Autor: Masayuki Yano
Traductor: Lord
Traductor: Lord
Editor: Lord
10 Sombra
Domingo
antes del mediodía. El dormitorio estaba completamente silencioso.
Ryuuji miró
a su Palm-PC, que estaba en la mesita de noche.
Desde que
regresó de su ‘audiencia’ con la ‘Emperatriz’ Veronica Bain anoche, lo había
dejado encendido. Ryuuji había regresado a su habitación después de desayunar y
vio hacia el monitor. Le había dicho a Lilie que ‘iba a dormir un poco’.
Después de
que accedió a la petición de Verónica, Ryuuji recibió una memoria flash. Su
contenido se mostraba en el monitor. Era un perfil sobre Yuuri Seto, es decir,
Yuri Kazinsky Seto.
Yuuri Seto
nació en Okinawa de madre japonesa y padre militar estadounidense.
Inmediatamente
después de que Seto nació, su familia emigró a los Estados Unidos debido al
traslado de su padre.
Cuando Seto
tenía seis años, su padre murió en un accidente de entrenamiento.
Regresó a
Japón con su madre, y dos años después ella murió.
Pasó sus
años de escuela secundaria viviendo con parientes de su madre.
Fue
alrededor de sus primeros años de secundaria que empezó a manchar sus manos con
hackeos.
Más tarde se
trasladó a Tokio para asistir al Departamento de Estudios Neurológicos de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Takeuma. Dejó la escuela a punto de
terminar sus estudios. La razón es desconocida.
A la edad de
27 años causó el incidente del ‘Deadly Flash’.
Tres fotos
de Yuuri Seto estaban adjuntadas al informe.
En la
primera foto, él está a punto de ser colocado en un coche después de ser
arrestado en el aeropuerto de Washington Dulles. Tiene rasgos delicados, pelo
castaño oscuro y pupilas negras. Su cara está levantada mientras su brazo está
siendo torcido detrás de su espalda.
La segunda
foto es de cuando fue a la cárcel, las fotos que toman de frente y de costado.
La tercera
foto es de justo antes de ser liberado de prisión. A diferencia de las dos
fotos anteriores, ya habían pasado dieciocho años, pero la mirada profunda como
si fuera llegado a alguna iluminación era la misma.
¿Qué hizo
que este hombre decidiera enviar un virus asesino? ¿Por qué mató
indiscriminadamente a siete personas? Se informó de que su único motivo era que
‘parecía querer presumir del poder de un hacker’.
CC Corp. San
Diego se puso en contacto con Seto medio mes después de su regreso a la
sociedad. Fue contratado y se le obsequió recompensas excepcionales. El puesto
que fue preparado para él era el de ‘asesor de seguridad’.
Luego,
trabajó en silencio durante nueve meses, casi sin pronunciar palabra. Después
de diez meses, robó datos altamente clasificados y huyó. Su paradero era
completamente desconocido, y las fotos sirven como una lección contundente de
por qué no se debe dejar la seguridad a una persona como él.
Cuanto más
lo leía, más Ryuuji se deprimía.
Si sigues el
dogma ‘los criminales repiten la misma modalidad’, era sólo cuestión de tiempo
antes de que intentara propagar otro virus a través de la red nuevamente.
Entré los
datos confidenciales y dispositivos robados por Seto estaba el VR-Scanner. ¿Qué
pasaría si el VR-Scanner fuera a reflejar el espíritu de Seto y encarnara su
existencia mediante el electroencefalograma?
¿Qué pasaría
si Yuuri Seto, por ejemplo, despertara ‘la capacidad de producir un nuevo tipo
de virus informático’?
Como una
niña huérfana que produjo un compañero imaginario por el motivo de que su perro
murió. Como una niña, cuya única comunicación es a través de juegos de lucha, y
usa artes marciales para no perder ante nadie en ‘The World’, así como un
hombre joven religioso se convirtió en un especialista en armas para controlar
las armas de fuego.
Cosas como
esas tendrían que ser revisadas.
Ryuuji
introdujo el número de teléfono de la casa del Sr. Yodogawa en su terminal
portátil.
Pronto,
contestó la viuda del Sr. Yodogawa. Había un tono oscuro en su voz. Era de
esperar. No habían pasado ni diez días desde que Kiyoteru Yodogawa murió.
Afirmando
ser una persona que había asistido al difunto, se disculpó por no haber podido
asistir al funeral, y le dijo que quería rendirle tributo ofreciendo incienso
al espíritu del difunto. La respuesta fue que a ella no le importaba que él fuera
esa tarde. Dijo que viniera alrededor de la una, y Ryuuji colgó el teléfono.
Podría
llegar a tiempo si se fuera ahora mismo.
En la sala
de estar Lilie estaba sentada en el sofá leyendo una revista de moda para
adolescentes.
"Ah, Ryuuji..." ―
dijo Lilie mientras Ryuuji salía del dormitorio con un traje sombrío.
"¿Vas a salir?" ― preguntó
ella.
"Por un rato. Voy a salir a almorzar" ― respondió
ansiosamente Ryuuji.
Luego hizo
una pregunta a cambio.
"¿Por qué? ¿Pasa algo malo?"
"No, nada. ¿Vas a la oficina?"
"Ah, puede que sí."
"Bueno, trae la ropa para la colada" ― dijo
Lilie mientras miraba la revista.
Al salir del
apartamento, Ryuuji empezó a subirse a su coche.
Mientras
conducía por el bulevar, un pequeño coche ecológico negro se le acercó por
detrás. Parecía un auto normal que se veía en cualquier parte. Detrás del
volante había un joven con gafas de sol.
A lo largo
del camino, Ryuuji compró pasteles de una pastelería japonesa. Cuando regresó a
la carretera, todavía podía ver el mismo coche ecológico negro reflejado en el
espejo retrovisor.
Ryuuji
decidió girar a la derecha y seguir conduciendo durante otros cinco minutos.
Girando a la derecha y avanzando un poco más, Ryuuji dio otra vuelta a la
derecha y volvió a la carretera original. El coche ecológico continuó siguiéndolo.
Ryuuji se paró en el otro carril y frenó para quedar junto al coche negro, pero
mientras lo hacía, el coche ecológico le pasó y se fue de repente. Ryuuji no
pudo ver al conductor a través de las ventanas laterales reflectantes. El coche
se escapó.
Me estaba
siguiendo, pensó Ryuuji. ¿Pero para quién y por qué? Después de lo de ayer,
puede que tenga algo que ver con la reunión con Verónica Bain. No. Su llegada a
Japón no se suponía que se hiciera pública aún.
Mientras
continuaba pensando, Ryuuji llegó a la casa de los Yodogawa.
Era una
respetable casa de estilo japonés adecuada para el apellido Yodogawa.
La viuda del
Sr. Yodogawa era una mujer delgada de casi la misma edad que su difunto esposo,
con rasgos elegantes y hermosos, pero parecía más vieja que la impresión que
daba su voz por teléfono.
Ryuuji le
pasó los pasteles, luego entró en la sala del altar budista y, después de levantar
el incienso a la sencilla lápida de madera blanca, se sentó cara a cara con la
Sra. Yodogawa.
"Era
una mentira que Yodogawa cuido de ti, ¿verdad?" ― dijo la Sra. Yodogawa en
voz baja después de unos momentos.
“Ese hombre
sólo se interesaba en los beneficios y en proteger sus propios intereses” ―
continuó ella suavemente.
Era
indescriptible. Tenía una expresión facial sedienta.
“No era propio
de él ayudar a los demás...” ― añadió.
"Ahh, en realidad..." ― Ryuuji corrigió su postura.
"Dirijo un negocio de Consultas de Problemas de Red. Es como una
agencia de detectives. Acepté una consulta sobre trabajo de su marido. Me reuní
con él el domingo pasado" ― dijo.
"Ya
veo" ― dijo.
"Escuché
eso de la policía. Fuiste tú quien lo reportó, ¿no?"
Ryuuji
asintió. Luego, después de una breve pausa, habló.
"Es cierto, pero, es verdad que yo estuve bajo el cuidado de su
marido. También trabajé para CC Corp. antes, y durante ese tiempo él mantuvo un
ojo sobre mí. Quería devolverle el favor, aunque fuera algo pequeño. Es muy
desafortunado".
La expresión
de la Sra. Yodogawa cambió ligeramente.
De repente,
empezó a llorar. Miró hacia otro lado, y secó sus ojos con un pañuelo.
"Lo
siento. Pensé que sería capaz de mantener la compostura..."
Sogabe se
fue directo al tema después de esperar a que se calmara.
"Me gustaría tener el terminal portátil que usó su marido, si le
parece bien."
“¿Terminal?
¿De mi marido?” ― dijo la Sra. Yodogawa con un tono desconcertado.
"Su esposo me pidió que investigara ciertos incidentes de forma
confidencial. No puedo darle detalles, pero podrían haber pistas en su terminal
portátil".
"¿Qué
quieres decir?"
“Existe la posibilidad de que haya sido infectado por cierto tipo de virus”
― dijo Ryuuji.
Cuando
Ryuuji abandonó la residencia de Yodogawa, allí en su mano estaba el terminal
portátil que le había confiado la viuda del Sr. Yodogawa.
Ryuuji
recordó los eventos con el Sr. Yodogawa en el ‘Seadragon’.
Cuando el
Sr. Yodogawa intentó confiarle a Ryuuji todo lo que había escondido hasta ese
momento, recibió una llamada en su terminal portátil. Tuvo que interrumpir su
conversación, y dejó su asiento para contestar la llamada. Fue después de eso
que las cosas empezaron a ir mal.
El ‘Deadly
Flash’ trabaja en el hipotálamo de las personas y conduce a las funciones
psicológicas hasta la locura.
Algo también
había vuelto loco al Sr. Yodogawa en ese momento.
Eso podría
ser algo inesperado. Podría ser no más que una mera coincidencia que el Sr.
Yodogawa se suicidara después de recibir esa llamada. Pensé que yo podría estar
en lo correcto, pero no había ninguna evidencia de eso.
Debido a que
había estado conduciendo mientras estaba perdido en sus pensamientos, Ryuuji no
había notado el familiar coche ecológico negro que apareció detrás de él como
una sombra.
Aw, oh,
pensó Ryuuji mientras miraba por el espejo retrovisor. Este tipo parecía un
aficionado. Acercándose aleatoriamente al objetivo cuando la oscuridad se ha
vuelto mayor. Ryuuji no creía que el hombre sospechase siquiera que Ryuuji
sentía su presencia.
Ryuuji giró
el volante y se desvió de la carretera que lleva a su oficina, y en lugar de
eso condujo hasta el parque de la ciudad.
Dejó su
coche en el aparcamiento frente a un callejón, luego cogió una vieja revista
que había tirado en el asiento trasero, y se paseó por el interior del parque.
Encontró un banco bajo la sombra de un árbol, se sentó en el lado que daba al
estacionamiento y comenzó a leer la revista.
Después de
un corto tiempo, Ryuuji miró al estacionamiento reflejado en la pantalla de la
terminal móvil y vio el eco-automóvil negro estacionado allí.
Después de
otros diez minutos dejó de pretender leer la revista. Desechando la revista en
un cubo de basura, Ryuuji fue al baño público. Había una pequeña ventana al
fondo del pasillo. Ryuuji abrió la ventana y se deslizó por ella. Pasó y salió al
aparcamiento por un gran desvío y se escondió en unos arbustos cercanos. Fue
fácilmente capaz de escabullirse y salir detrás del coche ecológico. Se movió
en cuclillas para que no lo vieran en el espejo retrovisor, y golpeó levemente
en la ventana del lado del conductor.
Después de
un rato, oyó el sonido de la ventana abriéndose.
Ryuuji
empujó su brazo contra la ventana bajada, quitando el seguro de adentro y
abriéndolo.
El joven que
estaba sentado en el asiento delantero se quedó boquiabierto, y Ryuuji empujó
con fuerza con sus brazos para mantener quieto al joven. Alargó la mano y sacó
la llave del contacto y los dejó caer a los pies del hombre. Luego se sacó un
caramelo del bolsillo de su pecho y se lo puso delante del hombre.
"¿Te gustan los dulces?"
Las gafas de
sol del hombre casi se le caen de la cara. Se quedó rígido con los ojos bien
abiertos. Estaba demasiado sorprendido como para contestar.
Ryuuji se
puso el caramelo en la boca y tiró la envoltura. Era de sabor limón.
Abrió la
cajuela del tablero y busco dentro. Había copias de los documentos de alquiler
de coches. En los papeles estaban escritos la dirección y el nombre.
Ryuuji
sonrió mientras le clavaba un palo de caramelo en la nariz al hombre.
"¿No te enseñaron a no cargar estas cosas cuando sigues a
alguien?"
El hombre
miró inquieto a su alrededor y tragó saliva. Parecía que no podía soportar esta
situación abrumadora. Sorprendido por la situación, Ryuuji dejó caer los
documentos en el pecho del hombre. Aunque debió haber sido contratado, no debe
haber sido informado de cómo manejar este tipo de situaciones.
"Te ahorraré el trabajo. Ahora iré a mi supermercado favorito.
Compraré más dulces. Me gustan los de sabor café, y a primera vista éste parece
que tiene sabor a café, pero por alguna razón sabe más a aloe. El sabor del
aloe no es tan bueno, pero compré lo que pensé que era café, ya que
inadvertidamente confundí el sabor. Antes me gustaba el aloe para empezar... ¿Estás
escuchando apropiadamente? Estoy diciendo algo importante ¿Lo sabes?” ― dijo
Ryuuji.
Mientras
hablaba, salió y le dio una palmada al hombre en el hombro, haciendo que su
cuerpo temblara.
"Nos vemos. Hazlo mejor la próxima vez" ― dijo
Ryuuji.
El hombre
cerró la puerta, cogió la llave, encendió el motor, y en pánico, hizo una
salida rápida.
Ryuuji
volvió a su coche después de ver el coche ecológico salir a la distancia en una
nube de polvo. Se retrasó por muchas cosas innecesarias.
Almorzó
tarde en un restaurante de fideos y luego llegó a la oficina poco después de
las tres.
Mientras
Ryuuji caminaba desde el aparcamiento hacia su oficina, se detuvo en seco.
Delante de
la puerta había un hombre alto con un suéter ligero con capucha.
La luz del
sol creó una silueta siniestra del hombre. El cuerpo de Ryuuji se tensó.
Inmediatamente se relajó.
"Eso
fue bueno. Es decir, eso fue una locura" ― dijo el
hombre... no, dijo este chico con voz despreocupada mientras agitaba su mano
hacia Ryuuji.
Era Tokio
Kuryuu.