Traductor: Lord
Editor: Lord
08
Dragón Demonio
"¿Padre?"
"¿Eh?"
"Tenía
el presentimiento de que ese podría ser el caso. Supongo que tenía razón"
‒ dijo Sadina en un susurro.
Ella
y Rat asintieron con la cabeza como si todo tuviera sentido de repente.
"Sí.
El dragón que vivía aquí… era mi padre."
Wyndia
asintió y miró a Gaelion mientras respondía. ¿Eh? ¿Eso significa que Wyndia fue
criada por un dragón? Se veía exactamente como un semi-humano tipo perro, igual
que Keel. Nada en ella parecía un dragón. Bueno, su peinado me parecía un poco
raro. Era extraño. Me recordaba a un perro y a un lagarto al mismo tiempo.
¿Pero podría un dragón zombi incluso…? No, espera. Supongo que su padre fue
probablemente un dragón normal y viviente cuando la crio.
"De
ninguna manera… Eso significa… Yo…"
Ren
estaba tropezando con sus palabras. Wyndia lo miró con ira.
"¡Tu
melancolía es tan molesta! Sólo cállate por ahora" ‒ gritó ella.
Ahh,
así que por eso ella lo miraba con ira de vez en cuando. Y por eso los deseos
masoquistas de Ren la molestaban tanto.
"Es
extremadamente raro, pero no es algo inaudito. Hay historias de monstruos
salvajes que crían niños humanos o semi-humanos. Usualmente es un monstruo tipo
lobo o un dragón," ‒ dijo Rat.
"Oh
cielos, no me digas que tienen una especie de chico lobo aquí también…" ‒ murmuré.
"Detén
esto, ya. Padre, no queda nada aquí. Sé que probablemente sientes odio por el
héroe que te robó todo. Pero eso no significa que esté bien lastimar a otros.
Detén esto antes de que hagas algo de lo que te arrepentirás".
"GU…"
Gaelion
soltó un torturado gemido y retrocedió. Se tapó las orejas con las garras, como
si no quisiera escuchar.
"Me
negué a dejarlo ir antes de ahora. No podía perdonar a los héroes. Me robaron
la felicidad. Le robaron la felicidad a papá. Pero el Héroe del Escudo es…
diferente. Es amable con todos en el pueblo. No es como los demás en este país.
La gente que me azotó. No es como los aldeanos que robaron tus tesoros y se
rieron por ello" ‒ Wyndia explicó.
Estaba
llorando mientras le contaba a Gaelion por lo que había pasado, en un intento
de llegar a él. La razón por la que se tapaba los oídos era porque funcionaba…
¿o no?
Pero
pensar que un dragón criaría a una niña semi-humana… Tal vez había planeado
aprovecharse de ella después de que creciera. ¿El hecho de que lo estuviera
considerando sólo prueba que había pasado demasiado tiempo con juegos?
"Por
favor. Devuélvele ese cuerpo a su dueño. Ese dragón bebé se llama Gaelion,
igual que tú, padre. ¡Y todavía está vivo ahí dentro! Devuelve también el poder
que le robaste a Firo. Padre… ¡Ya no perteneces a este mundo!"
"¡GYAOOOOOOOOOO!"
Gaelion
empezó a arañar su frente. ¡¿Le había convencido?!
Pero
justo cuando pensaba que había sido un éxito…
"¡Cuidado!"
Ren
saltó hacia adelante y protegió a Wyndia de la garra de Gaelion.
"¡Gaelion!"
‒ gritó ella.
Su
intento de hacer entrar en razón a Gaelion había fracasado. Por supuesto que
las cosas no saldrían tan bien. Después de todo, aún tenía a Firo atrapada
dentro de su cuerpo.
"Supongo
que eso no funcionó. ¡Wyndia! Yo—”
"¡Suéltame!
¡Gaelion! ¡Escúchame! ¡Por favor!"
Y
entonces Wyndia se quedó inmóvil, como si acabara de ver algo increíble.
"¿Quién…
eres tú? ¡No eres Gaelion!" ‒ gritó ella.
"¿Eh?"
Wyndia
miró a Gaelion con hostilidad ardiendo en sus ojos.
"¡Gaelion
y Padre estaban justo ahí! ¡¿Qué hiciste con ellos?!"
El
comportamiento de Wyndia cambió completamente. Ahora estaba hirviendo de rabia.
Miré al enorme dragón que había sido Gaelion. Su cuerpo negro empezó a ponerse
morado, y la masa de lodo negro que lo rodeaba empezó a desaparecer.
"¿Oh?
¿Te diste cuenta de mi presencia, pequeña?"
El
dragón habló, y yo me uní a Wyndia para mirarlo fijamente. Pensé que podría ser
la voz del dragón que había sido su padre antes de morir, pero no fue así, a
juzgar por su reacción. Necesitaba averiguar quién era este nuevo enemigo que
estaba ante nosotros.
Pero
espera… Había oído esta voz antes. Era la misma voz que me había susurrado
cuando lancé Aura de Sacrificio a Todos.
"¡¿Quién
demonios eres tú?!"
Le
grité con amenaza en mi voz. El enorme dragón lentamente hinchó su pecho con
orgullo. Tras una breve pausa, contestó con calma.
"Hmph.
Supongo que debería presentarme" ‒ murmuró.
El
dragón puso una mano sobre su pecho e hizo una reverencia presuntuosa.
"Vengo
de otro mundo. Allí, yo era el Emperador Dragón. A mí también se me conoce como
el Dragón Demonio. Yo soy el gobernante de todos los monstruos. Héroe del
Escudo, todo esto debería sonarte familiar".
Eso
me recordó lo que había pasado en el mundo de Kizuna y las armas que Raphtalia
y yo siempre usábamos. Ambos tenían un ‘dragón demonio’ en su nombre.
El
Dragón Demonio me había hecho una pregunta. Si había alguna posibilidad de
discutir las cosas, tal vez era ésta.
"Sí.
Eres el dragón que intentó apoderarse del mundo de Kizuna, ¿verdad? Estoy
bastante seguro de que Kizuna dijo que te derrotó".
El
Dragón Demonio confirmó mis sospechas asintiendo con la cabeza.
"Me
alegra que parezca entender. Eso es correcto. El Héroe de la Caza y su grupo
aplastaron mis aspiraciones una vez."
"¿Y
por qué ese Dragón Demonio estaría aquí ahora?"
"Hmph…
Héroe del Escudo, ¿realmente vas a fingir que no tienes ni idea?"
Tuve
un mal presentimiento sobre esto. Romina me dijo que el núcleo del emperador dragón
que usó en mi Armadura Barbaroi había sido creada combinando fragmentos de los
núcleos del emperador dragón y del dragón zombi. Y siguiendo lo que habían
dicho Rat y Wyndia, así como el estado actual de Gaelion, las tendencias
corruptas de los emperadores dragón se extendían incluso a sus conciencias.
Como resultado, el remanente del dragón demonio en mi fragmento de núcleo, que
se había apoderado del cuerpo de Gaelion, se descontroló. Tenía sentido.
"Así
que tu conciencia permaneció en los fragmentos del núcleo, que usé en mi escudo
y armadura. Y ahora te has apoderado del cuerpo de Gaelion."
"Muy
bien. Lo captas rápido, Héroe del Escudo," ‒ contestó.
"¿Y?
Supongo que no estás aquí porque decidiste ayudarnos suprimiendo a mi dragón enloquecido."
"Adivinaste
correctamente. ¡Por fin he encontrado un cuerpo que me permitirá actuar
libremente! Seguramente no creerás que te lo voy a ceder, ¿verdad?"
El
dragón claramente no tenía intenciones amistosas. En ese caso, tratar con este
oponente probablemente sería aún más peligroso que luchar contra un dragón que
simplemente estaba causando un disturbio violento.
"¿Qué
has hecho con Firo? ¡Devuélvela de inmediato!"
Melty
se adelantó y le gritó al dragón con enojo.
"Debes
estar refiriéndote al monstruo que la gente llama firorial en este mundo."
¡Rasgadura!
Oí
un ruido de rasgadura y el pecho del dragón demonio se abrió. Algo se deslizó
hacia adelante a la vista. Podía ver a Firo sujetada por tentáculos o algo así.
Sus brazos y piernas estaban atadas. Parecía como si hubiera sido cosida en el
corazón latiente del dragón, como si ella fuera ahora parte de su cuerpo. Firo
parecía gemir con cada latido del corazón. Los tentáculos latían y brillaban,
como dando a entender que le estaban robando su poder.
"Ugh…
ughhhh…"
"¡Filo!"
Melty
empezó a dar un paso adelante. Pero antes de que pudiera moverse, el Dragón
Demonio lanzó un hechizo instantáneamente, sin siquiera recitar un conjuro. Un
rayo de luz negra salió disparado hacia los pies de Melty.
"¡Cuidado!"
‒ Grité.
Instantáneamente
agarré a Melty y la arrastré hacia atrás. Estaba claro que el dragón no tenía
la intención de que el haz de luz la golpeara, pero la forma en que ella se
había lanzado hacia adelante hizo que golpeara cerca.
"¡Naofumi!
¡Suéltame! ¡Es Firo!"
"¡Cálmate!
¡Acercarse imprudentemente no va a convencerlo de que la devuelva!".
El
Dragón Demonio puso una mano sobre su pecho, como para dar a entender que
estaba de acuerdo.
"Ugh…
Mel-chan… Amo… Duele…"
Firo
abrió los ojos un poco y nos llamó. Pero el Dragón Demonio claramente no tenía
intención de devolverla. Él sonrió con suficiencia.
"El
Héroe del Escudo está en lo correcto. El firorial es una ofrenda de sacrificio
que me da poder. ¿Realmente crees que se la entregaré?"
"Nooo…
Ugh…"
Con
un sonido de chasquido, el Dragón Demonio lentamente atrajo a la expuesta Firo
hacia atrás, hacia lo profundo de su pecho.
"¡Firo!"
Melty
estiró la mano hacia Firo y agarró el aire. La sostuve y miré fijamente al
Dragón Demonio.
"¿Realmente
crees que vamos a aceptar eso e irnos?" ‒ Le pregunté.
"No
tengo planes de dejar que se vayan así, por supuesto. Sin embargo, tal vez
podamos hacer un trato".
"¿Qué
es lo que quieres?"
Cada
vez que se hablaba de negociar en una situación como ésta, siempre terminaba
siendo una propuesta absurda. Me recordó a esa famosa frase de cierto dragón:
"Si quieres ser mi aliado, te daré la mitad del mundo." Aunque
aceptaras la oferta, las cosas saldrían mal.
Pero
siempre había una posibilidad de que el Dragón Demonio pudiera ser razonable.
No estaría de más escucharle.
"Mi
aspiración es gobernar el mundo. Los humanos son débiles, estúpidos y egoístas.
¿Por qué el mundo debería pertenecerles a ellos?"
"Un
cliché así… ¿Te vas a quejar de que los humanos no son aptos para gobernar el
mundo?"
Qué
predecible. La trivialidad de todo esto me hizo poner los ojos en blanco.
"Pero
seguro que lo entiendes, Héroe del Escudo. Fuiste invocado egoístamente a este
mundo, y luego inculpado y perseguido simplemente porque no le gustabas a
alguien. Seguramente entiendes la arrogancia de la gente de este mundo."
“…”
Él
no estaba equivocado. Las innumerables injusticias que había sufrido eran el
resultado de esa arrogancia.
"Esos
tontos reinan sobre este mundo como si les perteneciera. En el fondo, sabes que
sus actos salvajes son imperdonables. Pude sentirlo cuando estaba en tu
escudo."
"Bueno,
no te equivocas en eso."
Era
un mundo egoísta y podrido en el que dependían de los héroes para arreglar las
cosas cada vez que algo salía mal. Si pudiera, abandonaría mi misión,
regresaría inmediatamente a mi propio mundo y lo olvidaría todo. Como si todo
hubiera sido una pesadilla.
"Por
supuesto, yo también me encargaré de las olas. Tener el mundo destruido tampoco
es bueno para mí. Pero eso es sólo si el mundo me pertenece."
Su
oferta sonaba bien hasta ahora. Pero siempre había manos ocultas cuando las
cosas sonaban demasiado buenas para ser verdad. Se había referido a Firo como
una ofrenda de sacrificio, y estaba absorbiendo su poder. Había secuestrado el
cuerpo de Gaelion. Eso era suficiente evidencia de que las cosas no serían tan prometedoras.
"Sr.
Naofumi…"
Raphtalia
había estado tratando de calmar a la frenética Melty. Puso su mano en mi
hombro. Sabía lo que quería decir. Era un mundo sucio y podrido, pero todavía
había gente aquí que intentaba hacer lo mejor que podía para hacer lo correcto.
No me importa si todos los tontos morían. Pero había gente que también merecía
mi protección. Por supuesto que lo entendí.
"¡Qué
criatura tan arrogante! Debería derrotar a esa cosa, ¿verdad, Atlas?" ‒
Gritó Fohl.
Empezó
a dar un paso adelante, pero Atlas lo detuvo con un rápido golpe en el
estómago.
"Ugh…
¿Por qué hiciste eso, Atlas?"
"Aún
no somos lo suficientemente fuertes para enfrentarnos a esa criatura. Nuestra
oportunidad de actuar llegará, pero ahora mismo, tenemos que esperar las
instrucciones del Sr. Naofumi. Deberíamos concentrarnos en acumular todo el
poder posible hasta entonces".
Atlas
comenzó a enfocar su conciencia tan pronto como terminó de hablar.
"A…
¿Atlas?"
Su
concentración era increíble. Se quedó inmóvil, como si ya no pudiera oír la voz
de Fohl. Su posición estaba a unos dos metros detrás de mí.
"Es
suficiente preludio. Oigamos ya tus condiciones" ‒ anuncié.
Incluso
si las negociaciones iban a terminar en fracaso y teníamos que seguir luchando,
todavía tenía sentido escucharle. Este enemigo era demasiado fuerte para
intentar arreglar las cosas a nuestra manera, sin tener en cuenta lo que tenía
que decir. Los ataques de Ren y Raphtalia fueron ineficaces.
Una
fuerza increíble. Tenía que haber algo. Si podía averiguar qué era eso hablando
con él, estaba seguro de que podría encontrar una manera de tratar con él.
"Directo
al grano. Me gusta eso. Estas son mis condiciones. Todos aquí -aparte del Héroe
del Escudo- jurarán su lealtad a mí y se convertirán en mis subordinados. ¡Y
luego acabarán con el Héroe de la Caza y sus compañeros que rompieron mis
aspiraciones una vez en el pasado!"
Qué
chiste. ¿Realmente iba a presentarlo así y aun así esperar que estuviéramos de
acuerdo? Podría haber sido un dragón poderoso, pero no tenía absolutamente ningún
potencial como político. ¿Y qué quiso decir con que todo el mundo, excepto yo,
prometiera su lealtad?
"¿Realmente
crees que estarían de acuerdo con eso? ¿Y por qué especificaste a todos menos a
mí?"
Todos
a su alrededor miraron con ira al Dragón Demonio y asintieron. En situaciones
como ésta, era normal obligar al líder, que ahora mismo era yo, a jurar su
lealtad también. El Dragón Demonio me miró fijamente. La mirada en sus ojos… No
fue del todo por desprecio. Me dio escalofríos en la columna vertebral. Sus
ojos me recordaban a un monstruo hambriento mirando a su presa.
"Al
igual que la ofrenda firorial, no eres más que otra fuente de poder. No
necesito que me prometas nada. Tú, también, te convertirás en parte de mi
cuerpo y continuarás proveyéndome de poder por toda la eternidad. A cambio, me
vengaré de los putrefactos humanos por los dos".
"¡¿Eh?!"
Así
que el bastardo pretendía hacerme parte de su cuerpo y usarme como fuente de
energía, ¡al igual que Firo!
"Seguramente
no pensaste que la firorial era mi única fuente de poder. Echa un vistazo a la
situación. ¡Es tu rabia la que me da poder!"
"Eso
debe ser de lo que Atlas estaba hablando cuando dijo que había algún tipo de
poder saliendo de usted y amplificando algo" ‒ dijo Raphtalia.
"No
me extraña que el dragón sea tan fuerte…" ‒ murmuró Rat.
Ella
tenía una mirada de enfado en su cara. Wyndia me miró fijamente.
Miré
mi escudo. Mi rabia… abrí el Escudo de la Ira en mi pantalla de estado. La
pantalla estaba toda borrosa. Mucho sobre el dragón me recordó las habilidades
de mi Escudo de la Ira, incluyendo el ataque de aliento que Gaelion había usado
antes de convertirse en el Dragón Demonio. En otras palabras, el Dragón Demonio
debe haberme estado usando como un medio para sustentar un poder tan masivo. Y
como yo era la fuente de ese poder, él quería asimilarme en su cuerpo para
seguir aprovechando ese poder.
"¡Vete
al infierno! ¿Realmente crees que alguien estaría de acuerdo con esos
términos?"
"Oh,
para nada. Entiendo perfectamente que intenten resistirse. Esto no es una
negociación. Esto es el fuerte explotando al débil".
El
Dragón Demonio emitió un feroz rugido. Cuando lo hizo, una lluvia de ataques
mágicos cayó sobre nosotros.
"¡Maldito
seas! ¡No dejaremos que te lleves a Naofumi! ¡Espada Estrella Fugaz!"
"¡Así
es! ¡No dejaremos que el Sr. Iwatani se sacrifique por esas miserables
aspiraciones!"
Ren
interceptó los ataques mágicos del Dragón Demonio con su habilidad de la Espada
Estrella Fugaz, y Eclair lanzó un hechizo que formó un escudo de luz. Formaba
una barrera a mi alrededor que me ayudaría a protegerme, aunque sólo fuera un
poco.
"¡No
te dejaremos hacer tal cosa!" ‒ gritó Raphtalia.
Usó
la Espada de Polvo Estelar con su espada mágica para ayudar a aplastar los
ataques mágicos.
"¡Devuélveme
a Firo!" ‒ gritó Melty.
Ella
debe haber invocado un gran poder latente ante un peligro inminente. Empezó
rápidamente a lanzar hechizos y a disparar contra la magia del dragón.
"Maldita
sea… Incluso si nuestros ataques lo golpean, ¡sólo hacen volar chispas!" ‒
gruñó Ren.
El
poder de ataque de Ren debe ser mayor que el del Dragón Demonio, porque estaba
logrando aplastar los ataques mágicos del dragón. Pero los ataques de Ren no eran
lo suficientemente poderosos para perforar la armadura del Dragón Demonio.
"Sr.
Naofumi, por favor, proteja a los demás. Ren, tomemos la pelea de cerca" ‒
dijo Raphtalia.
"¡Hagámoslo!"
‒ Ren contestó.
Raphtalia
dio la señal a Ren, se agachó y luego saltó hacia el Dragón Demonio.
"¡Hiyaaaa!"
Ella
empujó su katana con una fuerza increíble. Ren la siguió y blandió su espada.
"¡Espada
de Trueno!"
Un
rayo salió de la espada de Ren y se lanzó contra el Dragón Demonio. Pero ni
siquiera rasguñó las escamas del dragón. El ataque de Raphtalia, por otro lado,
hizo un sonido agudo, como si hubiera cortado algo. Había una nube de gas negro
y nocivo rodeando al Dragón Demonio y parecía que ella había atravesado eso.
"Ugh…
supongo que yo también debería lanzar un contraataque. Traten de no morir. Me
gustaría tratar de medir mi propia fuerza."
El
Dragón Demonio no tenía ni un solo rasguño, pero había gemido de dolor. ¿Qué es
lo que Raphtalia cortó? No tenía ni idea, pero ciertamente parecía tener un
efecto. El Dragón Demonio agitó sus alas y se levantó del suelo. Comenzó a
brillar tan resplandecientemente como el sol, y una nube de llamas negras llenó
el aire.
"¡Raphtalia!
¡Ren! ¡Atrás!"
Convoqué
a mi Escudo Antiaéreo y mi Segundo Escudo frente a Raphtalia y Ren para protegerlos
del ataque. Como se los ordené, ambos retrocedieron. Bien. Eso debería ser
suficiente.
"¡Experimenta
mi poder de primera mano! ¡Llamas del Purgatorio! ¡Prominencia Solar! ¡Nova
Oscura!"
La
boca del Dragón Demonio se abrió, y cerca de su pecho se formó un sol negro.
Llamas negras se derramaron hacia nosotros. Levanté mi escudo hacia el cielo y
lancé el Escudo Flotador E, Escudo Estrella Fugaz y Tercer Escudo.
"¡Melty!
¡Sadina! ¡Cualquiera! ¡Casteen toda la magia defensiva que puedan!"
"¡O…
ok!"
Melty
asintió con la cabeza y comenzó a castear junto con los demás. Llamas
abrasadoras salieron del sol negro y explotaron.
Ugh…
La intensidad del ataque fue aún mayor que cuando me golpearon con el hechizo
mágico ceremonial Juicio. Además, las llamas maldecían todo lo que tocaban, y
ahora estaban envolviendo mi cuerpo. Poco a poco, mi piel se derretía. El dolor
siguió momentos después.
"¡Pequeño
Naofumi! ¡Sigue aguantando! ¡Sello de Agua Santo!"
Sadina
usó el agua bendita para reducir la cantidad de daños que yo recibía. Me di
cuenta de que las llamas retrasarían cualquier curación. No había duda de eso
ya que mi Escudo de la Ira era la fuente de su poder. El agua bendita era
claramente muy efectiva contra los elementos de maldición. La curación no sería
un problema siempre y cuando los efectos de la maldición no la retrasaran.
Afortunadamente Rat estaba ayudando un poco al lanzar su propia magia curativa.
Después
de varios momentos, las llamas se apagaron. El área frente a mí se había
transformado en un campo de cenizas ardientes.
"Hmph.
Matarte significaría perder una fuente de energía. Ese ataque no es lo
suficientemente poderoso como para asestar un golpe decisivo. Esa es la
desventaja".
"Ugh…"
Me
eché magia curativa y me preparé para continuar la lucha. No tenía ninguna duda
de que estaba tratando de debilitarme para que pudiera asimilarme en su cuerpo.
"¡Naofumi,
eres su objetivo! ¡Tienes que quedarte atrás, pase lo que pase!" ‒ Gritó Ren.
"¡Sr.
Naofumi! ¡El Héroe de la Espada tiene razón! ¡Tenga cuidado! ¡El dragón claramente
está tratando de debilitarlo!" ‒ Raphtalia añadió.
El
Dragón Demonio se estaba tomando un momento para recuperarse después de
desencadenar un ataque tan masivo. Raphtalia y Ren aprovecharon la oportunidad
y saltaron sobre él para reanudar sus ataques. Anteriormente en la lucha, los
dos habían atacado al mismo tiempo y el efecto combinado había dejado una leve
marca en las escamas del Dragón Demonio.
¿No
había nada que pudiera hacer? Si me emparejara con Sadina, podríamos lanzar
nuestro hechizo mágico cooperativo, Descenso del Dios del Trueno, sobre
Raphtalia y Ren. Eso debería aumentar su poder de ataque. Sadina debe haberse
dado cuenta de lo que estaba pensando, porque asintió con la cabeza y tomó mi
mano en la suya. ¿Pero era eso realmente todo lo que podía hacer? No pude
evitar preguntarme.
El
trabajo de un escudero era bloquear los ataques del oponente y crear
oportunidades para que los aliados atacaran. Si ellos tuvieran algún margen de
maniobra, podrían ayudar a los otros miembros del equipo mientras ayudan a
mantenerlos con vida. Naturalmente, eso es exactamente lo que yo siempre había
hecho. No había nada más que pudiera hacer.
"Hmph…
Parece que necesitaré más poder. Probemos esto entonces" ‒ susurró el Dragón
Demonio.
Empezó
a concentrarse. Naturalmente, sus movimientos también se ralentizaron, pero
Raphtalia y los demás aún no pudieron dar un golpe decisivo.
Si
él estaba extrayendo mis habilidades, entonces… Espera. ¿Extrayendo mis
habilidades? Era seguro asumir que estaba usando las habilidades del Escudo de
la Ira. Ren había implementado los métodos de mejora, pero sus ataques seguían
siendo ineficaces. Yo era el único con un índice de defensa lo suficientemente
alto como para lograrlo. El Dragón Demonio incluso dijo que estaba usando el
Escudo de la Ira como médium. Entonces, ¿qué pasaría si intencionalmente
fallara un intento de mejora en el Escudo de la Ira?
"Está
usando mi escudo como fuente de su poder. Voy a intentar fallar
intencionadamente un intento de mejora en el escudo."
Ren
se volvió hacia mí y asintió.
"¡Eso
tiene sentido! ¡No había pensado en eso! ¡Inténtalo, Naofumi!"
"¿Eh?
¿Qué quieres decir?" ‒ preguntó Rat.
"El
fracaso es siempre una posibilidad cuando se mejoran nuestras armas. Si
intencionalmente hago que fracase, entonces el Escudo de la Ira se debilitará.
En otras palabras, el escudo que está suministrando su poder se debilitará. Y
eso significa…"
"¡El
dragón también se debilitará!" ‒ exclamó.
"Exactamente.
Si está obteniendo su defensa de mi escudo, entonces eso debería hacer posible
dañarlo con nuestros ataques. ¡Estoy seguro de ello!"
Me
decidí y me preparé para mejorar mi escudo. ¡Y ahí fue cuando ocurrió!
"¿Realmente
pensaste que no había pensado en eso?"
Delirios de Lord:
Trivia, ¿A qué dragón se refiere con la frase que dice?
¿Oh? ¿Eso no funcionará? El próximo capítulo estará interesante.