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15 nov 2018

Kuro No Maou Cap 405

Autor: Hishi Kage Dairi

Traductor: Lord

Editor: Lord



405 El Estado de los Asuntos dentro de la Familia Spada

"Es bueno tenerte de vuelta, Charl." ‒  Nell le dio la bienvenida a la tercera princesa de Spada después de haber pasado un mes bajo arresto domiciliario por el propio rey.

"¡¡Nell!! ¡¡Te he echado mucho de menos!!" ‒ Charlotte saltó al voluminoso pecho de Nell con la fuerza de un perro solitario que no ha visto a su amo desde hace mucho tiempo y que finalmente se ha reunido con él. Ella saltó a esas colinas gemelas generosas que le faltaban a la amiga más pequeña.

"Acabo de darme cuenta, pero parece que estás mejor ahora, Nell. Espera, no sólo eso, has crecido, ¿no?" ‒ Y para confirmar su crecimiento, Charlotte sintió que esas tetas merecían una buena caricia. Y que grandes eran. Las pequeñas manos de Charlotte no podrían ahuecarlas en su totalidad. Así que han crecido aún más, ¿no? Estoy tan celosa… Charlotte gemía internamente, pero en primer lugar, Charlotte dijo que su amiga había crecido con el doble significado de que ahora emanaba un aire más maduro que la última vez que la vio.

Antes de su crisis nerviosa, eso es. Nell parecía haber caído en una profunda depresión antes de que Charlotte fuera castigada, pero la chica de enfrente parecía estar en plena forma.


"Sí, ahora estoy bien, como puedes ver." ‒ Nell le dijo con una sonrisa ‒ "Siento haberte hecho preocupar, Charl".

"¡Oye, todo está bien mientras estés mejor!" ‒ Charlotte la tranquilizó. Luego, con una sonrisa sabia ‒ "Lo sé. Iskia debe haber sido un gran obstáculo para ti. Pero saliste de ello como una mejor persona, y eso es todo lo que importa".

Ella no sabía exactamente qué causó realmente este cambio en su amiga alada, pero no quería entrometerse. Tampoco se entrometería en el tamaño del sostén que la bien dotada princesa llevaba actualmente, aunque podía sentir claramente que se habían hecho más grandes.

"Bienvenida de nuevo, Charl. Tú misma te ves más o menos igual que siempre." ‒ Safiel dijo eso naturalmente mientras fue detrás de Charlotte para tocar su trasero. Un acto amistoso de toqueteo femenino, por así decirlo. ‒ "Pero parece que estos bollos han crecido un poco."

"¡Oye, cuidado!" ‒ Charlotte gritó mientras saltaba al aire como una gata asustada. Los ojos de Safiel, con su Mirada Amatista y sus anteojos, dejaron ver una chispa a sus amigos por la sobrerreacción que tanto extrañó el mes pasado.

"El rey debe haberte hecho pasar por dificultades." ‒ Safiel comentó en tono divertido.

"¡No me lo recuerdes! ¡Pensé que iba a morir, tantas veces!" ‒ Tanto mental como físicamente, quiso decir Charlotte.

Cada nalgada del hombre más fuerte de Spada, el conocido como el Rey de la Espada, dolía como no tenías ni idea. Duelen mucho. Charlotte apenas pudo mantener la cordura durante el calvario. El castigo y la tortura demostraron que el rey aún mantenía una gran precisión en su técnica, ya que no dejaba que su hija cayera inconsciente mientras maximizaba el dolor.

"Ugh. Fue tan horrible…" ‒ Charlotte recordó ‒ "Pensé que preferiría morir muchas veces… siempre me escocía, y fue tan vergonzoso… que en algún momento él entró en un ritmo, fue tan jodido…".

El castigo de Charlotte, días tras días de azotes agonizantes que se acumularon en un total de 7.010 azotes, le había dejado un profundo trauma. Temblaba como lágrimas acumulándose en sus ojos ante el mero pensamiento.

Los ojos de Safiel se abrieron de par en par al escuchar eso. Tenía muchas ganas de verlo.

"¡Te ves bien para mí!"

"¡No estoy bien para nada, idiota!"

Kai había venido y había descartado por completo el dolor y la resistencia de Charlotte, lo que la enfureció mucho. Kai a menudo era agredido por parte de sus propios padres, por lo que él pensó que sólo salió con un castigo menor. Charlotte no quería lidiar con esta idiotez.

Aunque ese no fue el final de sus frustraciones.

"¡Nero, qué pasa!" ‒ Ella gritó ‒ "Por fin he vuelto después de tanto tiempo, ¡lo menos que puedes hacer es poner una sonrisa! ¡¿Cómo es que te ves enfadado conmigo?!"

"Tú sabes muy bien por qué. Es por tu culpa que tenemos que hacer la misión de emergencia ahora". ‒ La cara de Nero parecía decir que ella era un grano en el culo.

Charlotte estaba acostumbrada a la actitud del príncipe extranjero, pero esta vez no pudo evitar sentirse molesta. ¿Por qué no puedes pensar en mis sentimientos por una vez? Quería quejarse, pero se lo tragó antes de que se le saliera de la punta de la lengua.

"Oh, cállate." ‒ dijo Charlotte suspirando. ‒ "Tú también querías tomarla".

"No, de verdad que no." ‒ dijo Nero con firmeza. ‒ "Pero la votación está hecha, así que..."

Charlotte, el último miembro de [Wing Road], había votado a favor de aceptar la misión de emergencia. Nero y Safiel habían votado en contra, y Nell, Kai y ahora Charlotte estaban a favor. Lo que significa que [Wing Road] se enfrentaría a la misión titulada Únete a Gladiador en la Guerra por Spada. Esto cambió la tendencia opuesta a las intenciones de Nero, pero…

"… Averigüemos qué tan dura es esta guerra."

"¡Muy bien! ¡¡Estoy deseando ir!!" ‒ Alentó Kai, y mientras observaba a su amigo de mente simple, Nero se dirigió al apremiante asunto…

"¿Cómo va a funcionar esto?" ‒ Le preguntó a Charlotte. ‒ "¿Van a permitirte hacer esto?"

Charlotte era una princesa primero, aventurera después. Y al igual que el hermano y la hermana Elrod, era probable que a ella también se le prohibiera participar en cualquier guerra.

"Está bien" ‒ dijo la chica pelirroja distante ‒ "Padre también lo hizo en su día".

Érase una vez, cuando Leonhart era todavía el segundo príncipe de Spada, se había zambullido en el campo de batalla sin el permiso de su propio padre, el Rey. No lo había hecho una vez, sino dos veces. Dos cargas, sin remordimientos.

La primera fue cuando el Rey Dragón Garvinal marchó con su ejército a la tierra de Spada en lo que más tarde se conocería como la Segunda Invasión de Gallahad. Leonhart, que entonces tenía 13 años, se había saltado su ceremonia de entrada en la Academia Real de Spada y había corrido todo el camino hasta la fortaleza de la montaña de Gallahad para unirse a la lucha.

La segunda vez fue cuando muchos de los clanes de bestias del sur de Pandora formaron una alianza y atacaron Fahren, un estado vecino. Esto ni siquiera era una guerra por Spada, pero el joven príncipe había usado su estatus de aventurero para participar de todas formas. Para entonces ya tenía 18 años, y esta vez se había saltado la ceremonia de graduación de su academia para unirse al frente de guerra.

(NT: Imagino que Scallop cambió Fauren por Fahren)

Pero incluso ese ingobernable príncipe era ahora un respetado rey de Spada. Muchos dicen que se había calmado con la edad.

"Sabes, lo he pensado mucho." ‒ Charlotte dijo solemnemente. ‒ "El castigo de mi padre fue duro, pero realmente abofeteó la realidad en mi cara".

"¿No querrás decir, en el culo?"

"¡Cállate, Safi!"

Aparte de eso, Charlotte realmente lo pensó a su manera, y aunque se sintió un poco avergonzada, decidió abrirse a sus amigos.

"Creo que mi padre me está poniendo a prueba."

Y no, no quiso decir eso en el sentido de que él quería que reflexionara sobre su fracaso en Iskia.

"Si no voy ahora, si me quedo como se supone que debo… no habrá una segunda oportunidad."

Lo que no era malo, al menos para el país, ya que ser gentil y mansa puede decirse que son los atributos deseados para una princesa.

"Si hay algo que no quiero ser, es una princesita débil que se sienta protegida en el castillo. ¡No me dejaré convertir en una herramienta para un matrimonio político!"

Charlotte, como se ha mencionado, era la tercera princesa de Spada. Lo que implica que tenía dos hermanas mayores.

Pero ninguna de ellas estaba en Spada. Su hermana mayor estaba en Fahren, y la hermana del medio en Rune.

Entre la nobleza, la persona que Charlotte más respetaba después de su padre, era su hermana mayor. Ella era su heroína.

La primera princesa era fuerte. Charlotte creía que su hermana mayor era mucho más fuerte que ella, incluso cuando tenía la misma edad que ella. Era el muro de un modelo a seguir, moviendo grandes y voluminosas espadas en una mano como si no fuera nada, la viva imagen de su padre en su juventud.

Aunque, ella tenía un poco de sangre caliente; su espada se movería antes que nada. Sin embargo, estaba llena hasta el borde de integridad y empatía por el pueblo. Era cosmopolita y de mente amplia, un rasgo que faltaba en muchas jóvenes nobles, y era amada por ello.

La joven Charlotte siempre había admirado a esta fuerte hermana mayor que forjó su propio camino en la vida. Se podría decir que su personalidad actual está directamente influenciada por esto. Ella, por supuesto, no podía compararse con la primera princesa en términos de tener su propio camino.

A pesar de todo eso, su hermana, con su espíritu y voluntad indomables, había sido retenida por su matrimonio. Su compañero iba a ser el príncipe de Fahren. Un elfo oscuro, naturalmente.

La primera princesa no tenía propensión a discriminar por raza. Ella simplemente no podía aceptar que se la utilizara como instrumento político para reforzar la unidad entre las naciones. No había tenido un amante en ese momento, pero odiaba la premisa de que no se le permitiría elegir a su pareja en matrimonio, lo que quizás sería el mayor acontecimiento de su vida.

Enfurecida por el hecho de haber sido comprometida con un hombre que ni siquiera había conocido, la primera princesa había tomado su espada para desafiar a su padre, el rey Leonhart, en un día pacífico en el que supuestamente el rey estaba cumpliendo con sus obligaciones diarias.

Sin embargo, resultó que Leonhart había estado esperando tranquilamente a su hija para actuar, en su propia mano estaba la legendaria espada que sólo se le permitía portar a un verdadero rey de Spada.

Este duelo dentro de la sala del trono entre padre e hija sería grabado para siempre dentro de los tomos de la historia de Spada.

En cuanto al resultado, no es necesario decirlo, ya que los acontecimientos que siguieron fueron tales que la primera princesa de hecho se casó con el príncipe de Fahren. Había perdido el duelo y se había doblegado a la voluntad del vencedor. Era una spadiana en corazón y alma, y por ello no ofreció ninguna queja por resolver los asuntos de esa manera.

Charlotte seguía sintiendo pena por el dolor y el pesar de su hermana, que seguramente se había tragado su orgullo. No pudo atreverse a mirar a los ojos de su hermana en la ceremonia de matrimonio donde seguramente se había forzado a sonreír.

Su marido no era ni mucho menos el tipo de hombre fuerte que su hermana aprobaría. Era pequeño, y tenía una delicada figura femenina. Y su hermana, que era su futura esposa, había sonreído, reído y actuado como si fuera el día más feliz de su vida. Al menos, eso es lo que la joven Charlotte creía. Y esto la hirió hasta el infinito.

Este acto continúa incluso ahora, seguramente para mantener relaciones amistosas entre Spada y Fahren. Una vez al año, la princesa mayor visitaba su casa, y con una botella de buen vino spadiano en la mano, les contaba a todos su satisfactoria vida de casada. Ella agarraba a sus hermanos menores, el primer príncipe Eisenhart y el segundo príncipe Wilhart, por el pescuezo de sus cuellos, y pasaba la noche fanfarroneando.

Charlotte se entristecía de que su hermana siguiera siendo la misma, una mujer que hacía todo lo posible para que su familia no se preocupara por ella. ¿También sería así algún día? ¡No, ella se negaba a tener tal fin!

O al menos, su segunda hermana, la segunda princesa lo hizo.

La segunda princesa, en completo contraste con la primera, era una chica tranquila. Al igual que Wilhart, la hermana mayor no tenía talento para las artes marciales o mágicas. Era una joven estudiosa, refinada y bien educada, todos los rasgos ideales de una princesa.

Charlotte no era muy cercana a su plácida hermana. Tenían personalidades tan contrastadas que Charlotte se había preocupado de cómo empezar una conversación. Y como tal, nunca hablaron mucho. La joven Charlotte la veía de vez en cuando, leyendo en silencio un libro dentro de los archivos del castillo.

Ella había pensado que esta hermana, siendo la bien educada princesa que era, no lucharía en contra de su propio compromiso con algún noble extranjero, pero la realidad fue muy diferente.

¿¡La Segunda Princesa de Spada se ha Fugado con un Noble Noble de Rune!? fue el titular de la primera página de todos los periódicos de ese día. Y este título no era mentira.

Fue a la luz de este incidente que Charlotte, por primera vez, sintió que entendía a su segunda hermana mayor. Ella la entendía muy bien, ya que también tenía a una persona en su corazón. Y ella la respetaba por ello, por la voluntad de usar cualquier medio por amor.

Afortunadamente, Leonhart mostró tolerancia por la descaro de su segunda hija y aceptó tácitamente el acuerdo. La princesa del medio también visitaba su casa de vez en cuando, y también hablaba de su vida feliz.

Charlotte, la tercera princesa, había sido testigo de las vidas divergentes de sus hermanas mayores, y se había construido a su imagen. Ella sería fuerte como su hermana mayor y también tendría amor verdadero como su segunda hermana. Como tal, seguramente alcanzaría la mayor felicidad.

"¡Por eso necesito ser aún más fuerte!" ‒ proclamó Charlotte. ‒ "¡Tallaré mi propia leyenda en esta guerra y haré que mi padre reconozca mi fuerza!"

Tanto Nero como Nell conocían la situación de las hermanas mayores de Charlotte, y comprendieron la cantidad de resolución que su amiga tuvo que haber reunido para hacer esta proclamación. De hecho, como amigos de infancia, los hermanos Elrod también tenían buenos recuerdos de esas hermanas, y por eso creían que Charlotte, que admiraba mucho a ambas, no había escogido sus palabras de improviso, ni en rebelión infantil.

"Te estás emocionando demasiado, Charl." ‒ Dijo Nero con un tono ligeramente exasperado. ‒ "Seguimos siendo un equipo, ¿recuerdas? Hagamos lo que siempre hacemos y todo saldrá bien. No te fuerces a ti misma".

"Mm…" ‒ Charlotte asintió mansamente. Se sonrojó levemente al sentir el genuino cuidado de Nero a pesar de sus perezosas palabras. ‒ "Gracias, Nero."

"Ejem," ‒ tosió Safiel ‒ "ahora que está decidido, sugiero que empecemos."

Safiel era nigromante, una clase especializada que requiere mucha más preparación que la mayoría. De ahí su llamada a apresurar las cosas. Mientras que un guerrero o un espadachín puede necesitar afilar sus armas, ella necesitaría realizar un meticuloso y largo mantenimiento a sus sirvientes no-muertos, decenas si no cientos de ellos.

"Jeje" ‒ se rió Kai ‒ "tienes toda la maldita razón en eso… Lo sé, iré a buscar a Kurono y tendré un combate".

"Asegúrate de evitar ser noqueado por un solo golpe en el estómago ahora." ‒ Safiel se burló.

"¡Puedes apostar a que no seré noqueado! ¡Lo recibiré de pie esta vez!"

"¿Así que vamos a partir de la premisa de que te va a golpear de nuevo?" ‒ Esto es demasiado estúpido, incluso para mí, Safiel suspiró, y los dos se fueron del comedor.

"Bien," ‒ dijo Nero mientras los despedía ‒ "así que supongo que iré al gremio a aceptar formalmente la misión."

"Fufun~" ‒ Charlotte tarareó ‒ "Voy contigo".

"No, gracias". ‒ Dijo Nero, no porque no quisiera, pero no vio ninguna razón en ello. Sin embargo, Charlotte se sintió descorazonada por el frío rechazo, y su expresión se transformó en un ceño fruncido que estaba justo en el ángulo correcto que Nero no notaría.

"Onii-sama" ‒ dijo Nell por consideración ‒ "por favor, ve con Charl esta vez. No te ha visto en todo un mes, así que estoy segura de que tiene mucho de qué hablar".

"¿N-Nell?" ‒ Charlotte se puso nerviosa.

"Haah" ‒ suspiró Nero ‒ "de acuerdo, lo haré".

"Espera, no te hagas una idea equivocada, ¿de acuerdo?" ‒ Charlotte gritó desesperadamente. ‒ "No me sentía sola ni nada, así que no me malinterpreten."

"Uh, sí, bueno, fuimos a muchas misiones sin ella. Se lo contaré todo".

"¡E-e-e-eso es! ¡Quiero oír hablar de las misiones! ¡Sólo eso!"

Charlotte, que seguía poniendo excusas frenéticas que sólo ella conocía, y Nero, que no estaba realmente molesto por las excentricidades de su amiga de la infancia en este momento, parecían llevarse bien como de costumbre, ya que dejaron sus asientos y salieron juntos.

"Mi hermano puede ser tan denso a veces." ‒ Nell se dijo a sí misma con un suspiro. Ella era la única que quedaba y también se levantó para irse. ‒ "Bueno, buena suerte, Charl."

Ella no necesitaría devolver las vajillas de 4 personas que habían sido dejadas allí, ya que los camareros eran los encargados de ese trabajo. Así que, sin nada más que hacer allí, Nell estaba a punto de irse…

"Buenas tardes, princesa". ‒ Alguien, una voz un tanto familiar, la llamó por detrás. Sentía que debía reconocer quién era, pero no podía ubicarlo.

Esta extraña desconexión se debió al hecho de que, en sus recuerdos, esta voz tenía un tono de voz mucho más infantil.

"… ¿Lily, -san?" ‒ Se dio la vuelta para encontrar la hada con la que tenía una profunda historia. La mujer diabólica que había perseguido sus pesadillas por quién sabe cuánto tiempo.

"¿Me permite un poco de su tiempo? Tengo algo que discutir". ‒ Dijo la hada que, por fuera, no se veía diferente de la adorable niña que se había convertido en un espectáculo famoso en la academia.

Pero su comportamiento actual no mostraba nada de esa pureza e inocencia. Viendo esto, Nell concluyó que todo era un acto, que esto, justo frente a ella, era su verdadera naturaleza retorcida.

"Por supuesto. Por favor, adelante." ‒ Nell hablaba normalmente, con su dignidad de princesa, pero podía sentir que su expresión se había vuelto fría.

Esto ciertamente no se debió al miedo. Porque ya no era débil. No, esta era Nell enfrentándose a su peor enemigo, con la vigilancia entrenada de un aventurero experimentado.

"Gracias."

Dos miradas se cruzaron en silencio. La hada sospechosa de verde esmeralda y el azul hielo de la princesa.

"Pero no aquí" ‒ dijo Lily. ‒ "Hablemos en un lugar donde podamos estar solas, ¿sí?"

"Claro, si tienes algún lugar en particular, por favor, muéstrame el camino."

Para los espectadores, la princesa de Avalon y la alegre pequeña hada habían abandonado juntas el comedor de la academia.

Pero en lo que respecta a Nell, su enemiga, Lily, que finalmente había mostrado sus verdaderos colores, había provocado un duelo implícito. Y ella lo había aceptado intrépidamente.


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Delirios de Lord:
Dicen que masajear dichas zonas hace que crezcan.
¡Le crecieron las nalga de tantos golpes! jajaja.