Traductor: Lord
Editor: Lord
12
Una Pequeña Ayuda del Dragón del Agua
“Ugh…”
Unas
gotas de agua salpicaron mi mejilla y me despertaron de mi aturdimiento medio
consciente. Abrí los ojos y me di cuenta de que alguien me había acostado boca
arriba. Miré a mi derecha y vi a Raphtalia acostada a mi lado de la misma
manera. Debo haber estado sosteniendo su mano todo el tiempo.
“¿Oh?
¿Finalmente te despertaste?” ‒ preguntó Sadina.
Me
senté y agité la cabeza. Sadina se quedó ahí de pie mirándonos a mí y a
Raphtalia.
“¡Kwa!”
Gaelion
estaba encaramado en el hombro de Sadina. Sonaba como si hubiera estado
preocupado por nosotros.
“¿Dónde
estamos?” ‒ Le pregunté.
Miré
a mi alrededor. Las paredes parecían estar hechas de roca y tenían un tenue
resplandor verde. Debemos estar en una cueva. Podía ver agua entrando en la
cueva no lejos de donde estábamos. Olía a agua de mar. En la parte trasera,
parecía haber una especie de altar y un sendero que llevaba más adentro de la
cueva.
“El
escondite secreto del Dragón del Agua, esa sería mi suposición” ‒ contestó Sadina.
“Eso
ciertamente parece probable” ‒ estuvo de acuerdo Gaelion.
“¿El
Dragón del Agua? ¿Eso significa que nos trajo aquí por la fuerza?” ‒ Le
pregunté.
“Probablemente”
‒ contestó Sadina.
“Sí,
pude confirmar eso mientras giraba dentro de ese tornado. El Dragón del Agua
nos arrastró hasta aquí” ‒ confirmó Gaelion.
Me
preguntaba si eso significaba que el Dragón del Agua tenía intenciones
hostiles. Tendríamos que ser muy cautelosos.
“Raphtalia
está…” ‒ Empecé.
“Ugh…”
Raphtalia
recobró el conocimiento casi en el mismo momento en que me volví para mirarla.
“Sr.
Naofumi… ¿Dónde estamos?” ‒ preguntó.
“Aparentemente
el Dragón del Agua nos arrastró a su escondite” ‒ le contesté.
“¡¿Qué?!
Eso significa…”
Raphtalia
agarró la empuñadura de su katana y se puso en pie, preparada para entrar en
combate en cualquier momento.
“¿Dónde
está ese Dragón del Agua, Sadina?” ‒ Le pregunté.
“Desafortunadamente,
no tengo idea. Pero debes echar un vistazo a ese altar de allí” ‒ dijo ella.
“¿Eh?”
Miré
hacia el altar al que estaba apuntando. Lo que parecía ser una bola de cristal
descansaba en la parte superior. Podía sentir algún tipo de fuerza que venía de
su dirección. Parecía poder mágico. Sin embargo, había algo en este cristal que
era diferente de las bolas de cristal que se usaban para aprender hechizos
mágicos.
“¿Qué
es eso?” ‒ Le pregunté.
“Yo
era una sacerdotisa miko, pero es la primera vez que veo esa cosa” ‒ contestó
ella.
“Es
un fragmento del emperador dragón” ‒ dijo Gaelion, señalando la bola de
cristal.
“¿Por
qué algo así está consagrado aquí?” ‒ Le pregunté.
“¿Quién
sabe? Al menos yo no” ‒ dijo Sadina.
Gaelion
se acercó a la bola de cristal o, según él, ‘el fragmento del emperador dragón’.
No parecía ser una trampa.
“Recuerdas
lo que pasó con ese Dragón Demonio. ¿Estás seguro de que está bien meterse con
esa cosa?” ‒ Le pregunté.
La
bola de cristal flotó repentinamente desde el altar y destelló un rayo de luz
hacia Gaelion.
“Hmm…
Parece ser seguro. Me está diciendo que el dragón quería entregar un mensaje” ‒
dijo.
La
bola de cristal se convirtió en una esfera de luz pura antes de ser absorbida
por el cuerpo de Gaelion.
“Ahora
lo veo. El Dragón del Agua parece haber dejado un suvenir para mí. El fragmento
sólo elevó mis estadísticas y aumentó mis resistencias al agua” ‒ continuó.
“¿Un
suvenir? ¿Eso significa que el Dragón del Agua no está aquí?” ‒ Le pregunté.
“Parece
que nos trajo aquí para darte una invitación, como guardián de este país. Se
enteró de tu acercamiento hace algún tiempo. Aparentemente, recibió tu señal” ‒
dijo Gaelion.
Así
que el Dragón del Agua tenía sus razones para hacer las cosas así. ¿Pero qué
señal? Entonces recordé haber visto antes el destello de la joya de mi escudo.
Tal vez eso era una señal.
“¿Y
si no hubieras estado aquí?” ‒ Le pregunté a Gaelion.
“Había
un mensaje sellado mágicamente dentro de la bola de cristal. Probablemente te habría
dado la misma explicación” ‒ contestó.
“¿Qué
significa exactamente ‘guardián’?” ‒ Le pregunté.
Gaelion
se detuvo un momento y parecía estar luchando por encontrar la respuesta
correcta.
“Estoy
teniendo problemas para leer esa información del fragmento, pero aparentemente
hay una barrera alrededor de Q'ten Lo. Es para mantener fuera a ciertos…
¿espíritus? Sólo permite la entrada de espíritus puros e inocentes, al parecer”
‒ dijo.
“¿Así
que el Dragón del Agua vigila a los espíritus que se acercan?” ‒ Le pregunté.
“Para
ser exactos, el trabajo del Dragón del Agua es mantener la barrera. No estoy
seguro de qué está la barrera protegiendo al país” ‒ explicó Gaelion.
“Así
es. Sé que el Dragón del Agua mantiene la barrera. Tuve que participar en todo
tipo de ceremonias relacionadas con eso cuando era pequeña” ‒ dijo Sadina.
Ella
pareció estar perdida en sus pensamientos por un momento, recordando el pasado.
“Hay
un pueblo entero bajo el océano. Está en el fondo del abismo, donde las
corrientes son más fuertes. Tienes que contactar directamente al Dragón del Agua
para tener acceso, pero la he visto” ‒ continuó ella.
“Entonces,
¿por qué estamos aquí?” ‒ preguntó Raphtalia.
“Bueno,
parece que la barrera ha sido manipulada. Los barcos de Siltvelt ya no tienen
garantizado el acceso a Q'ten Lo” ‒ explicó Gaelion.
“¿Así
que no tenía sentido venir en un barco desde Siltvelt?” ‒ Me quejé.
Eso
significaba que nuestro viaje a Siltvelt había sido básicamente una completa
pérdida de tiempo.
“Eso
no es verdad. Si no hubiéramos venido en el barco desde Siltvelt, probablemente
no hubiéramos llegado al borde de la barrera, donde el Dragón del Agua pudo traernos
aquí” ‒ contestó Gaelion.
Así
que definitivamente no habríamos entrado sin el barco. En ese caso, supongo que
estaba bien. Pero espera, ¿eso no significaba que el barco en el que estábamos
no llegaría a Q'ten Lo?
“El
barco probablemente podrá llegar a Q'ten Lo eventualmente, pero parece que el
gobierno está tratando de ganar tiempo. Por eso el Dragón del Agua creó una
distracción y nos trajo aquí” ‒ continuó Gaelion.
“Así
que básicamente, el Dragón del Agua nos convocó aquí por la fuerza, ¿verdad?” ‒
Le pregunté.
Gaelion
asintió, sin mostrar signos de protesta.
“¿Y?
¿Tiene algún motivo oculto o algo así?” ‒ Continué.
“¿Por
qué es eso lo primero en lo que piensas?” ‒ Preguntó Gaelion incrédulo.
Como
sea. Así es como funcionaba mi mente.
“Así
es el Sr. Naofumi” ‒ respondió Raphtalia.
“Siempre
acercarse con precaución, ¿verdad?” ‒ dijo Sadina.
¡Me
robó mi respuesta! Oh, bueno.
“En
resumen, el Dragón del Agua no está contento con la situación en Q'ten Lo y te
trajo aquí en un intento de servir al propósito original del país” ‒ dijo
Gaelion.
“¿No
podría haber traído todo el barco?” ‒ Dije, estando molesto.
Gaelion
me miró como si hubiera hecho una pregunta estúpida.
“¿Y
qué? ¿Cuál se supone que es el propósito original del país?” ‒ Le pregunté.
“Bueno,
esa es otra parte del fragmento que me cuesta entender, pero tiene algo que ver
con el papel que juega la línea familiar de tu compañera: el papel de pacificar…
los instrumentos espirituales” ‒ explicó.
“¿Pacificar
los instrumentos espirituales?” ‒ Le pregunté.
Estaba
diciendo cosas que no tenían sentido otra vez. Siguiendo con lo que sabía hasta
ahora, había una buena posibilidad de que los ‘instrumentos espirituales’ se
refirieran a las armas de los héroes. Pero no tenía ni idea de lo que se
suponía que significaba ‘pacificar’.
“¿Te
refieres a mí?” ‒ preguntó Raphtalia.
“No
recuerdo haber oído nada al respecto” ‒ dijo Sadina.
Ella
tenía una mirada de confusión en la cara.
“Tal
vez es un concepto que se desvaneció con el tiempo, ya que el país ha estado
aislado del mundo exterior durante tanto tiempo” ‒ sugerí.
La
reina y los líderes de Siltvelt mencionaron que parte de las leyendas se habían
perdido en la guerra a lo largo de los años. Este país probablemente también tenía
un pasado similar.
“Sin
embargo, la información a la que teníamos acceso difería de una división a
otra. Es posible que otros lo supieran, aunque yo no lo supiera. El padre de la
pequeña Raphtalia podría haber sabido algo” ‒ dijo Sadina.
“Mi
padre…” ‒ Susurró Raphtalia.
Había
tristeza en su voz, probablemente porque se había acordado de su padre. Quería
decir algo que la consolara. Pero sabía que buscar respuestas de una persona
muerta probablemente no iba a ayudar en nada.
“Raphtalia,
¿estás…?” ‒ comencé.
Me
preguntaba si preguntarle más sobre sus padres la molestaría. Ni siquiera yo
era tan denso como para no darme cuenta de que ella los echaba de menos.
“Estoy
bien. Pero si quieres preguntar si mi padre alguna vez mencionó algo, no
recuerdo nada” ‒ dijo.
Me
preguntaba si eso significaba que su padre era bueno guardando secretos.
“Eso
está bien. Esto es sólo una especulación, pero ‘instrumentos espirituales’
probablemente se refiere a las armas sagradas. Eso es todo lo que puedo
adivinar en este momento” ‒ dije.
“Eso
parece” ‒ respondió Raphtalia.
“Sí,
así es como sonaba que quisieran decir los asesinos cuando estaban balbuceando
el otro día. Creo que es seguro asumir que estás en lo cierto” ‒ dijo Sadina.
“Eso
nos deja con ‘pacificar’. A juzgar por la palabra misma, junto con el equipo
que usaban los asesinos, me imagino que se refiere a alguien que está en
posición de tener algún tipo de influencia sobre los héroes” ‒ continué.
Me
recordaba a las burlas y a lo que en Melromarc se referían como ‘Demonio del
Escudo’. Ese era otro de los incontables nombres que me habían puesto.
Hipotéticamente
hablando, ¿qué pasaría si un héroe fuera invocado a este mundo y corriera
desenfrenado, haciendo lo que quisiera? Digamos que tienen en sus manos un arma
sospechosa con habilidades de lavado de cerebro -como la que Itsuki estaba
usando cuando Rishia luchó contra él- y luego se disponían a conquistar el
mundo. Se suponía que los héroes eran convocados cuando el mundo estaba en
peligro. Pero, ¿y si uno de esos héroes se volviera malvado y empezara a
intentar conquistar el mundo a causa de una maldición o algo así? ¿Y si ese
héroe malvado derrotaba a los otros héroes que también habían sido invocados?
El
mundo estaría en un lugar realmente oscuro. Incluso si invocaban a nuevos
héroes, el héroe malvado sabría que son una amenaza potencial. No los
ignoraría. Si fuera yo, los mataría tan pronto como fueran invocados, sin duda.
Ni siquiera les dejaría invocar a nuevos héroes en primer lugar. Pero, ¿y si
hubiera gente que pudiera intervenir y pacificar a un héroe que se había salido
de control? ¿Y si estos llamados ‘pacificadores’ siguieran ahí fuera, pero
simplemente hubieran borrado todos los registros y pruebas de su existencia? Si
tales personas existieran y tuvieran la habilidad de suprimir el poder de las
armas de los héroes, entonces podrían tener una oportunidad contra dicho héroe
malvado.
No
era imposible, pero parecía bastante descabellado.
“El
Dragón del Agua parece insistir en que hay una buena razón para el aislamiento
de Q'ten Lo” ‒ dijo Gaelion.
“Muy
bien. Estoy seguro de que averiguaremos más sobre eso más tarde. ¿Así que hay
de eso de no estar contento con la situación del país?” ‒ Le pregunté.
“Supuestamente
lo entenderás una vez que salgas de la cueva y veas la situación por ti mismo.
El Dragón del Agua dice que quiere que te infiltres en el país con la
sacerdotisa miko y debilites la barrera que está bloqueando el barco en el que
están tus compañeros” ‒ continuó Gaelion.
“En
otras palabras, el Dragón del Agua quiere cooperar con nosotros. Así que creó
una abertura y nos convocó dentro de la barrera. ¿Y ahora quiere que
debilitemos la barrera para que el barco pueda entrar?” ‒ Le pregunté.
Gaelion
asintió.
“Aquí
está registrada la ubicación del dispositivo que mantiene la barrera. Me está
diciendo que deberíamos ir allí. ¿Qué quieres hacer?” ‒ preguntó.
“Este
dragón es muy prepotente, considerando que ni siquiera se presenta.
Honestamente, me inclino a negarme a hacer cualquier cosa que él diga, pero
probablemente esa no sea la mejor idea” ‒ respondí.
El
dragón había recurrido a tácticas bastante contundentes. Y no era como si
ignorar su mensaje y dejar la cueva no era una opción. No teníamos que hacer lo
que dijo el Dragón del Agua. Pero no podía negar que realmente no teníamos un
próximo movimiento sin obtener más información primero.
“En
cualquier caso, si eso nos saca de esta cueva, entonces deberíamos hacerlo. Si
hacemos o no lo que él quiere que hagamos cuando lleguemos allí es una historia
diferente” ‒ dije.
“Es
tal y como eres tú. Pero en cualquier caso suena como un plan” ‒ contestó
Gaelion.
“¡Oh!
Una señal de Raph-chan” ‒ exclamó Raphtalia.
Sí,
siempre olvidaba que ella y Raph-chan estaban conectadas de alguna manera.
Raphtalia tenía los ojos cerrados y parecía estar concentrada.
“No
estoy segura de lo que está diciendo, pero creo que está tratando de decirme
que tiene una buena idea de la situación de aquí. Ahora está actualizando a Firo”
‒ explicó Raphtalia.
“Ya
veo. ¿Cómo van las cosas en el barco?” ‒ Le pregunté.
“Intentan
entrar en Q'ten Lo, pero algo les impide progresar. Ella dice que deberían ser
capaces de pasar, pero tomará más tiempo”.
Hmm,
así que la situación parece corroborar la información del Dragón del Agua hasta
ahora.
“Supongo
que deberíamos partir entonces” ‒ dijo Sadina.
“De
acuerdo. Por ahora, tratemos de llegar a algún tipo de habitad humana” ‒ dije.
Empezamos
a explorar la cueva. Aunque, en realidad, sólo había un camino, que finalmente
conducía al agua.
“Iré
a ver” ‒ dijo Sadina.
“Ten
cuidado” ‒ le dije.
“¡Por
supuesto!”
Se
transformó en su forma teriántropa y se sumergió en el agua. Me preguntaba si
estaría bien. Pero volvió a salir del agua antes de que me diera cuenta.
“¡Bueno,
lo diré! Esta vía fluvial está muy bien camuflada. No tenía ni idea de que
estaba aquí” ‒ dijo.
“Eso
no me importa. Sólo dime si podemos salir de aquí o no” ‒ respondí.
“Sí,
podemos. Es un poco profundo y entrar es complicado, ya que está muy bien
escondida. Pero salir de aquí debería ser bastante sencillo”.
“Muy
bien, salgamos entonces” ‒ le dije.
“Oki
doki. ¡Todos aférrense a mí y no me suelten!” ‒ Nos dijo Sadina.
“Ok”
‒ dijo Raphtalia.
“Ahora
puedo defenderme en el agua. Estaré justo detrás de ti” ‒ dijo Gaelion.
Supongo
que él ahora podría operar bajo el agua. Estaba adquiriendo nuevas habilidades
a un ritmo sorprendente.
Raphtalia
y yo nos agarramos a Sadina y pasamos por el oscuro pasaje submarino antes de
llegar a la superficie del agua. El Pekkul Kigurumi habría sido útil, pero por
desgracia no lo tenía conmigo. En el peor de los casos, supongo que podría usar
mi habilidad con el Escudo Burbuja como una forma de respirar.
Miré
a nuestro alrededor mientras flotaba en la superficie. Había tierra cerca.
Podía ver árboles que parecían pinos y algunas otras plantas que parecían
bambú. Me recordó a Japón. Pero pude ver montañas que también se parecían a las
de China, así que supe que en realidad no era Japón. Tampoco era como el mundo
de Kizuna.
Vi
a lo lejos lo que parecía un pueblo portuario. Parecía que había bastantes
barcos allí también. No eran veleros normales. Parecían esos barcos mercantes
de una sola vela que se usaban en Japón durante el período Edo. Era el tipo de
barco en el que pensaba cuando imaginaba un barco del tesoro. Era la primera
vez que veía barcos así en otro mundo que no fuera el mío.
“Probablemente
deberíamos ir a la orilla en algún lugar más lejos del puerto, si queremos
entrar a hurtadillas” ‒ dijo Sadina.
“Lo
entiendo, pero…”
Metí
la cabeza en el agua y miré a mi alrededor. A lo lejos, podía ver teriántropos
acuáticos y seres semi-humanos buceando y nadando libremente en el agua.
“No
voy a usar mi sonar ya que podrían notarlo” ‒ continuó.
“¿Crees
que son nuestros enemigos?” ‒ Le pregunté.
“Sólo
son civiles normales, por lo que puedo decir. Pero tampoco parecen estar
pescando” ‒ dijo.
Sadina
miró en su dirección con una mirada confusa en su cara. De repente se me
ocurrió que estaba nadando con una orca. Eso se sintió un poco extraño.
“Ah,
ya veo. Deben estar recogiendo algas. Eso no tiene mucho sentido cuando hay
peces por todas partes” ‒ continuó ella.
“A
quién le importa eso. Apurémonos y lleguemos a tierra” ‒ dije.
Sadina
asintió.
“Buena
idea” ‒ dijo ella.
“Vamos”
‒ estuvo de acuerdo Raphtalia.
Todos
asintieron con la cabeza. Seguimos el arrecife costero para evitar ser vistos y
finalmente llegamos a tierra.
“Ahora
entonces… ¡Escudo Portal!”
Hmph.
No podíamos usar la teletransportación. Tenía la sospecha de que ése sería el
caso. Eso haría difícil traer a Ren con nosotros. Las cosas serían diferentes
si encontráramos un reloj de arena del dragón en alguna parte.
“Lo
primero que haces es tratar de irte a casa. Eres increíble, pequeño Naofumi” ‒
dijo Sadina.
“No
sabré si puedo usarlo a menos que lo pruebe. El hecho de que seamos capaces o
no de escapar en una emergencia marca una gran diferencia” ‒ respondí.
“Ese
es un buen punto” ‒ dijo Raphtalia.
También
intentó usar la habilidad del portal de su katana. Creo que se llamaba
Pergamino de Retorno.
“El
mío tampoco funciona. Algo está interfiriendo con la teletransportación” ‒
dijo.
“Supongo
que habría sido demasiado fácil así” ‒ respondí.
“Sigamos
con la infiltración entonces” ‒ dijo Sadina.
Tenía
que preguntarme por qué terminamos entrando a hurtadillas en lugares tan a
menudo. Cuando pensé en invadir Q'ten Lo, imaginé que usaría la influencia de
Siltvelt para atacar por la puerta principal.
Suspiré.
“Había
trajes preparados para nosotros, así que debemos cambiarnos” ‒ dijo Raphtalia.
La
ropa que el Dragón del Agua me dejó parecía hecha de cáñamo o algo así.
Raphtalia tiene un hakama. No se veía tan bien como el traje de miko, pero no era
una mala elección. Sadina tenía un traje similar. Gaelion pudo usar una versión
diminuta de una de esas cuerdas de paja que siempre veías en los santuarios
alrededor de su cuello. Supongo que ese era su collar. Tenía una pequeña cosa
con aspecto de cuentas de cristal colgando de ella y le quedaba
sorprendentemente bien.
“Bueno,
¿no pensó en todo?” ‒ le dije.
“¿Para
qué es esto?” ‒ preguntó Gaelion.
“Básicamente
muestra que eres un monstruo santificado. Está imbuido de la bendición del Dragón
del Agua, así que debería hacerte parecer importante” ‒ contestó Sadina.
“¿Oh?”
Habíamos
reemplazado efectivamente nuestra armadura por ropa civil ordinaria. Sadina y
Raphtalia se cubrieron la cabeza y los hombros con una fina sábana como una
especie de capa que ocultaba sus rostros. Tenía el presentimiento de que las
haría destacar.
“¿La
gente te va a reconocer?” ‒ Le pregunté a Sadina.
“Han
pasado diez años desde que dejé este país. Probablemente debería tener cuidado
por si acaso, pero no hay mucha gente que conozca mi cara. Pero la pequeña
Raphtalia definitivamente necesita esconder su cola y sus orejas. Eso podría
delatarnos” ‒ contestó ella.
“¿Es
su raza especial o algo así?” ‒ Le pregunté.
Me
preguntaba si su cola y sus orejas realmente la delatarían. La gente asumía que
era una mapache en Melromarc y Siltvelt. Su raza real era supuestamente otra
cosa.
“De
cualquier manera, ustedes dos deben tener cuidado” ‒ dije.
“Sí”
‒ contestó Sadina.
“¿Hay
humanos en este país?” ‒ Le pregunté.
Sadina
asintió.
“Los
hay, pero no son muy apreciados, como en Siltvelt. Dicho esto, no terminan como
esclavos ni nada por el estilo” ‒ respondió.
¿Oh?
Eso era encomiable. Pero aun así me envolví una toalla en la cabeza para
disfrazar mi raza, por si acaso.
“Muy
bien, hagámoslo. ¿Adónde se supone que iremos?” ‒ Le pregunté a Gaelion.
“Parece
que tenemos que ir al edificio más grande de la ciudad portuaria. Se supone que
tiene una torre” ‒ dijo.
“Ah,
debe ser ese faro” ‒ respondí.
Y
así empezamos a dirigirnos hacia el faro de la ciudad portuaria.
Vi
algo que parecía una antigua sepultura en el camino.
“Ah,
así que ahí es donde estamos” ‒ dijo Sadina.
“¿Reconoces
este lugar?” ‒ Le pregunté.
“Sí,
todos conocen este lugar. Los restos de un monstruo derrotado por los
antepasados de la pequeña Raphtalia están enterrados aquí” ‒ respondió.
En
el fondo de mi mente, los imaginé construyendo la sepultura porque tenían miedo
de ser maldecidos por alguna monstruosa araña gigante o algo así. Eso probablemente
no estaba lejos de la verdad. Y entonces recordé el monumento de piedra donde
el Tirano Dragón Rex había sido sellado.
“El
monstruo no está encerrado ahí dentro, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.
“Sé
lo que estás pensando. Tengo un mal presentimiento sobre esto” ‒ dijo
Raphtalia.
“Sí,
observé esa pelea desde dentro de tu escudo” ‒ añadió Gaelion.
“No
tengo ni idea. De cualquier manera, no puedo recomendar la destrucción de
ruinas antiguas” ‒ respondió Sadina.
“Ya
lo sé. Apurémonos y salgamos de aquí” ‒ le dije.
“De
acuerdo. Cada vez que el Sr. Naofumi toca algo, es como patear un nido de
avispas, ¿verdad?” ‒ Raphtalia respondió.
“¿Dónde
aprendiste eso?” ‒ Le pregunté.
Probablemente
lo escuchó del traficante de esclavos o algo así. Eso no me habría sorprendido.
Podría haber sido Eclair también. O tal vez fue algo que Ren murmuró mientras
hablaban. Probablemente necesitaba considerar reeducarla desde cero. Podría
enseñarle que ‘tocar al Sr. Naofumi es como patear un nido de avispas’, por
ejemplo.
“…?”
Gaelion
estaba detrás de mí. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado y me miraba con
una mirada confusa en la cara. Deseaba que dejara de hacer eso. Me ponía
nervioso.
Dejamos
la sepultura y llegamos a la ciudad portuaria poco después. Definitivamente
tenía una sensación del período Edo. Pero también había edificios hechos de
plantas parecidas al bambú que parecían fuera de lugar, pero aun así se sentía
japonés. Había árboles con flores en plena floración que se parecían a los
cerezos en flor en Japón. Realmente le agregaba a la atmósfera.
Nos
quedamos quietos unos instantes y luego Sadina señaló a los cerezos en flor.
“Es
una sakura luminaria. Es un árbol que produce la energía de este país. Sirven
como iluminación, ya que brillan en la noche, y proporcionan energía para todo
tipo de equipos” ‒ dijo.
“¿Oh?
¿Pueden hacer todo eso? Suena muy conveniente” ‒ le dije.
“No
soy experta ni nada, pero hasta donde yo sé, los árboles sólo crecerán dentro
de Q'ten Lo. Escuché que intentaron plantar algunos en Siltvelt” ‒ contestó
ella.
Me
preguntaba qué clase de árbol era. Puede que haya habido algún tipo de problema
con el clima o algo así. Pensé que valdría la pena ver si podía hacer
bioingeniería para hacerla crecer en otros lugares. A Rat le habría encantado.
Tenía el presentimiento de que ella podría resolver los problemas con la bioplanta
si ponía sus manos en una de ellas.
“Hmm…”
No
dejaba de ver decoraciones únicas que parecían tanukis por todas partes. ¡Como
ésa! Vi una que se parecía a uno de esos gatos de la fortuna. Me recordaba a
Raph-chan. Había algunas estatuillas de piedra de tanukis que parecían los
leones guardianes comunes en Okinawa también. Pero estos tanuki eran
ligeramente diferentes de las figuras de cerámica por las que Shigaraki era
conocida. No sé por qué, pero incluso los techos de los edificios me hacían
pensar en tanukis.
“Sr.
Naofumi, ¿por qué sus ojos se mueven tanto?” ‒ preguntó Raphtalia.
“Hay
tantas distracciones. Me siento como si estuviera en una especie de Raphtalia Land
de temática japonesa” ‒ respondí.
“¿Qué
se supone que significa eso?” ‒ gritó enfadada.
Me
puse un dedo en la boca y le hice una señal para que bajara la voz.
“No
causes tanto revuelo” ‒ le dije.
“Pero…”
‒ comenzó ella.
“Esta
vez él no está muy equivocado, pequeña Raphtalia” ‒ interrumpió Sadina.
Ah,
eso era correcto. Su familia gobernaba el país, supongo.
“¿Pero
las cosas no parecen muy tensas aquí en la ciudad?” ‒ pregunté.
“Ahora
que lo mencionas… algo parece extraño” ‒ respondió Raphtalia.
No
era por nuestra presencia. Sentía como si los residentes estuvieran caminando entre
la espada y la pared o algo así.
“Tal
vez han hecho carteles de se busca con bocetos o algo así” ‒ le dije.
Vi
un letrero y me dirigí a ver qué había en él. Pero no pude leerlo, por
supuesto. Parecía la misma escritura que había visto en Siltvelt.
“Sadina,
¿sabes lo que dice esto?” ‒ Le pregunté.
“Veamos…”
Sadina
miró la escritura y frunció el ceño. Era raro que ella respondiera así. Y
luego…
“¡Waaaaaahhh!”
De
repente oí gritar a un niño. Miré para ver a una abeja enorme llamada ‘Aguijón Naranja
B’ -que tenía que ser una broma- elevándose de la nada y atacaba a un niño. Los
residentes se acobardaron de miedo mientras miraban. Inmediatamente me puse
delante del niño y bloqueé el ataque del Aguijón Naranja B.
“Raph…”
Antes
de que pudiera darle la orden a Raphtalia, Sadina corrió y la retuvo.
“¡Encárgate
de esto, pequeño Gaelion! Y hagas lo que hagas, no uses tus contraataques,
pequeño Naofumi!” ‒ gritó.
“¿Eh?”
“¿Kwa?”
Gaelion
saltó sobre el Aguijón Naranja B. Como dijo Sadina, me concentré en evitar que
mi escudo activara cualquier habilidad de contraataque. Gaelion mordió al Aguijón
Naranja B y murió.
“Gracias”
‒ dijo el chico.
“No
te preocupes” ‒ le contesté.
Todos
los residentes de los alrededores me miraban fijamente. Estaban blancos como
una sábana.
“Tú…”
‒ empezó uno.
“¿No
tienes miedo de los funcionarios del gobierno?” ‒ preguntó otro.
“¿Eh?”
‒ Le contesté.
Y
entonces varias personas que llevaban hakamas de aspecto caro vinieron
corriendo.
“¡Tú,
allí! Te vimos matar a ese monstruo” ‒ gritó uno de ellos.
Sadina
se adelantó y se dirigió al hombre.
“Todo
lo que hizo fue proteger a un niño de un monstruo. Después de eso, otro
monstruo cercano se comió a ese monstruo. Eso es todo” ‒ dijo.
“¡Eso
es absurdo! ¿No conocen las reglas de la tierra?” ‒ gritó el hombre.
“¿Kwa?”
Gaelion
miró al hombre con una mirada confusa en su cara. ¿Qué estaba pasando? ¿De qué
estaban hablando?
“¡Por
supuesto que sí! Nunca las quebraríamos. Y hasta yo sé qué clase de monstruo es
éste” ‒ respondió Sadina.
Señaló
la cuenta de cristal del collar de cuerda de paja que llevaba Gaelion.
“¡¿Este
monstruo es un vasallo del Dragón del Agua?! Nuestras disculpas” ‒ dijo el
hombre, y el grupo de funcionarios del gobierno se fue.
“¿Kwaaaa?”
Tan
pronto como los oficiales se fueron, los residentes de los alrededores
comenzaron a aplaudir. ¿Qué demonios estaba pasando?
“Pequeño
Naofumi y pequeña Raphtalia, estamos llamando demasiado la atención aquí.
Sigamos avanzando” ‒ dijo Sadina.
“Uh,
está bien” ‒ dije.
“E-entendido”
‒ respondió Raphtalia.
“¡Oof!”
Raphtalia
se tropezó con un hombre que había seguido a los funcionarios del gobierno. El
hombre parecía ser un fisgón. Se veía como si tuviera treinta y tantos años.
Sus orejas parecían orejas de perro. Pero por otro lado, algo en la forma era
diferente a las orejas de Keel o Wyndia. Era como las pequeñas diferencias
entre Raphtalia y los semi-humanos del tipo mapache. Probablemente era una raza
única en el país.
“¡Oh,
Dios mío! ¿Estás bien, señorita?” ‒ dijo el hombre.
Él
envolvió sus brazos alrededor de Raphtalia y la atrapó antes de que ella
cayera.
“Oh,
umm, sí. Estoy bien… así que puedes soltarme” ‒ dijo.
Raphtalia
se liberó por la fuerza del abrazo del hombre.
“Perdóneme.
Es sólo que el destino nos unió así, señorita. ¿Qué tal si tú y yo vamos a
algún lugar a disfrutar de una taza de té o a comer unas albóndigas?” ‒ sugirió
el hombre.
“Qué
demonios…” ‒ Dije.
Este
bastardo estaba claramente tratando de ligar con Raphtalia. Actué como una
amenaza extra cuando me interpuse entre Raphtalia y el hombre. Lo miré con ira.
“Esa
es mi compañera. Si estás intentando ligar con chicas, vete a otro sitio. Y
piensa también en tu edad” ‒ continué.
Claramente
era lo suficientemente mayor como para ser su padre. Aunque los semi-humanos
maduraban rápidamente al principio, obviamente no envejecían rápidamente, eso a
juzgar por la apariencia de Sadina. Sólo bastó una mirada para saber que este
bastardo no estaba cerca de la edad de Raphtalia. Quiero decir, supongo que era
posible que la diferencia de edad no importara a la hora de casarse en este
mundo, pero aun así…
“Vamos,
vamos. Un hombre nunca puede envejecer demasiado para disfrutar de la compañía
de una mujer” ‒ dijo.
Este
bastardo…
“¿Oh?
Ten cuidado de no volverte demasiado atrevido. Es posible que me moleste” ‒
dijo Sadina.
Chispas
de rayos saltaron de su piel y ella miró al bastardo con una mirada amenazadora
en sus ojos.
“Tenemos
un poco de prisa, así que vete” ‒ añadió y le mostró una gran sonrisa.
Pero
él claramente no tenía intención de rendirse. Esta vez agarró la mano de Sadina.
“Vaya,
vaya, vaya. ¿No eres tú encantadora, señorita? Hoy es un buen día, de hecho.
Pensar que tendría la oportunidad de encontrarme con damas tan hermosas” ‒
dijo.
Teníamos
otro Motoyasu entre manos. A ese es a quien este bastardo me recordaba. Aunque
Motoyasu estaba obsesionado con Firo ahora. Aun así, decidí declarar a este tipo
Motoyasu #2.
“¡Vengan,
señoritas, disfrutemos juntos de una copa!” ‒ continuó.
Supongo
que los de su clase siempre estaban por ahí, sin importar en qué mundo
estuvieras.
“Lo
siento, pero no puedo hacer eso. Ya siento algo por otra persona” ‒ respondió
Sadina.
Ella
haló con fuerza su mano y disparó su rayo mágico.
“¡Zweite
Rayo!"
El
bastardo gritó como una niña. Casi se dobló hacia atrás mientras quedaba frito
hasta quedar crujiente, y luego su cuerpo se arrugó contra el suelo.
“E-eres
una de las dura… Ja, ja, ja” ‒ murmuró y luego se quedó inmóvil.
Ellos
eran realmente algo, Sadina y el bastardo, ambos.
“Muy
bien, vamos” ‒ dijo Sadina.
“Uh,
sí…” ‒ murmuré.
Supongo
que a los funcionarios del gobierno no les importaba que matáramos a un tipo. Estaban
mirando con desilusión, pero no dieron señales de venir a por nosotros.
Extraño. Seguimos a Sadina por un camino con menos gente y continuamos hacia el
faro.
Delirios de Lord:
Algo me dice que ya se encontraron con el maestro del viejo.
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