Páginas

6 oct 2017

.Hack//Bullet Capítulo 010

Autor: Masayuki Yano

Traductor: Lord

Editor: Lord



10 Sombra

Domingo antes del mediodía. El dormitorio estaba completamente silencioso.

Ryuuji miró a su Palm-PC, que estaba en la mesita de noche.

Desde que regresó de su ‘audiencia’ con la ‘Emperatriz’ Veronica Bain anoche, lo había dejado encendido. Ryuuji había regresado a su habitación después de desayunar y vio hacia el monitor. Le había dicho a Lilie que ‘iba a dormir un poco’.


Después de que accedió a la petición de Verónica, Ryuuji recibió una memoria flash. Su contenido se mostraba en el monitor. Era un perfil sobre Yuuri Seto, es decir, Yuri Kazinsky Seto.

Yuuri Seto nació en Okinawa de madre japonesa y padre militar estadounidense.

Inmediatamente después de que Seto nació, su familia emigró a los Estados Unidos debido al traslado de su padre.

Cuando Seto tenía seis años, su padre murió en un accidente de entrenamiento.

Regresó a Japón con su madre, y dos años después ella murió.

Pasó sus años de escuela secundaria viviendo con parientes de su madre.

Fue alrededor de sus primeros años de secundaria que empezó a manchar sus manos con hackeos.

Más tarde se trasladó a Tokio para asistir al Departamento de Estudios Neurológicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Takeuma. Dejó la escuela a punto de terminar sus estudios. La razón es desconocida.

A la edad de 27 años causó el incidente del ‘Deadly Flash’.

Tres fotos de Yuuri Seto estaban adjuntadas al informe.

En la primera foto, él está a punto de ser colocado en un coche después de ser arrestado en el aeropuerto de Washington Dulles. Tiene rasgos delicados, pelo castaño oscuro y pupilas negras. Su cara está levantada mientras su brazo está siendo torcido detrás de su espalda.

La segunda foto es de cuando fue a la cárcel, las fotos que toman de frente y de costado.

La tercera foto es de justo antes de ser liberado de prisión. A diferencia de las dos fotos anteriores, ya habían pasado dieciocho años, pero la mirada profunda como si fuera llegado a alguna iluminación era la misma.

¿Qué hizo que este hombre decidiera enviar un virus asesino? ¿Por qué mató indiscriminadamente a siete personas? Se informó de que su único motivo era que ‘parecía querer presumir del poder de un hacker’.

CC Corp. San Diego se puso en contacto con Seto medio mes después de su regreso a la sociedad. Fue contratado y se le obsequió recompensas excepcionales. El puesto que fue preparado para él era el de ‘asesor de seguridad’.

Luego, trabajó en silencio durante nueve meses, casi sin pronunciar palabra. Después de diez meses, robó datos altamente clasificados y huyó. Su paradero era completamente desconocido, y las fotos sirven como una lección contundente de por qué no se debe dejar la seguridad a una persona como él.

Cuanto más lo leía, más Ryuuji se deprimía.

Si sigues el dogma ‘los criminales repiten la misma modalidad’, era sólo cuestión de tiempo antes de que intentara propagar otro virus a través de la red nuevamente.

Entré los datos confidenciales y dispositivos robados por Seto estaba el VR-Scanner. ¿Qué pasaría si el VR-Scanner fuera a reflejar el espíritu de Seto y encarnara su existencia mediante el electroencefalograma?

¿Qué pasaría si Yuuri Seto, por ejemplo, despertara ‘la capacidad de producir un nuevo tipo de virus informático’?

Como una niña huérfana que produjo un compañero imaginario por el motivo de que su perro murió. Como una niña, cuya única comunicación es a través de juegos de lucha, y usa artes marciales para no perder ante nadie en ‘The World’, así como un hombre joven religioso se convirtió en un especialista en armas para controlar las armas de fuego.

Cosas como esas tendrían que ser revisadas.

Ryuuji introdujo el número de teléfono de la casa del Sr. Yodogawa en su terminal portátil.

Pronto, contestó la viuda del Sr. Yodogawa. Había un tono oscuro en su voz. Era de esperar. No habían pasado ni diez días desde que Kiyoteru Yodogawa murió.

Afirmando ser una persona que había asistido al difunto, se disculpó por no haber podido asistir al funeral, y le dijo que quería rendirle tributo ofreciendo incienso al espíritu del difunto. La respuesta fue que a ella no le importaba que él fuera esa tarde. Dijo que viniera alrededor de la una, y Ryuuji colgó el teléfono.

Podría llegar a tiempo si se fuera ahora mismo.

En la sala de estar Lilie estaba sentada en el sofá leyendo una revista de moda para adolescentes.

"Ah, Ryuuji..." ― dijo Lilie mientras Ryuuji salía del dormitorio con un traje sombrío.

"¿Vas a salir?" ― preguntó ella.

"Por un rato. Voy a salir a almorzar" ― respondió ansiosamente Ryuuji.

Luego hizo una pregunta a cambio.

"¿Por qué? ¿Pasa algo malo?"

"No, nada. ¿Vas a la oficina?"

"Ah, puede que sí."

"Bueno, trae la ropa para la colada" ― dijo Lilie mientras miraba la revista.

Al salir del apartamento, Ryuuji empezó a subirse a su coche.

Mientras conducía por el bulevar, un pequeño coche ecológico negro se le acercó por detrás. Parecía un auto normal que se veía en cualquier parte. Detrás del volante había un joven con gafas de sol.

A lo largo del camino, Ryuuji compró pasteles de una pastelería japonesa. Cuando regresó a la carretera, todavía podía ver el mismo coche ecológico negro reflejado en el espejo retrovisor.

Ryuuji decidió girar a la derecha y seguir conduciendo durante otros cinco minutos. Girando a la derecha y avanzando un poco más, Ryuuji dio otra vuelta a la derecha y volvió a la carretera original. El coche ecológico continuó siguiéndolo. Ryuuji se paró en el otro carril y frenó para quedar junto al coche negro, pero mientras lo hacía, el coche ecológico le pasó y se fue de repente. Ryuuji no pudo ver al conductor a través de las ventanas laterales reflectantes. El coche se escapó.

Me estaba siguiendo, pensó Ryuuji. ¿Pero para quién y por qué? Después de lo de ayer, puede que tenga algo que ver con la reunión con Verónica Bain. No. Su llegada a Japón no se suponía que se hiciera pública aún.

Mientras continuaba pensando, Ryuuji llegó a la casa de los Yodogawa.

Era una respetable casa de estilo japonés adecuada para el apellido Yodogawa.

La viuda del Sr. Yodogawa era una mujer delgada de casi la misma edad que su difunto esposo, con rasgos elegantes y hermosos, pero parecía más vieja que la impresión que daba su voz por teléfono.

Ryuuji le pasó los pasteles, luego entró en la sala del altar budista y, después de levantar el incienso a la sencilla lápida de madera blanca, se sentó cara a cara con la Sra. Yodogawa.

"Era una mentira que Yodogawa cuido de ti, ¿verdad?" ― dijo la Sra. Yodogawa en voz baja después de unos momentos.

“Ese hombre sólo se interesaba en los beneficios y en proteger sus propios intereses” ― continuó ella suavemente.

Era indescriptible. Tenía una expresión facial sedienta.

“No era propio de él ayudar a los demás...” ― añadió.

"Ahh, en realidad..." ― Ryuuji corrigió su postura.

"Dirijo un negocio de Consultas de Problemas de Red. Es como una agencia de detectives. Acepté una consulta sobre trabajo de su marido. Me reuní con él el domingo pasado" ― dijo.

"Ya veo" ― dijo.

"Escuché eso de la policía. Fuiste tú quien lo reportó, ¿no?"

Ryuuji asintió. Luego, después de una breve pausa, habló.

"Es cierto, pero, es verdad que yo estuve bajo el cuidado de su marido. También trabajé para CC Corp. antes, y durante ese tiempo él mantuvo un ojo sobre mí. Quería devolverle el favor, aunque fuera algo pequeño. Es muy desafortunado".

La expresión de la Sra. Yodogawa cambió ligeramente.

De repente, empezó a llorar. Miró hacia otro lado, y secó sus ojos con un pañuelo.

"Lo siento. Pensé que sería capaz de mantener la compostura..."

Sogabe se fue directo al tema después de esperar a que se calmara.

"Me gustaría tener el terminal portátil que usó su marido, si le parece bien."

“¿Terminal? ¿De mi marido?” ― dijo la Sra. Yodogawa con un tono desconcertado.

"Su esposo me pidió que investigara ciertos incidentes de forma confidencial. No puedo darle detalles, pero podrían haber pistas en su terminal portátil".

"¿Qué quieres decir?"

“Existe la posibilidad de que haya sido infectado por cierto tipo de virus” ― dijo Ryuuji.

Cuando Ryuuji abandonó la residencia de Yodogawa, allí en su mano estaba el terminal portátil que le había confiado la viuda del Sr. Yodogawa.

Ryuuji recordó los eventos con el Sr. Yodogawa en el ‘Seadragon’.

Cuando el Sr. Yodogawa intentó confiarle a Ryuuji todo lo que había escondido hasta ese momento, recibió una llamada en su terminal portátil. Tuvo que interrumpir su conversación, y dejó su asiento para contestar la llamada. Fue después de eso que las cosas empezaron a ir mal.

El ‘Deadly Flash’ trabaja en el hipotálamo de las personas y conduce a las funciones psicológicas hasta la locura.

Algo también había vuelto loco al Sr. Yodogawa en ese momento.

Eso podría ser algo inesperado. Podría ser no más que una mera coincidencia que el Sr. Yodogawa se suicidara después de recibir esa llamada. Pensé que yo podría estar en lo correcto, pero no había ninguna evidencia de eso.

Debido a que había estado conduciendo mientras estaba perdido en sus pensamientos, Ryuuji no había notado el familiar coche ecológico negro que apareció detrás de él como una sombra.

Aw, oh, pensó Ryuuji mientras miraba por el espejo retrovisor. Este tipo parecía un aficionado. Acercándose aleatoriamente al objetivo cuando la oscuridad se ha vuelto mayor. Ryuuji no creía que el hombre sospechase siquiera que Ryuuji sentía su presencia.

Ryuuji giró el volante y se desvió de la carretera que lleva a su oficina, y en lugar de eso condujo hasta el parque de la ciudad.

Dejó su coche en el aparcamiento frente a un callejón, luego cogió una vieja revista que había tirado en el asiento trasero, y se paseó por el interior del parque. Encontró un banco bajo la sombra de un árbol, se sentó en el lado que daba al estacionamiento y comenzó a leer la revista.

Después de un corto tiempo, Ryuuji miró al estacionamiento reflejado en la pantalla de la terminal móvil y vio el eco-automóvil negro estacionado allí.

Después de otros diez minutos dejó de pretender leer la revista. Desechando la revista en un cubo de basura, Ryuuji fue al baño público. Había una pequeña ventana al fondo del pasillo. Ryuuji abrió la ventana y se deslizó por ella. Pasó y salió al aparcamiento por un gran desvío y se escondió en unos arbustos cercanos. Fue fácilmente capaz de escabullirse y salir detrás del coche ecológico. Se movió en cuclillas para que no lo vieran en el espejo retrovisor, y golpeó levemente en la ventana del lado del conductor.

Después de un rato, oyó el sonido de la ventana abriéndose.

Ryuuji empujó su brazo contra la ventana bajada, quitando el seguro de adentro y abriéndolo.

El joven que estaba sentado en el asiento delantero se quedó boquiabierto, y Ryuuji empujó con fuerza con sus brazos para mantener quieto al joven. Alargó la mano y sacó la llave del contacto y los dejó caer a los pies del hombre. Luego se sacó un caramelo del bolsillo de su pecho y se lo puso delante del hombre.

"¿Te gustan los dulces?"

Las gafas de sol del hombre casi se le caen de la cara. Se quedó rígido con los ojos bien abiertos. Estaba demasiado sorprendido como para contestar.

Ryuuji se puso el caramelo en la boca y tiró la envoltura. Era de sabor limón.

Abrió la cajuela del tablero y busco dentro. Había copias de los documentos de alquiler de coches. En los papeles estaban escritos la dirección y el nombre.

Ryuuji sonrió mientras le clavaba un palo de caramelo en la nariz al hombre.

"¿No te enseñaron a no cargar estas cosas cuando sigues a alguien?"

El hombre miró inquieto a su alrededor y tragó saliva. Parecía que no podía soportar esta situación abrumadora. Sorprendido por la situación, Ryuuji dejó caer los documentos en el pecho del hombre. Aunque debió haber sido contratado, no debe haber sido informado de cómo manejar este tipo de situaciones.

"Te ahorraré el trabajo. Ahora iré a mi supermercado favorito. Compraré más dulces. Me gustan los de sabor café, y a primera vista éste parece que tiene sabor a café, pero por alguna razón sabe más a aloe. El sabor del aloe no es tan bueno, pero compré lo que pensé que era café, ya que inadvertidamente confundí el sabor. Antes me gustaba el aloe para empezar... ¿Estás escuchando apropiadamente? Estoy diciendo algo importante ¿Lo sabes?” ― dijo Ryuuji.

Mientras hablaba, salió y le dio una palmada al hombre en el hombro, haciendo que su cuerpo temblara.

"Nos vemos. Hazlo mejor la próxima vez" ― dijo Ryuuji.

El hombre cerró la puerta, cogió la llave, encendió el motor, y en pánico, hizo una salida rápida.

Ryuuji volvió a su coche después de ver el coche ecológico salir a la distancia en una nube de polvo. Se retrasó por muchas cosas innecesarias.

Almorzó tarde en un restaurante de fideos y luego llegó a la oficina poco después de las tres.

Mientras Ryuuji caminaba desde el aparcamiento hacia su oficina, se detuvo en seco.

Delante de la puerta había un hombre alto con un suéter ligero con capucha.

La luz del sol creó una silueta siniestra del hombre. El cuerpo de Ryuuji se tensó. Inmediatamente se relajó.

"Eso fue bueno. Es decir, eso fue una locura" ― dijo el hombre... no, dijo este chico con voz despreocupada mientras agitaba su mano hacia Ryuuji.


Era Tokio Kuryuu.


<< Anterior - Índice - Siguiente >>