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30 jul 2018

Tate No Yuusha Vol 08 Cap 09

Autor: Aneko Yusagi

Traductor: Lord


Editor: Lord




09 Shikigami

Era la tarde siguiente.

Cociné el arenque que Kizuna había pescado la noche anterior, y lo desayunamos antes de volver al castillo para encontrarnos con esta persona que supuestamente iba a ayudarnos a buscar a Raphtalia.

"Estarán aquí pronto."

"¿Estás segura?"

Rishia estaba allí parada murmurando para sí misma mientras leía algo en una hoja de papel. Me estaba cansando de esperar.

Pero no tuve que esperar mucho. Kizuna gritó a la gente del castillo ‒ "¡Ah, ya están aquí! Vamos."

"Finalmente. Ya la oíste, Rishia. Vamos."

"Está bien."

El estudio era bueno y todo, ¿pero qué estaba leyendo? Por lo que pude ver, ella estaba repitiendo frases simples como ‘buenos días, buenos días’ una y otra vez.

Rishia y yo seguimos a Kizuna hasta el salón del trono y encontramos a alguien vestido como un mago negro con un aro en la cabeza.


Parecía un chico joven con una pesada túnica, y tenía un bastón ornamentado en su mano. Su pelo era claro, bordeando el plateado. Tenía la piel clara y limpia, y sus ojos agudos dejaban una fuerte impresión. Eran rojos o tal vez negros. Era difícil de decir.


Nos estaba esperando, y parecía estar... flotando.

Creo que había visto a alguien que se parecía a él en una de las fotografías de Kizuna. Probablemente era la misma persona.

"Ha pasado mucho tiempo, Kizuna. Seguí buscándote todo este tiempo. Siento no haberte encontrado".

"Lo hecho, hecho está. Nunca me preocupé por eso."

"Éste estaba muy solo sin ti. Por favor, llévatelo".

"Gracias. Cuidaste de él por mí, ¿verdad, Ethnobalt?"

"Sí. Cristal se ocupó de él al principio, pero estuvo muy ocupada y tuvo que viajar a tierras peligrosas. Por lo tanto, decidimos que era mejor que yo tomara el control."

Kizuna dejó de hablar con el chico, y le pasó algo que parecía un ofuda de madera. Lo agitó ligeramente, y una columna de humo salió disparada de él. Cuando el humo se disipó, un pingüino estaba de pie ante ella.

Casi me llegaba a la cintura.

Lo llamé pingüino, pero no era exactamente un pingüino. Tenía una cara muy expresiva, y estaba tan feliz que saltaba de arriba a abajo.

Me recordó un poco a Firo cuando acababa de salir de su etapa de pollito, antes de que empezara a hablar.

¿Qué era eso?

"¡Pen!"

"Ha pasado mucho tiempo. Yo también me alegro de verte".

"¡Pen!"

El pingüino saltó sobre Kizuna y empezó a frotarse las mejillas con ella. Firo solía hacer lo mismo.

"Eso me recuerda. Este pequeñín empezó a quejarse hace seis días. Si yo hubiera hecho la conexión, quizás podría haberte encontrado antes."

"Estábamos tras las líneas enemigas. No habría sido seguro que fueras. De todos modos, te habría llevado mucho tiempo encontrarme".

"Es bueno que ambos rememoren todo esto, pero ¿alguien va a explicar lo que está pasando?"

A nadie le gustaba sentarse a escuchar a la gente hablar de cosas que no entendía y a las que no podía unirse.

"Oh, claro. Lo siento. Este es Ethnobalt. Y este tipo es mi shikigami, Chris".

"Ya los mencionaste antes. ¿En qué se diferencian de otros monstruos?"

"Los shikigami son, bueno... Los obtienes de otras personas u objetos, y no son monstruos. Básicamente es mi guardaespaldas. Ya que no puedo, ya sabes, pelear con otras personas.

"Realmente todavía no lo entiendo. Continúa."

¿Se parecía a algo con lo que estaba familiarizado? Sabía que había juegos en línea donde podías reclutar monstruos para luchar en tu nombre. Pero eso era más simple de lo que ella describía. En esos juegos, puedes enviar a cualquier monstruo que hayas capturado para que te ayude en batalla.

Mi relación con Firo era algo así.

Había otros sistemas similares, como las convocaciones, o el tipo de ataques suspicaces que podías usar trabajando con otros jugadores.

Cada juego era diferente, así que las fronteras y las categorías no siempre se alineaban. Probablemente era mejor no hacer demasiadas suposiciones.

"Encantado de conocerle, portador de un arma sagrada de otro mundo. Soy el poseedor del barco de las armas vasallas. Mi nombre es Ethnobalt. Confío en que nos llevaremos bien".

(NT: Por si acaso, para los conocedores de la WN, no dice ‘Ship’ que podría traducirse como ‘Nave’, dice es ‘Boat’)

"Soy Naofumi Iwatani, el Héroe del Escudo. La chica detrás de mí es Rishia."

Eso era todo para las presentaciones.

El chico tenía una mirada en su cara como si entendiera cualquier cosa y todo, y... Bueno, en realidad, si dejo que su cara me moleste, entonces nunca sacaremos nada útil de la conversación.

"Lo que significa que eres como Cristal, ¿y tienes un arma vasalla? ¿Dónde está el 'barco' que mencionaste?"

"Está justo aquí" ‒ dijo Ethnobalt, subiendo su túnica para mostrarme sus pies.

Estaba de pie en una plataforma redonda de algún tipo, y flotaba a unos centímetros del suelo.

Parecía un OVNI o algo así de extraño.

"Encantado de conocerte."

Parecía ser un semi-humano o algún otro tipo de persona única en este mundo.

"¿Hay algo extraño en este tipo? ¿Lo estoy imaginando?"

Este tipo Ethnobalt se veía diferente de toda la gente que había visto desde que llegué al mundo.

"Pensé que te darías cuenta.  Ethnobalt desciende de una raza de grandes monstruos que han protegido el mundo durante generaciones."

"De verdad..."

Entonces me di cuenta de a quién me había recordado. Algo sobre la forma en que se comportaba... En Fitoria. Es difícil ser específico sobre cómo me recordaba a ella, pero lo hacía.

Parecía muy hábil con la magia, pero tal vez en realidad era un luchador cuerpo a cuerpo. Le dio a Kizuna un pingüino, así que tal vez era en realidad... ¿un pingüino? Si ese fuera el caso, tal vez todos estos mundos estaban vigilados por monstruos tipo pájaros...

"Su verdadera forma es un lindo conejo."

"Kizuna, por favor no te refieras a mí como 'lindo'."

"¿Un conejo? ¿No es un pingüino?"

"¿Por qué iba a serlo?"

"No lo sé. Tu shikigami era un pingüino, así que..."

"¿Pen?"

¿Qué le pasa a este pingüino? Me recordó la leyenda que encontré en las islas de Cal Mira: la de Pekkul. Quería ponerle un sombrero rojo de Papá Noel en la cabeza, así se vería igual.

"Oh, ya veo. Eso tiene sentido. No sé por qué, pero cuando Cristal y yo formamos nuestro shikigami, este fue su aspecto".

"Hm..."

Bueno, eso estaba bien para mí. De todos modos, no quería ver cómo era en realidad.

Ethnobalt se frotó la barbilla durante un rato, aparentemente estaba pensando profundamente, y luego, habiendo tomado una decisión, se transformó con una bocanada de humo.

Me encontré mirando a un conejo de pie sobre sus patas traseras.

Su mirada me recordó una vez más a las islas, a los familiares del conejo karma con los que luchamos allí. Si no fuera por su bastón y la mirada inteligente en sus ojos, lo habría confundido con un monstruo.

Pero cuanto más lo miraba, más seguro estaba de que era la versión de Fitoria de este mundo. Estaba bastante seguro de ello.

"¿Preferirías que tomara esta forma cuando hablamos?"

"¡Qué raro! Casi nunca te veo en tu forma de conejo" ‒ dijo Kizuna.

"Por el bien del Sr. Naofumi... No quiero que dude de mis palabras innecesariamente. Me gustaría que estuviera cómodo."

"¿Oh? Naofumi, ¿te gustan los animales?"

(NT: Si no me equivoco, la frase usada aquí también podría interpretarse como ‘¿le gustas a los animales?’, lo que haría que la siguiente frase tuviera más sentido)

Recordé cómo Firo siempre me abrazaba, pero entonces de nuevo, probablemente sólo estaba impreso en ella como padre desde una edad temprana.

"De acuerdo. Entonces, ¿escuché que eres bueno buscando gente?"

"Tal vez, aunque no pude encontrar a Kizuna cuando fue encarcelada en el laberinto."

"Es genial que seas humilde, pero dame una mejor idea de lo que puedes hacer, ¿quieres? Te hemos estado esperando todo este tiempo."

No quería escuchar que no podía ayudarnos, pero si era como Fitoria, entonces sería increíblemente poderoso. Por lo que había dicho hasta ahora, era seguro asumir que había sido capaz de decir si Kizuna estaba en este mundo o no. El laberinto interminable debe ser un mundo completamente separado.

Lo que sea. No lo conocía, así que no me entusiasmaba tener que depender de él para que me ayudara.

Pensé que podría ser como Fitoria, pero no lo parecía.

"Hay muchos métodos complicados. Me pregunto cuál es el mejor" ‒ dijo Ethnobalt, sacando artículo tras artículo debajo de su toga.

Parecían el tipo de cosas que un adivino usaría. Había palitos, bolas de cristal y... ¿ofuda? Luego vino la baraja de cartas... Deben ser cartas del tarot.

Estaba empezando a confiar cada vez menos en este conejo. Se veía menos respetable a cada minuto.

Podía ser el héroe del barco de las armas vasallas, pero no sentía que podía confiar en él.

"Ethnobalt, estaba pensando que podrías darle a Naofumi un shikigami."

"Esa es una buena idea. Un shikigami puede ser una gran ayuda para tu búsqueda".

"¿Por qué? ¿Qué puede hacer un shikigami?"

"Además de ayudar en la búsqueda, el shikigami de un héroe puede hacer muchas cosas interesantes. Ciertamente son buenos guardaespaldas".

"¿Pen?"

Señalé al pingüino en brazos de Kizuna, y éste ladeó la cabeza en respuesta.

Eso es correcto. Te estoy hablando a ti.

¿De verdad era el guardaespaldas de Kizuna? No parecía que sería de mucha ayuda en una batalla.

"Pero no puedes dejarlos morir en batalla."

"Oh..." ‒ Suspiré. Si tenías que tener tanto cuidado con ellos, ¿para qué servían como guardaespaldas?

Estaba empezando a entender. Estos shikigami eran como los ‘familiares’ en el mundo del que yo venía. Creo que había visto algo sobre ellos escrito en uno de los libros de magia. Había dicho que ciertos objetos eran necesarios para convocar a sus familiares y que si perdían el objeto no serían capaces de convocarlos.

No había prestado mucha atención porque no tenía un familiar, pero pensando en ello ahora, me parecía que un familiar que pudiera protegerme en batalla sería algo útil de tener.

Sin embargo, tenía a Raphtalia y a Firo conmigo, así que nunca había sentido la necesidad de uno.

"Tenía la esperanza de que con este pequeñín ayudándome sería capaz de encontrarte rápidamente..."

"Pero como me arrojaron al laberinto, tuviste que rendirte, ¿verdad?" ‒ Kizuna suspiró. ‒ "Cristal y yo hicimos este shikigami juntas, así que creo que nos ayudará a encontrar su paradero actual. Pero eso no nos llevará necesariamente a tus amigos, Naofumi. Lo hará si están todos juntos, pero no hay garantía de que lo estén, ¿verdad?"

"... No."

No tenía ni idea de dónde estaba Raphtalia. El hechizo de esclavitud no podía decirme nada a menos que estuviéramos en el mismo entorno. Tenía que prepararme para una búsqueda difícil.

"Entonces hagamos la ceremonia de shikigami. Es más fácil si se hace con el reloj de arena del dragón, así que sugiero que vayamos hasta allí" ‒ dijo Ethnobalt. Con una bocanada de humo, se transformó de nuevo en su forma humana y salió flotando de la habitación.

***

Todos fuimos al edificio del gremio que albergaba el reloj de arena del dragón.

Ethnobalt hizo un gesto con la mano a su bastón y luego lo golpeó fuerte en el suelo. Cuando lo hizo, un patrón mágico geométrico apareció en el suelo a su alrededor. Estaba formado por una débil luz fantasmagórica.

Debido a que la magia estaba siendo realizada por un conejo gigante, hizo que la ceremonia se sintiera aún más extraterrestre que la ceremonia de subida de clase en Melromarc.

"Primero necesitaremos un médium adecuado, así como algo de sangre de la persona que servirá como maestro del shikigami."

"¿Una médium? ¿Quieres decir como un ofuda o una piedra preciosa o algo así?"

"Sí, necesitarás algo así para hacer un familiar... Cuando hice a Chris aquí, usé todo tipo de partes de monstruos para la ceremonia. Cristal y yo decidimos los ingredientes porque queríamos hacer un shikigami que pudiera ser un poderoso guardián".

Hm... Sonó como un proceso delicado. A veces podía tener visión de túnel cuando trabajaba en un proyecto complejo. También conocía a otras personas así, el tipo de personas que se congelarían al empezar un nuevo juego o cuando se les daba un montón de puntos para asignar cuando creaban un personaje. Algunas personas nunca logran iniciar realmente el juego, porque pasan todo su tiempo preocupándose por la mejor manera de asignar recursos a sus personajes. Honestamente, yo también tenía esas tendencias.

De todos los artículos y materiales que tenía, ¿cuál produciría el mejor resultado? ¿Materiales de la Tortuga Espiritual o sus familiares? Durante la batalla, me las arreglé para recoger bastantes materiales. Pero probablemente acabaría con una tortuga si los usara.

Seguro, Ost también había sido uno de los familiares de la Tortuga Espiritual, pero no importaba el tipo de familiar que obtuviera, probablemente estaría más enfocado en la defensa que en el ataque. Como Héroe del Escudo, tenía las bases defensivas cubiertas bastante bien, así que no quería un shikigami defensivo.

"Después de hacer uno, siempre puedes ajustarlo luego, así que no tienes que preocuparte demasiado por ello. Por ahora, usa cualquier médium que tengas para darte una forma con la que trabajar".

"¿Realmente no importa lo que escoja?"

"Normalmente importaría, pero las reglas son un poco diferentes para héroes como nosotros. Supongo que hay una posibilidad de que funcione diferente para ti, ya que eres de otro mundo".

¿Así que los héroes jugaban con reglas diferentes? Bien. Supongo que no necesitaba preocuparme por eso.

De alguna manera esto lo hacía aburrido. Aún así, me alegré, me habría tomado todo el día decidirme de otra manera.

"Creo que sería mejor usar algo que perteneciera a la chica que estás buscando. De esa manera el shikigami será capaz de guiarte de vuelta al propietario del artículo."

Esa fue una buena idea. Podría hacerlo específico para Raphtalia… ¿pero tenía algo que le hubiera pertenecido a ella? Normalmente me ocupaba de guardar mis propias cosas y dejaba que Raphtalia y Firo hicieran lo mismo.

Le había dado diferentes piezas de equipo en el pasado, pero creo que nunca había devuelto ninguna de ellas.

"No olvides que también puedes usar el reloj de arena del dragón. Puede usarlo para producir cualquier elemento que se haya almacenado en el escudo. ¿Tienes algo que pueda funcionar?" ‒ Ethnobalt agitó su bastón, y un icono que indicaba mi escudo destelló en el aire. Luego apareció una larga lista de los artículos que contenía. Mis ojos se fijaron en una cosa en particular.

"Esto..."

Raphtalia era una semi-humana tipo mapache.

Vi que un artículo que había recibido de Raphtalia estaba siendo almacenado en el escudo, pero era un material extraño que nunca abrió un nuevo escudo.

Así es... Yo tenía algo del pelo de Raphtalia de cuando le hice un corte de pelo cuando se lo compré al traficante de esclavos. Era perfecto. No sabía si podría sacarlo del escudo, pero intenté creer que podía y seleccioné la opción de remover que aparecía. El escudo emitió una luz suave, y entonces el pelo de Raphtalia estaba en mi mano.

"Probemos esto."

"Muy bien. Ahora bien, necesitaré un poco de tu sangre" ‒ dijo Ethnobalt, usando magia para hacer levitar el cabello de Raphtalia ante nosotros. Luego usó un cuchillo pequeño para pincharme la punta del dedo y hacer gotear un poco de mi sangre en un plato.

Los recuerdos de mis primeros días con Raphtalia volvieron a mi mente. Cuando se la compré al traficante de esclavos, habíamos realizado una ceremonia similar.

"Ahora, pues, comenzaré la ceremonia de formación de shikigami" ‒ dijo Ethnobalt, rociando un polvo mágico sobre la mezcla de cabello de Raphtalia y mi sangre.

El barco en el que estaba de pie empezó a brillar tenuemente, como si estuviese aportando poder además de la propia magia de Ethnobalt.

El aire de la habitación que nos rodeaba empezó a brillar con pequeños puntos de luz, como si estuviéramos rodeados de luciérnagas. Era hermoso y extraño.

Pronto tendría un shikigami... ¿Realmente nos ayudaría a encontrar a Raphtalia? Estábamos usando su pelo para hacerlo. Si la cosa nos iba a ayudar a encontrarla, entonces no podría pensar en un material mejor para usar en su creación.

"Pedimos por uno que proteja… que sirva. Un vasallo formado por una parte de sí mismo. Un sirviente nacerá..."

Las luces que se arremolinaban alrededor de nosotros se reunieron alrededor del cabello de Raphtalia y lo envolvieron completamente.

Fue una vista increíble. Fue tan impresionante ver que realmente lo perdería si la ceremonia terminara en fracaso.

Un shikigami... Miré para ver el shikigami de Kizuna, y la estaba abrazando. Esperaba que el mío fuera un poco más relajado y mucho menos pegajoso.

¿Significaba esto que iba a tener otro miembro de equipo?

No estaba seguro de cómo quería usarlo. ¿Tendría niveles como los de otras personas? ¿O crecía a través de un sistema alternativo?

Independientemente de cómo funcionara, iba a servirme de protector, así que tendría que dedicar un poco de consideración y energía a su crecimiento.

"Es..." ‒ Ethnobalt murmuró, apenas capaz de hablar.

"¿Qué? ¿Fallamos?"

"No... Se formó mucho más rápido de lo que esperaba. ¿Quién era el dueño de este artículo?"

La luz en la habitación se hizo aún más fuerte. Estaba parpadeando. No podía ver nada, así que instintivamente levanté mi escudo para protegerme. Entonces el escudo en mis manos comenzó a crujir; estaba respondiendo a la luz.

"Fueh..."

"¡Cálmate! ¿Etnobalt? ¿Está todo bien?"

"Um... No. ¡No! ¡No puedo controlarlo! ¡Todos! ¡Corran!" ‒ gritó, soltando su bastón y retrocediendo rápidamente.

Todavía tenía mi escudo levantado para proteger a Rishia de lo que sea que estuviera pasando. Mirando por encima, vi algo flotando en el espacio ante nosotros.

Shikigami...


¡Condiciones del Escudo Shikigami cumplidas!

Escudo Shikigami: Capacidades bloqueadas;
Sirviente shikigami: aumento de poder del shikigami


Una gran bocanada de humo apareció con un destello, llenando la habitación de cegadora luz blanca.

"¡Tos! ¡Tos!"

Agité la mano para tratar de quitarme el humo de la cara, pero no se movía. No tuve más remedio que apretar los dientes y respirar mientras miraba al suelo para encontrar la fuente de la explosión.

"¡Rafu!"

Algo vino directo hacia mí desde el humo.


"¿Qué...? ¿Qué diablos...?”

Me di cuenta de lo que fuera en un instante. Miré hacia abajo y vi una pequeña criatura que parecía una mezcla entre un mapache y un tanuki.

Era difícil describirlo más específicamente. Era como un lindo personaje mapache de un anime que había visto hace mucho tiempo, sólo que un poco diferente.

Era como un tanuki… era marrón con una cola esponjosa y caminaba sobre cuatro patas como un perrito regordete. Sus orejas, sin embargo, decididamente no eran como las de un perro. Finalmente, tenía una carita extraña que no parecía exactamente un mapache o un tanuki.

Su cola era al menos tan gorda y grande como el resto de su cuerpo, y parecía... Bueno, parecía el tipo de personajes de mascota por los que los niños se emocionan. Aún así, nunca había visto una mascota modelada en un tanuki.

La criatura mascota parecida a un tanuki, estaba allí con los brazos cruzados. Entonces levantó una mano, mostrándome su patita acolchada, parpadeó suavemente y ladró ‒ "¡Rafu!"

"¿Es seguro asumir que esta cosa es mi shikigami?"

Cambié mi escudo por el recientemente desbloqueado Escudo Shikigami, y al igual que cuando registré por primera vez a mi esclavo, una nueva opción había aparecido en mi menú.

Eso lo aclaró todo. Esta cosa era definitivamente un shikigami.

No parecía tener los mismos niveles que el resto de nosotros. Sus estadísticas tampoco eran particularmente altas.

Seleccioné el efecto de aumento de poder del shikigami y apareció un menú que parecía permitirme manipular las estadísticas del shikigami utilizando varios elementos. Parecía que había muchos efectos posibles.

Me recordó las opciones que tuve cuando diseñé la bioplanta. Pero aparte de esas opciones, parecía que el shikigami podía aumentar de poder con los objetos que tenía a mano.

"¡Rafu!" ‒ ladró, moviendo su cola mullida y mirándome con amor en sus ojos.

Se frotó contra mí. No se sintió tan mal. Su pelaje era un poco rígido, pero no me molestaba. Era cálido.

"Fueh..." ‒ Rishia gimió, dándonos miradas tímidas. ¿De verdad le tenía miedo a esta cosita?

"¡Pen!"

"Por un segundo, no estaba seguro de que fuera a funcionar. ¡Sin embargo, parece que la ceremonia fue un éxito!" ‒ dijo Ethnobalt, suspirando aliviado y volviendo a flotar en nuestra dirección.

"¿Esto es un shikigami?"

"¡Rafu!"

El shikigami saltó sobre mi escudo, se paró sobre sus patas traseras, y levantó ambas patas en el aire. Casi parecía que estaba presumiendo.

"Sí, lo es. ¿Dice algo tu arma sobre tener objetos para aumentar el poder del shikigami?"

"Sí. Hay una opción para un aumento de poder del shikigami."

"Eso es todo. Pensé que probablemente disfrutarías jugando con eso".

"También me imaginé que serías la clase de persona a la que le gustarían esas cosas."

"¿Cómo te diste cuenta? A veces me obsesiono un poco".

"Supongo que tenemos eso en común."

"Heh heh."

"Heh heh..."

"Fueh... Me siento como una tercera rueda..." ‒ Rishia se quejó, enfadada porque Kizuna y yo compartíamos una risa. ¿Había algo que no la hiciera sentir amenazada? Todo lo que hicimos fue ponernos de acuerdo, e incluso eso parecía asustar a Rishia.

"Bueno, de todos modos, creo que este shikigami será capaz de ayudarte a encontrar a tu amiga desaparecida. Vayamos con Kizuna a buscar a tu amiga y a Cristal".

"Suena bien, ¿no?" ‒ Le dije al shikigami.

"¡Rafu!" ‒ ladró de vuelta, asintiendo con excitación con la cabeza.

La cosita se estaba esforzando para que me gustara... y estaba funcionando.

Su voz incluso me recordaba un poco a la de una joven Raphtalia. Sólo un poquito.

"Naofumi, ¿no vas a ponerle nombre a esta pequeña criatura?"

"¿Un nombre? Supongo que tienes razón. No debería seguir llamándolo shikigami".

"¡Rafu!" ‒ proclamó la pequeña cosa, sacando orgullosamente su pecho.

Supongo que era el único sonido que podía hacer. Qué cosa más rara dice...

Me hizo sentir como si estuviera haciendo algo grosero, algo irrespetuoso, a Raphtalia, no es que tuviera otra opción.

Había elegido el nombre de Firo porque era una firorial, así que supongo que tenía sentido ponerle a esta cosa el nombre de Raphtalia.

"Muy bien, ¿qué tal Raph-chan?"

"¡Rafu!"

"¿Lo llamas Raph-chan por la forma en que habla? ¿No es eso falta de imaginación?"

"¿Por qué le pusiste 'Chris' a un pingüino?"

Chris sonaba como un personaje salido de una fantasía occidental. Ciertamente no parecía un nombre apropiado para un pingüino.

"Porque, cuando hicimos a este tipo, conté desde el día en que fui convocada a este mundo y me di cuenta de que era Navidad."

"Ah... así que ahí es donde conseguiste el 'Chris'."

Sigo pensando que no es un buen nombre.

“Pero te equivocas sobre por qué lo llamé Raph-chan. No es porque sigue diciendo 'rafu'. Es porque lo hice con el pelo de Raphtalia”.

"... Eso no es tan diferente."

No iba a discutir eso. Salvo que se sentía bastante preciso ya que la cosa seguía diciendo 'rafu' para empezar.

"¡Rafu!"

"Está bien, está bien. Bien. ¿Quieres un nombre diferente?"

"¿Rafu?"

Raph-chan (nombre tentativo) parecía confundido y luego agitó la cabeza. ‒ "Rafuuuu".

Supongo que le gustó el nombre. Si a ella le gustó, ¿entonces quién era yo para discutir?

"Parece que ella ha desarrollado un sentido de sí misma, ¿no? Normalmente les toma un poco más de tiempo a sus cuerpos y mentes desarrollarse tanto".

"Tal vez es porque los materiales vinieron de otro mundo. ¿Podría eso afectar los resultados de esta manera?"

Raphtalia no era de este mundo, así que tal vez fue un caso especial. Sin mencionar que había madurado de manera diferente a un semi-humano normal, porque había sido criada por un héroe. Había madurado muy rápido, así que quizás este shikigami era igual.

"Está bien, Raph-chan. ¿Puedes decirnos dónde está Raphtalia?" ‒ Le pregunté.

Raph-chan cerró los ojos y levantó la cola, aparentemente haciendo... algo.

¿Estaba usando magia o algún tipo de habilidad especial de shikigami?

Kizuna se volvió hacia Chris y le dijo ‒ "¿Puedes decirnos dónde está Cristal?"

"¡Rafu!"

"¡Pen!"

Los dos shikigami ladraron y apuntaron en la misma dirección.

"Perdonen la intrusión. ¿Podrían indicar la ubicación en este mapa?"

Dijo Ethnobalt, sacando un mapa del mundo y abriéndolo ante los shikigami. Ambos señalaron inmediatamente al mismo lugar.

Si ambos apuntaban al mismo lugar, entonces probablemente era seguro asumir que Raphtalia y Cristal viajaban juntas, ¿cierto?

Kizuna y Etnobalt suspiraron y parecían disgustados.

"¿Qué? ¿Pasa algo malo?"

"Apuntan a un país que es como el lugar del que escapamos: tierras enemigas. En realidad es el país de donde vino ese supuesto genio científico".

"Todo indica que tienen muchos enemigos."

"Lo sé. Después de todo, son tiempos difíciles. Toda esa política es básicamente lo que me hizo caer en el laberinto. Qué debemos hacer..." ‒ Murmuró Kizuna, preocupada.

Supongo que tenías que lidiar con la guerra sin importar el mundo al que fueras.

Aun así, este mundo parecía menos estable que el de donde yo venía.

Melromarc y Siltvelt a menudo iban a la guerra entre sí, pero incluso ellos se las arreglaban para unir fuerzas cuando el mundo mismo estaba bajo la amenaza de las olas. Los otros países de los que había oído hablar también participaban en conversaciones internacionales sobre las olas.

Este mundo, por otro lado, no parecía tan cooperativo. Todos parecían estar en guerra con los demás.

Quizás la relativa paz del último mundo sólo fue posible porque la reina de Melromarc era muy buena en la diplomacia.

"Pero Cristal y sus amigos son muy poderosos en este mundo, ¿verdad? Quiero decir, fueron elegidos para empuñar las armas vasallas, ¿no?"

"Es verdad, pero… el hecho de que no hayan usado un reloj de arena para teletransportarse hasta aquí me hace pensar que deben haber tenido problemas."

Si Cristal tenía problemas, ¿cómo íbamos a ayudar? Por lo que había visto, era tan poderosa que era casi increíble.

Una oscura y sombría sensación se había apoderado de la habitación.

Kizuna y yo lo habíamos pasado mal luchando para llegar hasta aquí, pero eso era solo por las limitaciones de nuestras armas. Sin esas limitaciones especiales, estaba seguro de que éramos realmente poderosos y no hubiéramos tenido ningún problema. Cristal y los demás no compartían las mismas limitaciones que nosotros, así que si ellos lo estaban pasando mal, entonces las cosas deben estar muy difíciles.

"¿De ahí es el tipo con el libro de las armas vasallas?"

"No, pero son aliados. Hay una posibilidad de que Cristal y los otros hayan sido capturados y entregados a él".

"Entonces será mejor que nos vayamos."

"De acuerdo, es mejor que estar por ahí retorciéndonos las manos. Vamos."

"Eso lo resuelve todo."

No había forma de saber de cuanta ayuda podría ser Kizuna si nos encontrábamos con enemigos humanos, pero no teníamos elección. Teníamos que irnos.

"Kizuna, ¿no vas a traer algunos amigos contigo?"

Parecía estar lista para irse, pero no había mencionado nada sobre traer a nadie con nosotros.

"A Ethnobalt no le gustan las batallas. Supongo que hay algunas personas con las que podría contactar, si tuviera que hacerlo..." ‒ Ella miró a Ethnobalt, quien torpemente aclaró su garganta.

"Tomaría unos días reunir a los compañeros de Kizuna. Están repartidos por todo el país, participando en varias actividades".

"Algo podría pasarle a Cristal mientras esperamos a que lleguen. Deberíamos seguir sin ellos".

No estaba en desacuerdo con su razonamiento. Construir un grupo fuerte no nos serviría de nada si Cristal y los demás fueran capturados mientras esperábamos.

Y ciertamente parecía probable que Raphtalia estuviera con ella. Si se los entregaban a Kyo antes de que pudiéramos llegar, ella estaría en serios problemas y yo tenía que protegerla.

Siempre estábamos al borde del desastre.

Suspiré. ‒ "¿No hay al menos algunos soldados que podamos traer?"

"Hay soldados, pero no se les permite salir del país. Necesitan estar aquí para protegerlo."

Simplemente genial. Todo el mundo estaba corto de personal.

Siempre había sentido que no tenía suficiente gente en mi equipo, pero parecía que Kizuna tenía el mismo problema que yo.

"Vamos. ¿Podemos usar el reloj de arena del dragón para teletransportarnos?"

"No, pero Ethnobalt debería poder teletransportarnos allí."

"Tienes razón, Kizuna. Puedo usar el poder de mi barco para teletransportarlos allí, pero ¿cómo regresarán?"

"Podríamos usar mi habilidad del Escudo Portal".

"Es una buena idea. Fijemos una hora y un lugar para reunirnos después de la misión. Ethnobalt, reúnete con nosotros allí, ¿de acuerdo? Si no lo logramos..."

"Entendido. Llévate un ofuda de comunicación contigo. Con un poco de suerte, podremos mantenernos en contacto a través de ellos".

Era un artículo conveniente para tener a mano. Estaba casi celoso, pero luego recordé que teníamos algo similar en el mundo del que vengo. Había máquinas en los gremios (no sé cómo funcionaban) pero podían enviarse mensajes instantáneamente entre sí.

Ethnobalt nos sacó del edificio y bajó de la plataforma flotante que había estado montando. La pequeña plataforma circular se transformó en un barco.

"Todos, por favor suban a bordo para que pueda comenzar el proceso de teletransportación."

"Esta cosa... Me recuerda mucho a un arma que vi una vez" ‒ dije. Hablaba del carruaje de Fitoria.

Habilidades como el Escudo Portal sólo funcionarían para personas que estuvieran en tu equipo. Pero la barca de Ethnobalt y el carruaje de Fitoria podían teletransportar a cualquiera que viajara en ellos.

¿Cómo funcionaban? ¿Formaban un portal? No tenía idea de cómo se movía la gente en este nuevo mundo. Tenía muchas preguntas en la cabeza, pero tendrían que esperar.

Salimos para comenzar nuestra búsqueda de Raphtalia y Cristal.


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Por lo que pasó en este capítulo, he de suponer que la saga de
'los nuevos pecados capitales' de la web novel no existirá en los libros
ya que Rafu apareció aquí.