Traductor: Lord
Editor: Lord
03
La Espada Maldita Ama-no-Murakumo
Delante
de nosotros encontramos, clavada a un pedazo de tierra estéril, algo que
definitivamente acababa de caer del cielo. Una espada.
Desde
donde estaba clavada en el suelo, se estaba extendiendo algo púrpura.
“¿Una
espada?” ‒ Dije. Eso es exactamente lo que era, una espada con una hoja blanca
y algo muy parecido al núcleo incrustado en el centro de la empuñadura. Si el
monstruo fuera como Yamata no Orochi, tendría sentido -desde la perspectiva de
la mitología japonesa, al menos- que escupiera una espada. Podría haberlo
entendido si esto era un objeto de caída, pero parecía que la espada era en
realidad el núcleo.
“Debemos
deshacernos de esto rápidamente. Ya está contaminando el suelo en un intento de
revivirlo” ‒ recomendó Sadina.
“¡Kwaaaa!”
“Bueno,
para eso tenemos a Gaelion. Él puede ocuparse del núcleo, estoy seguro” ‒ le
dije. Era un monstruo tipo dragón, ostensiblemente, así que si nos ocupamos del
núcleo, eso debería callarlo de una vez. Entonces Gaelion puso su boca en la
decoración del centro y fue golpeado con un chasquido.
“¡Kwaa!”
“¿Entonces?
¿Está demasiado corrompido?” ‒ preguntó Sadina.
“Sabía
que no estabas a la altura de las circunstancias” ‒ le dije. Verdaderamente,
cuando se trataba de una crisis, Gaelion siempre parecía tirar la toalla. ‒ “En
cualquier caso, tenemos que sacarla y hacer algo al respecto, pero parece que
sólo tocar esa cosa te va a maldecir.” ‒ Lucía bastante sospechosa. Mi propio
cuerpo seguía sufriendo de la contaminación de una maldición, y por eso el sólo
hecho de acercarme al núcleo me dolía como con punzadas. Como si mi piel
estuviera ardiendo. Entrecerré los ojos y la revisé.
Espada Maldita Ama-no-Murakumo.
El
hecho de que la evaluación ni siquiera funcionara correctamente demostró que se
trataba de un arma de gran capacidad. Nunca esperé encontrar esta arma en
particular, uno de los tres objetos divinos de la historia japonesa, aquí en
este otro mundo, aunque así fue como mi escudo eligió traducirlo para mí, y por
lo tanto era seguramente un arma totalmente diferente.
“Fuueeehh.
Bueno, si es una espada, ¿qué tal si el Héroe de la Espada se la lleva y se
ocupa de ella?” ‒ sugirió Rishia.
¿Dársela a Ren, puede ser? ¿Sería seguro darle un equipo que parecía tan
obviamente maldito? Dicho esto, también se sentía como un desperdicio dejarla clavada
en el suelo. Por no mencionar que el Orochi podría revivir de nuevo si no se la
controlaba.
También
podía colocarla dentro del escudo, por supuesto, pero tenía miedo de crear un
segundo incidente del Dragón Demonio.
“¡Oye!
¡Parece que lo derrotaron!” ‒ Fue entonces cuando el viejo y su maestro,
Motoyasu II, aparecieron.
“Primero
la Tortuga Espiritual, ahora esto. Ustedes sí que saben cómo pelear. Estaba
observando desde lejos y aun así fue increíble.” ‒ El viejo me hizo un gesto de
pulgar hacia arriba, y yo hice lo mismo.
“Gracias.
Quiero decir, todo lo que realmente hago es defender.” ‒ admití.
“Oh
no, no creo que hubiéramos ganado sin tus poderes, pequeño Naofumi.” ‒ Sadina
ofreció ese cumplido. Me ha estado observando más de cerca últimamente. Dicho
esto, después de desplegar Escudo Antiaéreo y el otro apoyo, no era como si
estuviera con las manos cruzadas. Si tenía algún arrepentimiento, era quizás
que no pude contener un poco más los movimientos del Orochi.
“¿Qué
hacen aquí ahora?” ‒ preguntó el viejo.
“Ah,
sí, bueno, perseguimos el núcleo que salió volando de ese monstruo y
encontramos que tiene forma de espada y parece maldito. Así que sólo estamos
tratando de decidir qué hacer con él.” ‒ Con eso, Motoyasu II miró la espada
clavada en el suelo y la revisó.
“Vaya. Esa es una buena arma. ¿Así que ese es
el cuerpo de la bestia?” ‒ Entonces, tontamente, agarró la empuñadura y la
sacó. Una nube de miasma púrpura se levantó y se arremolinó alrededor de
Motoyasu II. ¿Así que simplemente lo hizo y había conseguido que lo maldijeran?
Ding-ding, segundo asalto. ¿Qué era, cabeza hueca? Incluso cuando lo maldije,
esta vez en mi cabeza, levanté mi escudo, listo para luchar contra el monstruo
otra vez.
“Cállate.
Basta de retorcerse” ‒ gritó Motoyasu II a la estridente espada, y el miasma
que la rodeaba se dispersó.
“¿Eh?”
“Sí,
esta bebé está maldita. No puedes esperar usarla.”
“Lo
dices tú, justo después de sacarla. ¿Estás bien?” ‒ Dije.
“¿De
qué estás hablando? ¡Soy un herrero! ¿Cómo podría hacer mi trabajo si las armas
empezaran a maldecirme?” ‒ ¿Era así de simple? Miré al viejo, pero se encogió
de hombros.
“Muy
impresionante, Maestro. Por ser capaz de sostener esa espada” ‒ admiró el
viejo.
“Hah.
Que un herrero termine maldito significa que es un pobre tonto. Sujetarla de
tal manera que no sea maldecido es fácil.” ‒ Oh mierda. ¿Iba a tener que
reconsiderar mi impresión de que era un imbécil mujeriego? Empezaba a parecer
que realmente conocía su negocio.
“¿Puedes
al menos evitar que se descontrole?” ‒ Le pregunté.
“¿Yo?
Como si me importara.” ‒ El maestro del viejo fue a… ¿qué, la puso en el suelo?
como si nada hubiera pasado.
“Por
favor, ¿no puedes hacer algo? Si ese monstruo aparece de nuevo, será terrible
para todos nosotros.” ‒ Leyendo bien la situación, Raphtalia le rogó al maestro
del viejo, con las manos juntas frente a ella.
“Muy
bien, jovencita. Haré todo lo que pueda para evitarlo” ‒ dijo. ¡Maldita sea,
este tipo!
“Viejo,
¿no puedes hacer algo con esa espada? como hizo ese degenerado” ‒ Le pregunté.
“Lo
siento, chico. Parece que sólo soy un pobre tonto. Quiero llegar a ese mismo
nivel algún día.”
Para
mí, el viejo ya era el mejor. De todos modos, parecía que no se podía hacer
nada.
“Nos
toca, Erhard. ¡Nos han llamado! ¡Vamos a reforjar esta espada para que no tenga
problemas!” ‒ Anunció Motoyasu II.
“Estoy
aquí con usted, maestro. Chico, ustedes también ayudarán. Creo que vamos a
necesitar materiales difíciles de encontrar para esto.”
“Sí,
parece de alta calidad. También te proporcionará experiencia en la fabricación
de armas, así que te ayudaremos.” ‒ agregué.
“Gracias,
chico.” ‒ Al final, la espada que apareció al derrotar a Orochi fue puesta al
cuidado del viejo y de su maestro.
“Entonces
¿Qué más? ¿Algún daño en el pueblo o en los alrededores?” ‒ pregunté.
“Parte
del puerto fue destruido, pero sólo un puñado de gente resultó herida. Eso
también es gracias al Emperador Celestial, al Héroe del Escudo y a tu séquito.”
‒ contestó Raluva mientras revisaba la ciudad. Bien, no hay mucha gente herida.
Esto sentó las bases para incitar a la gente a unirse a nuestra causa más
adelante. ‒ “Sin embargo, en las cercanías del túmulo, estamos viendo serios
daños y algunas contaminaciones remanentes, lo que significa que llevará
bastante tiempo devolverlo a la normalidad.”
“Entonces
tendremos que dejarlo.” ‒ le dije. No era como si fuera un lugar importante. ‒
“En cualquier caso, no hay justicia en una nación que desataría un monstruo
sellado contra las fuerzas rebeldes. ¿No tienen idea del daño que podría haber
sufrido la gente?” ‒ Raluva y los demás de la ciudad asintieron de acuerdo con
mis palabras.
“Vamos
a impartir estos hechos inmediatamente, no sólo a los asentamientos vecinos,
sino a todo el país. Si hacemos buen uso de esto, deberíamos ser capaces de
conseguir la colaboración de otros que están en desacuerdo con las políticas de
nuestra nación.” ‒ dijo Raluva. Miré a Raphtalia. Entonces, esto era todo.
Habíamos llegado hasta aquí. Ahora teníamos que hacerlo.
“Por
favor, háganlo. Parece que somos los únicos que tenemos una oportunidad de detener
a esta gente.” ‒ Eso era exactamente lo que esperaba que Raphtalia dijera, pero
tampoco era el empuje que necesitábamos… era probable que dejara a algunas
personas decididamente indiferentes.
“¡Ella
tiene razón! ¡No hay justicia en un Emperador Celestial que haría algo tan
atroz! A él y a sus compinches les importa un bledo la felicidad de la gente común.
Ustedes los hombres, las mujeres, ¿están de acuerdo con eso?” ‒ Continué inflándolo
tan grande y tan fuerte como pude, incitando a Raluva y a los demás. Tal vez
oír esto fortaleció su determinación, porque sus ojos parecían mortalmente
serios y respondieron con una sola voz.
“¡Como
ordene el Emperador Celestial!”
Así,
Raluva y los otros revolucionarios de Q’ten Lo superaron sus resacas y
volvieron a jurar lealtad a nuestra causa.
“No
voy a ser demasiado dura con usted, pero le gustan este tipo de cosas, ¿verdad,
Sr. Naofumi?” ‒ Raphtalia me comentó, algo exasperada, mientras miraba a Raluva
y a los demás.
“Cuando
se hace algo en nombre de la gran justicia, un poco de exageración se siente
bien” ‒ admití. Éramos justicia, castigando el mal. Ese tipo de sentimiento era
genial para levantar la moral. Después de todo, todos querían ser los buenos,
no los malos.
“¡Una
nación que adora a Raphtalia! Qué pesadilla.” ‒ Atlas no pudo resistirse a la
oportunidad de hacer un comentario inteligente.
“No
estoy pidiendo nada de esto. Por alguna razón, una vez que me pongo este
atuendo de miko, la gente me reza, eso es todo. Si mi padre y mi madre no
estuvieran involucrados, habría huido de esto, te lo aseguro.”
“Como
sea.” ‒ Atlas no estaba nada convencida. ‒ “¡Lo hiciste bien, hermano!”
“¡S-sí,
lo hice! ¡Atlas! ¡Hice lo mejor que pude!”
“Lo
que también significaba que yo no pude hacer mucho por el amo Naofumi. ¡No te
perdonaré por eso, hermano!”
“¡Quééééé!
¡Atlas!” ‒ Incluso era así cuando él lo hacía bien. Eso era completamente
irrazonable. Fohl realmente no lo tenía fácil. Casi sentí lástima por él.
“Otra
cosa, Héroe del Escudo.” ‒ se aventuró Raluva.
“¿Sí?”
‒ Los revolucionarios miraban a Firo, que actualmente se encuentra en su forma
firorial. Acababa de volver de recoger el lucero del alba que le arrojó a
Orochi.
“¿Eh?”
“Algo
que noté cuando fuiste a la batalla…”
“¿Algo
sobre Firo?” ‒ Dije.
“Una
firorial parlante, es decir, una chica con alas. Es una de tus compañeras,
¿correcto?”
“¡Sí!
¡El nombre de Firo es Firo!” ‒ Firo canturreo. Parecía que Firo y Gaelion se veían
fijamente de nuevo.
“Sí,
es una firorial. Una raza que se desarrolla de una manera única cuando es
criada por un héroe. ¿Por qué? ¿Necesitas algo de ella?” ‒ Le pregunté.
“En
realidad, sí. ¿Un firorial blanco con un patrón de flores de cerezo? Es posible
que podamos usar esto para tener una mayor ventaja.” ‒ Yo también miré a Firo.
En ese momento, sin embargo, no tenía idea de lo que el contingente de Q’ten Lo
estaba hablando.
Delirios de Lord:
Como Motoyasu ahora es un furro,
había que meter a alguien con su anterior personalidad jajaja
Naofumi metiendo cizaña xD
¿Van a decir que no es un prota carismático? jajaja