Autor: Masayuki Yano
Traductor: Lord
Traductor: Lord
Editor: Lord
19
Trampa del Eyector de Vapor
El
callejón trasero del puerto de Mac Anu estaba siendo inundado por ratas que
corrían como si fueran los dueños del lugar. Cubrieron las estrechas calles
empedradas con una densa alfombra de color púrpura y en medio de todo esto
había un bulto en forma de persona.
El
bulto estaba luchando para escapar de la plaga. Sus movimientos recordaban a
una rata grande que intenta escapar de una trampa de cinta adhesiva.
Mientras
la figura luchaba, una sección se abrió mientras las ratas se dispersaban y se
arrastraban una tras otra hasta cubrir casi toda la zona.
Un
hombre se apoyó contra la pared a la derecha del bulto, dobló los brazos, y
miró al cielo a través de un hueco en los edificios. Luego entrecerró los ojos
con nostalgia, respiró hondo y lo soltó lentamente. Fue un suspiro.
Él
da la ‘orden’ para que las ratas ataquen. Cuando eso pasa se vuelven una masa
de instinto asesino. Ellas se abalanzan sobre su objetivo y lo muerden mientras
la victima trata de defenderse con todas sus fuerzas.
Si
eres golpeado por el ataque de las ratas, el PC atrapado no podía escapar por
mucho que luchara. El hombre confirmó eso muchas veces. Las mandaba a atacar a
aventureros solitarios en mazmorras. Los resultados fueron siempre los mismos.
Como si estuvieran lamiendo exhaustivamente un dulce, los datos de los PC atrapados
empezaban a desaparecer de ese ‘mundo’.
¿Qué
pasará con la vida real del PC que fue destruido por las ratas? No lo sabía y
no estaba interesado en saberlo. Lo importante era entrenar la luz de las
ratas, entrenarlas y hacerlas crecer para que se ajuste a su propósito. Para
eso, hacer pruebas era esencial.
Pero...
El
movimiento del bulto comenzó a decaer rápidamente frente al hombre mientras
estaba perdido en sus pensamientos. El cuerpo de la figura abultada empezaba a
perder su forma original de PC.
Entonces,
en ese momento, el cuerpo del PC se levantó y se torció violentamente. Como la
llama de una vela que arde notablemente antes de que se apague, hizo un último
esfuerzo para resistir la agonía de la muerte. A medida que las ratas fueron
arrojadas de él, el brazo de Flugel fue revelado.
Su
arma brilló con el crepúsculo.
Luego
dirigió la punta directamente hacia el hombre.
El
hombre quedo admirado ya que aún mantenía la forma del brazo.
Sin
embargo, el hombre pensó, ¿qué vas a hacer con la pistola ahora? ¿Dispararme?
¿Yo, de todas las personas? ¿Desde una distancia de dos metros?
Había
suficiente espacio para esquivar. Incluso si el hombre no podía esquivar, había
otros medios de defensa.
Usó
los medios más simples.
No
hizo nada y dejó a Flugel a las ratas.
Las
ratas se movían como si fueran una sola criatura gigante y se enredaban
alrededor de los brazos de Flugel. Torcieron por la fuerza la punta del arma, y
lo apuntaron hacia la pared a la derecha.
El
arma disparó. El rugido resonó por todo el callejón y golpeó las orejas del
hombre, pero eso fue todo.
Todo
lo que hizo Brieler Roessle fue dejar agujeros de bala en la pared, todo por
nada. Ni siquiera le dio a una sola rata. Con eso se cansó y su brazo volvió a
estar cubierto de ratas.
Habiendo
presenciado esto hasta ahora, el hombre agitó la cabeza de un lado a otro. Un
sentimiento de melancolía cruzó su cara.
Este
era el final.
Se
había acabado.
Un
final anticlimático. Las hambrientas ratas empezaron a comerse los datos del PC
de Flugel, sin dejar ni un rastro de él.
El
hombre admitió que quizás había gastado su valioso tiempo. Su prueba no estaba
dentro de Flugel. Sentimientos de ira y frustración no surgieron. Pero sintió
la decepción como si se filtrara desde lo profundo de su cuerpo.
Era
inevitable. Otra prueba más... No le quedaba más remedio que encontrar un
candidato para una prueba.
Las
ratas fueron dejadas para limpiar, y, después de un intento de volverse hacia
la plaza, el hombre se detuvo repentinamente.
Desde
algún lugar, se oía un sonido fino pero extraño. El sonido de espuma rígida
burbujeando y reventando. Un sonido como el del agua convirtiéndose en hielo en
una planta de hielo.
No
era el sonido de sus leales subordinados masticando a su presa.
El
sonido se emitía desde la pared de ladrillo al lado de la batalla de las ratas.
Mientras
el crujiente sonido surgía, una parte de los gráficos de la pared fluctuaba
como en una neblina de calor y comenzaba a cambiar rápidamente de forma.
El
hombre estaba perplejo.
¿Qué?
Él pensó ¿Qué es esto? ¿Qué está sucediendo?
Tal
vez si fuera un entusiasta de ‘The World’, se fuera dado cuenta de que lo que
surgía de la pared era una máquina eyectora de vapor, una trampa que se
colocaba típicamente en las mazmorras. Un truco que se había implementado en ‘The
World R: 2’. Una trampa mecánica que soplaba vapor a un jugador que entraba en
el calabozo.
Pero
el hombre, habiendo sido un excelente pirata informático y cracker, no era un
gran usuario de ‘The World’, conocía algunos trucos en sus conocimientos
básicos, pero tardó varios segundos en atar la forma del truco ante él con un
recuerdo en su cabeza.
Aunque
se dio cuenta de que venía de donde la pared había sido golpeada por una bala
de Flugel, no podía creer la respuesta que se figuró en ese momento.
Por
lo tanto, su reacción se retrasó aún más.
De
ninguna manera, la Brieler Roessle. ¿Podría hacer algo así?
Ahora
la pared ‘dejó de ser’ una pared, reescribió sus datos y apareció en una forma
completamente diferente a la máquina eyectora de vapor.
El
caño se abrió con un grifo, luego al momento siguiente, el callejón trasero se
llenó de vapor blanco puro a alta presión.
Esta
trampa no era una amenaza para los jugadores de ‘The World’, a menos que fuera
un equipo excepcionalmente novato, la trampa no era mortal.
Sin
embargo, era lo suficientemente poderoso contra las ratas. Gritos de chirrido
empezaron por todas partes. Las ratas fueron quemadas al ser golpeadas por el
vapor y comenzaron a desaparecer una tras otra. Fueron devastados por lo que
ocurrió en este callejón sin escapatoria.
Por
primera vez, apareció una sensación de agitación en la cara del hombre. Intentó
ir corriendo para ayudar, pero el vapor blanco bloqueaba su vista. En ese
momento, en lo más profundo de su ser, sintió el dolor de las ratas moribundas
que había criado.
Tendría
que dar la orden a todos de ‘Defiéndanse’. No, tengo que ordenarles ‘Retírense’
de inmediato.
Pero
tan pronto como lo hizo, a través del vapor blanco, de repente un brazo negro sobresalió.
"¡Ohh!"
Intentó
tirarse al suelo con un grito de asombro, pero era tarde.
Al
mismo tiempo que el estruendo, se disparó una bala.