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12 mar 2019

Tate No Yuusha Vol 13 Cap 12

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord

Editor: Lord



12 Una Pequeña Ayuda del Dragón del Agua

“Ugh…”

Unas gotas de agua salpicaron mi mejilla y me despertaron de mi aturdimiento medio consciente. Abrí los ojos y me di cuenta de que alguien me había acostado boca arriba. Miré a mi derecha y vi a Raphtalia acostada a mi lado de la misma manera. Debo haber estado sosteniendo su mano todo el tiempo.

“¿Oh? ¿Finalmente te despertaste?” ‒ preguntó Sadina.

Me senté y agité la cabeza. Sadina se quedó ahí de pie mirándonos a mí y a Raphtalia.

“¡Kwa!”

Gaelion estaba encaramado en el hombro de Sadina. Sonaba como si hubiera estado preocupado por nosotros.

“¿Dónde estamos?” ‒ Le pregunté.


Miré a mi alrededor. Las paredes parecían estar hechas de roca y tenían un tenue resplandor verde. Debemos estar en una cueva. Podía ver agua entrando en la cueva no lejos de donde estábamos. Olía a agua de mar. En la parte trasera, parecía haber una especie de altar y un sendero que llevaba más adentro de la cueva.

“El escondite secreto del Dragón del Agua, esa sería mi suposición” ‒ contestó Sadina.

“Eso ciertamente parece probable” ‒ estuvo de acuerdo Gaelion.

“¿El Dragón del Agua? ¿Eso significa que nos trajo aquí por la fuerza?” ‒ Le pregunté.

“Probablemente” ‒ contestó Sadina.

“Sí, pude confirmar eso mientras giraba dentro de ese tornado. El Dragón del Agua nos arrastró hasta aquí” ‒ confirmó Gaelion.

Me preguntaba si eso significaba que el Dragón del Agua tenía intenciones hostiles. Tendríamos que ser muy cautelosos.

“Raphtalia está…” ‒ Empecé.

“Ugh…”

Raphtalia recobró el conocimiento casi en el mismo momento en que me volví para mirarla.

“Sr. Naofumi… ¿Dónde estamos?” ‒ preguntó.

“Aparentemente el Dragón del Agua nos arrastró a su escondite” ‒ le contesté.

“¡¿Qué?! Eso significa…”

Raphtalia agarró la empuñadura de su katana y se puso en pie, preparada para entrar en combate en cualquier momento.

“¿Dónde está ese Dragón del Agua, Sadina?” ‒ Le pregunté.

“Desafortunadamente, no tengo idea. Pero debes echar un vistazo a ese altar de allí” ‒ dijo ella.

“¿Eh?”

Miré hacia el altar al que estaba apuntando. Lo que parecía ser una bola de cristal descansaba en la parte superior. Podía sentir algún tipo de fuerza que venía de su dirección. Parecía poder mágico. Sin embargo, había algo en este cristal que era diferente de las bolas de cristal que se usaban para aprender hechizos mágicos.

“¿Qué es eso?” ‒ Le pregunté.

“Yo era una sacerdotisa miko, pero es la primera vez que veo esa cosa” ‒ contestó ella.

“Es un fragmento del emperador dragón” ‒ dijo Gaelion, señalando la bola de cristal.

“¿Por qué algo así está consagrado aquí?” ‒ Le pregunté.

“¿Quién sabe? Al menos yo no” ‒ dijo Sadina.

Gaelion se acercó a la bola de cristal o, según él, ‘el fragmento del emperador dragón’. No parecía ser una trampa.

“Recuerdas lo que pasó con ese Dragón Demonio. ¿Estás seguro de que está bien meterse con esa cosa?” ‒ Le pregunté.

La bola de cristal flotó repentinamente desde el altar y destelló un rayo de luz hacia Gaelion.

“Hmm… Parece ser seguro. Me está diciendo que el dragón quería entregar un mensaje” ‒ dijo.

La bola de cristal se convirtió en una esfera de luz pura antes de ser absorbida por el cuerpo de Gaelion.

“Ahora lo veo. El Dragón del Agua parece haber dejado un suvenir para mí. El fragmento sólo elevó mis estadísticas y aumentó mis resistencias al agua” ‒ continuó.

“¿Un suvenir? ¿Eso significa que el Dragón del Agua no está aquí?” ‒ Le pregunté.

“Parece que nos trajo aquí para darte una invitación, como guardián de este país. Se enteró de tu acercamiento hace algún tiempo. Aparentemente, recibió tu señal” ‒ dijo Gaelion.

Así que el Dragón del Agua tenía sus razones para hacer las cosas así. ¿Pero qué señal? Entonces recordé haber visto antes el destello de la joya de mi escudo. Tal vez eso era una señal.

“¿Y si no hubieras estado aquí?” ‒ Le pregunté a Gaelion.

“Había un mensaje sellado mágicamente dentro de la bola de cristal. Probablemente te habría dado la misma explicación” ‒ contestó.

“¿Qué significa exactamente ‘guardián’?” ‒ Le pregunté.

Gaelion se detuvo un momento y parecía estar luchando por encontrar la respuesta correcta.

“Estoy teniendo problemas para leer esa información del fragmento, pero aparentemente hay una barrera alrededor de Q'ten Lo. Es para mantener fuera a ciertos… ¿espíritus? Sólo permite la entrada de espíritus puros e inocentes, al parecer” ‒ dijo.

“¿Así que el Dragón del Agua vigila a los espíritus que se acercan?” ‒ Le pregunté.

“Para ser exactos, el trabajo del Dragón del Agua es mantener la barrera. No estoy seguro de qué está la barrera protegiendo al país” ‒ explicó Gaelion.

“Así es. Sé que el Dragón del Agua mantiene la barrera. Tuve que participar en todo tipo de ceremonias relacionadas con eso cuando era pequeña” ‒ dijo Sadina.

Ella pareció estar perdida en sus pensamientos por un momento, recordando el pasado.

“Hay un pueblo entero bajo el océano. Está en el fondo del abismo, donde las corrientes son más fuertes. Tienes que contactar directamente al Dragón del Agua para tener acceso, pero la he visto” ‒ continuó ella.

“Entonces, ¿por qué estamos aquí?” ‒ preguntó Raphtalia.

“Bueno, parece que la barrera ha sido manipulada. Los barcos de Siltvelt ya no tienen garantizado el acceso a Q'ten Lo” ‒ explicó Gaelion.

“¿Así que no tenía sentido venir en un barco desde Siltvelt?” ‒ Me quejé.

Eso significaba que nuestro viaje a Siltvelt había sido básicamente una completa pérdida de tiempo.

“Eso no es verdad. Si no hubiéramos venido en el barco desde Siltvelt, probablemente no hubiéramos llegado al borde de la barrera, donde el Dragón del Agua pudo traernos aquí” ‒ contestó Gaelion.

Así que definitivamente no habríamos entrado sin el barco. En ese caso, supongo que estaba bien. Pero espera, ¿eso no significaba que el barco en el que estábamos no llegaría a Q'ten Lo?

“El barco probablemente podrá llegar a Q'ten Lo eventualmente, pero parece que el gobierno está tratando de ganar tiempo. Por eso el Dragón del Agua creó una distracción y nos trajo aquí” ‒ continuó Gaelion.

“Así que básicamente, el Dragón del Agua nos convocó aquí por la fuerza, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

Gaelion asintió, sin mostrar signos de protesta.

“¿Y? ¿Tiene algún motivo oculto o algo así?” ‒ Continué.

“¿Por qué es eso lo primero en lo que piensas?” ‒ Preguntó Gaelion incrédulo.

Como sea. Así es como funcionaba mi mente.

“Así es el Sr. Naofumi” ‒ respondió Raphtalia.

“Siempre acercarse con precaución, ¿verdad?” ‒ dijo Sadina.

¡Me robó mi respuesta! Oh, bueno.

“En resumen, el Dragón del Agua no está contento con la situación en Q'ten Lo y te trajo aquí en un intento de servir al propósito original del país” ‒ dijo Gaelion.

“¿No podría haber traído todo el barco?” ‒ Dije, estando molesto.

Gaelion me miró como si hubiera hecho una pregunta estúpida.

“¿Y qué? ¿Cuál se supone que es el propósito original del país?” ‒ Le pregunté.

“Bueno, esa es otra parte del fragmento que me cuesta entender, pero tiene algo que ver con el papel que juega la línea familiar de tu compañera: el papel de pacificar… los instrumentos espirituales” ‒ explicó.

“¿Pacificar los instrumentos espirituales?” ‒ Le pregunté.

Estaba diciendo cosas que no tenían sentido otra vez. Siguiendo con lo que sabía hasta ahora, había una buena posibilidad de que los ‘instrumentos espirituales’ se refirieran a las armas de los héroes. Pero no tenía ni idea de lo que se suponía que significaba ‘pacificar’.

“¿Te refieres a mí?” ‒ preguntó Raphtalia.

“No recuerdo haber oído nada al respecto” ‒ dijo Sadina.

Ella tenía una mirada de confusión en la cara.

“Tal vez es un concepto que se desvaneció con el tiempo, ya que el país ha estado aislado del mundo exterior durante tanto tiempo” ‒ sugerí.

La reina y los líderes de Siltvelt mencionaron que parte de las leyendas se habían perdido en la guerra a lo largo de los años. Este país probablemente también tenía un pasado similar.

“Sin embargo, la información a la que teníamos acceso difería de una división a otra. Es posible que otros lo supieran, aunque yo no lo supiera. El padre de la pequeña Raphtalia podría haber sabido algo” ‒ dijo Sadina.

“Mi padre…” ‒ Susurró Raphtalia.

Había tristeza en su voz, probablemente porque se había acordado de su padre. Quería decir algo que la consolara. Pero sabía que buscar respuestas de una persona muerta probablemente no iba a ayudar en nada.

“Raphtalia, ¿estás…?” ‒ comencé.

Me preguntaba si preguntarle más sobre sus padres la molestaría. Ni siquiera yo era tan denso como para no darme cuenta de que ella los echaba de menos.

“Estoy bien. Pero si quieres preguntar si mi padre alguna vez mencionó algo, no recuerdo nada” ‒ dijo.

Me preguntaba si eso significaba que su padre era bueno guardando secretos.

“Eso está bien. Esto es sólo una especulación, pero ‘instrumentos espirituales’ probablemente se refiere a las armas sagradas. Eso es todo lo que puedo adivinar en este momento” ‒ dije.

“Eso parece” ‒ respondió Raphtalia.

“Sí, así es como sonaba que quisieran decir los asesinos cuando estaban balbuceando el otro día. Creo que es seguro asumir que estás en lo cierto” ‒ dijo Sadina.

“Eso nos deja con ‘pacificar’. A juzgar por la palabra misma, junto con el equipo que usaban los asesinos, me imagino que se refiere a alguien que está en posición de tener algún tipo de influencia sobre los héroes” ‒ continué.

Me recordaba a las burlas y a lo que en Melromarc se referían como ‘Demonio del Escudo’. Ese era otro de los incontables nombres que me habían puesto.

Hipotéticamente hablando, ¿qué pasaría si un héroe fuera invocado a este mundo y corriera desenfrenado, haciendo lo que quisiera? Digamos que tienen en sus manos un arma sospechosa con habilidades de lavado de cerebro -como la que Itsuki estaba usando cuando Rishia luchó contra él- y luego se disponían a conquistar el mundo. Se suponía que los héroes eran convocados cuando el mundo estaba en peligro. Pero, ¿y si uno de esos héroes se volviera malvado y empezara a intentar conquistar el mundo a causa de una maldición o algo así? ¿Y si ese héroe malvado derrotaba a los otros héroes que también habían sido invocados?

El mundo estaría en un lugar realmente oscuro. Incluso si invocaban a nuevos héroes, el héroe malvado sabría que son una amenaza potencial. No los ignoraría. Si fuera yo, los mataría tan pronto como fueran invocados, sin duda. Ni siquiera les dejaría invocar a nuevos héroes en primer lugar. Pero, ¿y si hubiera gente que pudiera intervenir y pacificar a un héroe que se había salido de control? ¿Y si estos llamados ‘pacificadores’ siguieran ahí fuera, pero simplemente hubieran borrado todos los registros y pruebas de su existencia? Si tales personas existieran y tuvieran la habilidad de suprimir el poder de las armas de los héroes, entonces podrían tener una oportunidad contra dicho héroe malvado.

No era imposible, pero parecía bastante descabellado.

“El Dragón del Agua parece insistir en que hay una buena razón para el aislamiento de Q'ten Lo” ‒ dijo Gaelion.

“Muy bien. Estoy seguro de que averiguaremos más sobre eso más tarde. ¿Así que hay de eso de no estar contento con la situación del país?” ‒ Le pregunté.

“Supuestamente lo entenderás una vez que salgas de la cueva y veas la situación por ti mismo. El Dragón del Agua dice que quiere que te infiltres en el país con la sacerdotisa miko y debilites la barrera que está bloqueando el barco en el que están tus compañeros” ‒ continuó Gaelion.

“En otras palabras, el Dragón del Agua quiere cooperar con nosotros. Así que creó una abertura y nos convocó dentro de la barrera. ¿Y ahora quiere que debilitemos la barrera para que el barco pueda entrar?” ‒ Le pregunté.

Gaelion asintió.

“Aquí está registrada la ubicación del dispositivo que mantiene la barrera. Me está diciendo que deberíamos ir allí. ¿Qué quieres hacer?” ‒ preguntó.

“Este dragón es muy prepotente, considerando que ni siquiera se presenta. Honestamente, me inclino a negarme a hacer cualquier cosa que él diga, pero probablemente esa no sea la mejor idea” ‒ respondí.

El dragón había recurrido a tácticas bastante contundentes. Y no era como si ignorar su mensaje y dejar la cueva no era una opción. No teníamos que hacer lo que dijo el Dragón del Agua. Pero no podía negar que realmente no teníamos un próximo movimiento sin obtener más información primero.

“En cualquier caso, si eso nos saca de esta cueva, entonces deberíamos hacerlo. Si hacemos o no lo que él quiere que hagamos cuando lleguemos allí es una historia diferente” ‒ dije.

“Es tal y como eres tú. Pero en cualquier caso suena como un plan” ‒ contestó Gaelion.

“¡Oh! Una señal de Raph-chan” ‒ exclamó Raphtalia.

Sí, siempre olvidaba que ella y Raph-chan estaban conectadas de alguna manera. Raphtalia tenía los ojos cerrados y parecía estar concentrada.

“No estoy segura de lo que está diciendo, pero creo que está tratando de decirme que tiene una buena idea de la situación de aquí. Ahora está actualizando a Firo” ‒ explicó Raphtalia.

“Ya veo. ¿Cómo van las cosas en el barco?” ‒ Le pregunté.

“Intentan entrar en Q'ten Lo, pero algo les impide progresar. Ella dice que deberían ser capaces de pasar, pero tomará más tiempo”.

Hmm, así que la situación parece corroborar la información del Dragón del Agua hasta ahora.

“Supongo que deberíamos partir entonces” ‒ dijo Sadina.

“De acuerdo. Por ahora, tratemos de llegar a algún tipo de habitad humana” ‒ dije.

Empezamos a explorar la cueva. Aunque, en realidad, sólo había un camino, que finalmente conducía al agua.

“Iré a ver” ‒ dijo Sadina.

“Ten cuidado” ‒ le dije.

“¡Por supuesto!”

Se transformó en su forma teriántropa y se sumergió en el agua. Me preguntaba si estaría bien. Pero volvió a salir del agua antes de que me diera cuenta.

“¡Bueno, lo diré! Esta vía fluvial está muy bien camuflada. No tenía ni idea de que estaba aquí” ‒ dijo.

“Eso no me importa. Sólo dime si podemos salir de aquí o no” ‒ respondí.

“Sí, podemos. Es un poco profundo y entrar es complicado, ya que está muy bien escondida. Pero salir de aquí debería ser bastante sencillo”.

“Muy bien, salgamos entonces” ‒ le dije.

“Oki doki. ¡Todos aférrense a mí y no me suelten!” ‒ Nos dijo Sadina.

“Ok” ‒ dijo Raphtalia.

“Ahora puedo defenderme en el agua. Estaré justo detrás de ti” ‒ dijo Gaelion.

Supongo que él ahora podría operar bajo el agua. Estaba adquiriendo nuevas habilidades a un ritmo sorprendente.

Raphtalia y yo nos agarramos a Sadina y pasamos por el oscuro pasaje submarino antes de llegar a la superficie del agua. El Pekkul Kigurumi habría sido útil, pero por desgracia no lo tenía conmigo. En el peor de los casos, supongo que podría usar mi habilidad con el Escudo Burbuja como una forma de respirar.

Miré a nuestro alrededor mientras flotaba en la superficie. Había tierra cerca. Podía ver árboles que parecían pinos y algunas otras plantas que parecían bambú. Me recordó a Japón. Pero pude ver montañas que también se parecían a las de China, así que supe que en realidad no era Japón. Tampoco era como el mundo de Kizuna.

Vi a lo lejos lo que parecía un pueblo portuario. Parecía que había bastantes barcos allí también. No eran veleros normales. Parecían esos barcos mercantes de una sola vela que se usaban en Japón durante el período Edo. Era el tipo de barco en el que pensaba cuando imaginaba un barco del tesoro. Era la primera vez que veía barcos así en otro mundo que no fuera el mío.

“Probablemente deberíamos ir a la orilla en algún lugar más lejos del puerto, si queremos entrar a hurtadillas” ‒ dijo Sadina.

“Lo entiendo, pero…”

Metí la cabeza en el agua y miré a mi alrededor. A lo lejos, podía ver teriántropos acuáticos y seres semi-humanos buceando y nadando libremente en el agua.

“No voy a usar mi sonar ya que podrían notarlo” ‒ continuó.

“¿Crees que son nuestros enemigos?” ‒ Le pregunté.

“Sólo son civiles normales, por lo que puedo decir. Pero tampoco parecen estar pescando” ‒ dijo.

Sadina miró en su dirección con una mirada confusa en su cara. De repente se me ocurrió que estaba nadando con una orca. Eso se sintió un poco extraño.

“Ah, ya veo. Deben estar recogiendo algas. Eso no tiene mucho sentido cuando hay peces por todas partes” ‒ continuó ella.

“A quién le importa eso. Apurémonos y lleguemos a tierra” ‒ dije.

Sadina asintió.

“Buena idea” ‒ dijo ella.

“Vamos” ‒ estuvo de acuerdo Raphtalia.

Todos asintieron con la cabeza. Seguimos el arrecife costero para evitar ser vistos y finalmente llegamos a tierra.

“Ahora entonces… ¡Escudo Portal!”

Hmph. No podíamos usar la teletransportación. Tenía la sospecha de que ése sería el caso. Eso haría difícil traer a Ren con nosotros. Las cosas serían diferentes si encontráramos un reloj de arena del dragón en alguna parte.

“Lo primero que haces es tratar de irte a casa. Eres increíble, pequeño Naofumi” ‒ dijo Sadina.

“No sabré si puedo usarlo a menos que lo pruebe. El hecho de que seamos capaces o no de escapar en una emergencia marca una gran diferencia” ‒ respondí.

“Ese es un buen punto” ‒ dijo Raphtalia.

También intentó usar la habilidad del portal de su katana. Creo que se llamaba Pergamino de Retorno.

“El mío tampoco funciona. Algo está interfiriendo con la teletransportación” ‒ dijo.

“Supongo que habría sido demasiado fácil así” ‒ respondí.

“Sigamos con la infiltración entonces” ‒ dijo Sadina.

Tenía que preguntarme por qué terminamos entrando a hurtadillas en lugares tan a menudo. Cuando pensé en invadir Q'ten Lo, imaginé que usaría la influencia de Siltvelt para atacar por la puerta principal.

Suspiré.

“Había trajes preparados para nosotros, así que debemos cambiarnos” ‒ dijo Raphtalia.


La ropa que el Dragón del Agua me dejó parecía hecha de cáñamo o algo así. Raphtalia tiene un hakama. No se veía tan bien como el traje de miko, pero no era una mala elección. Sadina tenía un traje similar. Gaelion pudo usar una versión diminuta de una de esas cuerdas de paja que siempre veías en los santuarios alrededor de su cuello. Supongo que ese era su collar. Tenía una pequeña cosa con aspecto de cuentas de cristal colgando de ella y le quedaba sorprendentemente bien.

“Bueno, ¿no pensó en todo?” ‒ le dije.

“¿Para qué es esto?” ‒ preguntó Gaelion.

“Básicamente muestra que eres un monstruo santificado. Está imbuido de la bendición del Dragón del Agua, así que debería hacerte parecer importante” ‒ contestó Sadina.

“¿Oh?”

Habíamos reemplazado efectivamente nuestra armadura por ropa civil ordinaria. Sadina y Raphtalia se cubrieron la cabeza y los hombros con una fina sábana como una especie de capa que ocultaba sus rostros. Tenía el presentimiento de que las haría destacar.

“¿La gente te va a reconocer?” ‒ Le pregunté a Sadina.

“Han pasado diez años desde que dejé este país. Probablemente debería tener cuidado por si acaso, pero no hay mucha gente que conozca mi cara. Pero la pequeña Raphtalia definitivamente necesita esconder su cola y sus orejas. Eso podría delatarnos” ‒ contestó ella.

“¿Es su raza especial o algo así?” ‒ Le pregunté.

Me preguntaba si su cola y sus orejas realmente la delatarían. La gente asumía que era una mapache en Melromarc y Siltvelt. Su raza real era supuestamente otra cosa.

“De cualquier manera, ustedes dos deben tener cuidado” ‒ dije.

“Sí” ‒ contestó Sadina.

“¿Hay humanos en este país?” ‒ Le pregunté.

Sadina asintió.

“Los hay, pero no son muy apreciados, como en Siltvelt. Dicho esto, no terminan como esclavos ni nada por el estilo” ‒ respondió.

¿Oh? Eso era encomiable. Pero aun así me envolví una toalla en la cabeza para disfrazar mi raza, por si acaso.

“Muy bien, hagámoslo. ¿Adónde se supone que iremos?” ‒ Le pregunté a Gaelion.

“Parece que tenemos que ir al edificio más grande de la ciudad portuaria. Se supone que tiene una torre” ‒ dijo.

“Ah, debe ser ese faro” ‒ respondí.

Y así empezamos a dirigirnos hacia el faro de la ciudad portuaria.

Vi algo que parecía una antigua sepultura en el camino.

“Ah, así que ahí es donde estamos” ‒ dijo Sadina.

“¿Reconoces este lugar?” ‒ Le pregunté.

“Sí, todos conocen este lugar. Los restos de un monstruo derrotado por los antepasados de la pequeña Raphtalia están enterrados aquí” ‒ respondió.

En el fondo de mi mente, los imaginé construyendo la sepultura porque tenían miedo de ser maldecidos por alguna monstruosa araña gigante o algo así. Eso probablemente no estaba lejos de la verdad. Y entonces recordé el monumento de piedra donde el Tirano Dragón Rex había sido sellado.

“El monstruo no está encerrado ahí dentro, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.

“Sé lo que estás pensando. Tengo un mal presentimiento sobre esto” ‒ dijo Raphtalia.

“Sí, observé esa pelea desde dentro de tu escudo” ‒ añadió Gaelion.

“No tengo ni idea. De cualquier manera, no puedo recomendar la destrucción de ruinas antiguas” ‒ respondió Sadina.

“Ya lo sé. Apurémonos y salgamos de aquí” ‒ le dije.

“De acuerdo. Cada vez que el Sr. Naofumi toca algo, es como patear un nido de avispas, ¿verdad?” ‒ Raphtalia respondió.

“¿Dónde aprendiste eso?” ‒ Le pregunté.

Probablemente lo escuchó del traficante de esclavos o algo así. Eso no me habría sorprendido. Podría haber sido Eclair también. O tal vez fue algo que Ren murmuró mientras hablaban. Probablemente necesitaba considerar reeducarla desde cero. Podría enseñarle que ‘tocar al Sr. Naofumi es como patear un nido de avispas’, por ejemplo.

“…?”

Gaelion estaba detrás de mí. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado y me miraba con una mirada confusa en la cara. Deseaba que dejara de hacer eso. Me ponía nervioso.

Dejamos la sepultura y llegamos a la ciudad portuaria poco después. Definitivamente tenía una sensación del período Edo. Pero también había edificios hechos de plantas parecidas al bambú que parecían fuera de lugar, pero aun así se sentía japonés. Había árboles con flores en plena floración que se parecían a los cerezos en flor en Japón. Realmente le agregaba a la atmósfera.

Nos quedamos quietos unos instantes y luego Sadina señaló a los cerezos en flor.

“Es una sakura luminaria. Es un árbol que produce la energía de este país. Sirven como iluminación, ya que brillan en la noche, y proporcionan energía para todo tipo de equipos” ‒ dijo.

“¿Oh? ¿Pueden hacer todo eso? Suena muy conveniente” ‒ le dije.

“No soy experta ni nada, pero hasta donde yo sé, los árboles sólo crecerán dentro de Q'ten Lo. Escuché que intentaron plantar algunos en Siltvelt” ‒ contestó ella.

Me preguntaba qué clase de árbol era. Puede que haya habido algún tipo de problema con el clima o algo así. Pensé que valdría la pena ver si podía hacer bioingeniería para hacerla crecer en otros lugares. A Rat le habría encantado. Tenía el presentimiento de que ella podría resolver los problemas con la bioplanta si ponía sus manos en una de ellas.

“Hmm…”

No dejaba de ver decoraciones únicas que parecían tanukis por todas partes. ¡Como ésa! Vi una que se parecía a uno de esos gatos de la fortuna. Me recordaba a Raph-chan. Había algunas estatuillas de piedra de tanukis que parecían los leones guardianes comunes en Okinawa también. Pero estos tanuki eran ligeramente diferentes de las figuras de cerámica por las que Shigaraki era conocida. No sé por qué, pero incluso los techos de los edificios me hacían pensar en tanukis.

“Sr. Naofumi, ¿por qué sus ojos se mueven tanto?” ‒ preguntó Raphtalia.

“Hay tantas distracciones. Me siento como si estuviera en una especie de Raphtalia Land de temática japonesa” ‒ respondí.

“¿Qué se supone que significa eso?” ‒ gritó enfadada.

Me puse un dedo en la boca y le hice una señal para que bajara la voz.

“No causes tanto revuelo” ‒ le dije.

“Pero…” ‒ comenzó ella.

“Esta vez él no está muy equivocado, pequeña Raphtalia” ‒ interrumpió Sadina.

Ah, eso era correcto. Su familia gobernaba el país, supongo.

“¿Pero las cosas no parecen muy tensas aquí en la ciudad?” ‒ pregunté.

“Ahora que lo mencionas… algo parece extraño” ‒ respondió Raphtalia.

No era por nuestra presencia. Sentía como si los residentes estuvieran caminando entre la espada y la pared o algo así.

“Tal vez han hecho carteles de se busca con bocetos o algo así” ‒ le dije.

Vi un letrero y me dirigí a ver qué había en él. Pero no pude leerlo, por supuesto. Parecía la misma escritura que había visto en Siltvelt.

“Sadina, ¿sabes lo que dice esto?” ‒ Le pregunté.

“Veamos…”

Sadina miró la escritura y frunció el ceño. Era raro que ella respondiera así. Y luego…

“¡Waaaaaahhh!”

De repente oí gritar a un niño. Miré para ver a una abeja enorme llamada ‘Aguijón Naranja B’ -que tenía que ser una broma- elevándose de la nada y atacaba a un niño. Los residentes se acobardaron de miedo mientras miraban. Inmediatamente me puse delante del niño y bloqueé el ataque del Aguijón Naranja B.

“Raph…”

Antes de que pudiera darle la orden a Raphtalia, Sadina corrió y la retuvo.

“¡Encárgate de esto, pequeño Gaelion! Y hagas lo que hagas, no uses tus contraataques, pequeño Naofumi!” ‒ gritó.

“¿Eh?”

“¿Kwa?”

Gaelion saltó sobre el Aguijón Naranja B. Como dijo Sadina, me concentré en evitar que mi escudo activara cualquier habilidad de contraataque. Gaelion mordió al Aguijón Naranja B y murió.

“Gracias” ‒ dijo el chico.

“No te preocupes” ‒ le contesté.

Todos los residentes de los alrededores me miraban fijamente. Estaban blancos como una sábana.

“Tú…” ‒ empezó uno.

“¿No tienes miedo de los funcionarios del gobierno?” ‒ preguntó otro.

“¿Eh?” ‒ Le contesté.

Y entonces varias personas que llevaban hakamas de aspecto caro vinieron corriendo.

“¡Tú, allí! Te vimos matar a ese monstruo” ‒ gritó uno de ellos.

Sadina se adelantó y se dirigió al hombre.

“Todo lo que hizo fue proteger a un niño de un monstruo. Después de eso, otro monstruo cercano se comió a ese monstruo. Eso es todo” ‒ dijo.

“¡Eso es absurdo! ¿No conocen las reglas de la tierra?” ‒ gritó el hombre.

“¿Kwa?”

Gaelion miró al hombre con una mirada confusa en su cara. ¿Qué estaba pasando? ¿De qué estaban hablando?

“¡Por supuesto que sí! Nunca las quebraríamos. Y hasta yo sé qué clase de monstruo es éste” ‒ respondió Sadina.

Señaló la cuenta de cristal del collar de cuerda de paja que llevaba Gaelion.

“¡¿Este monstruo es un vasallo del Dragón del Agua?! Nuestras disculpas” ‒ dijo el hombre, y el grupo de funcionarios del gobierno se fue.

“¿Kwaaaa?”

Tan pronto como los oficiales se fueron, los residentes de los alrededores comenzaron a aplaudir. ¿Qué demonios estaba pasando?

“Pequeño Naofumi y pequeña Raphtalia, estamos llamando demasiado la atención aquí. Sigamos avanzando” ‒ dijo Sadina.

“Uh, está bien” ‒ dije.

“E-entendido” ‒ respondió Raphtalia.

“¡Oof!”

Raphtalia se tropezó con un hombre que había seguido a los funcionarios del gobierno. El hombre parecía ser un fisgón. Se veía como si tuviera treinta y tantos años. Sus orejas parecían orejas de perro. Pero por otro lado, algo en la forma era diferente a las orejas de Keel o Wyndia. Era como las pequeñas diferencias entre Raphtalia y los semi-humanos del tipo mapache. Probablemente era una raza única en el país.

“¡Oh, Dios mío! ¿Estás bien, señorita?” ‒ dijo el hombre.

Él envolvió sus brazos alrededor de Raphtalia y la atrapó antes de que ella cayera.

“Oh, umm, sí. Estoy bien… así que puedes soltarme” ‒ dijo.

Raphtalia se liberó por la fuerza del abrazo del hombre.

“Perdóneme. Es sólo que el destino nos unió así, señorita. ¿Qué tal si tú y yo vamos a algún lugar a disfrutar de una taza de té o a comer unas albóndigas?” ‒ sugirió el hombre.

“Qué demonios…” ‒ Dije.

Este bastardo estaba claramente tratando de ligar con Raphtalia. Actué como una amenaza extra cuando me interpuse entre Raphtalia y el hombre. Lo miré con ira.

“Esa es mi compañera. Si estás intentando ligar con chicas, vete a otro sitio. Y piensa también en tu edad” ‒ continué.

Claramente era lo suficientemente mayor como para ser su padre. Aunque los semi-humanos maduraban rápidamente al principio, obviamente no envejecían rápidamente, eso a juzgar por la apariencia de Sadina. Sólo bastó una mirada para saber que este bastardo no estaba cerca de la edad de Raphtalia. Quiero decir, supongo que era posible que la diferencia de edad no importara a la hora de casarse en este mundo, pero aun así…

“Vamos, vamos. Un hombre nunca puede envejecer demasiado para disfrutar de la compañía de una mujer” ‒ dijo.

Este bastardo…

“¿Oh? Ten cuidado de no volverte demasiado atrevido. Es posible que me moleste” ‒ dijo Sadina.

Chispas de rayos saltaron de su piel y ella miró al bastardo con una mirada amenazadora en sus ojos.

“Tenemos un poco de prisa, así que vete” ‒ añadió y le mostró una gran sonrisa.

Pero él claramente no tenía intención de rendirse. Esta vez agarró la mano de Sadina.

“Vaya, vaya, vaya. ¿No eres tú encantadora, señorita? Hoy es un buen día, de hecho. Pensar que tendría la oportunidad de encontrarme con damas tan hermosas” ‒ dijo.

Teníamos otro Motoyasu entre manos. A ese es a quien este bastardo me recordaba. Aunque Motoyasu estaba obsesionado con Firo ahora. Aun así, decidí declarar a este tipo Motoyasu #2.

“¡Vengan, señoritas, disfrutemos juntos de una copa!” ‒ continuó.

Supongo que los de su clase siempre estaban por ahí, sin importar en qué mundo estuvieras.

“Lo siento, pero no puedo hacer eso. Ya siento algo por otra persona” ‒ respondió Sadina.

Ella haló con fuerza su mano y disparó su rayo mágico.

“¡Zweite Rayo!"

El bastardo gritó como una niña. Casi se dobló hacia atrás mientras quedaba frito hasta quedar crujiente, y luego su cuerpo se arrugó contra el suelo.

“E-eres una de las dura… Ja, ja, ja” ‒ murmuró y luego se quedó inmóvil.

Ellos eran realmente algo, Sadina y el bastardo, ambos.

“Muy bien, vamos” ‒ dijo Sadina.

“Uh, sí…” ‒ murmuré.

Supongo que a los funcionarios del gobierno no les importaba que matáramos a un tipo. Estaban mirando con desilusión, pero no dieron señales de venir a por nosotros. Extraño. Seguimos a Sadina por un camino con menos gente y continuamos hacia el faro.


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Delirios de Lord:
Algo me dice que ya se encontraron con el maestro del viejo.
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