7 mar 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 11

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



11 El Maestro Defectuoso

Al día siguiente, reuní a mis mejores luchadores, abordé el barco y zarpé hacia Q'ten Lo. La tripulación del barco era de Siltvelt. Parecían un poco cautelosos cuando Itsuki subió a bordo, pero les di una mirada severa y eso les hizo callar.

Pasó alrededor de la tarde de ese día.

“¡Rafu!”

“¡Tadaaaaaaa!”

“¡Dejen de posar así en la proa del barco! ¡Trae mala suerte!” ‒ Grité.

Firo y Raph-chan deben haber perdido la cabeza. Estaban paradas en la parte delantera del barco y con las manos en alto. Era exactamente la misma pose que hizo famosa esa película sobre el crucero de lujo que terminó hundiéndose. ¿Dónde aprendieron eso? De Ren o Itsuki, probablemente.


Había una linterna con decoraciones de fantasía colgando cerca de la parte delantera del barco ardiendo intensamente. Según Werner y el viejo genmu, era una especie de objeto especial que nos permitiría entrar en Q'ten Lo. Dijeron algo acerca de que nos permite navegar alrededor de las corrientes enfurecidas.

“Esa es una luz misteriosa” ‒ susurró Raphtalia.

Se acercó a la linterna y miró la llama.

“Puedo sentir el flujo de un poder peculiar. Probablemente sólo necesitemos seguir ese flujo, pero parece que cambia al azar y con bastante frecuencia. Sería difícil imitar el efecto de la linterna por mi cuenta” ‒ dijo Atlas.

“Ugh…”

Fohl se había mareado y no le iba muy bien. Había estado así desde que subió a bordo. La diferencia entre él ahora y cuando ganó el duelo en Siltvelt era como el día y la noche. Era lamentable.

“¡Pequeño Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia! Miren esos remolinos” ‒ dijo Sadina.

Señaló a una corriente que giraba cerca de la nave. Cuando miré más de cerca, me di cuenta de que también estábamos navegando dentro de un remolino.

“Si observan atentamente, notarán que la corriente fluye hacia afuera. ¿Lo ven?” ‒ preguntó ella.

“Sí, lo veo ahora que lo mencionas” ‒ respondí.

Los remolinos estaban todos fluyendo en una dirección determinada. Se veía realmente espeluznante. Pero ahora tenía sentido que fuera fácil salir y difícil entrar a través de estas aguas.

“¿Así que tú y los padres de Raphtalia se abrieron camino a través de todos estos remolinos?” ‒ Le pregunté a ella.

“Claro que sí” ‒ contestó ella.

Era difícil de creer que alguien pudiera pasar a través de aguas llenas de tantos remolinos. Honestamente, me impresionó.

“Debe ser agradable tener un grupo tan animado de amigos, chico” ‒ dijo el viejo después de venir a unirse a nosotros.


Antes de salir del puerto, él había deambulado por la zona comprando todo tipo de cosas y me pidió que se las transportara de vuelta. Teníamos un poco de tiempo extra, así que estuve de acuerdo. Dijo que nos haría unas buenas armas después de que volviéramos, así que estaba deseando que lo hiciera.

Hablando de la zona portuaria, algo sobre los países más allá de Siltvelt me recordaba a Japón. Habíamos visto una buena mezcla de humanos y semi-humanos de todas las razas, pero parecía que se llevaban bien a pesar de todo.

“¿Qué clase de hombre es tu maestro? Recuerdo haber oído algo sobre que era como Motoyasu” ‒ le pregunté al viejo.

No pude evitar preguntarme sobre su pasado.

“Hmm… Bueno, él es tan hábil como ellos. Todavía no estoy seguro de que ni siquiera yo pueda igualar su destreza” ‒ contestó.

“¿Y dices que las armas que usaron los asesinos que atacaron la aldea se parecen a las de tu maestro?”

“Sí, no hay duda de ello. Pero si me preguntas si él es de Q'ten Lo, no tengo ni idea”.

“Oh, ¿en serio?”.

“Supongo que se podría decir que él era un poco vagabundo. Vagué de un lugar a otro estudiando herrería al principio también. Pero en el momento en que vi su trabajo, me enamoré. Me convertí en su aprendiz después de eso”.

Para resumir lo que el viejo me dijo, había viajado de país en país como aventurero cuando era más joven. Quería ampliar sus horizontes para hacerse un mejor herrero. Un día, se detuvo en una tienda de armas que tenía armas fabricadas por herreros locales. Después de ver allí varias armas magistralmente hechas a mano, se fue y comenzó un aprendizaje bajo el herrero que las había hecho.

Las obras maestras que había visto eran una katana y una espada. El viejo mencionó que su especialidad había sido hacer espadas hasta ese momento.

“Ahora que lo mencionas, te pido todo tipo de equipo diferente, como si fuera la norma. Pero ahora que lo pienso, ser capaz de manejar todo eso es realmente impresionante” ‒ dije.

Había oído que incluso fabricar una espada era un proceso increíblemente complicado. Pero además de eso, él era capaz de manejar lanzas, arcos, espadas cortas, todo tipo de armas, e incluso armaduras y escudos. Honestamente se merecía el elogio.

“Si tú lo dices. Pero sí, me ocupo de un poco de todo en la tienda. También hago todo lo que puedo para cumplir con los pedidos personalizados” ‒ contestó el viejo.

Actuaba muy avergonzado.

“El maestro solía decir que los herreros que se especializan en cierto tipo de armas siempre terminan en un callejón sin salida, así que debemos mantener la mente abierta y tratar de crear una variedad de armas y equipos” ‒ continuó.

“Por eso debes incluso hacer pijamas” ‒ le respondí.

“Esa fue tu culpa por traerme una petición tan extraña en primer lugar, chico” ‒ me respondió.

Supongo que un Firo Kigurumi no era más extraño que un Pekkul Kigurumi.

“De vez en cuando consulto con especialistas, pero siempre hago lo mejor que puedo para analizar los materiales y averiguar cómo sacarle el máximo provecho” ‒ continuó el viejo.

“Sí, lo he notado. ¿Y qué? Te convertiste en aprendiz y trabajaste en todo tipo de cosas diferentes, ¿entonces?” ‒ Le pregunté.

“Más o menos. Viajamos por el mundo e hicimos todo tipo de cosas. Como meternos en líos por culpa de lo mujeriego que era el maestro y que me obliguen a pagar sus enormes deudas. Tengo todo tipo de experiencia” ‒ respondió.

“Umm… Nada de eso tiene que ver con la herrería, ¿verdad?” ‒ Dije.

Una amarga sonrisa se deslizó por la cara del viejo.

“Es por eso que muy pocos de los aprendices del maestro se mantenían con él hasta el final, a pesar de lo hábil que era. Aparte de mí y de Tolly, todos los demás terminaron huyendo” ‒ respondió.

“Te refieres al tío de Imiya. Pero terminó yéndose antes de que él también terminara, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Sí, justo cuando el maestro estaba a punto de certificarlo, surgieron algunos problemas familiares” ‒ explicó el viejo.

“Oí que trabajaba en una ferretería o algo así” ‒ le dije.

Quiero decir, eso no estaba completamente fuera de relación. Pero, ¿un herrero se contentaría con trabajar en una ferretería?

“De vuelta a lo que estaba diciendo. Así que todavía estaba en medio de mi aprendizaje, pero un día el maestro dejó una carta sobre la mesa y desapareció. Decía que no le quedaba nada que enseñarme y que yo debía abrir la tienda donde yo quisiera” ‒ continuó el viejo.

“Eso hace que el tipo suene genial, pero supongo que hay un giro” ‒ respondí.

Me quedé mirando sospechosamente al viejo y dejó salir una risa fuerte y amarga.

“Sí, fue sólo cuestión de horas antes de que las mujeres y los cobradores de deudas me inundaran como un maremoto” ‒ dijo.

Sí, su maestro era un completo vago. Si nos encontramos con él, probablemente deberíamos castigarlo en ese mismo momento.

“Ahora entiendo qué es lo que quieres hacer. Podemos resolver tu rencor y asegurar tu futuro al mismo tiempo” ‒ dije.

“Me acabo de dar cuenta de que hablar contigo fue un gran error, chico. Nunca me he sentido tan seguro de nada en mi vida” ‒ respondió el viejo.

Me miraba con los ojos entrecerrados. ¿Qué se supone que significa eso? ¿Había dicho algo malo?

“¿Me equivoco?” ‒ Le pregunté.

“Bueno, me gustaría que hiciera algo con sus hábitos de mujeriego e irresponsables. No voy a negar eso. Pero eso no es lo que busco” ‒ respondió.

Hmm, supongo que eso significaba que el viejo tenía algo más en mente.

“Podría ser una coincidencia que esos asesinos estuvieran usando las armas que él hizo. Es posible que no encontremos ninguna pista sobre su paradero en Q'ten Lo” ‒ continuó.

“Eso es verdad” ‒ dije.

No es que sea un problema si no estuviera en Q'ten Lo. Pero el viejo todavía tenía mucho respeto por su maestro y sentía que aún le quedaba mucho por aprender. Me imaginé que eso es lo que estaba tratando de decir.

“De cualquier manera, si las armas del maestro te están causando problemas, entonces necesito investigarlo. Eres un cliente leal, así que ese es mi deber como tu herrero” ‒ añadió.

Así que era algo que el viejo sentía que tenía que hacer por mí y, en última instancia, por el bien de su maestro.

“Y eso no es todo. Si puedo seguir el rastro de las armas del maestro de vuelta a él, podría ser capaz de resolver este problema en el que he estado atascado. Esa es la sensación que tengo” ‒ dijo.

Oh sí. Casi olvido que le pedí al viejo que me hiciera un nuevo escudo. Pero los materiales de la Tortuga Espiritual eran supuestamente muy difíciles de trabajar y tenía problemas para crear algo digno de ser llamado escudo. Hablarlo con el tío de Imiya le había dado algunas ideas prometedoras, pero aun así no estaba contento con los resultados. Abordar sus preocupaciones podría significar ser capaz de hacerme un mejor escudo.

En ese caso, probablemente debería hacer lo que pueda para ayudar. Después de todo, el viejo fue la primera persona que reconoció la verdad y me ofreció una mano amiga después de que vine a este mundo y fui incriminado.

“Lo tengo. Haré lo mejor que pueda para ayudarte a buscar pistas” ‒ le dije.

"¡Gracias!"

Cuando terminamos de hablar, me giré y miré en dirección a Q'ten Lo.

“¡Kwaaaaaa!”

Gaelion estaba dando vueltas por encima del barco como una gaviota. S'yne y Wyndia querían venir con nosotros también, pero terminaron yendo a Siltvelt con Rat para investigar cosas allí. S'yne en particular parecía haber captado el olor del enemigo, así que le dejé las cosas a ella.

Gaelion se transformó en su forma de dragón bebé y aterrizó en mi hombro.

“Hmm, la brisa se siente bien aquí. Pero tan pronto como dejo el barco, el viento de repente se vuelve tan fuerte que se siente como si me fuera a salir despedido lejos” ‒ dijo.

El Gaelion adulto hablaba libremente ya que ni Ren ni Wyndia estaban presentes.

“Hazme saber si sientes algo que te perturbe” ‒ dije.

“Lo haré. Pero eso no quiere decir que no sienta ya algo fuera de lo común” ‒ respondió.

“Oh, ¿en serio?”

“No es algo que pueda detectar claramente. Pero si tuviera que decirlo, ciertamente parece la presencia distante de un dragón”.

“¿Es el dragón del agua que Sadina mencionó?”

“Es lo más probable. Mis sentidos me dicen que está ocupado manteniendo la barrera y no nos considera hostiles”.

“Ya veo”.

“Pero probablemente sería prudente permanecer en alerta constante y estar preparado para cualquier cosa”.

Eso no hace falta decirlo.

“Me han informado de que entraremos en aguas de Q'ten Lo en breve. Sin embargo, todavía pasará algún tiempo antes de que lleguemos, así que por favor, manténganse pacientes” ‒ dijo Werner después de que se acercó y se inclinó ante mí.

La joya de mi escudo de repente destelló.

“¿Hm?”

No estaba seguro de lo que debía esperar, pero no pasó nada más después de eso. Nuestro viaje continuó sin problemas.

Ya era más tarde esa noche. Estábamos navegando a través de una densa niebla cuando el barco de repente empezó a balancearse violentamente.

“¿Eh? ¿Qué fue eso?” ‒ pregunté.

Nos habíamos estado relajando dentro de nuestra cabina. Abrí la puerta para mirar hacia afuera.

“¡Es un ataque! Estamos bajo ataque” ‒ gritó un miembro de la tripulación.

“¿Un ataque?”

Bueno, me imaginé que esto podría pasar. Nunca aprendían.

“¡El enemigo ha abordado el barco! ¡Estamos en combate!” ‒ gritó Werner.

Vino corriendo a avisarnos de la situación.

“¡Por favor, refúgiese en un lugar seguro!” ‒ continuó.

“¿Por qué diablos iba a refugiarme del enemigo?” ‒ Le contesté.

“¡Así es! ¡Debemos hacer que paguen con sus vidas!” ‒ exclamó Atlas.

Todo era siempre tan extremo con ella.

“Oh, Dios…” ‒ murmuró Sadina.

“Supongo que no vamos a poder entrar sin ser detectados” ‒ susurró Raphtalia.

Parecía que ella estaba a punto de renunciar a intentarlo.

“¿Qué? ¿Quéééé?” ‒ Preguntó Firo con una mirada soñolienta y confusa en su cara.

Gaelion había estado acostado a sus pies roncando antes de que la conmoción lo despertara. Estaba empezando a pensar que los dos se llevaban sorprendentemente bien.

“Bueno, van tras Raphtalia, así que no es de extrañar que nos ataquen” ‒ dije.

“Me han dicho que el Héroe del Arco ya se está enfrentando al enemigo en cubierta” ‒ contestó Werner.

Itsuki y los otros habían estado descansando en una cabina diferente, pero supongo que ya se habían unido a la lucha. Quería pensar que serían capaces de manejarlo, pero pensé que debía ir a ver qué pasaba.

“Vamos” ‒ dije.

“Ugh…” ‒ gimió Fohl.

Él todavía sufría de mareos. No estaba seguro de qué hacer con él.

“Hermano, ¿cuánto tiempo planeas lucir tan patético?” ‒ preguntó Atlas.

¿Patético? Eso sí que fue una cosa sin corazón para decirle a su hermano cuando estaba tratando de lidiar con el mareo insoportable. Él no podía evitarlo si tenía predisposición a marearse. Pero tan pronto como ella terminó de hablar, Fohl se sentó abruptamente y agitó la cabeza.

“¡Yo también voy, Atlas!” ‒ dijo.

Supongo que se esforzaría en todo para satisfacer a su hermana menor. Era bastante impresionante, en realidad. Supongo que si le parecía bien, no me iba a quejar.

“¡Muy bien! ¡Capturemos a esos bastardos esta vez y hagámoslos hablar!” ‒ Grité.

“¡Entendido!” ‒ Raphtalia respondió.

“Eso estaría bien, pero no te hagas ilusiones” ‒ dijo Sadina.

“¡Daré lo mejor de mí!” ‒ exclamó Atlas.

“¡Yo taaaambiiiééén!” ‒ gritó Firo.

“¡Rafuuuu!”

“¡Kwaaaaaa!”

Todos nos dirigimos a la cubierta. Miré a mi alrededor. Un grupo de varios teriántropos tipo orcas que parecían clones de Sadina se habían reunido en la cubierta. Abajo en el agua, vi algunos enemigos que parecían tritones y algunos con rasgos de tortuga que los hacían parecer kappa. También había varios teriántropos que se parecían a las serpientes albinas y luego algunos duendes con picos de pájaros. En realidad, había bastante variación.

Los enemigos disparaban magia a la embarcación desde las corrientes y los magos de Siltvelt les disparaban.

“Kappas, ¿eh?” ‒ Dije.

“Fuueeeh” ‒ se quejó Rishia.

Había estado conmigo cuando luché con unos kappas en el mundo de Kizuna. Debe haber sido por eso que los miraba con tanta cautela.

“¿Los kappas son considerados monstruos en este mundo? ¿O serían teriántropos?” ‒ pregunté.

“¿Qué quieres decir?” ‒ dijo Sadina.

“Es sólo que eran monstruos en el mundo de Kizuna” ‒ le expliqué.

Supongo que ahora no era el momento para una charla casual. Me preparé para atacar a las orcas y kappas teriántropos.

“Escudo Estrella Fugaz”.

Activé mi Escudo Estrella Fugaz para proteger a los miembros cercanos del equipo.

“¡Drifa Cadena de Rayos!”

Sadina lanzó su magia, disparando rayos a los enemigos en la cubierta.

“Ugh…”

Deben ser luchadores experimentados, porque usaron sus arpones como pararrayos para desviar el ataque mágico de Sadina.

“¡No subestimen a los Siltveltianos!” ‒ gritó un miembro de la tripulación.

Werner y los miembros de la tripulación también estaban en la cubierta luchando. Parecía ser una pelea bastante pareja para el enemigo.

“¡Arco Estrella Fugaz!”

Itsuki sincronizó sus movimientos con los de Rishia y disparó un ataque a los enemigos que se acercaban.

“¡Hagámoslo, Hermano!” ‒ exclamó Atlas.

“¡Ok!” ‒ Gritó Fohl.

Con la orden de Atlas, Fohl corrió hacia delante y dio una poderosa patada a uno de los enemigos. El enemigo debe haber sido bastante duro, porque todavía no fue suficiente para incapacitarlos. Pero Fohl parecía tener la ventaja desde una perspectiva de fuerza física. Si no ganaba, al menos estaba arrinconando al enemigo.

“¡Espada de Polvo Estelar!”

Raphtalia desenvainó su katana y usó una habilidad. Los resultados de su reciente entrenamiento se mostraron. Su katana se movió con fluidez y gracia, y dio un golpe directo.

“¡Gahhhh!”

Cortó limpiamente a través del teriántropo que la atacaba. El enemigo cayó al suelo.

“Te has vuelto muy buena con esa katana, pequeña Raphtalia” ‒ dijo Sadina.

“No lo suficiente. Todavía tengo que aprender a usarla mejor” ‒ respondió Raphtalia.

“¡Sólo puede haber un Emperador Celestial! Muere” ‒ gritó un asesino mientras blandía una espada.

Umm, el asesino parecía estar confundido hasta donde yo sé. ¿En qué estaba pensando, dando la espalda a Raphtalia y atacando el aire?

“¡Rafuuuu!”

Raph-chan chillaba y saltaba arriba y abajo en el suelo justo debajo de donde el enemigo había atacado. Ah, así que le había mostrado al asesino una alucinación.

“De cualquier manera…” ‒ Empecé.

Todos los asesinos empezaron a concentrar sus ataques en Raphtalia. Los miré con ira y activé el Escudo Antiaéreo y mis otras habilidades para impedir sus movimientos.

“¡Su formación es hermética, así que crearé una abertura! ¡Terminen con ellos!” ‒ Se lo dije a Raphtalia y a los demás.

“¡Entendido!” ‒ Raphtalia respondió.

“¡Aquí voy!” ‒ exclamó Atlas.

Atacó a uno de los asesinos y dio un fuerte golpe con su mano.

“¡Guh!”

Eso fue todo lo que se necesitó para que el asesino cayera al suelo. Firo la siguió con una patada voladora.

“¡Yaaaaah!” ‒ gritó mientras volaba por el aire.

Conectó la patada en uno de los teriántropos tipo orca, que luego salió volando de la cubierta. Firo empezó a perseguir a la orca para realizar un ataque de seguimiento.

“¡Firo! ¡No vayas tras ella! ¡Tienen la ventaja en el agua!” ‒ Grité.

“¡Okaaaaay!”

“¡Kwaaaa!”

Gaelion estaba luchando contra los duendes con pico de cuervo en el aire, pero parecía que ambos estaban siendo sacudidos por los fuertes vientos. Los duendes sabían claramente cómo moverse, pero Gaelion estaba exhalando fuego por todas partes y bastantes duendes quemados habían caído del cielo.

“¡Toma esto!” ‒ gritó un asesino teriántropo.

“¡No tan rápido!” ‒ respondió el viejo.

El teriántropo se me había lanzado con una de esas katanas sospechosas, pero el viejo saltó y bloqueó el ataque. Conectaron las hojas y empezaron a luchar, pero el viejo parecía tener una ligera ventaja.

“¿Cómo conseguiste esa katana? Te agradecería que me lo dijeras” ‒ dijo.

“¡Hmph! No tengo intención de decirle nada al enemigo” ‒ gritó el asesino.

“¡En ese caso, tendré que sacártelo a la fuerza!”

El viejo agarró con fuerza su espada y empujó al enemigo. Luego giró su espada y la volvió a meter bajo la katana del enemigo. La katana salió volando de las manos del enemigo.

“¿Eh? ¡Grrr!”

“¡Estás lleno de aperturas!” ‒ se mofó el viejo.

Con un fuerte golpe, la katana aterrizó de punta y se alojó profundamente en la cubierta. El viejo sacó un martillo de guerra de tamaño medio y lo clavó en el torso del ahora desarmado teriántropo. El poderoso impacto viajó a través de la armadura del enemigo por dentro de su cuerpo.

“¡Oof! Grrr… No dejaré que me conviertas en un espectáculo” ‒ gritó el teriántropo.

Justo antes de que el enemigo colapsara, se las arregló para autodestruirse y su cuerpo estalló en pedazos.

“Dios, no tenía que morir…” ‒ murmuró el viejo.

“Es exactamente lo que pienso” ‒ estuve de acuerdo.

No era como si nos los fuéramos a comer vivos si perdían. Sólo los torturaríamos un poco para hacerlos hablar, eso es todo. Aunque supongo que no estaría de más alimentar a Firo con ellos.

“Tengo la sensación de que el Sr. Naofumi está imaginando algo aún peor que la muerte” ‒ dijo Raphtalia.

“¿Eso crees?” ‒ Le pregunté.

El número de enemigos había disminuido bastante. Teníamos algunos guerreros feroces de Siltvelt a bordo, sin mencionar la alineación de estrellas que había traído conmigo. No había un grupo de asesinos con los que no pudiéramos lidiar. El enemigo debe haberse dado cuenta de eso también, porque escuché algún tipo de señal fuerte y todos ellos comenzaron a saltar del barco al agua y a huir.

“¡Esperen!” ‒ gritó un miembro de la tripulación.

“Yo no recomendaría ir tras ellos” ‒ dijo Sadina.

Su advertencia hizo que la tripulación dudara en perseguir al enemigo. Me pareció recordar que alguien mencionó que incluso los hakuko, que no tenían rival en tierra, no eran rivales para los teriántropos orcas -ballenas asesinas, creo que eran llamados- en el agua.

“Podrían intentar atacar de nuevo más tarde. ¡Todos permanezcan en alerta máxima!”

“¡Sí!”

Y así de fácil, los confiados miembros de la tripulación de Siltvelt volvieron a trabajar como de costumbre. El viejo sacó la katana de la cubierta del barco e inspeccionó la hoja.

“Esta se hizo… más recientemente que la anterior” ‒ dijo.

“Oh, ¿en serio?” ‒ Le pregunté.

“Sí. Pensé que podría haber sido una coincidencia que estuvieran usando una de las piezas del maestro, pero eso no parece muy probable ahora” ‒ contestó.

“Hmm…”

Itsuki y Rishia vinieron a unirse a nosotros después de asegurarse de que no quedaban enemigos.

“Todos los enemigos han huido por ahora. ¿Deberíamos preparar la ballesta en caso de que ataquen de nuevo?” ‒ Preguntó Itsuki.

Casi había olvidado que él podía usar la ballesta. Ahora que había implementado los métodos de mejorado, sus ataques con la ballesta serían en un nivel totalmente diferente al que Raphtalia había logrado antes, aunque el enemigo aparentemente estaba usando equipo diseñado específicamente para contrarrestar a los héroes.

“Es increíble pensar que nos atacarían en medio de todos estos remolinos. Estaban nadando en las corrientes como si fuera completamente normal” ‒ dijo Rishia.

“Quizá tenían algún tipo de protección especial” ‒ sugerí.

“Es posible que llevaran un equipo imbuido de la bendición del propio dragón del agua” ‒ susurró Sadina con una pizca de preocupación en su voz.

“Eso demuestra que no quieren que lleguemos a Q'ten Lo” ‒ dije.

Crear problemas para el enemigo era una de las bases de la guerra. En otras palabras, las cosas iban bien.

“¡Lo logramos!” ‒ exclamó Atlas.

“¡Gaaanaaaamooooos!” ‒ Firo chilló.

“Supongo que tienen razón. Tal vez sólo estoy siendo demasiado…”

Pero antes de que Sadina terminara de hablar…

“¡¿Kwa?!”

Gaelion fue el primero en reaccionar. Se volvió hacia nosotros, ¡y entonces sucedió!

¡Fwooooosh!

Algo cayó hacia mí y hacia Raphtalia. Consiguió evitar golpear a cualquiera que se encontrara en la zona y perforar la cubierta del barco, desapareciendo en el agua. Inmediatamente después, el remolino que había debajo de nosotros se disparó como un tornado y absorbió una sección de la cubierta que había sido cortada.

“¡Whoa!”

Raphtalia y yo tratamos de alejarnos rápidamente, pero pude sentir que el tornado nos arrastraba. Traté de lanzar mi Escudo Antiaéreo para darnos algo sobre lo que pararnos, pero no lo logré a tiempo.

“¡Pequeño Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia!” ‒ Gritó Sadina.

“¡Kwaaaaaaaa!”

Sadina y Gaelion saltaron hacia mí y hacia Raphtalia. Unos segundos más tarde, Atlas vino corriendo detrás de nosotros también.

“¡Sr. Naofumi!” ‒ gritó ella.

“¡Atlas!” ‒ Gritó Fohl.

“¡¿Hermano?!”

Él la agarró de la mano inmediatamente y la sostuvo.

“¡¿Amo?!”

“¡Fuuueeeeeh!”

“¡Naofumi!”

“¡Chico!”

Firo, Rishia, Itsuki, y el viejo nos llamaron, pero ninguno de ellos pudo llegar a tiempo. Todos se hundieron en el remolino de abajo y el tornado nos tragó a mí y a Raphtalia. Nos sacudió violentamente, y todo pasó a velocidades vertiginosas.

“¡Raphtalia!”

“¡Sr. Naofumi!”

Inmediatamente alcancé y agarré la mano de Raphtalia para que no nos separáramos. No era la primera vez que pasaba algo así.

“¡Pequeño Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia!”

Sadina saltó al tornado en un intento de protegernos a mí y a Raphtalia. Ella estaba haciendo todo lo que podía para nadar a través de los remolinos de agua. Parecía que Gaelion se aferraba a su espalda.

“Usa… tu portal…”

Tomó todo lo que tenía para enfocar mi atención y decir el nombre de la habilidad.

“¡Escudo… Portal!"

Teletransportarnos de vuelta significaría tener que volver sobre nuestros pasos, pero bueno. Grité el nombre de la habilidad y un mensaje apareció en mi pantalla: ‘Incapaz de teletransportarse’. ¡Esta cosa nunca funcionaba cuando más lo necesitaba! Empezamos a dar vueltas dentro del tornado, y sentí que mi conciencia comenzaba a perderse.


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Delirios de Lord:
Típico. Separados en grupos.
Con un maestro así, es raro que el viejo no haya huido también.
Creo que es masoquista.
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