Traductor: Lord
Editor: Lord
19 Grandes Avances en el Bajo Mundo
Le
pedimos al asistente del traficante de esclavos que trajera nuestra bolsa de
combate y salimos corriendo detrás de Sadina a las calles de los mercados de Zeltoble.
Después de todo, Sadina había hecho algo completamente diferente de lo que le
había pedido el mercader corrupto.
Era
fácil imaginar lo que habría hecho si yo hubiera sido el comerciante.
Confiscaría a los auténticos esclavos de Lurolona y llamaría eso compensación.
Por otra parte, ese pudo haber sido el plan desde el principio. Sería un gran
dolor de cabeza si eso ocurriera de verdad, que es por lo que estábamos
corriendo con tanta prisa.
"Esa
magia de debuff fue bastante poderosa, ¿no?"
"Sí,
lo fue".
Después
de salir de la arena, mi cuerpo se sintió ligero como una pluma… tan ligero que
casi doy vueltas al principio.
"Pequeño
Rock, por aquí".
Fuimos
en la dirección que Sadina estaba señalando. Finalmente, llegamos a un edificio
en un barrio residencial de Zeltoble que tenía un grupo de matones de aspecto
hostil de guardia afuera. Parecía el tipo de casa de piedra que un comerciante
prepararía. Había algo que hacía que se pareciera a la casa de Kizuna. Frente a
la casa, había varios carruajes alineados que parecían del tipo que usaban para
escoltar a los prisioneros. Parecía que mi conjetura resultó ser acertada.
"Estamos
en proceso de cobrar una deuda dentro de este edificio. ¡Cualquiera que no esté
involucrado no es bienvenido aquí!"
Un
grupo de mercenarios que probablemente fueron contratados como protección
estaban de pie frente a la puerta de la casa.
"Lo
siento, pero estamos involucrados, chicos."
Sadina
comenzó a lanzar un hechizo y los mercenarios se dieron cuenta de quiénes
éramos.
"¡Parece
que ese grupo apareció justo como dijeron que lo haría!"
"Me
temo que no podemos dejarla pasar, señorita. Sé una buena chica y venga con
nosotros. ¡Acepta tu castigo por ir en contra de los deseos del jefe!"
Y
entonces, de quién sabe dónde, un grupo de mercenarios y demás, unos cuarenta
hombres en total, aparecieron de todas partes y se apresuraron a atacarnos.
Parecía que eran lo suficientemente amables como para traer a algunos usuarios
de magia también.
Si
pensaban que podían dominarnos con números, se llevarían una gran sorpresa.
¿Habían considerado quién era su enemigo? Aunque pensaran que podían
bombardearnos con debuffs, esta no era la arena. No había manera de que
Raphtalia y Firo perdieran contra un montón de chusma en un lugar que no había
sido preparado de antemano.
"¡Aquí
voooooyy! ¡Jingle-jaaangle!"
"Ugh…
¡¡¡Uwaaaaahhhh!!!"
Firo
se transformó en su forma firorial, pegó el lucero del alba a su pierna, y
comenzó a girarlo, derribando a los mercenarios.
"¡Están
en nuestro camino!"
"¡Gaahhh!"
Raphtalia
comenzó a cortarlos con su katana.
"¡Qué
lástima, muchachos! ¡Drifa Cadena de Rayos!"
Sadina
lanzó una magia de rayo que saltó de un enemigo a otro, electrocutando a los
mercenarios mientras avanzaba. Obviamente no trajeron suficientes usuarios de
magia para interferir con nuestros hechizos. Y entonces, como para darle el
toque final, Sadina clavó su arpón en las tripas de uno de los mercenarios tan
fuerte como pudo. Ella lo envió volando hacia los otros pocos que aún estaban
de pie, tirándolos como bolos.
Y
así como así, todo el lote fuera del edificio fue puesto a descansar.
"Heh.
En un área tan apretada, no tendrían oportunidad sin importar cuántos
trajeran".
También
había algunos arqueros o algo que nos atacaron desde lejos, pero yo había
lanzado Escudo Estrella Fugaz y las flechas rebotaron sin siquiera acercarse a
nosotros.
"Sadina,
¿las maldiciones de esclavitud de los aldeanos no están registradas a nombre
del comerciante?"
"No
te preocupes, pagué para que quitaran las maldiciones de esclavitud, y les dije
de antemano que huyeran si algo pasaba."
"¿No
significaría eso que ya se han escapado de aquí?"
Sadina
miró al edificio cuando le pregunté.
"¿Hmm?"
Firo
tenía la cabeza torcida a un lado por alguna razón.
"La
nueva hermana mayor acaba de hacer algún tipo de ruido."
"¿Oh?
Me sorprende que te hayas dado cuenta. Sólo estaba comprobando cuánta gente
había en el edificio".
¿Un
sonar? Debe haber sido eso. Había oído que los delfines, las ballenas y las
orcas podían usar un sonar para localizar objetos en el océano. Supongo que
tenía algún tipo de habilidad como esa ya que era una teriántropa. Eso debe ser
muy conveniente.
"Está
bien. Parece que fueron rodeados antes de poder correr y están escondidos
dentro".
"¿Y
qué parte de eso está bien? Oh, como sea… ¡Hagámoslo! ¡Raphtalia!"
"¡Ok!"
La
puerta había sido cerrada desde afuera para evitar que se escaparan. Así que
Raphtalia derribó la puerta y entró. Yo la seguí, e hicimos un trabajo rápido
con varios matones que intentaban capturar a los aldeanos.
"¡Gaahhh!"
Detrás
de ellos estaba el comerciante que anunció el combate de exhibición en el
estadio. Pensar que se esforzaría por aparecer en un lugar como éste… Eso
funcionaba a la perfección para nosotros.
"Ugh…
¡Nadia! Tienes mucho valor para romper tu contrato" ‒ gritó.
"¿Qué
puede hacer una chica? Me topé con el oponente equivocado. No es que no lo haya
intentado, ¿sabes? Además, esto es algo que pequeño Rock y yo decidimos
juntos".
"Y
esa es mi señal. Muchas gracias por lo de antes. No me voy a quejar de eso, ya
que el combate se decidió por votación, y nunca se sabe qué esperar en el
coliseo subterráneo. Pero este negocio aquí es diferente."
"¡Y
una mierda lo es! ¡Gracias a la aparición de tu pequeño equipo, mis ganancias
son inexistentes! ¡Por eso voy a confiscar el precioso ganso de huevos de oro
de esa mujer violadora de contratos… que no pestañea cuando su maldición de
esclavitud es activada!"
Parecía
darse cuenta de que éste no era su día de suerte. El mercader corrupto trató de
explicar sus acciones, mientras miraba a Sadina, obviamente enfurecido. En todo
caso ¿Qué fue todo eso de no pestañear ante una maldición de esclavitud? Miré a
Sadina y ella me señaló el pecho.
"¡Tetas!"
"¡Cállate!
¡Sólo muéstrame!"
Le
quité la tela de sarashi que ella se había envuelto alrededor de su pecho, y
por supuesto, había una maldición de esclavitud justo allí, totalmente activada
y brillando como el sol.
"Eso
es lo que obtienes por ser tacaño y usar una maldición de esclavitud barata. Una
cosita como esta no le va a hacer daño a una chica como yo, ¿sabes?"
Ahora
que lo pensaba, Firo había desactivado su propio sello para monstruo una vez.
¿Quizás este tipo de cosas no eran tan efectivas cuando el receptor era
realmente bueno con la magia?
"¡Deberías
estar retorciéndote de dolor a cada paso! ¿Cómo diablos puedes estar ahí parada
con esa cara tan engreída?"
"Obviamente
porque no duele tanto, ¿verdad?"
¿Eh?
¿Significa eso que en realidad no estaba totalmente desactivado? Ahh, ahora que
lo he pensado, el sello para monstruos de Firo realmente nunca se activó. Pero
la maldición de esclavitud de Sadina se activó y corrió sin parar. Así que ella
estaba mitigando el efecto, pero eso no significaba que no doliera… Seguro que ella
era sorprendente.
"¡Ustedes
tontos se arrepentirán de esto! ¡¿Realmente creen que saldrán vivos de esto?!
¡No lo permitiré! Aunque salgan de aquí, tendrán al gremio del bajo mundo
detrás de ustedes sin importar adónde corran".
"Comerciante
de armas… Me temo que eso no sucederá."
En
ese momento, una voz vino de detrás de nosotros. Giré la cabeza para mirar, y
allí estaban de pie el comerciante de accesorios y el traficante de esclavos.
Rishia había venido con ellos y parecía estar temblando un poco. Raph-chan
también estaba allí.
"¡Estuve
muy nerviosa mientras vi su combate!"
"¡Rafu!"
"Apuesto
a que sí. Honestamente, por el aspecto del combate podría haber sido más
problemático que cuando nos enfrentamos a Kyo".
Sadina
hizo cosas como anular la magia y esquivar las habilidades y fue un completo
monstruo cuando se trataba de su sentido del combate. Tenía muchas preguntas
para ese payaso llamado Asesino Pierrot también, pero… como sea.
"Tú…
tú eres el comerciante de..." ‒exclamó el comerciante corrupto.
"Pensamos
que nuestra presencia podría ser necesaria, así que aquí estamos. Sí,
señor."
El
mercader corrupto parecía estar genuinamente conmocionado. Señalaba al comerciante
de accesorios con los ojos bien abiertos y la boca abierta.
"¡¿Por
qué?! ¡¿Por qué están aquí?! ¡Aun así, eso no importa! ¡No hay forma de que el
gremio del bajo mundo de comerciantes de Zeltoble lo permita!"
"No,
me temo que él no es alguien a quien el gremio de comerciantes pueda ponerle
una mano encima. Si hubieras visto la pelea en el coliseo antes, comerciante de
armas, estoy seguro de que te habrías dado cuenta".
Él
apareció cuando ocurrió algo inesperado e improvisó sin haber comprobado la
situación por sí mismo y luego salió corriendo a confiscar a los esclavos.
"Represento
a mi familia cuando digo que sentimos que el reciente asunto en el coliseo
subterráneo fue trivial, y declaramos nuestra oposición a la penalización del Equipo
Rock Valley. Sí, señor."
"El
gremio de accesorios que yo superviso también declara su oposición."
"¿Qué?
¡¿Por qué?!"
"Porque
mientras tú trabajabas entre bastidores para decidir quién ganaría el concurso,
nosotros también trabajábamos entre bastidores. Sí, señor."
"¡¿Qué
están insinuando?!"
"Veamos…
Primero, sacas un buen beneficio del torneo… y luego coges a los mocosos que
albergaba Nadia y los lanzas a las subastas en la cúspide de la burbuja de
precios para obtener un buen beneficio allí también. ¿Suena eso correcto?
Después de encontrar una forma de matar a Nadia, por supuesto".
"Suena
bastante correcto para mí. Por eso estaba siendo extra cuidadosa, ya sabes. Por
eso también utilicé mis conexiones del bajo mundo para que eliminaran las maldiciones
de esclavitud de los niños" ‒ dijo Nadia.
¿En
serio? Nunca podía entender bien lo que esta mujer estaba pensando. Si ella ya
sabía lo que iba a pasar, ¿por qué no se había esforzado un poco más para hacer
algo al respecto?
"Ahora,
hablemos de negocios. Umm… comerciante de armas, ¿no? Vamos a ganar el torneo
después de ganar el combate de mañana. El dinero que obtendremos de eso es casi
igual a la deuda de Nadia. Voy a usar ese dinero para comprar la libertad de
Nadia, así que los esclavos de Lurolona que tú y Nadia tenían pasarán a ser
míos".
"¡Diablos,
no! ¡¿Por qué alguien renunciaría a un ganso de los huevos de oro como ese?!
¡¿Tienes idea de en cuánto están negociando esos esclavos ahora mismo?!"
Meh.
Era plenamente consciente de que no iba a aceptar mis condiciones, por
supuesto.
"De
todos modos ¿Cómo demonios conseguiste que esos dos se pusieran de tu lado?"
Oh,
sí… No me había presentado, ahora que lo he pensado. Después de todo, supongo
que sería difícil saber quién era yo, teniendo en cuenta la compañía que tenía
el traficante de esclavos y las travesuras del comerciante de accesorios.
"Todos
en el Coliseo ya se han dado cuenta de quién es realmente el Equipo Rock
Valley, ¿sabes? Si son los reales o no, es otra cosa, por supuesto".
"Bueno,
puede que se haya enterado y se haya reído, pensando que éramos unos
impostores, así que se lo diré."
Miré
al mercader corrupto con desprecio en mis ojos y saqué mi pulgar en mi propia
dirección para acentuar mi arrogante auto-presentación.
"Soy
Naofumi Iwatani. Fui convocado a este mundo como uno de los cuatro héroes santos…
el Héroe del Escudo. Entré en tu torneo del coliseo con el propósito expreso de
recuperar a los ridículamente sobrevalorados esclavos de Lurolona."
"Realmente
hubiera preferido que no te presentaras. Vas a dañar tu reputación".
Raphtalia
estaba allí gimiendo.
"¿Reputación?
¿A quién le importa eso? No tuve el lujo de poder elegir mis métodos si quería
recuperar rápidamente a los sobrevalorados esclavos de Lurolona".
"¡¿Qué?!
¡Bazofia!"
El
mercader corrupto soltó en respuesta, como si yo hubiese dicho algo increíble.
¿Y qué? ¿Una auto-presentación no fue prueba suficiente? Qué molestia.
"Si
crees que estoy mintiendo, ¿qué tal si te lo pruebo? ¿Qué tal estos? ¡Escudo Antiaéreo!
¡Segundo Escudo! ¡Escudo Cadena! ¡Escudo Prisión!"
Continué
cambiando mi escudo repetidamente mientras mostraba mis habilidades.
"Seguramente
no vas a intentar decir que estoy fingiendo con magia, ya que no he hecho ni un
solo conjuro."
"En
ese caso, permítame proporcionarle pruebas irrefutables. Sí, señor."
El
traficante de esclavos me pasó un racimo de frutas lucor. Supongo que se
suponía que tenía que comerme una. Arranqué una de las frutas, la colgué frente
a la nariz del mercader corrupto para mostrarle que era de verdad, y luego la
engullí.
"¡Oh
mí…!"
Por
alguna razón, Sadina puso una mano en su mejilla con una mirada de ensueño en
sus ojos.
"¿Todavía
no me crees?"
"No
puedo… ugh…"
El
mercader corrupto bajó la cabeza desesperado y se tiró al suelo. Aparentemente,
comer fruta lucor, como si no fuera nada, se había convertido en una prueba
indiscutible de identificación como el Héroe del Escudo. Por otra parte, el
método sólo se había afianzado realmente en y alrededor de Melromarc y entre un
grupo selecto de comerciantes. Habría gente que no hubiera oído los rumores,
pero este comerciante no parecía ser uno de ellos.
"Así
que ahí lo tienes. ¿Estás listo para rendirte, ahora? Oh, y no creas que me he
olvidado de tu pequeño truco con el combate de exhibición forzado
tampoco."
"¿Qué…
qué quieres de mí?"
"Hmm,
veamos… Puede que todavía haya aldeanos
de Lurolona por ahí, así que me avisarás si por casualidad te encuentras con
alguno auténtico. Ya sea a plazos o lo que sea, yo pagaré por ellos. Dicho
esto, espero que te apures y aplastes esta burbuja y devuelvas los precios a
donde deberían estar".
Era
casi seguro que este ladrón había explotado la petición de Sadina y empujó
intencionadamente los precios de los esclavos de la aldea hacia las nubes. En
ese caso, si nos ocupamos del cabecilla, entonces los precios deberían volver a
bajar también. Puede que el fenómeno ya haya cobrado impulso por sí solo, pero
aquí mismo teníamos un elenco de comerciantes del bajo mundo de primera
categoría. Seguramente no era algo que no pudieran manejar.
"Por
ejemplo, podrías usar lo que pasó aquí para difundir rumores de que el Héroe
del Escudo está enviando asesinos tras personas con esclavos de Lurolona."
Había
muchos testigos. Estaba seguro de que los rumores se propagarían como un
reguero de pólvora.
"Si
te rindes y juegas bien como esos dos comerciantes de allí, no te arrepentirás.
Entonces, ¿qué dices?"
"Bien…
me rindo…"
Y
así, finalmente, el telón cayó sobre el incidente del coliseo subterráneo. Por
supuesto, no hace falta decir que la pelea del día siguiente fue esencialmente
una pelea deleznable, y la terminamos tan pronto como empezó.
Delirios de Lord:
Fue demasiado suave.
Necesitaba más escarmiento.