. Para ser
honesto, ella me molesta muchísimo. Sin embargo, en cuanto a la fuerza, no
había forma de saber la profundidad de sus habilidades. Una belleza de estilo
oriental con la habilidad de convertirse en un teriántropo de ballena asesina.
“Cuando
el actual Emperador Celestial llegó al poder, la capital se movió de la que
usaban los emperadores anteriores. Por eso creo que deberíamos ocupar el
territorio que ahora se conoce como la ‘ciudad vieja’. Está bien posicionada y
debería hacer una gran contribución a nuestras actividades posteriores.”
“Bastante
audaz, a dejar atrás toda esa tradición.” ‒ Raluva asintió en acuerdo con este
comentario de Sadina.
“Hubo
muchas opiniones opuestas, pero la política fue impulsada a la fuerza. La nueva
capital está todavía en construcción en algunos lugares” ‒ explicó Raluva.
Entonces,
¿hizo todo esto, así como un edicto sobre no dañar a los seres vivos? Parecía
que este tipo no tenía ni idea de lo que hacía, excepto quizás dónde encontrar
el próximo bache en el que poner el pie. Incluso las cosas en Melromarc iban
mejor que esto.
“Así
que la verdadera razón de la mudanza fue, ¿qué? ¿llenar los bolsillos de sus
compinches?”
“Ah,
bueno. La opinión de cierta mujer malvada que estaba íntimamente involucrada
con el emperador antes de éste último tenía mucho que decir al respecto. El
clima de la antigua capital era malo para su piel.”
“Eso
suena adecuadamente sospechoso. Seguramente ella es la que mueve los hilos
detrás de todo esto.”
“Sí.”
‒ Raluva asintió ante mi comentario. ‒ “La malvada Makina es la que realmente
se sienta en el asiento del poder.” ‒ Hah, ¿Yo tenía razón? Si las cosas estaban
tan corruptas, no es de extrañar que la gente esté tan ansiosa por ver a Raphtalia
como el verdadero Emperador Celestial.
Luego
estaba la ciudad vieja. Un lugar que ya no era la capital, debido a la misma
corrupción.
“Hay
otra razón para apuntar a la ciudad vieja. Allí también podemos realizar los
rituales del Emperador Celestial para Raphtalia.” ‒ Los asuntos geográficos
eran una cosa, pero no entendí la lógica de esta afirmación.
“Mira,
los ojos del dulce pequeño Naofumi están vidriosos. Veamos, eso significa que
le permitiría a la pequeña Raphtalia usar las mismas bendiciones que nuestro
enemigo ha estado usando. Si las cosas van bien, entonces también podremos usar
ese poder” ‒ explicó Sadina.
“Sí,
está bien. Ahora lo veo.” ‒ Las piedras sakura del destino emiten una barrera,
dentro de la cual los poderes de los cuatro santos se debilitaban y cualquiera
que reciba las bendiciones del Emperador Celestial tiene un aumento de poder.
Entonces, Encantamiento Astral también podría utilizarse para mejorar aún más
las estadísticas de los que se encuentran dentro de la barrera. Eso significaba
que también seríamos capaces de realizar esta habilidad.
“Hay
un lugar en la ciudad vieja para nombrar a un nuevo Emperador Celestial. Si
Raphtalia realiza los rituales allí, debería tener acceso a esos poderes.”
“Parece
que primero marcharemos a la ciudad vieja.” ‒ Después de todo, el actual
Emperador Celestial se había mudado a una nueva ciudad en el este. Debe ser un
verdadero imbécil para renunciar a un lugar tan importante.
En
cualquier caso, esto parecía un buen movimiento. Todavía había tantas cosas que
no entendíamos sobre la situación. Es mejor tantear un par de cosas más
primero. Esto también sonó como el momento perfecto para tratar de obtener
información de la bola de cristal del Dragón de Agua que Gaelion había
absorbido.
“A
armar el plan, entonces. Afirmando nuestra situación actual, nuestra única base
de operaciones es este puerto.”
“Estoy
seguro de que, con la noticia de que hemos expulsado a los responsables y
nuestra declaración de oposición, es sólo cuestión de tiempo antes de que
empiecen a aparecer camaradas simpatizantes de las aldeas y pueblos vecinos” ‒
dijo Raluva.
“Bien.”
‒ Eso era definitivamente bueno. ‒ “No tenemos tiempo para sentarnos de manos
cruzadas. Empecemos a planear otras estrategias también.”
“Claro.
Tenemos que hacer que nuestra aldea se recupere, y ahí está la siguiente ola de
enemigos en los que pensar” ‒ me recordó Raphtalia.
“Lo
sé. Ciertamente no planeo pasar el resto de mi vida aquí.” ‒ En ese sentido,
distribuí un poco de papel junto al mapa e ilustré mis propuestas.
“Nuestra
primera opción es, frente a la captura de una nación entera, atacar, derribar
al Emperador Celestial, y ponerle fin a esto.” ‒ Basado en la información de
Sadina, el emperador nunca iba a dejar de intentar dañar a Raphtalia bajo
ninguna circunstancia, excepto la destrucción completa de esta nación.
Dicho
esto, tampoco teníamos tiempo de asentarnos y asediar. Así que este plan
implicaría silenciar rápidamente al jefe detrás de todo.
“Los
problemas aquí serían la fuerza de nuestros enemigos y las desventajas que
enfrentan nuestras armas.” ‒ Me refería a la técnica única que posee esta nación,
una técnica que debilitaba los cuatro poderes sagrados -incluido, por supuesto,
el poder de mi escudo- y que ponía a héroes como yo en una seria desventaja.
Esta
desagradable técnica no sólo anulaba nuestros propios métodos de aumento de
poder, sino que también potenciaba a los enemigos, lo que dificultaba la fuerza
bruta en cualquier cosa dejando sólo altos niveles y habilidades. Si bien
teníamos acceso a armas que aliviarían su anulación de nuestros métodos de mejora,
eso aún les dejaba con sus propias y jugosas mejoras. Intentar golpear en el
corazón del campo enemigo conllevaba un grave riesgo de que nos dieran una
paliza.
“Eso
definitivamente suena como uno de tus planes, pequeño Naofumi” ‒ dijo Sadina.
“Sólo
un poco falto de sentido práctico.” ‒ Definitivamente sería mejor evitar correr
riesgos y ser aniquilado en el proceso. ‒ “También estoy pensando en hacer que
el maestro del viejo haga algunas armas.” ‒ Ya teníamos algunas armas poderosas
que hizo en Q’ten Lo. También era un tipo lujurioso, básicamente Motoyasu II. Pero
también conocía técnicas únicas de varias naciones, así que quizás podría crear
algo para hacer una brecha. Actualmente estaba de lleno en la fragua junto con
el viejo.
Aun
así, aunque valía la pena discutirlo, había demasiadas incógnitas como para arriesgar
el viejo enfoque de los instrumentos obturadores.
“Lo
tiene todo planeado, Sr. Naofumi. ¡Eres un Dios! ¡Mostrarás a los parientes de
Raphtalia quién es el verdadero Dios entregando un golpe divino!” ‒ Supongo que
eso era cierto en Siltvelt. En cualquier caso, ignoré a Atlas. No tengo tiempo
para lidiar con ella ahora mismo.
“Siguiente,
opción dos. Este es el lugar donde reunimos a los que simpatizan con nuestra
causa bajo el estandarte de Raphtalia y tomamos la nación. Llamamos a más
comerciantes de Siltvelt para que carguen los suministros y refuercen nuestras
fuerzas. Si podemos hacer que otros se pronuncien en contra de las políticas
del actual Emperador Celestial, probablemente podamos ganar mucho más fácilmente
que la primera opción… simplemente tomará más tiempo.”
“Esto
no es fácil de decidir, ¿verdad?” ‒ Fohl se puso de pie, con los brazos
cruzados, pensando profundamente. Originalmente lo había catalogado como del
tipo ‘músculos por cerebro’, ¿pero tal vez estaba equivocado?
“¡La
sola idea de tomar una nación hace que mi corazón lata! ¡Deberíamos desplegar
todo el poder de Siltvelt para derribarlos, como muestra de su verdadera
autoridad!” ‒ Atlas, por su parte, parecía muy interesada en la idea. Su
pensamiento era un poco bárbaro, bueno, tampoco era la primera vez que pasa
eso.
“Así
que queremos poner fin a esto rápidamente, pero hay demasiadas incógnitas como
para infiltrarnos en su capital de forma segura” ‒ declaró Raphtalia.
“Ese
es el resumen” ‒ estuve de acuerdo con Raphtalia. Cortar la cabeza de la
serpiente seguramente resolvería este problema, así que era tentador
intentarlo, pero también sería como caminar en una niebla de incertidumbre.
“¿Rafu?”
‒ A nuestro grupo se le unió un Raph-chan bostezando y tambaleándose. Esta
pequeña lindura era un shikigami, un familiar creado a partir del cabello de
Raphtalia. Un monstruo, supongo, que se parecía un poco a un tanuki y un poco a
un tejón ¿tal vez? Una locura, en cualquier caso. Admito que tenía un punto
débil por ella y estaba mucho más dispuesto a gastar un poco más de amor en
ella que en las dos criaturas que aún se miraban fijamente en el jardín. Tenía
todo tipo de habilidades útiles y podía ser muy valiosa cuando empezaba lo
emocionante.
Dicho
esto, ella no había participado en la batalla del día anterior.
“Pensé
en llevar la lucha directamente a ellos, pero con todos los problemas que la
gente de aquí está teniendo, creo que el enfoque estoico podría ser el mejor” ‒
dijo Raphtalia.
Estaba
de acuerdo con Raphtalia. Pensando en el futuro, tener a la gente de esta
nación bajo mi control también reforzaría mis fuerzas cuando me enfrente a
futuras olas.
“Parece
que va a llevar un poco de tiempo.” ‒ Después de todo, derrotar al enemigo no
era suficiente. Tenías que romperlos completamente. De lo contrario, aunque
derrotaras a su líder, aun así no podrías pretender gobernar la nación.
Me
recordó a una revolución en la que Itsuki participó una vez, en una nación
vecina a Melromarc. Las fuerzas revolucionarias lograron derrotar al rey y
ocupar el país, pero el pueblo seguía hambriento, lo que significa que al final
nada cambió.
Es
importante ver a través de la verdad, en todas las cosas.
Dicho
esto, si los políticos corruptos fueran la causa, cortarles la cabeza
-literalmente sus cabezas- bien podría parecer una solución en este caso. Pero,
¿simplemente drenar este pantano en particular realmente mejoraría las cosas?
“Este
es sólo nuestro segundo día aquí. Puede que sea demasiado pronto para comprometerse
con algo de esto.”
“Otro
buen punto.”
“Dicho
esto, tampoco podemos dejarlo por mucho tiempo. Todos deben mantenerlo en un
rincón de sus mentes.”
“Entendido.”
“Raluva,
voy a necesitar que prepares nuestras defensas. Teniendo en cuenta que las
noticias de nuestra ocupación se van a extender, esto conducirá a un
contraataque bastante grande. Ya sea que hagamos una guerra total o intentemos
poner fin a esto rápidamente, debemos esperar que ese ataque llegue.” ‒
Probablemente no necesitaba explicar esta parte, para ser honesto. Ciertamente
no me pongo por delante de los especialistas en el área de la táctica.
“¡Por
supuesto, Héroe!”
“Por
último, pero no por ello menos importante, hagamos que Raphtalia participe hoy
en un desfile, vestida con su traje de miko. Eso debería ayudar a levantar un
poco la moral.” ‒ Actualmente también
nos faltaba fuerza de combate y conciencia de nuestra causa, así que esto
parecía una gran oportunidad para que el más nuevo de los dos Emperadores
Celestiales hiciera un poco de alboroto. No hacía daño que Raphtalia también
fuera una belleza sobresaliente, perfecta para avivar las llamas del orgullo
nacional.
Por
el bien de nuestros planes futuros, era hora de presentarla al pueblo, fuerte y
tendido, al nuevo Emperador Celestial, quien está aquí para derrotar al
monstruo actual y sus políticas de maldad.
“Así
que a eso se reduce todo esto. ¿Alguna razón en particular por la que veas la
necesidad de mostrarme con ese atuendo?” ‒ preguntó Raphtalia.
“Porque
te queda bien.” ‒ Esa no fue una declaración suficiente. Los hechos eran que
Raphtalia simplemente se veía demasiado bien con ese traje de miko. No era sólo
el corte de la ropa o de las mangas, sino la emanación de un atractivo general
y altamente misterioso. ¿Quizás eso era una prueba de que ella era el Emperador
Celestial?
“Rafu.”
‒ Raph-chan ciertamente estuvo de acuerdo conmigo. Tendría que intentar hacer
un traje de miko para ella también, cuando tenga el momento.
“¿Tengo
que recordarle que nada de esto habría pasado, Sr. Naofumi, si nunca me hubiera
vestido con ese traje de miko?” ‒ me recordó.
“No
tiene nada que ver. Había gente que no hacía nada mientras te veían sufrir. Ese
hecho por sí solo es suficiente para justificar todo esto.” ‒ No estaba tratando
de cambiar la responsabilidad. No podía perdonarlos por tratarla así.
“Muy
bien…”
“Raphtalia.
Estoy tan celosa de la ropa que el Amo ama tanto, ¡tan envidiosa!” ‒ Atlas se
lo dijo.
“Si
quieres ponértela.” ‒ Raftalia miró cansada a Atlas ‒ “es todo tuyo.”
“Te
estás haciendo la buena, ¿no? ¡Hermano! ¿No hay un traje especial para que lo
usen los Hakuko?”
¿Por
qué estaban peleando? Y arrastró a su hermano a esto también.
“¡Sí,
lo hay! ¡Voy a adquirir uno lo antes posible!” ‒ Ah, Fohl estaba reteniendo una
sonrisa. ¿Quizás estaba contento de que lo llamaran? Era raro ver a Atlas
pedirle algo. Podría haber sido la primera vez desde que se enfermó.
“Voy
a hacer que el Amo tenga un arrebato hacia mí. Ya verás” ‒ continuó.
“Buena
suerte con eso.”
Qué
dolor de cabeza eran estas dos. Ver a Raphtalia vestida con su atuendo de miko
me pareció el remedio que necesitaba.
“¿Nuh?”
‒ Gaelion de repente dejó de pelear con Firo y se volvió a mirar hacia el
jardín.
“¿Hummm?”
‒ Firo mostró una reacción similar.
“¿Ra-rafu?”
“¿Qué
está pasando?” ‒ Dirigí mi pregunta generalmente a las tres criaturas, y luego,
casi al mismo tiempo, hubo un sonido. Lejos, pero muy grande.
Algo
así como una explosión.
Delirios de Lord:
Por fin empezamos este volumen.
Con un poco de retraso, lento pero seguro.
Con un poco de retraso, lento pero seguro.
Probablemente traduzca este volumen más lento de lo normal.
La vida real apremia.