Traductor: Lord
Editor: Lord
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El Maestro Defectuoso
Al
día siguiente, reuní a mis mejores luchadores, abordé el barco y zarpé hacia
Q'ten Lo. La tripulación del barco era de Siltvelt. Parecían un poco cautelosos
cuando Itsuki subió a bordo, pero les di una mirada severa y eso les hizo
callar.
Pasó
alrededor de la tarde de ese día.
“¡Rafu!”
“¡Tadaaaaaaa!”
“¡Dejen
de posar así en la proa del barco! ¡Trae mala suerte!” ‒ Grité.
Firo
y Raph-chan deben haber perdido la cabeza. Estaban paradas en la parte
delantera del barco y con las manos en alto. Era exactamente la misma pose que
hizo famosa esa película sobre el crucero de lujo que terminó hundiéndose.
¿Dónde aprendieron eso? De Ren o Itsuki, probablemente.
Había
una linterna con decoraciones de fantasía colgando cerca de la parte delantera
del barco ardiendo intensamente. Según Werner y el viejo genmu, era una especie
de objeto especial que nos permitiría entrar en Q'ten Lo. Dijeron algo acerca
de que nos permite navegar alrededor de las corrientes enfurecidas.
“Esa
es una luz misteriosa” ‒ susurró Raphtalia.
Se
acercó a la linterna y miró la llama.
“Puedo
sentir el flujo de un poder peculiar. Probablemente sólo necesitemos seguir ese
flujo, pero parece que cambia al azar y con bastante frecuencia. Sería difícil
imitar el efecto de la linterna por mi cuenta” ‒ dijo Atlas.
“Ugh…”
Fohl
se había mareado y no le iba muy bien. Había estado así desde que subió a
bordo. La diferencia entre él ahora y cuando ganó el duelo en Siltvelt era como
el día y la noche. Era lamentable.
“¡Pequeño
Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia! Miren esos remolinos” ‒ dijo Sadina.
Señaló
a una corriente que giraba cerca de la nave. Cuando miré más de cerca, me di
cuenta de que también estábamos navegando dentro de un remolino.
“Si
observan atentamente, notarán que la corriente fluye hacia afuera. ¿Lo ven?” ‒
preguntó ella.
“Sí,
lo veo ahora que lo mencionas” ‒ respondí.
Los
remolinos estaban todos fluyendo en una dirección determinada. Se veía
realmente espeluznante. Pero ahora tenía sentido que fuera fácil salir y
difícil entrar a través de estas aguas.
“¿Así
que tú y los padres de Raphtalia se abrieron camino a través de todos estos
remolinos?” ‒ Le pregunté a ella.
“Claro
que sí” ‒ contestó ella.
Era
difícil de creer que alguien pudiera pasar a través de aguas llenas de tantos
remolinos. Honestamente, me impresionó.
“Debe
ser agradable tener un grupo tan animado de amigos, chico” ‒ dijo el viejo
después de venir a unirse a nosotros.
Antes
de salir del puerto, él había deambulado por la zona comprando todo tipo de
cosas y me pidió que se las transportara de vuelta. Teníamos un poco de tiempo
extra, así que estuve de acuerdo. Dijo que nos haría unas buenas armas después
de que volviéramos, así que estaba deseando que lo hiciera.
Hablando
de la zona portuaria, algo sobre los países más allá de Siltvelt me recordaba a
Japón. Habíamos visto una buena mezcla de humanos y semi-humanos de todas las
razas, pero parecía que se llevaban bien a pesar de todo.
“¿Qué
clase de hombre es tu maestro? Recuerdo haber oído algo sobre que era como
Motoyasu” ‒ le pregunté al viejo.
No
pude evitar preguntarme sobre su pasado.
“Hmm…
Bueno, él es tan hábil como ellos. Todavía no estoy seguro de que ni siquiera
yo pueda igualar su destreza” ‒ contestó.
“¿Y
dices que las armas que usaron los asesinos que atacaron la aldea se parecen a
las de tu maestro?”
“Sí,
no hay duda de ello. Pero si me preguntas si él es de Q'ten Lo, no tengo ni
idea”.
“Oh,
¿en serio?”.
“Supongo
que se podría decir que él era un poco vagabundo. Vagué de un lugar a otro
estudiando herrería al principio también. Pero en el momento en que vi su
trabajo, me enamoré. Me convertí en su aprendiz después de eso”.
Para
resumir lo que el viejo me dijo, había viajado de país en país como aventurero
cuando era más joven. Quería ampliar sus horizontes para hacerse un mejor
herrero. Un día, se detuvo en una tienda de armas que tenía armas fabricadas
por herreros locales. Después de ver allí varias armas magistralmente hechas a
mano, se fue y comenzó un aprendizaje bajo el herrero que las había hecho.
Las
obras maestras que había visto eran una katana y una espada. El viejo mencionó
que su especialidad había sido hacer espadas hasta ese momento.
“Ahora
que lo mencionas, te pido todo tipo de equipo diferente, como si fuera la
norma. Pero ahora que lo pienso, ser capaz de manejar todo eso es realmente impresionante”
‒ dije.
Había
oído que incluso fabricar una espada era un proceso increíblemente complicado.
Pero además de eso, él era capaz de manejar lanzas, arcos, espadas cortas, todo
tipo de armas, e incluso armaduras y escudos. Honestamente se merecía el
elogio.
“Si
tú lo dices. Pero sí, me ocupo de un poco de todo en la tienda. También hago
todo lo que puedo para cumplir con los pedidos personalizados” ‒ contestó el
viejo.
Actuaba
muy avergonzado.
“El
maestro solía decir que los herreros que se especializan en cierto tipo de
armas siempre terminan en un callejón sin salida, así que debemos mantener la
mente abierta y tratar de crear una variedad de armas y equipos” ‒ continuó.
“Por
eso debes incluso hacer pijamas” ‒ le respondí.
“Esa
fue tu culpa por traerme una petición tan extraña en primer lugar, chico” ‒ me
respondió.
Supongo
que un Firo Kigurumi no era más extraño que un Pekkul Kigurumi.
“De
vez en cuando consulto con especialistas, pero siempre hago lo mejor que puedo
para analizar los materiales y averiguar cómo sacarle el máximo provecho” ‒
continuó el viejo.
“Sí,
lo he notado. ¿Y qué? Te convertiste en aprendiz y trabajaste en todo tipo de
cosas diferentes, ¿entonces?” ‒ Le pregunté.
“Más
o menos. Viajamos por el mundo e hicimos todo tipo de cosas. Como meternos en
líos por culpa de lo mujeriego que era el maestro y que me obliguen a pagar sus
enormes deudas. Tengo todo tipo de experiencia” ‒ respondió.
“Umm…
Nada de eso tiene que ver con la herrería, ¿verdad?” ‒ Dije.
Una
amarga sonrisa se deslizó por la cara del viejo.
“Es
por eso que muy pocos de los aprendices del maestro se mantenían con él hasta
el final, a pesar de lo hábil que era. Aparte de mí y de Tolly, todos los demás
terminaron huyendo” ‒ respondió.
“Te
refieres al tío de Imiya. Pero terminó yéndose antes de que él también
terminara, ¿verdad?” ‒ Le pregunté.
“Sí,
justo cuando el maestro estaba a punto de certificarlo, surgieron algunos
problemas familiares” ‒ explicó el viejo.
“Oí
que trabajaba en una ferretería o algo así” ‒ le dije.
Quiero
decir, eso no estaba completamente fuera de relación. Pero, ¿un herrero se
contentaría con trabajar en una ferretería?
“De
vuelta a lo que estaba diciendo. Así que todavía estaba en medio de mi
aprendizaje, pero un día el maestro dejó una carta sobre la mesa y desapareció.
Decía que no le quedaba nada que enseñarme y que yo debía abrir la tienda donde
yo quisiera” ‒ continuó el viejo.
“Eso
hace que el tipo suene genial, pero supongo que hay un giro” ‒ respondí.
Me
quedé mirando sospechosamente al viejo y dejó salir una risa fuerte y amarga.
“Sí,
fue sólo cuestión de horas antes de que las mujeres y los cobradores de deudas
me inundaran como un maremoto” ‒ dijo.
Sí,
su maestro era un completo vago. Si nos encontramos con él, probablemente
deberíamos castigarlo en ese mismo momento.
“Ahora
entiendo qué es lo que quieres hacer. Podemos resolver tu rencor y asegurar tu
futuro al mismo tiempo” ‒ dije.
“Me
acabo de dar cuenta de que hablar contigo fue un gran error, chico. Nunca me he
sentido tan seguro de nada en mi vida” ‒ respondió el viejo.
Me
miraba con los ojos entrecerrados. ¿Qué se supone que significa eso? ¿Había
dicho algo malo?
“¿Me
equivoco?” ‒ Le pregunté.
“Bueno,
me gustaría que hiciera algo con sus hábitos de mujeriego e irresponsables. No
voy a negar eso. Pero eso no es lo que busco” ‒ respondió.
Hmm,
supongo que eso significaba que el viejo tenía algo más en mente.
“Podría
ser una coincidencia que esos asesinos estuvieran usando las armas que él hizo.
Es posible que no encontremos ninguna pista sobre su paradero en Q'ten Lo” ‒
continuó.
“Eso
es verdad” ‒ dije.
No
es que sea un problema si no estuviera en Q'ten Lo. Pero el viejo todavía tenía
mucho respeto por su maestro y sentía que aún le quedaba mucho por aprender. Me
imaginé que eso es lo que estaba tratando de decir.
“De
cualquier manera, si las armas del maestro te están causando problemas,
entonces necesito investigarlo. Eres un cliente leal, así que ese es mi deber
como tu herrero” ‒ añadió.
Así
que era algo que el viejo sentía que tenía que hacer por mí y, en última
instancia, por el bien de su maestro.
“Y
eso no es todo. Si puedo seguir el rastro de las armas del maestro de vuelta a
él, podría ser capaz de resolver este problema en el que he estado atascado.
Esa es la sensación que tengo” ‒ dijo.
Oh
sí. Casi olvido que le pedí al viejo que me hiciera un nuevo escudo. Pero los
materiales de la Tortuga Espiritual eran supuestamente muy difíciles de
trabajar y tenía problemas para crear algo digno de ser llamado escudo.
Hablarlo con el tío de Imiya le había dado algunas ideas prometedoras, pero aun
así no estaba contento con los resultados. Abordar sus preocupaciones podría
significar ser capaz de hacerme un mejor escudo.
En
ese caso, probablemente debería hacer lo que pueda para ayudar. Después de
todo, el viejo fue la primera persona que reconoció la verdad y me ofreció una
mano amiga después de que vine a este mundo y fui incriminado.
“Lo
tengo. Haré lo mejor que pueda para ayudarte a buscar pistas” ‒ le dije.
"¡Gracias!"
Cuando
terminamos de hablar, me giré y miré en dirección a Q'ten Lo.
“¡Kwaaaaaa!”
Gaelion
estaba dando vueltas por encima del barco como una gaviota. S'yne y Wyndia
querían venir con nosotros también, pero terminaron yendo a Siltvelt con Rat
para investigar cosas allí. S'yne en particular parecía haber captado el olor
del enemigo, así que le dejé las cosas a ella.
Gaelion
se transformó en su forma de dragón bebé y aterrizó en mi hombro.
“Hmm,
la brisa se siente bien aquí. Pero tan pronto como dejo el barco, el viento de
repente se vuelve tan fuerte que se siente como si me fuera a salir despedido
lejos” ‒ dijo.
El
Gaelion adulto hablaba libremente ya que ni Ren ni Wyndia estaban presentes.
“Hazme
saber si sientes algo que te perturbe” ‒ dije.
“Lo
haré. Pero eso no quiere decir que no sienta ya algo fuera de lo común” ‒
respondió.
“Oh,
¿en serio?”
“No
es algo que pueda detectar claramente. Pero si tuviera que decirlo, ciertamente
parece la presencia distante de un dragón”.
“¿Es
el dragón del agua que Sadina mencionó?”
“Es
lo más probable. Mis sentidos me dicen que está ocupado manteniendo la barrera
y no nos considera hostiles”.
“Ya
veo”.
“Pero
probablemente sería prudente permanecer en alerta constante y estar preparado
para cualquier cosa”.
Eso
no hace falta decirlo.
“Me
han informado de que entraremos en aguas de Q'ten Lo en breve. Sin embargo,
todavía pasará algún tiempo antes de que lleguemos, así que por favor,
manténganse pacientes” ‒ dijo Werner después de que se acercó y se inclinó ante
mí.
La
joya de mi escudo de repente destelló.
“¿Hm?”
No
estaba seguro de lo que debía esperar, pero no pasó nada más después de eso.
Nuestro viaje continuó sin problemas.
Ya
era más tarde esa noche. Estábamos navegando a través de una densa niebla
cuando el barco de repente empezó a balancearse violentamente.
“¿Eh?
¿Qué fue eso?” ‒ pregunté.
Nos
habíamos estado relajando dentro de nuestra cabina. Abrí la puerta para mirar
hacia afuera.
“¡Es
un ataque! Estamos bajo ataque” ‒ gritó un miembro de la tripulación.
“¿Un
ataque?”
Bueno,
me imaginé que esto podría pasar. Nunca aprendían.
“¡El
enemigo ha abordado el barco! ¡Estamos en combate!” ‒ gritó Werner.
Vino
corriendo a avisarnos de la situación.
“¡Por
favor, refúgiese en un lugar seguro!” ‒ continuó.
“¿Por
qué diablos iba a refugiarme del enemigo?” ‒ Le contesté.
“¡Así
es! ¡Debemos hacer que paguen con sus vidas!” ‒ exclamó Atlas.
Todo
era siempre tan extremo con ella.
“Oh,
Dios…” ‒ murmuró Sadina.
“Supongo
que no vamos a poder entrar sin ser detectados” ‒ susurró Raphtalia.
Parecía
que ella estaba a punto de renunciar a intentarlo.
“¿Qué?
¿Quéééé?” ‒ Preguntó Firo con una mirada soñolienta y confusa en su cara.
Gaelion
había estado acostado a sus pies roncando antes de que la conmoción lo
despertara. Estaba empezando a pensar que los dos se llevaban sorprendentemente
bien.
“Bueno,
van tras Raphtalia, así que no es de extrañar que nos ataquen” ‒ dije.
“Me
han dicho que el Héroe del Arco ya se está enfrentando al enemigo en cubierta”
‒ contestó Werner.
Itsuki
y los otros habían estado descansando en una cabina diferente, pero supongo que
ya se habían unido a la lucha. Quería pensar que serían capaces de manejarlo,
pero pensé que debía ir a ver qué pasaba.
“Vamos”
‒ dije.
“Ugh…”
‒ gimió Fohl.
Él
todavía sufría de mareos. No estaba seguro de qué hacer con él.
“Hermano,
¿cuánto tiempo planeas lucir tan patético?” ‒ preguntó Atlas.
¿Patético?
Eso sí que fue una cosa sin corazón para decirle a su hermano cuando estaba
tratando de lidiar con el mareo insoportable. Él no podía evitarlo si tenía
predisposición a marearse. Pero tan pronto como ella terminó de hablar, Fohl se
sentó abruptamente y agitó la cabeza.
“¡Yo
también voy, Atlas!” ‒ dijo.
Supongo
que se esforzaría en todo para satisfacer a su hermana menor. Era bastante
impresionante, en realidad. Supongo que si le parecía bien, no me iba a quejar.
“¡Muy
bien! ¡Capturemos a esos bastardos esta vez y hagámoslos hablar!” ‒ Grité.
“¡Entendido!”
‒ Raphtalia respondió.
“Eso
estaría bien, pero no te hagas ilusiones” ‒ dijo Sadina.
“¡Daré
lo mejor de mí!” ‒ exclamó Atlas.
“¡Yo
taaaambiiiééén!” ‒ gritó Firo.
“¡Rafuuuu!”
“¡Kwaaaaaa!”
Todos
nos dirigimos a la cubierta. Miré a mi alrededor. Un grupo de varios
teriántropos tipo orcas que parecían clones de Sadina se habían reunido en la
cubierta. Abajo en el agua, vi algunos enemigos que parecían tritones y algunos
con rasgos de tortuga que los hacían parecer kappa. También había varios
teriántropos que se parecían a las serpientes albinas y luego algunos duendes
con picos de pájaros. En realidad, había bastante variación.
Los
enemigos disparaban magia a la embarcación desde las corrientes y los magos de
Siltvelt les disparaban.
“Kappas,
¿eh?” ‒ Dije.
“Fuueeeh”
‒ se quejó Rishia.
Había
estado conmigo cuando luché con unos kappas en el mundo de Kizuna. Debe haber
sido por eso que los miraba con tanta cautela.
“¿Los
kappas son considerados monstruos en este mundo? ¿O serían teriántropos?” ‒ pregunté.
“¿Qué
quieres decir?” ‒ dijo Sadina.
“Es
sólo que eran monstruos en el mundo de Kizuna” ‒ le expliqué.
Supongo
que ahora no era el momento para una charla casual. Me preparé para atacar a
las orcas y kappas teriántropos.
“Escudo
Estrella Fugaz”.
Activé
mi Escudo Estrella Fugaz para proteger a los miembros cercanos del equipo.
“¡Drifa
Cadena de Rayos!”
Sadina
lanzó su magia, disparando rayos a los enemigos en la cubierta.
“Ugh…”
Deben
ser luchadores experimentados, porque usaron sus arpones como pararrayos para desviar
el ataque mágico de Sadina.
“¡No
subestimen a los Siltveltianos!” ‒ gritó un miembro de la tripulación.
Werner
y los miembros de la tripulación también estaban en la cubierta luchando.
Parecía ser una pelea bastante pareja para el enemigo.
“¡Arco
Estrella Fugaz!”
Itsuki
sincronizó sus movimientos con los de Rishia y disparó un ataque a los enemigos
que se acercaban.
“¡Hagámoslo,
Hermano!” ‒ exclamó Atlas.
“¡Ok!”
‒ Gritó Fohl.
Con
la orden de Atlas, Fohl corrió hacia delante y dio una poderosa patada a uno de
los enemigos. El enemigo debe haber sido bastante duro, porque todavía no fue
suficiente para incapacitarlos. Pero Fohl parecía tener la ventaja desde una
perspectiva de fuerza física. Si no ganaba, al menos estaba arrinconando al
enemigo.
“¡Espada
de Polvo Estelar!”
Raphtalia
desenvainó su katana y usó una habilidad. Los resultados de su reciente
entrenamiento se mostraron. Su katana se movió con fluidez y gracia, y dio un
golpe directo.
“¡Gahhhh!”
Cortó
limpiamente a través del teriántropo que la atacaba. El enemigo cayó al suelo.
“Te
has vuelto muy buena con esa katana, pequeña Raphtalia” ‒ dijo Sadina.
“No
lo suficiente. Todavía tengo que aprender a usarla mejor” ‒ respondió
Raphtalia.
“¡Sólo
puede haber un Emperador Celestial! Muere” ‒ gritó un asesino mientras blandía
una espada.
Umm,
el asesino parecía estar confundido hasta donde yo sé. ¿En qué estaba pensando,
dando la espalda a Raphtalia y atacando el aire?
“¡Rafuuuu!”
Raph-chan
chillaba y saltaba arriba y abajo en el suelo justo debajo de donde el enemigo
había atacado. Ah, así que le había mostrado al asesino una alucinación.
“De
cualquier manera…” ‒ Empecé.
Todos
los asesinos empezaron a concentrar sus ataques en Raphtalia. Los miré con ira
y activé el Escudo Antiaéreo y mis otras habilidades para impedir sus
movimientos.
“¡Su
formación es hermética, así que crearé una abertura! ¡Terminen con ellos!” ‒ Se
lo dije a Raphtalia y a los demás.
“¡Entendido!”
‒ Raphtalia respondió.
“¡Aquí
voy!” ‒ exclamó Atlas.
Atacó
a uno de los asesinos y dio un fuerte golpe con su mano.
“¡Guh!”
Eso
fue todo lo que se necesitó para que el asesino cayera al suelo. Firo la siguió
con una patada voladora.
“¡Yaaaaah!”
‒ gritó mientras volaba por el aire.
Conectó
la patada en uno de los teriántropos tipo orca, que luego salió volando de la
cubierta. Firo empezó a perseguir a la orca para realizar un ataque de
seguimiento.
“¡Firo!
¡No vayas tras ella! ¡Tienen la ventaja en el agua!” ‒ Grité.
“¡Okaaaaay!”
“¡Kwaaaa!”
Gaelion
estaba luchando contra los duendes con pico de cuervo en el aire, pero parecía
que ambos estaban siendo sacudidos por los fuertes vientos. Los duendes sabían
claramente cómo moverse, pero Gaelion estaba exhalando fuego por todas partes y
bastantes duendes quemados habían caído del cielo.
“¡Toma
esto!” ‒ gritó un asesino teriántropo.
“¡No
tan rápido!” ‒ respondió el viejo.
El
teriántropo se me había lanzado con una de esas katanas sospechosas, pero el
viejo saltó y bloqueó el ataque. Conectaron las hojas y empezaron a luchar,
pero el viejo parecía tener una ligera ventaja.
“¿Cómo
conseguiste esa katana? Te agradecería que me lo dijeras” ‒ dijo.
“¡Hmph!
No tengo intención de decirle nada al enemigo” ‒ gritó el asesino.
“¡En
ese caso, tendré que sacártelo a la fuerza!”
El
viejo agarró con fuerza su espada y empujó al enemigo. Luego giró su espada y
la volvió a meter bajo la katana del enemigo. La katana salió volando de las
manos del enemigo.
“¿Eh?
¡Grrr!”
“¡Estás
lleno de aperturas!” ‒ se mofó el viejo.
Con
un fuerte golpe, la katana aterrizó de punta y se alojó profundamente en la
cubierta. El viejo sacó un martillo de guerra de tamaño medio y lo clavó en el
torso del ahora desarmado teriántropo. El poderoso impacto viajó a través de la
armadura del enemigo por dentro de su cuerpo.
“¡Oof!
Grrr… No dejaré que me conviertas en un espectáculo” ‒ gritó el teriántropo.
Justo
antes de que el enemigo colapsara, se las arregló para autodestruirse y su cuerpo
estalló en pedazos.
“Dios,
no tenía que morir…” ‒ murmuró el viejo.
“Es
exactamente lo que pienso” ‒ estuve de acuerdo.
No
era como si nos los fuéramos a comer vivos si perdían. Sólo los torturaríamos
un poco para hacerlos hablar, eso es todo. Aunque supongo que no estaría de más
alimentar a Firo con ellos.
“Tengo
la sensación de que el Sr. Naofumi está imaginando algo aún peor que la muerte”
‒ dijo Raphtalia.
“¿Eso
crees?” ‒ Le pregunté.
El
número de enemigos había disminuido bastante. Teníamos algunos guerreros
feroces de Siltvelt a bordo, sin mencionar la alineación de estrellas que había
traído conmigo. No había un grupo de asesinos con los que no pudiéramos lidiar.
El enemigo debe haberse dado cuenta de eso también, porque escuché algún tipo
de señal fuerte y todos ellos comenzaron a saltar del barco al agua y a huir.
“¡Esperen!”
‒ gritó un miembro de la tripulación.
“Yo
no recomendaría ir tras ellos” ‒ dijo Sadina.
Su
advertencia hizo que la tripulación dudara en perseguir al enemigo. Me pareció
recordar que alguien mencionó que incluso los hakuko, que no tenían rival en
tierra, no eran rivales para los teriántropos orcas -ballenas asesinas, creo
que eran llamados- en el agua.
“Podrían
intentar atacar de nuevo más tarde. ¡Todos permanezcan en alerta máxima!”
“¡Sí!”
Y
así de fácil, los confiados miembros de la tripulación de Siltvelt volvieron a
trabajar como de costumbre. El viejo sacó la katana de la cubierta del barco e
inspeccionó la hoja.
“Esta
se hizo… más recientemente que la anterior” ‒ dijo.
“Oh,
¿en serio?” ‒ Le pregunté.
“Sí.
Pensé que podría haber sido una coincidencia que estuvieran usando una de las
piezas del maestro, pero eso no parece muy probable ahora” ‒ contestó.
“Hmm…”
Itsuki
y Rishia vinieron a unirse a nosotros después de asegurarse de que no quedaban
enemigos.
“Todos
los enemigos han huido por ahora. ¿Deberíamos preparar la ballesta en caso de
que ataquen de nuevo?” ‒ Preguntó Itsuki.
Casi
había olvidado que él podía usar la ballesta. Ahora que había implementado los
métodos de mejorado, sus ataques con la ballesta serían en un nivel totalmente
diferente al que Raphtalia había logrado antes, aunque el enemigo aparentemente
estaba usando equipo diseñado específicamente para contrarrestar a los héroes.
“Es
increíble pensar que nos atacarían en medio de todos estos remolinos. Estaban
nadando en las corrientes como si fuera completamente normal” ‒ dijo Rishia.
“Quizá
tenían algún tipo de protección especial” ‒ sugerí.
“Es
posible que llevaran un equipo imbuido de la bendición del propio dragón del
agua” ‒ susurró Sadina con una pizca de preocupación en su voz.
“Eso
demuestra que no quieren que lleguemos a Q'ten Lo” ‒ dije.
Crear
problemas para el enemigo era una de las bases de la guerra. En otras palabras,
las cosas iban bien.
“¡Lo
logramos!” ‒ exclamó Atlas.
“¡Gaaanaaaamooooos!”
‒ Firo chilló.
“Supongo
que tienen razón. Tal vez sólo estoy siendo demasiado…”
Pero
antes de que Sadina terminara de hablar…
“¡¿Kwa?!”
Gaelion
fue el primero en reaccionar. Se volvió hacia nosotros, ¡y entonces sucedió!
¡Fwooooosh!
Algo
cayó hacia mí y hacia Raphtalia. Consiguió evitar golpear a cualquiera que se
encontrara en la zona y perforar la cubierta del barco, desapareciendo en el
agua. Inmediatamente después, el remolino que había debajo de nosotros se
disparó como un tornado y absorbió una sección de la cubierta que había sido
cortada.
“¡Whoa!”
Raphtalia
y yo tratamos de alejarnos rápidamente, pero pude sentir que el tornado nos arrastraba.
Traté de lanzar mi Escudo Antiaéreo para darnos algo sobre lo que pararnos,
pero no lo logré a tiempo.
“¡Pequeño
Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia!” ‒ Gritó Sadina.
“¡Kwaaaaaaaa!”
Sadina
y Gaelion saltaron hacia mí y hacia Raphtalia. Unos segundos más tarde, Atlas
vino corriendo detrás de nosotros también.
“¡Sr.
Naofumi!” ‒ gritó ella.
“¡Atlas!”
‒ Gritó Fohl.
“¡¿Hermano?!”
Él
la agarró de la mano inmediatamente y la sostuvo.
“¡¿Amo?!”
“¡Fuuueeeeeh!”
“¡Naofumi!”
“¡Chico!”
Firo,
Rishia, Itsuki, y el viejo nos llamaron, pero ninguno de ellos pudo llegar a
tiempo. Todos se hundieron en el remolino de abajo y el tornado nos tragó a mí
y a Raphtalia. Nos sacudió violentamente, y todo pasó a velocidades
vertiginosas.
“¡Raphtalia!”
“¡Sr.
Naofumi!”
Inmediatamente
alcancé y agarré la mano de Raphtalia para que no nos separáramos. No era la
primera vez que pasaba algo así.
“¡Pequeño
Naofumi! ¡Pequeña Raphtalia!”
Sadina
saltó al tornado en un intento de protegernos a mí y a Raphtalia. Ella estaba
haciendo todo lo que podía para nadar a través de los remolinos de agua.
Parecía que Gaelion se aferraba a su espalda.
“Usa…
tu portal…”
Tomó
todo lo que tenía para enfocar mi atención y decir el nombre de la habilidad.
“¡Escudo…
Portal!"
Teletransportarnos
de vuelta significaría tener que volver sobre nuestros pasos, pero bueno. Grité
el nombre de la habilidad y un mensaje apareció en mi pantalla: ‘Incapaz de
teletransportarse’. ¡Esta cosa nunca funcionaba cuando más lo necesitaba!
Empezamos a dar vueltas dentro del tornado, y sentí que mi conciencia comenzaba
a perderse.
Delirios de Lord:
Típico. Separados en grupos.
Con un maestro así, es raro que el viejo no haya huido también.
Creo que es masoquista.
No se olviden de darle like al facebook.